撒母耳的出生

有一個以法蓮人名叫以利加拿,住在以法蓮山區的拉瑪·瑣非城。他是蘇弗的玄孫、托戶的曾孫、以利戶的孫子、耶羅罕的兒子。 他有兩個妻子,一個叫哈娜,一個叫毗尼娜。毗尼娜有兒有女,哈娜卻無兒無女。

以利加拿每年都從家鄉到示羅去敬拜萬軍之耶和華,獻上祭物。當時以利的兩個兒子何弗尼和非尼哈在那裡做耶和華的祭司。 每當獻完祭後,以利加拿就會把祭肉分給毗尼娜和她的兒女。 但他會給哈娜雙份祭肉,因為他愛哈娜,雖然耶和華使她不能生育。 毗尼娜見她不能生育,便常常羞辱她、氣她。 每年來到耶和華的殿時,毗尼娜總是惹她傷心哭泣,以致她吃不下飯。 她的丈夫以利加拿對她說:「哈娜,你為什麼哭?為什麼不吃飯?為什麼心裡難過?有我不是比有十個兒子更好嗎?」

一天,他們在示羅吃完飯後,哈娜起來禱告。當時,祭司以利正坐在耶和華殿門口的座位上。 10 哈娜心中愁苦,一邊禱告一邊傷心地哭泣。 11 她向上帝許願說:「萬軍之耶和華啊,如果你眷顧婢女的痛苦,不忘記婢女,賜給婢女一個兒子,我必讓他終生事奉你,永不剃他的頭[a]。」 12 哈娜在耶和華面前禱告,以利注視著她的嘴唇。 13 哈娜在心中默禱,只動嘴唇,不出聲音,以利以為她喝醉了, 14 便對她說:「你要醉到什麼時候呢?醒醒酒吧!」 15 哈娜答道:「我主啊,我沒有喝醉,我淡酒和烈酒都沒有喝。我是心裡非常愁苦,在耶和華面前傾訴心事。 16 請不要以為我是墮落的女人,我心中非常悲傷痛苦,所以一直在禱告。」 17 以利說:「你安心地回去吧,願以色列的上帝答應你的祈求。」 18 哈娜說:「謝謝你恩待婢女。」於是,她就去吃飯,不再愁容滿面了。

19 第二天,以利加拿一家清早起來敬拜耶和華,然後回到自己的家鄉拉瑪。以利加拿與哈娜同房,耶和華顧念哈娜, 20 使她懷孕。她後來生了一個兒子,給孩子取名叫撒母耳,因為她說:「他是我向耶和華求來的。」

21 第二年,以利加拿帶全家人前往示羅,向耶和華獻年祭並還所許的願。 22 哈娜沒有跟他們同去,她告訴丈夫說:「孩子斷奶以後,我會把他帶去獻給耶和華,讓他永遠住在那裡。」 23 以利加拿說:「就依你的意思吧。願耶和華成就祂的應許。」於是,她就留在家中哺養孩子,直到孩子斷奶。 24 孩子斷奶以後,她就把他帶到示羅耶和華的殿,並帶去三頭公牛、十公斤麵粉和一袋酒。 25 他們宰了一頭公牛後,就把孩子帶到以利面前。 26 哈娜說:「我主啊,我敢在你面前起誓,我就是那一次站在你這裡向耶和華祈求的婦人。 27 我求耶和華賜給我一個孩子,祂應允了我的祈求。 28 現在,我將他獻給耶和華,讓他終身事奉耶和華。」

他便在那裡敬拜耶和華。

Footnotes

  1. 1·11 參見民數記6章。

Nacimiento de Samuel

En la región montañosa de Efraín había un hombre zufita de Ramatayin.[a] Su nombre era Elcaná, hijo de Jeroán, hijo de Eliú, hijo de Tohu, hijo de Zuf, efraimita. Elcaná tenía dos esposas. Una de ellas se llamaba Ana y la otra, Penina. Esta tenía hijos, pero Ana no tenía ninguno.

