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22 Entre los hombres que habían ido con David a la batalla, no faltaron algunos malvados y envidiosos que le dijeron a David:

—A esos doscientos hombres que no vinieron con nosotros, no debemos darles nada de lo que les quitamos a los amalecitas. ¡Que se conformen con llevarse a sus mujeres y a sus hijos!

23 Pero David les dijo:

—No, hermanos míos, no debemos hacer eso. Después de todo, Dios nos ha dado todo esto, y nos cuidó y ayudó a vencer a esos amalecitas ladrones. 24 Además, nadie va a estar de acuerdo con ustedes, pues le debe tocar lo mismo al que va a la batalla que al que se queda a cuidar el equipaje.

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