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Censo de Israel en el Sinaí

El día primero del segundo mes del segundo año, cuando hacía poco más de un año que los israelitas habían salido de Egipto, el Señor se dirigió a Moisés en el desierto de Sinaí, en la tienda del encuentro con Dios, y le dijo:

«Hagan un censo de todos los israelitas, por clanes y familias, para saber el nombre y número exacto de todos los hombres de veinte años para arriba, aptos para la guerra. Regístrenlos según el orden militar, con la ayuda de Aarón y de un jefe de familia por cada tribu. Éstos son los nombres de los jefes que deberán ayudarles:

»Por la tribu de Rubén: Elisur, hijo de Sedeúr.

»Por la de Simeón: Selumiel, hijo de Surisadai.

»Por la de Judá: Nahasón, hijo de Aminadab.

»Por la de Isacar: Natanael, hijo de Suar.

»Por la de Zabulón: Eliab, hijo de Helón.

10 »Por las tribus de los hijos de José: Elisamá, hijo de Amihud, por la de Efraín; y Gamaliel, hijo de Pedasur, por la de Manasés.

11 »Por la tribu de Benjamín: Abidán, hijo de Guidoní.

12 »Por la de Dan: Ahiézer, hijo de Amisadai.

13 »Por la de Aser: Paguiel, hijo de Ocrán.

14 »Por la de Gad: Eliasaf, hijo de Reuel.

15 »Por la de Neftalí: Ahirá, hijo de Enán.»

16 Éstos fueron los jefes de tribu escogidos de entre la comunidad israelita para representar a sus propios clanes. 17-18 El día primero del segundo mes del año, Moisés y Aarón reunieron a estos hombres expresamente designados por Dios, lo mismo que a todo el pueblo, e hicieron el censo de todos los israelitas, anotando en orden de clanes y familias el nombre de cada uno de ellos y el número total de hombres de veinte años para arriba, 19 tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés. Este censo se hizo en el desierto de Sinaí.

20-21 Una vez hecho el censo por tribus, clanes y familias, y anotados ya el nombre de cada uno y el número total de hombres mayores de veinte años, el resultado fue el siguiente:

De la tribu de Rubén, el hijo mayor de Israel, se contaron cuarenta y seis mil quinientos hombres aptos para la guerra.

22-23 De la tribu de Simeón se contaron cincuenta y nueve mil trescientos.

24-25 De la tribu de Gad se contaron cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta.

26-27 De la tribu de Judá se contaron setenta y cuatro mil seiscientos.

28-29 De la tribu de Isacar se contaron cincuenta y cuatro mil cuatrocientos.

30-31 De la tribu de Zabulón se contaron cincuenta y siete mil cuatrocientos.

32-35 De los descendientes de José se contaron cuarenta mil quinientos de la tribu de Efraín y treinta y dos mil doscientos de la tribu de Manasés.

36-37 De la tribu de Benjamín se contaron treinta y cinco mil cuatrocientos.

38-39 De la tribu de Dan se contaron sesenta y dos mil setecientos.

40-41 De la tribu de Aser se contaron cuarenta y un mil quinientos.

42-43 De la tribu de Neftalí se contaron cincuenta y tres mil cuatrocientos.

44 Éste fue el resultado del censo que hicieron Moisés, Aarón y los doce jefes israelitas que representaban a sus respectivas tribus y familias: 45 los israelitas de veinte años para arriba, aptos para la guerra, 46 fueron seiscientos tres mil quinientos cincuenta en total.

Nombramiento de los levitas

47 Los levitas no fueron contados entre las tribus de sus antepasados, 48 porque el Señor le había dicho a Moisés: 49 «Cuando hagas el censo de los israelitas, no cuentes entre ellos a la tribu de Leví. 50 A los levitas deberás ponerlos a cargo del servicio del santuario de la alianza, de todos sus utensilios y de todo lo que corresponde al santuario. Ellos se ocuparán de transportar el santuario y sus utensilios, y de todo lo relacionado con su servicio. También deberán acampar alrededor del santuario, 51 y cuando haya que transportarlo, ellos serán quienes lo desarmen y quienes lo instalen de nuevo cuando tengan que acampar. Toda persona ajena que se acerque al santuario, será condenada a muerte. 52 Los demás israelitas acamparán a la manera militar, cada uno en su propio campamento y bajo su propia bandera. 53 Los levitas, por su parte, acamparán alrededor del santuario de la alianza, y cuidarán de él, para que el Señor no se enoje contra los israelitas.»

54 Los israelitas lo hicieron todo tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Orden del campamento

El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo:

«Los israelitas deberán acampar a cierta distancia alrededor de la tienda del encuentro, cada uno bajo su propia bandera y con los distintivos de su propia familia.

