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Al séptimo día volverá a afeitarse la cabeza, la barba y las cejas, lavará su ropa y se bañará, y después esa persona será declarada completamente curada, y será declarada definitivamente limpia.

10 »Al día siguiente, es decir, al octavo día, tomará dos corderos sin defectos y una cordera de un año sin defectos, seis kilos de harina de la mejor calidad mezclada con aceite de oliva, y un tercio de litro de aceite de oliva. 11 Entonces el sacerdote que realiza la purificación presentará a la persona y su ofrenda delante del Señor, a la entrada del santuario.

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