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Micaías advierte a Acab

(2 Cr 18:2-27)

22 Durante los siguientes dos años hubo paz entre Israel y Siria. Sin embargo, durante el tercer año, el rey Josafat de Judá fue a visitar al rey Acab de Israel.

Acab les preguntó a sus oficiales: «¿Se acuerdan ustedes que el rey de Siria nos quitó Ramot de Galaad? ¡Y no hemos hecho nada para recuperarla!» Así que Acab le pidió al rey Josafat:

—¿Nos ayudarás a luchar contra el ejército de Siria en Ramot de Galaad?

Josafat le contestó:

—Por supuesto que te ayudaré. Mis soldados y mis caballos están tan dispuestos como los tuyos. Pero primero consultemos al SEÑOR para ver lo que él dice.

Así que Acab llamó una reunión de los profetas. Había como 400 profetas y Acab les preguntó:

—¿Debo ir a la guerra contra el ejército de Siria y atacar a Ramot de Galaad o esperar hasta otro momento?

Los profetas contestaron:

—Ve a luchar ahora, porque el Señor te va a entregar la ciudad.

Pero Josafat les dijo:

—¿Hay otros profetas del SEÑOR por acá? Si hay, deberíamos preguntarles.

El rey Acab contestó:

—Hay otro profeta, Micaías hijo de Imlá, pero lo detesto porque cuando él habla de parte del SEÑOR nunca me dice nada agradable. Siempre dice lo que no me gusta.

Josafat le dijo:

—El rey no debería hablar así.

Así que el rey Acab le dijo a uno de sus oficiales que fuera rápido a buscar a Micaías hijo de Imlá.

10 Los dos reyes estaba sentados cada uno en su trono y vestidos con sus trajes reales. Estaban en los tribunales cerca de la puerta de Samaria y todos los profetas estaban de pie delante de ellos. Mientras profetizaban, 11 Sedequías hijo de Quenaná, uno de los profetas, hizo unos cuernos de hierro[a]. Entonces él le dijo a Acab:

—El SEÑOR dice: “Tú usarás estos cuernos para luchar en contra del ejército de Siria, lo derrotarás y destruirás”.

12 Los demás profetas estuvieron de acuerdo con Sedequías, diciendo:

—Que marche ya tu ejército a luchar contra el ejército de Siria en Ramot de Galaad. Los vencerás porque el SEÑOR te dará la victoria.

13 Entretanto, un oficial fue a buscar a Micaías y le dijo:

—Todos los profetas sin excepción están diciendo que el rey va a tener éxito. Así que te conviene acomodar tu mensaje al de ellos.

14 Pero Micaías contestó:

—Nada de eso. Te aseguro por el poder del SEÑOR que yo le diré al rey lo que el SEÑOR me diga.

15 Entonces Micaías se presentó ante el rey Acab. El rey le dijo:

—Micaías, ¿debemos el rey Josafat y yo juntar fuerzas para luchar contra el ejército de Siria en Ramot de Galaad o debemos esperar otro momento?

Micaías le contestó:

—¡Ataca ahora, porque el SEÑOR te permitirá vencerlos!

16 Pero Acab dijo:

—¿Cuántas veces tengo que decirte que estás bajo juramento y que digas sólo lo que el SEÑOR te dice?

17 Así que Micaías contestó:

—Esto es lo que va a suceder: el ejército de Israel será dispersado por las colinas como ovejas sin pastor. El SEÑOR dice: “Estos no tienen líderes, que se devuelvan a casa y no hagan la guerra”.

18 Entonces Acab le dijo a Josafat:

—¿Ves? ¿No es como te dije? Este profeta no me dice nada bueno, sino que siempre me dice lo que no quiero escuchar.

