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El Señor castiga a los israelitas(A)

20 El Señor respondió:

—Bien, yo los perdono, tal como me lo pides. 21 Pero, eso sí, tan cierto como que yo vivo y que mi gloria llena toda la tierra, 22 ninguno de los que han visto mi gloria y los milagros que hice en Egipto y en el desierto, y que me han puesto a prueba una y otra vez en el desierto y no han querido obedecer mis órdenes, 23 ninguno de ellos verá la tierra que prometí a sus antepasados. Ninguno de los que me han menospreciado la verá. 24 Solamente mi siervo Caleb ha tenido un espíritu diferente y me ha obedecido fielmente. Por eso a él sí lo dejaré entrar en el país que fue a explorar, y sus descendientes se establecerán allí. 25 (Los amalecitas y los cananeos viven en la llanura.) En cuanto a ustedes, den la vuelta mañana y sigan por el desierto en dirección al Mar Rojo.

26 El Señor se dirigió a Moisés y Aarón, y les dijo:

27 —¿Hasta cuándo voy a tener que soportar las habladurías de estos malvados israelitas? Ya les he oído hablar mal de mí. 28 Pues ve a decirles de mi parte: “Yo, el Señor, juro por mi vida que voy a hacer que les suceda a ustedes lo mismo que les he oído decir. 29 Todos los mayores de veinte años que fueron registrados en el censo y que han hablado mal de mí, morirán, y sus cadáveres quedarán tirados en este desierto. 30 Con la excepción de Caleb y de Josué, ninguno de ustedes entrará en la tierra donde solemnemente les prometí que los iba a establecer. 31 En cambio, a sus hijos, de quienes ustedes decían que iban a caer en poder de sus enemigos, los llevaré al país que ustedes han despreciado, para que ellos lo disfruten. 32 Los cadáveres de ustedes quedarán tirados en este desierto, 33 en el que sus hijos vivirán como pastores durante cuarenta años. De este modo ellos pagarán por la infidelidad de ustedes, hasta que todos ustedes mueran aquí en el desierto. 34 Ustedes estuvieron cuarenta días explorando el país; pues también estarán cuarenta años pagando su castigo: un año por cada día. Así sabrán lo que es ponerse en contra de mí.” 35 Yo, el Señor, lo afirmo: Así voy a tratar a este pueblo perverso que se ha unido contra mí. En este desierto encontrarán su fin; aquí morirán.

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