»Al este acamparán los ejércitos que marchan bajo la bandera de Judá. El ejército de la tribu de Judá tiene como jefe a Nahasón, hijo de Aminadab, y según el censo se compone de setenta y cuatro mil seiscientos hombres. Junto a ellos acampará el ejército de la tribu de Isacar, que tiene como jefe a Natanael, hijo de Suar, y que según el censo se compone de cincuenta y cuatro mil cuatrocientos hombres. También acampará con ellos el ejército de la tribu de Zabulón, que tiene como jefe a Eliab, hijo de Helón, y que según el censo se compone de cincuenta y siete mil cuatrocientos hombres. De esta manera el campamento de Judá se compondrá de tres ejércitos, con un total de ciento ochenta y seis mil cuatrocientos hombres, que marcharán al frente de los israelitas.

10 »Al sur acamparán los ejércitos que marchan bajo la bandera de Rubén. El ejército de la tribu de Rubén tiene como jefe a Elisur, hijo de Sedeúr, 11 y según el censo se compone de cuarenta y seis mil quinientos hombres. 12 Junto a ellos acampará el ejército de la tribu de Simeón, que tiene como jefe a Selumiel, hijo de Surisadai, 13 y que según el censo se compone de cincuenta y nueve mil trescientos hombres. 14 También acampará con ellos el ejército de la tribu de Gad, que tiene como jefe a Eliasaf, hijo de Reuel, 15 y que según el censo se compone de cuarenta y cinco mil seiscientos cincuenta hombres. 16 De esta manera el campamento de Rubén se compondrá de tres ejércitos, con un total de ciento cincuenta y un mil cuatrocientos cincuenta hombres, que marcharán en segundo lugar.

17 »Los levitas marcharán en seguida, entre los cuatro campamentos, llevando con ellos la tienda del encuentro. Los cuatro campamentos marcharán uno tras otro, en el orden en que hayan acampado y bajo su propia bandera.

18 »Al oeste acamparán los ejércitos que marchan bajo la bandera de Efraín. El ejército de la tribu de Efraín tiene como jefe a Elisamá, hijo de Amihud, 19 y según el censo se compone de cuarenta mil quinientos hombres. 20 Junto a ellos acampará el ejército de la tribu de Manasés, que tiene como jefe a Gamaliel, hijo de Pedasur, 21 y que según el censo se compone de treinta y dos mil doscientos hombres. 22 También acampará con ellos el ejército de la tribu de Benjamín, que tiene como jefe a Abidán, hijo de Guidoní, 23 y que según el censo se compone de treinta y cinco mil cuatrocientos hombres. 24 De esta manera el campamento de Efraín se compondrá de tres ejércitos, con un total de ciento ocho mil cien hombres, que marcharán en tercer lugar.

25 »Al norte acamparán los ejércitos que marchan bajo la bandera de Dan. El ejército de la tribu de Dan tiene como jefe a Ahiézer, hijo de Amisadai, 26 y según el censo se compone de sesenta y dos mil setecientos hombres. 27 Junto a ellos acampará el ejército de la tribu de Aser, que tiene como jefe a Paguiel, hijo de Ocrán, 28 y que según el censo se compone de cuarenta y un mil quinientos hombres. 29 También acampará con ellos el ejército de la tribu de Neftalí, que tiene como jefe a Ahirá, hijo de Enán, 30 y que según el censo se compone de cincuenta y tres mil cuatrocientos hombres. 31 De esta manera el campamento de Dan se compondrá de tres ejércitos, con un total de ciento cincuenta y siete mil seiscientos hombres, que cerrarán la marcha tras su bandera.»

32 El censo de las familias israelitas dio como resultado un ejército de seiscientos tres mil quinientos cincuenta hombres. 33 Pero, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés, los levitas no fueron contados en el censo.

34 Los israelitas lo hicieron todo tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés: cada cual acampó bajo su propia bandera y marchó con su propio clan y su propia familia.

Deberes de los levitas

Por el tiempo en que el Señor habló a Moisés en el monte Sinaí, los descendientes de Aarón y de Moisés eran éstos: Los hijos de Aarón: Nadab, que era el mayor, Abihú, Eleazar e Itamar. Los cuatro fueron consagrados y ordenados para oficiar como sacerdotes, pero Nadab y Abihú murieron delante del Señor porque en el desierto de Sinaí le ofrecieron un fuego extraño. Ellos no tuvieron hijos. Entonces Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio bajo la vigilancia de Aarón, su padre.

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Llama a los de la tribu de Leví, para que se pongan a las órdenes del sacerdote Aarón y le sirvan. Estarán al servicio de Aarón y de todo el pueblo, ante la tienda del encuentro, y se encargarán del servicio del santuario. Cuidarán también de los utensilios de la tienda del encuentro, y estarán al servicio de los israelitas en todos los oficios del santuario. Aparta a los levitas de los demás israelitas, para que se dediquen especialmente a servir a Aarón y a sus descendientes, 10 y deja en manos de Aarón y sus descendientes las funciones del sacerdocio. Si alguien oficia como sacerdote sin serlo, será condenado a muerte.»