Cada año Elcaná salía de su pueblo para adorar al Señor de los Ejércitos y ofrecerle sacrificios en Siló, donde Ofni y Finés, los dos hijos de Elí, oficiaban como sacerdotes del Señor. Cuando llegaba el día de ofrecer su sacrificio, Elcaná solía dar a Penina y a todos sus hijos e hijas la porción que les correspondía. Pero a Ana le daba una porción especial,[b] pues la amaba a pesar de que el Señor la había hecho estéril. Penina, su rival, solía atormentarla para que se enojara, ya que el Señor la había hecho estéril. Cada año, cuando iban a la casa del Señor, sucedía lo mismo: Penina la atormentaba, hasta que Ana se ponía a llorar y ni comer quería. Entonces Elcaná, su esposo, decía: «Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué no comes? ¿Por qué estás afligida? ¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos?».

Estando en Siló, Ana se levantó después de haber comido y bebido. Y a la vista del sacerdote Elí, que estaba sentado en su silla junto a la puerta del santuario del Señor, 10 comenzó a orar al Señor con gran angustia y a llorar desconsoladamente. 11 Entonces hizo esta promesa: «Señor de los Ejércitos, si te dignas mirar la desdicha de esta sierva tuya, y si en vez de olvidarme te acuerdas de mí y me concedes un hijo varón, yo te lo entregaré para toda su vida y nunca se le cortará el cabello».

12 Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca. 13 Sus labios se movían, pero debido a que Ana oraba en voz baja, no se podía oír su voz. Elí pensó que estaba borracha, 14 así que dijo:

—¿Hasta cuándo te va a durar la borrachera? ¡Deja ya el vino!

15 —No, mi señor; no he bebido vino ni cerveza. Soy solo una mujer angustiada que ha venido a desahogarse delante del Señor. 16 No me tome usted por una mala mujer. He pasado este tiempo orando debido a mi angustia y aflicción.

17 —Vete en paz —respondió Elí—. Que el Dios de Israel te conceda lo que has pedido.

18 —Gracias. Ojalá favorezca usted siempre a esta sierva suya.

Con esto, Ana se despidió y se fue a comer. Desde ese momento, su semblante cambió.

19 Al día siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, volvieron a su casa en Ramá. Luego Elcaná se unió a su esposa Ana, y el Señor se acordó de ella. 20 Ana concibió y a su debido tiempo dio a luz un hijo, al que le puso por nombre Samuel,[c] pues dijo: «Al Señor se lo pedí».

Ana dedica a Samuel

21 Cuando Elcaná volvió a salir con toda su familia para cumplir su promesa y ofrecer su sacrificio anual al Señor, 22 Ana no lo acompañó.

—No iré hasta que el niño sea destetado —explicó a su esposo—. Entonces lo llevaré para dedicarlo al Señor y allí se quedará el resto de su vida.

23 —Bien, haz lo que te parezca mejor —respondió su esposo Elcaná—. Quédate hasta que lo destetes, con tal de que el Señor cumpla su palabra.

Así pues, Ana se quedó en su casa y crio a su hijo hasta que lo destetó.

24 Cuando dejó de amamantarlo, salió con el niño, a pesar de ser tan pequeño, y lo llevó a la casa del Señor en Siló. También llevó un novillo de tres años,[d] un efa[e] de harina y un odre de vino. 25 Luego sacrificaron el novillo y presentaron el niño a Elí. 26 Dijo Ana: «Mi señor, tan cierto como que usted vive, le aseguro que yo soy la mujer que estuvo aquí a su lado orando al Señor. 27 Este es el niño que yo pedí al Señor, y él me lo concedió. 28 Ahora yo, por mi parte, se lo entrego al Señor. Mientras el niño viva, estará dedicado a él». Entonces Elí[f] se postró allí ante el Señor.

Footnotes

  1. 1:1 zufita de Ramatayin. Lit. de Ramatayin Zofín.
  2. 1:5 especial. Alt. doble.
  3. 1:20 En hebreo, el nombre Samuel suena como la expresión que significa Dios oyó.
  4. 1:24 un novillo de tres años (Qumrán, LXX, Siríaca); tres novillos (TM).
  5. 1:24 Es decir, aprox. 16 kg.
  6. 1:28 Elí. Lit. él.

