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49 Al ver que los soldados israelitas tenían pleno control de la ciudad, los demás habitantes se llenaron de miedo, y le rogaron al rey 50 que los perdonara. También le pidieron que diera la orden para que los soldados detuvieran la matanza y dejaran de atacar a la ciudad. 51 Demetrio aceptó, y ellos entregaron las armas y firmaron la paz. Los soldados israelitas fueron felicitados por el rey, y se hicieron muy famosos en todo el reino. Después de todo esto, los soldados regresaron a la ciudad de Jerusalén, llevando con ellos muchas riquezas.

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