Los levitas, propiedad del Señor

11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

12 «De entre los israelitas he escogido a los levitas, a cambio del primer hijo de cada familia. Ellos me pertenecen, 13 porque a mí me pertenece todo primer hijo. Cuando hice morir a todos los hijos mayores de los egipcios, reservé para mí los hijos mayores de los israelitas y las primeras crías de sus animales. Por lo tanto, me pertenecen. Yo soy el Señor.»

Censo de los levitas

14 El Señor se dirigió a Moisés en el desierto de Sinaí, y le dijo: 15 «Haz un censo de los levitas por orden de familias y clanes, y registra a todos los levitas varones de un mes de edad para arriba.» 16 Y Moisés hizo el censo, tal como el Señor se lo había ordenado.

17 Los hijos de Leví fueron Guersón, Quehat y Merarí.

18 Los descendientes de Guersón, por orden de clanes, fueron Libní y Simí.

19 Los descendientes de Quehat, por orden de clanes, fueron Amram, Ishar, Hebrón y Uziel.

20 Los descendientes de Merarí, por orden de clanes, fueron Mahli y Musí.

Todos estos fueron los clanes de Leví por orden de familias.

21 Los clanes de Guersón eran los de Libní y Simí. 22 El total de sus varones registrados de un mes de edad para arriba, fue de siete mil quinientos. 23 Estos clanes acampaban al oeste, detrás del santuario. 24 El jefe de las familias descendientes de Guersón era Eliasaf, el hijo de Lael. 25 En la tienda del encuentro ellos se encargaban del cuidado del santuario, de la tienda, de su cubierta de pieles, de la cortina que está a la entrada de la tienda, 26 de las cortinas del patio, de la cortina que está a la entrada del patio que rodea el santuario y el altar, y de las cuerdas correspondientes.

27 Los clanes de Quehat eran los de Amram, Ishar, Hebrón y Uziel, 28 y el total de varones registrados de un mes de edad para arriba, fue de ocho mil trescientos. Estos clanes estaban al cuidado del santuario 29 y acampaban al lado sur del santuario. 30 El jefe de estos clanes era Elisafán, hijo de Uziel. 31 Estos clanes tenían bajo su cuidado el arca de la alianza, la mesa, el candelabro, los altares, los objetos sagrados necesarios para el servicio religioso, el velo y todos los utensilios correspondientes.

32 El jefe principal de los levitas era Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, y estaba encargado de vigilar a los que cuidaban el santuario.

33 Los clanes de Merarí eran los de Mahli y Musí. 34 El total de sus varones registrados de un mes de edad para arriba, fue de seis mil doscientos. 35 Su jefe era Suriel, hijo de Abihail, y acampaban al lado norte del santuario. 36 Los descendientes de Merarí tenían bajo su cuidado las tablas del santuario, con sus travesaños, sus postes, sus bases y todos sus utensilios, 37 lo mismo que los postes que rodeaban el patio, con sus bases, sus estacas y sus cuerdas.

38 Por el lado oriental, frente al santuario y delante de la tienda del encuentro, acampaban Moisés y Aarón y los hijos de Aarón, los cuales cuidaban el santuario en nombre de los demás israelitas. Si alguien oficiaba como sacerdote sin serlo, era condenado a muerte.

39 Cuando Moisés y Aarón hicieron el censo de los levitas por orden de clanes, tal como el Señor se lo había ordenado, resultó que los varones de un mes de edad para arriba eran veintidós mil en total.

Rescate de los hijos mayores

40 El Señor dijo a Moisés:

«Haz un censo de los hijos mayores de los israelitas, de un mes de edad para arriba, y registra sus nombres. 41 Luego, a cambio de los hijos mayores de los israelitas, resérvame a los levitas. Yo soy el Señor. De la misma manera, a cambio de las primeras crías del ganado de los israelitas, resérvame el ganado de los levitas.»

42 Moisés hizo el censo de los hijos mayores de los israelitas, tal como el Señor se lo había ordenado, 43 y todos los varones registrados de un mes de edad para arriba fueron veintidós mil doscientos setenta y tres.

44 Y el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

45 «Toma a los levitas a cambio de los hijos mayores de los israelitas, y el ganado de los levitas a cambio del ganado de los israelitas, pues los levitas me pertenecen. Yo soy el Señor. 46 Pero los hijos mayores de los israelitas son más numerosos que los levitas; así que, para rescatar a esos doscientos setenta y tres hijos mayores que hay de más, 47 pide una contribución de cinco monedas de plata por persona, según el peso oficial del santuario, que es la moneda de plata de once gramos, 48 y entrega ese dinero a Aarón y a sus hijos como rescate por ellos.»

