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Advertencia contra enseñanzas falsas

Cuando me iba a Macedonia, te pedí que te quedaras en Éfeso para que les ordenes a los que enseñan doctrinas extrañas que dejen de hacerlo. Diles que dejen de perder el tiempo con leyendas e historias sin fin sobre sus antepasados. Eso sólo causa discusiones que no tienen nada que ver con la obra de Dios, que se realiza sólo por la fe. Te digo esto para que haya amor entre todos, resultado de un corazón puro, de una conciencia limpia y de una fe sincera. Algunos se han apartado de todo eso y ahora pierden su tiempo hablando de cosas que no sirven para nada. Quieren ser maestros de la ley[a], pero no saben lo que dicen y ni siquiera entienden lo que enseñan con tanta seguridad.

Sabemos que la ley es buena si se aplica de manera correcta. También sabemos que la ley no es para los que hacen el bien sino para los delincuentes y los rebeldes, para los que no respetan a Dios, ni viven como él manda; para los pecadores, para los profanos, para los que asesinan a sus padres y para todos los demás asesinos. 10 La ley es para los que tienen relaciones sexuales fuera del matrimonio, los hombres que tienen relaciones sexuales con otros hombres, para los que trafican con seres humanos, para los mentirosos, para los que juran en falso y para los que de cualquier manera se oponen a la verdadera enseñanza que conduce a una vida recta. 11 Esa enseñanza forma parte del glorioso mensaje que el Dios bendito me encargó anunciar.

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Footnotes

  1. 1:7 ley Probablemente se refiere a la ley que Dios entregó a Moisés en el monte Sinaí. Ver Éx 19 y 20.