Dios concede un hijo a Ana

En un lugar de los montes de Efraín, llamado Ramá, vivía un hombre de la familia de Suf, cuyo nombre era Elcaná. Era hijo de Jeroham y nieto de Elihú. Su bisabuelo fue Tohu, hijo de Suf, que pertenecía a la tribu de Efraín. Elcaná tenía dos esposas. Una se llamaba Ana, y la otra Peniná. Peniná tenía hijos, pero Ana no los tenía. Todos los años salía Elcaná de su pueblo para rendir culto y ofrecer sacrificios en Siló al Señor todopoderoso. Allí había dos hijos del sacerdote Elí, llamados Hofní y Finees, que también eran sacerdotes del Señor.

Cuando Elcaná ofrecía el sacrificio, daba su ración correspondiente a Peniná y a todos los hijos e hijas de ella, pero a Ana le daba una ración especial, porque la amaba mucho, a pesar de que el Señor le había impedido tener hijos. Por esto Peniná, que era su rival, la molestaba y se burlaba de ella, humillándola porque el Señor la había hecho estéril.

Cada año, cuando iban al templo del Señor, Peniná la molestaba de este modo; por eso Ana lloraba y no comía. Entonces le decía Elcaná, su marido: «Ana, ¿por qué lloras? ¿Por qué estás triste y no comes? ¿Acaso no soy para ti mejor que diez hijos?»

En cierta ocasión, estando en Siló, Ana se levantó después de la comida. El sacerdote Elí estaba sentado en un sillón, cerca de la puerta de entrada del templo del Señor. 10 Y Ana, llorando y con el alma llena de amargura, se puso a orar al Señor 11 y le hizo esta promesa: «Señor todopoderoso: Si te dignas contemplar la aflicción de esta sierva tuya, y te acuerdas de mí y me concedes un hijo, yo lo dedicaré toda su vida a tu servicio, y en señal de esa dedicación no se le cortará el pelo.»

12 Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca; 13 pero ella oraba mentalmente. No se escuchaba su voz; sólo se movían sus labios. Elí creyó entonces que estaba borracha, 14 y le dijo:

—¿Hasta cuándo vas a estar borracha? ¡Deja ya el vino!

15 —No es eso, señor —contestó Ana—. No es que haya bebido vino ni ninguna bebida fuerte, sino que me siento angustiada y estoy desahogando mi pena delante del Señor. 16 No piense usted que soy una mala mujer, sino que he estado orando todo este tiempo porque estoy preocupada y afligida.

17 —Vete en paz —le contestó Elí—, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido.

18 —Muchísimas gracias —contestó ella.

Luego Ana regresó por donde había venido, y fue a comer, y nunca más volvió a estar triste. 19 A la mañana siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, regresaron a su casa en Ramá. Después Elcaná se unió con su esposa Ana, y el Señor tuvo presente la petición que ella le había hecho. 20 Así Ana quedó embarazada, y cuando se cumplió el tiempo dio a luz un hijo y le puso por nombre Samuel, porque se lo había pedido al Señor.

21 Luego fue Elcaná con toda su familia a Siló, para cumplir su promesa y ofrecer el sacrificio anual; 22 pero Ana no fue, porque le dijo a su marido:

—No iré hasta que destete al niño. Entonces lo llevaré para dedicárselo al Señor y que se quede allá para siempre.

23 Elcaná, su marido, le respondió:

—Haz lo que mejor te parezca. Quédate hasta que lo hayas destetado. Y que el Señor cumpla su promesa.

Así ella se quedó y crió a su hijo hasta que lo destetó. 24 Y cuando le quitó el pecho, y siendo todavía él un niño pequeño, lo llevó consigo al templo del Señor en Siló. También llevó tres becerros, veintidós litros de trigo y un cuero de vino. 25 Entonces sacrificaron un becerro y presentaron el niño a Elí. 26 Y Ana le dijo:

—Perdone usted, señor, pero tan cierto como que usted vive es que yo soy aquella mujer que estuvo orando al Señor aquí, cerca de usted. 27 Le pedí al Señor que me diera este hijo, y él me lo concedió. 28 Yo, por mi parte, lo he dedicado al Señor, y mientras viva estará dedicado a él.

Entonces Elí se inclinó hasta tocar el suelo con la frente, delante del Señor.