49 Moisés recogió el dinero del rescate por los hijos mayores israelitas que había de más, 50 y recogió mil trescientas sesenta y cinco monedas de plata, conforme al peso oficial del santuario. 51 Después entregó este dinero a Aarón y a sus hijos, tal como el Señor se lo había ordenado.

Oficios de los levitas

El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo:

«Haz un censo, por orden de clanes y familias, de los levitas descendientes de Quehat que estén entre los treinta y los cincuenta años de edad, y que sean aptos para el servicio de la tienda del encuentro.

»El trabajo de los descendientes de Quehat es muy sagrado, y consiste en lo siguiente: Cuando el pueblo tenga que ponerse en camino, Aarón y sus hijos quitarán el velo que está a la entrada del Lugar santísimo y con él cubrirán el arca de la alianza. Encima le pondrán una cubierta de pieles finas, y sobre eso extenderán una tela morada de una sola pieza, y le pondrán los palos para transportarlo. Extenderán también una tela morada sobre la mesa de la Presencia, y sobre ella colocarán los platos, los cucharones, las copas y las jarras para las ofrendas de vino, lo mismo que el pan que se ofrece continuamente. Encima de todo eso extenderán una tela roja, y lo cubrirán con una cubierta de pieles finas, y le pondrán los palos para transportarlo. Luego tomarán una tela morada y cubrirán con ella el candelabro, las lámparas, las tenazas, los platillos y todos los vasos que se utilizan para el aceite. 10 Todo eso lo envolverán con una cubierta de pieles finas y lo pondrán sobre unos palos para transportarlo.

11 »También extenderán una tela morada sobre el altar de oro, lo envolverán con una cubierta de pieles finas y le pondrán palos para transportarlo. 12 Luego recogerán los utensilios usados en el servicio del santuario y los pondrán en una tela morada, los envolverán en una cubierta de pieles finas y los llevarán también sobre unos palos. 13 Deben limpiar de grasa y ceniza el altar, y cubrirlo después con una tela de púrpura. 14 Encima pondrán todo lo que se usa para los oficios religiosos en el altar: los braseros, los tenedores, las palas, los tazones; en fin, todos los utensilios del altar. A todo eso le pondrán una cubierta de pieles finas y los palos para transportarlo. 15 Cuando Aarón y sus hijos hayan terminado de envolver todos los objetos sagrados, y estén ya listos para ponerse en camino, podrán venir los descendientes de Quehat para transportar todas estas cosas. Pero no deben tocar nada sagrado con las manos, para que no mueran. Todas estas cosas de la tienda del encuentro son las que deben transportar los descendientes de Quehat. 16 Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, deberá encargarse del aceite para las lámparas, del incienso perfumado, de los cereales para las ofrendas que siempre me deben ofrecer, y del aceite de consagrar. También tendrá que cuidar del santuario y de todo lo que hay en él, lo mismo que de los objetos sagrados correspondientes.»

17 El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo:

18 «No permitan que los clanes de Quehat desaparezcan de entre los levitas. 19 Para que ellos no sean castigados con la muerte por tocar las cosas sagradas, deberán hacer lo siguiente: Aarón y sus hijos se encargarán de decir a cada uno de ellos lo que ha de hacer y lo que le toca llevar. 20 Así ellos no tendrán que entrar en ningún momento a ver las cosas sagradas, y tampoco morirán.»

21 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

22 «Haz también un censo, por orden de clanes y familias, de los descendientes de Guersón 23 que estén entre los treinta y los cincuenta años de edad, y que sean aptos para el servicio de la tienda del encuentro.

24 »El trabajo de los descendientes de Guersón será el siguiente: 25 Deberán transportar las cortinas del santuario, la tienda del encuentro, la cubierta de pieles finas que se le pone encima, la cortina de la entrada a la tienda del encuentro, 26 las cortinas del patio, la cortina para la entrada del patio que rodea el santuario y el altar, las cuerdas correspondientes y todos los utensilios que necesitan para su oficio y para su trabajo. 27 Aarón y sus hijos dirigirán a los descendientes de Guersón en los trabajos que han de hacer y en las cosas que han de transportar. Ustedes los harán responsables de lo que ellos hayan de hacer. 28 Éste es el servicio que los clanes de los descendientes de Guersón han de prestar en la tienda del encuentro, bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.

