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La vida que agrada a Dios

Por lo demás, hermanos, os pedimos encarecidamente en el nombre del Señor Jesús que sigáis progresando en el modo de vivir que agrada a Dios, tal como lo aprendisteis de nosotros. De hecho, ya lo estáis practicando. Vosotros sabéis cuáles son las instrucciones que os dimos de parte del Señor Jesús.

La voluntad de Dios es que seáis santificados; que os apartéis de la inmoralidad sexual; que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo[a] de una manera santa y honrosa, sin dejaros llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios; y que nadie perjudique a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya os hemos dicho y advertido. Dios no nos llamó a la impureza, sino a la santidad; por tanto, el que rechaza estas instrucciones no rechaza a un hombre, sino a Dios, quien os da su Espíritu Santo.

En cuanto al amor fraternal, no necesitáis que os escribamos, porque Dios mismo os ha enseñado a amaros unos a otros. 10 En efecto, vosotros amáis a todos los hermanos que viven en Macedonia. No obstante, hermanos, os animamos a amaros aún más, 11 a procurar vivir en paz con todos, a ocuparos en vuestras propias responsabilidades y a trabajar con vuestras propias manos. Así os he mandado, 12 para que por vuestro modo de vivir os ganéis el respeto de los que no son creyentes, y no tengáis que depender de nadie.

La venida del Señor

13 Hermanos, no queremos que ignoréis lo que va a pasar con los que ya han muerto,[b] para que no os entristezcáis como esos otros que no tienen esperanza. 14 ¿Acaso no creemos que Jesús murió y resucitó? Así también Dios resucitará con Jesús a los que han muerto en unión con él. 15 Conforme a lo dicho por el Señor, afirmamos que nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado hasta la venida del Señor, de ninguna manera nos adelantaremos a los que hayan muerto. 16 El Señor mismo descenderá del cielo con voz de mando, con voz de arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero. 17 Luego los que estemos vivos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados junto con ellos en las nubes para encontrarnos con el Señor en el aire. Y así estaremos con el Señor para siempre. 18 Por lo tanto, animaos unos a otros con estas palabras.

Footnotes

  1. 4:4 aprenda … cuerpo. Alt. trate a su esposa, o consiga esposa.
  2. 4:13 han muerto. Lit. duermen; el mismo verbo en vv. 14 y 15.

La vida que agrada a Dios

Ahora, hermanos, les rogamos y encargamos esto en el nombre del Señor Jesús: que sigan ustedes progresando cada día más en la manera de comportarse que aprendieron de nosotros para agradar a Dios, como ya lo están haciendo.

Ustedes conocen las instrucciones que les dimos por la autoridad del Señor Jesús. Lo que Dios quiere es que ustedes lleven una vida santa, que nadie cometa inmoralidades sexuales y que cada uno sepa dominar su propio cuerpo en forma santa y respetuosa, no con pasión y malos deseos como las gentes que no conocen a Dios. Que nadie abuse ni engañe en este asunto a su prójimo, porque el Señor castiga duramente todo esto, como ya les hemos advertido. Pues Dios no nos ha llamado a vivir en impureza, sino en santidad. Así pues, el que desprecia estas enseñanzas no desprecia a ningún hombre, sino a Dios, que les ha dado a ustedes su Espíritu Santo.

En cuanto al amor entre hermanos, no tienen necesidad de que les escribamos, porque Dios mismo les ha enseñado a amarse unos a otros. 10 Pues así hacen ustedes con todos los hermanos que viven en toda Macedonia. Pero les rogamos, hermanos, que su amor aumente todavía más. 11 Procuren vivir tranquilos y ocupados en sus propios asuntos, trabajando con sus manos como les hemos encargado, 12 para que los respeten los de fuera y ustedes no tengan que depender de nadie.

El regreso del Señor

13 Hermanos, no queremos que se queden sin saber lo que pasa con los muertos, para que ustedes no se entristezcan como los otros, los que no tienen esperanza. 14 Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también creemos que Dios va a resucitar con Jesús a los que murieron creyendo en él.

15 Por esto les decimos a ustedes, como enseñanza del Señor, que nosotros, los que quedemos vivos hasta la venida del Señor, no nos adelantaremos a los que murieron. 16 Porque se oirá una voz de mando, la voz de un arcángel y el sonido de la trompeta de Dios, y el Señor mismo bajará del cielo. Y los que murieron creyendo en Cristo, resucitarán primero; 17 después, los que hayamos quedado vivos seremos llevados, juntamente con ellos, en las nubes, para encontrarnos con el Señor en el aire; y así estaremos con el Señor para siempre. 18 Anímense, pues, unos a otros con estas palabras.