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Con él está solo un brazo de carne(A), pero con nosotros está el Señor nuestro Dios para ayudarnos y pelear nuestras batallas(B)». Y el pueblo confió en las palabras de Ezequías, rey de Judá.

Después de esto, mientras Senaquerib, rey de Asiria, estaba sitiando[a] Laquis con todas sus fuerzas, envió a sus siervos a Jerusalén, a decirle a Ezequías, rey de Judá, y a todos los de Judá que estaban en Jerusalén(C): 10 «Así dice Senaquerib, rey de Asiria: “¿En qué están ustedes confiando para que permanezcan bajo sitio en Jerusalén?

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Footnotes

  1. 2 Crónicas 32:9 Lit. contra.