29 »Haz también un censo de los descendientes de Merarí, por orden de clanes y familias. 30 Registra a todos los que tengan entre treinta y cincuenta años de edad, es decir, que sean aptos para el servicio de la tienda del encuentro. 31 Su trabajo en relación con la tienda del encuentro será el de transportar las tablas del santuario, los travesaños, los postes, las bases, 32 los postes del patio que rodea el santuario, con sus bases, estacas y cuerdas y todo lo que necesitan para su trabajo. Tú deberás decirle a cada uno exactamente qué cosas ha de transportar. 33 Éste es el trabajo, en relación con la tienda del encuentro, que estará a cargo de los clanes descendientes de Merarí y que se hará bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón.»

34 Moisés, Aarón y los jefes del pueblo hicieron el censo, por orden de clanes y familias, de los descendientes de Quehat 35 que estaban entre los treinta y los cincuenta años de edad, y que eran aptos para el servicio de la tienda del encuentro, 36 y los hombres registrados fueron dos mil setecientos cincuenta en total. 37 Éste fue el número de los descendientes de Quehat que podían prestar servicio en la tienda del encuentro, según el censo que hicieron Moisés y Aarón y conforme a la orden que el Señor había dado a Moisés.

38 Los descendientes de Guersón, por orden de clanes y familias, 39 que estaban entre los treinta y los cincuenta años de edad y que eran aptos para el servicio de la tienda del encuentro, 40 fueron dos mil seiscientos treinta. 41 Éste fue el número de los descendientes de Guersón que podían prestar servicio en la tienda del encuentro, según el censo que hicieron Moisés y Aarón por orden del Señor.

42 Los descendientes de Merarí, por orden de clanes y familias, 43 que estaban entre los treinta y los cincuenta años de edad y que eran aptos para el servicio de la tienda del encuentro, 44 fueron tres mil doscientos. 45 Éste fue el número de los descendientes de Merarí que podían prestar servicio en la tienda del encuentro, según el censo que hicieron Moisés y Aarón y conforme a la orden que el Señor había dado a Moisés.

46 El número total de levitas contados por Moisés, Aarón y los jefes de Israel, por orden de clanes y familias, 47 que estaban entre los treinta y los cincuenta años de edad y que eran aptos para el servicio de la tienda del encuentro, 48 fue de ocho mil quinientos ochenta. 49 Este censo se hizo según la orden que el Señor había dado a Moisés, y a cada uno se le dijo lo que tenía que hacer y lo que le tocaba llevar, tal como el Señor se lo había ordenado a Moisés.

Orden de expulsar a los ritualmente impuros

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Ordena a los israelitas que saquen fuera del campamento a todas las personas que tengan lepra, o que sufran de flujo, o que hayan quedado impuras por tocar un cadáver. Que los saquen fuera del campamento, sean hombres o mujeres. Así no harán impuro el campamento, donde yo vivo en medio de ellos.»

Los israelitas obedecieron la orden que el Señor dio a Moisés y sacaron fuera del campamento a aquellas personas.

Ley sobre daños y perjuicios

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Di a los israelitas lo siguiente: Cuando un hombre o una mujer es infiel al Señor y causa algún perjuicio a otra persona, comete un pecado y deberá reconocerlo. Además deberá dar a la persona perjudicada, como compensación, el equivalente al daño causado más una quinta parte. Si la persona perjudicada ya ha muerto y no hay ningún pariente cercano a quien darle la compensación, ésta será para el Señor y en beneficio del sacerdote, además del carnero que el sacerdote deberá ofrecer para obtener el perdón por el pecado de esa persona.

»Toda contribución y ofrenda que los israelitas consagren al Señor, y que lleven ante el sacerdote, será para el sacerdote. 10 Todo lo que se consagre al Señor y se le lleve al sacerdote, será para el sacerdote.»

Ley en caso de celos

11 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

12 «Di a los israelitas lo siguiente: Puede darse el caso de que una mujer sea infiel a su marido 13 y tenga relaciones con otro hombre sin que su marido lo sepa, y que, aunque ella cometa este acto que la hace impura, no haya pruebas de ello y la cosa quede oculta por no haber sido ella sorprendida en el acto mismo. 14 En ese caso, puede ser que el marido se ponga celoso por causa de su mujer. Pero también puede darse el caso de que el marido se ponga celoso aun cuando su mujer sea inocente. 15 En ambos casos, el marido llevará a su mujer ante el sacerdote, y presentará como ofrenda por ella dos kilos de harina de cebada. Pero no derramará aceite ni incienso sobre la harina, pues es una ofrenda por causa de celos, una ofrenda para poner al descubierto un pecado.