19 Pero Micaías siguió hablando de parte de Dios y le dijo:

—Escucha este mensaje que el SEÑOR tiene para ti: Vi al SEÑOR sentado en su trono en el cielo. Todo el ejército del cielo estaba presente con él a su derecha y a su izquierda. 20 El SEÑOR les dijo: “¿Quién engañará a Acab para que ataque a Ramot de Galaad y muera ahí?” Los ángeles no estaban de acuerdo en cuanto a qué hacer. 21 Entonces salió un espíritu y se puso delante del SEÑOR y le dijo: “¡Yo lo engañaré!” El SEÑOR contestó: “¿Cómo engañarás al rey Acab?” 22 El ángel dijo: “Confundiré a todos los profetas de Acab. Les diré mentiras a los profetas para que engañen al rey Acab. Sus profecías serán mentiras”. Así que el Señor dijo: “¡De acuerdo! Ve y hazlo, que tendrás éxito en engañar al rey Acab”.

23 Micaías dijo:

—Efectivamente es lo que ha ocurrido. El SEÑOR ha inspirado a todos tus profetas para que te engañen. El SEÑOR decidió que todo te saldrá mal.

24 Entonces el profeta Sedequías hijo de Quenaná se acercó a Micaías y le dio una bofetada. Sedequías le dijo:

—¿De veras crees que el Espíritu del SEÑOR me ha dejado y ahora habla por ti?

25 Micaías contestó:

—Mira, pronto verás el día en que tratarás de escapar yendo de cuarto en cuarto.

26 Entonces el rey Acab le ordenó a uno de sus oficiales que arrestara a Micaías. El rey Acab le dijo:

—Agárrenlo y llévenselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y al príncipe Joás. 27 Diles que el rey ordena que lo pongan en prisión y que sólo le den un poco de pan y agua. Manténganlo ahí hasta que yo vuelva de la batalla.

28 Micaías dijo en voz alta:

—¡Escúchenme todos! Si el rey Acab regresa sano y salvo de esta batalla, el SEÑOR no ha hablado por mí.

29 Entonces el rey Acab y el rey Josafat fueron a pelear en contra del ejército de Siria en Ramot de Galaad. 30 Acab le dijo a Josafat:

—Preparémonos para la batalla. Me disfrazaré para ocultar que soy el rey. Pero tú vístete con las vestimentas reales.

Así que el rey de Israel empezó la batalla vestido como cualquiera que no es rey.

31 El rey de Siria tenía 32 comandantes de carros de combate y les dijo que nadie tenía tanta importancia para él como el rey de Israel. Por eso les ordenó buscar al rey de Israel y matarlo sin preocuparse por el resto del enemigo. 32 Así que durante la batalla, los comandantes de carruaje se fijaron en el rey Josafat pensando que él era el rey de Israel. Cambiaron el rumbo para atacarlo cuando Josafat comenzó a gritar. 33 Al ver que no era el rey Acab, dejaron de perseguirlo. 34 Sin embargo, un soldado tiró una flecha al aire, sin apuntar a nada en particular, la flecha entró por un pequeño espacio entre la malla y la armadura de Acab, rey de Israel. Entonces Acab le dijo al conductor del carro: «¡Me hirió una flecha! Sal del área y retirémonos de la batalla».

35 Los ejércitos continuaron en batalla aquel día, y el rey Acab se quedó de pie en su carro frente al ejército de Siria. La sangre de la herida corría por el piso del carro y por la tarde, el rey murió. 36 Cuando se ponía el sol, gritaron en el campamento: «¡Vuelva cada uno a su ciudad y a su propia tierra!» 37 Así murió el rey Acab. Unos hombres llevaron su cuerpo a Samaria y lo sepultaron allí. 38 Los hombres limpiaron el carruaje de Acab en el estanque que está en Samaria, y los perros lamieron la sangre del rey Acab. También las prostitutas usaron el agua para lavarse. Todo ocurrió tal como el SEÑOR había dicho.

