⁸ Pero no escucharon ni inclinaron su oído, sino que cada cual anduvo en la terquedad de su malvado corazón^(A). Por tanto, hice caer sobre ellos todas las palabras de este pacto, que yo les mandé cumplir y no lo cumplieron^(B)».

¹⁰ y no hemos obedecido la voz del Señor nuestro Dios para andar en sus enseñanzas^[a], que Él puso delante de nosotros por medio^[b] de sus siervos los profetas^(A). ¹¹ Ciertamente todo Israel ha transgredido tu ley y se ha apartado, sin querer obedecer tu voz^(B); por eso ha sido derramada sobre nosotros la maldición y el juramento que está escrito en la ley^(C) de Moisés, siervo de Dios, porque hemos pecado contra Él. ¹² Y Él ha confirmado las palabras que habló contra nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron^[c], trayendo sobre nosotros gran calamidad^(D), pues nunca se ha hecho debajo del^[d] cielo nada como lo que se ha hecho contra Jerusalén^(E). ¹³ Como está escrito en la ley de Moisés, toda esta calamidad ha venido sobre nosotros^(F), pero no hemos buscado el favor^[e] del Señor nuestro Dios, apartándonos de nuestra iniquidad y prestando atención a^[f] tu verdad^(G). ¹⁴ Por tanto, el Señor ha estado guardando esta^[g] calamidad^(H) y la ha traído sobre nosotros; porque el Señor nuestro Dios es justo en todas las obras que ha hecho, pero nosotros no hemos obedecido su voz^(I).