16 »El sacerdote hará que la mujer se acerque, y la presentará al Señor. 17 Luego tomará un poco de agua sagrada en una vasija de barro y mezclará con ella un poco de polvo del suelo del santuario. 18 Hará así mismo que la mujer se coloque delante del Señor, le soltará el pelo y le pondrá en las manos la ofrenda por causa de celos para poner al descubierto un pecado; él, por su parte, tomará en sus manos el agua amarga que trae maldición. 19 Entonces le tomará juramento a la mujer, y le dirá: “Si no has tenido relaciones con otro hombre ni le has sido infiel a tu marido, ni has cometido con otro hombre un acto que te haga impura, que no te pase nada al beber esta agua amarga que trae maldición. 20 Pero si le has sido infiel a tu marido, si has tenido relaciones con otro hombre y has cometido así un acto que te hace impura, 21 que el Señor te convierta en ejemplo de maldición ante el pueblo, y haga que el vientre se te hinche y que tu criatura se malogre. 22 Ese castigo te vendrá al beber esta agua que trae maldición.” Y la mujer responderá: “Amén.”

23 »Entonces el sacerdote pondrá esta maldición por escrito y la borrará con el agua amarga. 24 Después hará que la mujer beba esa agua, para que le provoque amargura dentro de sí, 25 y recibirá de manos de ella la ofrenda por causa de celos para presentarla ante el Señor; luego colocará la ofrenda sobre el altar, 26 y en seguida tomará un puñado de la ofrenda de cereales y lo quemará en el altar como ofrenda de recordación.

»Después que el sacerdote haya hecho beber a la mujer el agua amarga, 27 si ella ha sido infiel a su marido, esta agua que trae maldición provocará amargura dentro de ella, y hará que el vientre se le hinche y que la criatura se malogre, y la mujer se convertirá en ejemplo de maldición entre su pueblo. 28 Pero si la mujer es inocente, no le pasará nada y podrá tener hijos.

29 »Ésta es la ley para los casos en que una mujer le sea infiel a su marido y él se ponga celoso, 30 o en los que simplemente se ponga celoso el marido por causa de su mujer. El marido deberá presentar a su mujer ante el Señor, y el sacerdote hará con ella lo que manda esta ley. 31 El marido no será considerado culpable, pero si la mujer es culpable, ella sufrirá su castigo.»

Normas para los nazareos

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Di a los israelitas lo siguiente: Si un hombre o una mujer hace la promesa de consagrarse al Señor como nazareo, no podrá beber vino ni ninguna bebida fermentada, ni vinagre hecho de vino o de bebidas fermentadas, ni jugo de uva; tampoco podrá comer uvas ni pasas. Mientras dure su promesa no podrá comer nada de lo que produce la vid, sea lo que sea. Tampoco podrá cortarse el cabello, sino que se lo dejará crecer hasta que termine el plazo fijado a su promesa, pues debe mantenerse consagrado al Señor. Durante ese tiempo tampoco podrá acercarse a un cadáver, ni siquiera en el caso de que muera su padre, su madre, o algún hermano o hermana, para no quedar impuro, pues está obligado a mantenerse consagrado al Señor. Todo el tiempo que dure su promesa, estará consagrado al Señor.

»Si alguien muere de repente junto a él y le vuelve así impuro el pelo, que él tenía consagrado al Señor, deberá raparse la cabeza siete días más tarde, es decir, el día señalado para su purificación. 10 El octavo día llevará al sacerdote dos tórtolas o dos pichones de paloma, a la entrada de la tienda del encuentro. 11 El sacerdote ofrecerá uno de ellos como sacrificio por el pecado y el otro como holocausto, y celebrará el rito para obtener el perdón por el pecado cometido al tocar el cadáver. Ese día volverá a consagrar su pelo al Señor, 12 y comenzará un nuevo período de consagración al Señor. El tiempo anterior no se tomará en cuenta, porque el pelo que había consagrado quedó impuro. También deberá llevar al Señor un cordero de un año como sacrificio por la culpa.

13 »Cuando termine el plazo de su consagración, el nazareo deberá ir a la entrada de la tienda del encuentro 14 y ofrecer al Señor un cordero de un año y sin ningún defecto como holocausto, una oveja de un año y sin ningún defecto como sacrificio por el pecado, y un carnero sin ningún defecto como sacrificio de reconciliación. 15 También deberá ofrecer un canastillo de panes hechos de la mejor harina, sin levadura y amasados con aceite; hojuelas sin levadura rociadas con aceite, junto con sus correspondientes ofrendas de cereales y de vino. 16 El sacerdote ofrecerá ante el Señor el sacrificio por el pecado y el holocausto, 17 y ofrecerá el carnero como sacrificio de reconciliación, junto con el canastillo de panes sin levadura, y hará la ofrenda de cereales y de vino. 18 El nazareo se rapará la cabeza a la entrada de la tienda del encuentro, y tomará el pelo que había consagrado y lo echará al fuego que arde bajo el sacrificio de reconciliación. 19 El sacerdote tomará la espaldilla del carnero, ya cocida, un pan sin levadura del canastillo y una hojuela sin levadura, y lo pondrá todo en manos del nazareo, después que éste se haya rapado la cabeza. 20 Entonces el sacerdote celebrará el rito de presentación ante el Señor. El pecho del animal con que se celebra el rito de presentación y el muslo que se da como contribución al Señor, son cosas sagradas y reservadas al sacerdote. Después de esto, el nazareo podrá beber vino.