39 Todo lo que hizo el rey Acab durante la época que gobernó en Israel está escrito en Las crónicas de los reyes de Israel. Ahí también se comenta sobre el palacio de marfil y todas las ciudades que el rey construyó. 40 Acab murió y fue sepultado con sus antepasados. Su hijo Ocozías reinó en su lugar.

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Footnotes

  1. 22:11 cuernos de hierro Simbolizaban mucha fuerza.

Micaías profetiza contra Acab(A)

22 Durante tres años no hubo guerra entre Aram e Israel. Pero en el tercer año Josafat, rey de Judá, fue a ver al rey de Israel, el cual dijo a sus funcionarios: «¿No saben que Ramot de Galaad nos pertenece? ¡Y no hemos hecho nada para obligar al rey de Aram a que nos la devuelva!».

Así que preguntó a Josafat:

—¿Irías conmigo a pelear contra Ramot de Galaad?

Josafat respondió al rey de Israel:

—Estoy a tu disposición, lo mismo que mi pueblo y mis caballos.

Pero Josafat también le dijo al rey de Israel:

—Antes que nada, consultemos al Señor.

Así que el rey de Israel reunió a los profetas, que eran unos cuatrocientos y les preguntó:

—¿Debo ir a la guerra contra Ramot de Galaad o no?

—Vaya usted —contestaron ellos—, porque el Señor la ha entregado en manos de Su Majestad.

Pero Josafat inquirió:

—¿No hay aquí un profeta del Señor a quien podamos consultar?

El rey de Israel respondió:

—Todavía hay alguien por medio de quien podemos consultar al Señor, pero me cae muy mal porque nunca me profetiza nada bueno; solo me anuncia desastres. Se trata de Micaías, hijo de Imlá.

—No digas eso —respondió Josafat.

Entonces el rey de Israel llamó a uno de sus funcionarios y ordenó:

—¡Traigan de inmediato a Micaías, hijo de Imlá!

10 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, vestidos con sus trajes reales y sentados en sus respectivos tronos, estaban en la plaza a la entrada de Samaria con todos los que profetizaban en su presencia. 11 Sedequías, hijo de Quenaná, que se había hecho unos cuernos de hierro, anunció: «Así dice el Señor: “Con estos cuernos atacarás a los arameos hasta aniquilarlos”».

12 Y los demás profetas vaticinaban lo mismo: «Ataque usted a Ramot de Galaad y vencerá, porque el Señor la entregará en manos de Su Majestad».

13 Ahora bien, el mensajero que había ido a llamar a Micaías le advirtió:

—Mira, los demás profetas a una voz predicen el éxito del rey. Habla favorablemente, para que tu mensaje concuerde con el de ellos.

14 Pero Micaías repuso:

—Tan cierto como que el Señor vive, anunciaré al rey lo que el Señor me diga.

15 Cuando compareció ante el rey, este le preguntó:

—Micaías, ¿debemos ir a la guerra contra Ramot de Galaad o no?

—Ataque y vencerá —contestó él—, porque el Señor la ha entregado en manos de Su Majestad.

16 El rey le reclamó:

—¿Cuántas veces debo hacerte jurar que no me digas nada más que la verdad en el nombre del Señor?

17 Ante esto, Micaías concedió:

—Vi a todo Israel esparcido por las colinas como ovejas sin pastor. Y el Señor dijo: “Esta gente no tiene amo. ¡Que cada cual se vaya a su casa en paz!”.

18 El rey de Israel dijo a Josafat:

—¿No te dije que jamás me profetiza nada bueno y que solo me anuncia desastres?

19 Micaías prosiguió:

—Por lo tanto, oiga usted la palabra del Señor: Vi al Señor sentado en su trono con todo el ejército del cielo alrededor de él, a su derecha y a su izquierda. 20 Y el Señor dijo: “¿Quién seducirá a Acab para que ataque a Ramot de Galaad y vaya a morir allí?”.

»Uno sugería una cosa y otro sugería otra. 21 Por último, un espíritu se adelantó, se puso delante del Señor y dijo: “Yo lo seduciré”. “¿Por qué medios?”, preguntó el Señor.

22 »Y aquel espíritu respondió: “Saldré y seré un espíritu mentiroso en la boca de todos sus profetas”. Entonces el Señor ordenó: “Ve y hazlo así, que tendrás éxito en seducirlo”.

23 »Así que ahora el Señor ha puesto un espíritu mentiroso en la boca de todos estos profetas suyos. El Señor ha decretado para usted la calamidad».

24 Al oír esto, Sedequías, hijo de Quenaná, se levantó y le dio una bofetada a Micaías.

—¿Por dónde se fue el espíritu[a] del Señor cuando salió de mí para hablarte? —preguntó.

25 Micaías contestó:

—Lo sabrás el día en que andes de escondite en escondite.

26 Entonces el rey de Israel ordenó:

—Tomen a Micaías y llévenselo a Amón, el gobernador de la ciudad, y a Joás, mi hijo. 27 Díganles que ordeno que lo echen en la cárcel y solo le den pan y agua, hasta que yo regrese sin contratiempos.

28 Micaías manifestó:

—Si regresas en paz, el Señor no ha hablado por medio de mí. ¡Tomen nota todos ustedes de lo que estoy diciendo!

Muerte de Acab en Ramot de Galaad(B)

29 El rey de Israel y Josafat, rey de Judá, marcharon juntos contra Ramot de Galaad. 30 Allí el rey de Israel dijo a Josafat: «Yo entraré a la batalla disfrazado, pero tú te pondrás tu traje real». Así que el rey de Israel se disfrazó y entró al combate.

31 Pero el rey de Aram había ordenado a sus treinta y dos comandantes de los carros de combate: «No luchen contra nadie, grande o pequeño, salvo contra el rey de Israel». 32 Cuando los comandantes de los carros vieron a Josafat, pensaron: «Sin duda, este es el rey de Israel». Así que se volvieron para atacarlo; pero Josafat gritó. 33 Entonces los comandantes de los carros vieron que no era el rey de Israel y dejaron de perseguirlo.

34 Sin embargo, alguien disparó su arco al azar e hirió al rey de Israel entre las piezas de su armadura. El rey ordenó al que conducía su carro: «Da la vuelta y sácame del campo de batalla, pues me han herido». 35 Todo el día arreció la batalla y al rey se le mantuvo de pie en su carro, frente a los arameos. Pero la sangre de su herida no dejaba de correr por el piso del carro; esa misma tarde Acab murió. 36 Ya se ponía el sol cuando por todo el ejército se difundió un clamor: «Cada hombre a su ciudad. ¡Todo el mundo a su tierra!».

37 Así que el rey murió y fue llevado a Samaria donde lo sepultaron. 38 Lavaron el carro en un estanque de Samaria, donde se bañaban las prostitutas, y los perros lamieron la sangre, tal como lo había declarado la palabra del Señor.

39 Los demás acontecimientos del reinado de Acab, incluso todo lo que hizo, el palacio que construyó e incrustó de marfil y las ciudades que fortificó, están escritos en el libro de las crónicas de los reyes de Israel. 40 Acab murió y su hijo Ocozías lo sucedió en el trono.

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Footnotes

  1. 22:24 espíritu. Alt. Espíritu.

Micaías profetiza la derrota de Acab

(2 Cr. 18.1-34)

22 Tres años pasaron sin guerra entre los sirios e Israel. Y aconteció al tercer año, que Josafat rey de Judá descendió al rey de Israel. Y el rey de Israel dijo a sus siervos: ¿No sabéis que Ramot de Galaad es nuestra, y nosotros no hemos hecho nada para tomarla de mano del rey de Siria? Y dijo a Josafat: ¿Quieres venir conmigo a pelear contra Ramot de Galaad? Y Josafat respondió al rey de Israel: Yo soy como tú, y mi pueblo como tu pueblo, y mis caballos como tus caballos.