21 »Ésta es la ley para el que hace la promesa de consagrarse al Señor como nazareo, y éstas son las ofrendas que le debe presentar, sin contar cualquier otra cosa que esté en capacidad de ofrecer. Deberá cumplir lo prometido, de acuerdo con lo establecido para estos casos.»

La bendición sacerdotal

22 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

23 «Diles a Aarón y a sus hijos que cuando bendigan a los israelitas lo hagan de esta manera:

24 »“Que el Señor te bendiga y te proteja;
25 que el Señor te mire con agrado
y te muestre su bondad;
26 que el Señor te mire con amor
y te conceda la paz.”

27 »Así ellos pronunciarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré.»

Ofrendas para la consagración del santuario

El día en que Moisés terminó de construir el santuario, lo consagró con aceite, junto con todos los utensilios del santuario y los del altar. Luego los jefes de las tribus, los que habían ayudado a hacer el censo, fueron y presentaron al Señor como ofrenda seis carretas cubiertas y doce bueyes, es decir, una carreta por cada dos jefes y un buey por cada uno. Todo esto lo pusieron delante del santuario.

Entonces el Señor dijo a Moisés: «Recíbeles las carretas y los bueyes, y dáselos a los levitas para que los usen en los trabajos relacionados con la tienda del encuentro, según el trabajo que cada uno deba realizar.»

Moisés recibió las carretas y los bueyes, y los repartió entre los levitas. A los descendientes de Guersón les dio dos carretas y cuatro bueyes, que era lo que necesitaban para sus trabajos. A los descendientes de Merarí les dio cuatro carretas y ocho bueyes, que era lo que necesitaban para hacer su trabajo bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. En cambio, a los descendientes de Quehat no les dio carretas ni bueyes, porque las cosas sagradas que ellos tenían que transportar debían llevarlas en hombros.

10 Cuando se consagró el altar, los jefes de las tribus llevaron sus ofrendas y las pusieron delante del altar. 11 Entonces el Señor dijo a Moisés: «Cada día será un jefe de tribu distinto el que lleve su ofrenda para la consagración del altar.»

12 El primer día llevó su ofrenda Nahasón, hijo de Aminadab, de la tribu de Judá. 13 Su ofrenda consistía en una bandeja de plata que pesaba mil cuatrocientos treinta gramos y un tazón de plata que pesaba setecientos setenta gramos (según el peso oficial del santuario), ambos llenos de la mejor harina, amasada con aceite, para la ofrenda de cereales; 14 además, un cucharón de oro que pesaba ciento diez gramos, lleno de incienso, 15 un becerro, un carnero, un cordero de un año para ofrecerlo como holocausto, 16 un chivo para el sacrificio por el pecado, 17 y por último, para el sacrificio de reconciliación, dos toros, cinco carneros, cinco chivos y cinco corderos de un año. Ésta fue la ofrenda de Nahasón, hijo de Aminadab.

18 El segundo día llevó su ofrenda Natanael, hijo de Suar, jefe de la tribu de Isacar, 19-23 y ofrendó lo mismo que Nahasón.

24 El tercer día llevó su ofrenda Eliab, hijo de Helón, jefe de la tribu de Zabulón, 25-29 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

30 El cuarto día llevó su ofrenda Elisur, hijo de Sedeúr, jefe de la tribu de Rubén, 31-35 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

36 El quinto día llevó su ofrenda Selumiel, hijo de Surisadai, jefe de la tribu de Simeón, 37-41 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

42 El sexto día llevó su ofrenda Eliasaf, hijo de Reuel, jefe de la tribu de Gad, 43-47 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

48 El séptimo día llevó su ofrenda Elisamá, hijo de Amihud, jefe de la tribu de Efraín, 49-53 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

54 El octavo día llevó su ofrenda Gamaliel, hijo de Pedasur, jefe de la tribu de Manasés, 55-59 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

60 El noveno día llevó su ofrenda Abidán, hijo de Guidoní, jefe de la tribu de Benjamín, 61-65 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

66 El décimo día llevó su ofrenda Ahiézer, hijo de Amisadai, jefe de la tribu de Dan, 67-71 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

72 El día once llevó su ofrenda Paguiel, hijo de Ocrán, jefe de la tribu de Aser, 73-77 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

78 El día doce llevó su ofrenda Ahirá, hijo de Enán, jefe de la tribu de Neftalí 79-83 y ofrendó lo mismo que los anteriores.