Dijo luego Josafat al rey de Israel: Yo te ruego que consultes hoy la palabra de Jehová. Entonces el rey de Israel reunió a los profetas, como cuatrocientos hombres, a los cuales dijo: ¿Iré a la guerra contra Ramot de Galaad, o la dejaré? Y ellos dijeron: Sube, porque Jehová la entregará en mano del rey. Y dijo Josafat: ¿Hay aún aquí algún profeta de Jehová, por el cual consultemos? El rey de Israel respondió a Josafat: Aún hay un varón por el cual podríamos consultar a Jehová, Micaías hijo de Imla; mas yo le aborrezco, porque nunca me profetiza bien, sino solamente mal. Y Josafat dijo: No hable el rey así. Entonces el rey de Israel llamó a un oficial, y le dijo: Trae pronto a Micaías hijo de Imla. 10 Y el rey de Israel y Josafat rey de Judá estaban sentados cada uno en su silla, vestidos de sus ropas reales, en la plaza junto a la entrada de la puerta de Samaria; y todos los profetas profetizaban delante de ellos. 11 Y Sedequías hijo de Quenaana se había hecho unos cuernos de hierro, y dijo: Así ha dicho Jehová: Con estos acornearás a los sirios hasta acabarlos. 12 Y todos los profetas profetizaban de la misma manera, diciendo: Sube a Ramot de Galaad, y serás prosperado; porque Jehová la entregará en mano del rey.

13 Y el mensajero que había ido a llamar a Micaías, le habló diciendo: He aquí que las palabras de los profetas a una voz anuncian al rey cosas buenas; sea ahora tu palabra conforme a la palabra de alguno de ellos, y anuncia también buen éxito. 14 Y Micaías respondió: Vive Jehová, que lo que Jehová me hablare, eso diré. 15 Vino, pues, al rey, y el rey le dijo: Micaías, ¿iremos a pelear contra Ramot de Galaad, o la dejaremos? Él le respondió: Sube, y serás prosperado, y Jehová la entregará en mano del rey. 16 Y el rey le dijo: ¿Hasta cuántas veces he de exigirte que no me digas sino la verdad en el nombre de Jehová? 17 Entonces él dijo: Yo vi a todo Israel esparcido por los montes, como ovejas que no tienen pastor;(A) y Jehová dijo: Estos no tienen señor; vuélvase cada uno a su casa en paz. 18 Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿No te lo había yo dicho? Ninguna cosa buena profetizará él acerca de mí, sino solamente el mal. 19 Entonces él dijo: Oye, pues, palabra de Jehová: Yo vi a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba junto a él, a su derecha y a su izquierda. 20 Y Jehová dijo: ¿Quién inducirá a Acab, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía de una manera, y otro decía de otra. 21 Y salió un espíritu y se puso delante de Jehová, y dijo: Yo le induciré. Y Jehová le dijo: ¿De qué manera? 22 Él dijo: Yo saldré, y seré espíritu de mentira en boca de todos sus profetas. Y él dijo: Le inducirás, y aun lo conseguirás; ve, pues, y hazlo así. 23 Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de todos tus profetas, y Jehová ha decretado el mal acerca de ti.

24 Entonces se acercó Sedequías hijo de Quenaana y golpeó a Micaías en la mejilla, diciendo: ¿Por dónde se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti? 25 Y Micaías respondió: He aquí tú lo verás en aquel día, cuando te irás metiendo de aposento en aposento para esconderte. 26 Entonces el rey de Israel dijo: Toma a Micaías, y llévalo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey; 27 y dirás: Así ha dicho el rey: Echad a este en la cárcel, y mantenedle con pan de angustia y con agua de aflicción, hasta que yo vuelva en paz. 28 Y dijo Micaías: Si llegas a volver en paz, Jehová no ha hablado por mí. En seguida dijo: Oíd, pueblos todos.

29 Subió, pues, el rey de Israel con Josafat rey de Judá a Ramot de Galaad. 30 Y el rey de Israel dijo a Josafat: Yo me disfrazaré, y entraré en la batalla; y tú ponte tus vestidos. Y el rey de Israel se disfrazó, y entró en la batalla. 31 Mas el rey de Siria había mandado a sus treinta y dos capitanes de los carros, diciendo: No peleéis ni con grande ni con chico, sino solo contra el rey de Israel. 32 Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: Ciertamente este es el rey de Israel; y vinieron contra él para pelear con él; mas el rey Josafat gritó. 33 Viendo entonces los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, se apartaron de él. 34 Y un hombre disparó su arco a la ventura e hirió al rey de Israel por entre las junturas de la armadura, por lo que dijo él a su cochero: Da la vuelta, y sácame del campo, pues estoy herido. 35 Pero la batalla había arreciado aquel día, y el rey estuvo en su carro delante de los sirios, y a la tarde murió; y la sangre de la herida corría por el fondo del carro. 36 Y a la puesta del sol salió un pregón por el campamento, diciendo: ¡Cada uno a su ciudad, y cada cual a su tierra!

37 Murió, pues, el rey, y fue traído a Samaria; y sepultaron al rey en Samaria. 38 Y lavaron el carro en el estanque de Samaria; y los perros lamieron su sangre (y también las rameras se lavaban allí), conforme a la palabra que Jehová había hablado. 39 El resto de los hechos de Acab, y todo lo que hizo, y la casa de marfil que construyó, y todas las ciudades que edificó, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Israel? 40 Y durmió Acab con sus padres, y reinó en su lugar Ocozías su hijo.

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Micaiah Prophesies Against Ahab(A)

22 For three years there was no war between Aram and Israel. But in the third year Jehoshaphat king of Judah went down to see the king of Israel. The king of Israel had said to his officials, “Don’t you know that Ramoth Gilead(B) belongs to us and yet we are doing nothing to retake it from the king of Aram?”

So he asked Jehoshaphat, “Will you go with me to fight(C) against Ramoth Gilead?”

Jehoshaphat replied to the king of Israel, “I am as you are, my people as your people, my horses as your horses.” But Jehoshaphat also said to the king of Israel, “First seek the counsel(D) of the Lord.”

So the king of Israel brought together the prophets—about four hundred men—and asked them, “Shall I go to war against Ramoth Gilead, or shall I refrain?”

“Go,”(E) they answered, “for the Lord will give it into the king’s hand.”(F)

But Jehoshaphat asked, “Is there no longer a prophet(G) of the Lord here whom we can inquire(H) of?”

The king of Israel answered Jehoshaphat, “There is still one prophet through whom we can inquire of the Lord, but I hate(I) him because he never prophesies anything good(J) about me, but always bad. He is Micaiah son of Imlah.”

“The king should not say such a thing,” Jehoshaphat replied.

So the king of Israel called one of his officials and said, “Bring Micaiah son of Imlah at once.”

10 Dressed in their royal robes, the king of Israel and Jehoshaphat king of Judah were sitting on their thrones at the threshing floor(K) by the entrance of the gate of Samaria, with all the prophets prophesying before them. 11 Now Zedekiah(L) son of Kenaanah had made iron horns(M) and he declared, “This is what the Lord says: ‘With these you will gore the Arameans until they are destroyed.’”

12 All the other prophets were prophesying the same thing. “Attack Ramoth Gilead and be victorious,” they said, “for the Lord will give it into the king’s hand.”