84 Así pues, cuando se consagró el altar, los jefes de las tribus de Israel ofrecieron doce bandejas de plata, doce tazones de plata y doce cucharones de oro. 85 Cada bandeja de plata pesaba mil cuatrocientos treinta gramos, y cada tazón, setecientos setenta gramos. En total, la plata de todas las bandejas y de todos los tazones pesaba veintiséis mil cuatrocientos gramos, según el peso oficial del santuario. 86 Había también doce cucharones de oro llenos de incienso, que pesaban ciento diez gramos cada uno, según el peso oficial del santuario. El oro de todos los cucharones pesaba en total mil trescientos veinte gramos.

87 Los animales para el holocausto fueron en total doce becerros, doce carneros, doce corderos de un año, con sus correspondientes ofrendas de cereales, y doce chivos para el sacrificio por el pecado. 88 Los animales para el sacrificio de reconciliación fueron en total veinticuatro becerros, sesenta carneros, sesenta chivos y sesenta corderos de un año. Éstas fueron las ofrendas para la dedicación del altar, después de su consagración.

89 Cuando Moisés entró en la tienda del encuentro para hablar con el Señor, escuchó que el Señor le hablaba desde encima de la tapa del arca de la alianza, de entre los dos seres alados.

Instrucciones para encender las lámparas

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo: «Dile a Aarón que, cuando acomode las lámparas, haga que su luz dé hacia el frente del candelabro.» Aarón cumplió lo que el Señor ordenó a Moisés, y acomodó las lámparas de modo que alumbraran hacia el frente del candelabro. El candelabro estaba hecho de oro labrado a martillo, desde su base hasta la punta de sus pétalos. Moisés hizo el candelabro según el modelo que el Señor le había mostrado.

Consagración de los levitas

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

«Aparta a los levitas de entre los demás israelitas, y purifícalos. El rito para la purificación será el siguiente: Tú los rociarás con el agua de la purificación, y después ellos se afeitarán todo el cuerpo y lavarán su ropa; así quedarán puros. Luego tomarán un becerro y un poco de la mejor harina, amasada con aceite, para hacer la ofrenda de cereales correspondiente, además de otro becerro para el sacrificio por el pecado. Tú harás que los levitas se acerquen a la tienda del encuentro y que todos los israelitas se reúnan. 10 En seguida harás que los levitas se presenten delante de mí y que los israelitas les vayan poniendo las manos sobre la cabeza. 11 Aarón celebrará ante mí el rito de presentación de los levitas por parte de los israelitas, y así los levitas quedarán dedicados a mi servicio. 12 Después los levitas pondrán las manos sobre la cabeza de los becerros, y uno de los becerros será ofrecido como sacrificio por el pecado, y el otro como holocausto para purificar a los levitas. 13 Luego tú los colocarás ante Aarón y sus hijos, y celebrarás el rito de presentación para dedicármelos; 14 así apartarás a los levitas de entre los demás israelitas para que sean míos. 15 Después irán ellos a prestar su servicio en la tienda del encuentro. Deberás purificarlos y presentármelos como una ofrenda especial, 16 porque de entre todos los israelitas, ellos están dedicados a mí. Yo los he aceptado a cambio de todos los primeros hijos de los israelitas, 17 porque a mí me pertenecen todos los primeros hijos de los israelitas, así como las primeras crías de sus animales. Cuando hice morir a los hijos mayores de los egipcios, reservé para mí los hijos mayores de los israelitas. 18 Pero a cambio de ellos acepté a los levitas. 19 Yo escogí a los levitas de entre los demás israelitas, y se los entregué a Aarón y a sus hijos, para que, en nombre de los israelitas, se encarguen del servicio en la tienda del encuentro y obtengan el perdón del Señor para los israelitas. Así los israelitas no tendrán que acercarse al santuario, y no les pasará nada malo.»

20 Moisés, Aarón y todo el pueblo de Israel cumplieron lo que el Señor ordenó a Moisés con respecto a los levitas. 21 Los levitas se purificaron y lavaron su ropa, y Aarón los presentó como ofrenda especial ante el Señor, celebrando el rito de purificación por ellos. 22 Después de todo esto, los levitas fueron a cumplir con sus deberes en la tienda del encuentro, bajo la vigilancia de Aarón y sus hijos. Tal como el Señor se lo ordenó a Moisés, así se hizo con los levitas.

Periodo de servicio de los levitas

23 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

24 «Los levitas deben comenzar a prestar sus servicios en la tienda del encuentro a los veinticinco años de edad, 25 y retirarse de servicio a los cincuenta. 26 Después de esa edad podrán ayudar a sus compañeros en sus oficios en la tienda del encuentro, pero no prestar servicio regular. Así deberás organizar el servicio de los levitas.»