13 The messenger who had gone to summon Micaiah said to him, “Look, the other prophets without exception are predicting success for the king. Let your word agree with theirs, and speak favorably.”(N)

14 But Micaiah said, “As surely as the Lord lives, I can tell him only what the Lord tells me.”(O)

15 When he arrived, the king asked him, “Micaiah, shall we go to war against Ramoth Gilead, or not?”

“Attack and be victorious,” he answered, “for the Lord will give it into the king’s hand.”

16 The king said to him, “How many times must I make you swear to tell me nothing but the truth in the name of the Lord?”

17 Then Micaiah answered, “I saw all Israel scattered(P) on the hills like sheep without a shepherd,(Q) and the Lord said, ‘These people have no master. Let each one go home in peace.’”

18 The king of Israel said to Jehoshaphat, “Didn’t I tell you that he never prophesies anything good about me, but only bad?”

19 Micaiah continued, “Therefore hear the word of the Lord: I saw the Lord sitting on his throne(R) with all the multitudes(S) of heaven standing around him on his right and on his left. 20 And the Lord said, ‘Who will entice Ahab into attacking Ramoth Gilead and going to his death there?’

“One suggested this, and another that. 21 Finally, a spirit came forward, stood before the Lord and said, ‘I will entice him.’

22 “‘By what means?’ the Lord asked.

“‘I will go out and be a deceiving(T) spirit in the mouths of all his prophets,’ he said.

“‘You will succeed in enticing him,’ said the Lord. ‘Go and do it.’

23 “So now the Lord has put a deceiving(U) spirit in the mouths of all these prophets(V) of yours. The Lord has decreed disaster(W) for you.”

24 Then Zedekiah(X) son of Kenaanah went up and slapped(Y) Micaiah in the face. “Which way did the spirit from[a] the Lord go when he went from me to speak(Z) to you?” he asked.

25 Micaiah replied, “You will find out on the day you go to hide(AA) in an inner room.”

26 The king of Israel then ordered, “Take Micaiah and send him back to Amon the ruler of the city and to Joash the king’s son 27 and say, ‘This is what the king says: Put this fellow in prison(AB) and give him nothing but bread and water until I return safely.’”

28 Micaiah declared, “If you ever return safely, the Lord has not spoken(AC) through me.” Then he added, “Mark my words, all you people!”

Ahab Killed at Ramoth Gilead(AD)

29 So the king of Israel and Jehoshaphat king of Judah went up to Ramoth Gilead. 30 The king of Israel said to Jehoshaphat, “I will enter the battle in disguise,(AE) but you wear your royal robes.” So the king of Israel disguised himself and went into battle.

31 Now the king of Aram(AF) had ordered his thirty-two chariot commanders, “Do not fight with anyone, small or great, except the king(AG) of Israel.” 32 When the chariot commanders saw Jehoshaphat, they thought, “Surely this is the king of Israel.” So they turned to attack him, but when Jehoshaphat cried out, 33 the chariot commanders saw that he was not the king of Israel and stopped pursuing him.

34 But someone drew his bow(AH) at random and hit the king of Israel between the sections of his armor. The king told his chariot driver, “Wheel around and get me out of the fighting. I’ve been wounded.” 35 All day long the battle raged, and the king was propped up in his chariot facing the Arameans. The blood from his wound ran onto the floor of the chariot, and that evening he died. 36 As the sun was setting, a cry spread through the army: “Every man to his town. Every man to his land!”(AI)

37 So the king died and was brought to Samaria, and they buried him there. 38 They washed the chariot at a pool in Samaria (where the prostitutes bathed),[b] and the dogs(AJ) licked up his blood, as the word of the Lord had declared.

39 As for the other events of Ahab’s reign, including all he did, the palace he built and adorned with ivory,(AK) and the cities he fortified, are they not written in the book of the annals of the kings of Israel? 40 Ahab rested with his ancestors. And Ahaziah his son succeeded him as king.

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Footnotes

  1. 1 Kings 22:24 Or Spirit of
  2. 1 Kings 22:38 Or Samaria and cleaned the weapons