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La Palabra, luz y vida

Antes de que todo comenzara
ya existía aquel que es la Palabra.

La Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.

Cuando Dios creó todas las cosas,
allí estaba la Palabra.

Todo fue creado por la Palabra,
y sin la Palabra nada se hizo.

De la Palabra nace la vida,
y la Palabra, que es la vida,
es también nuestra luz.
La luz alumbra en la oscuridad,
¡y nada puede destruirla!

Dios envió a un hombre llamado Juan, para que hablara con la gente y la convenciera de creer en la luz. Juan no era la luz; él sólo vino para mostrar quién era la luz. Y la luz verdadera pronto llegaría a este mundo.

10 Aquel que es la Palabra estaba en el mundo.
Dios creó el mundo
por medio de aquel que es la Palabra,
pero la gente no lo reconoció.
11 La Palabra vino a vivir a este mundo,
pero su pueblo no la aceptó.

12 Pero aquellos que la aceptaron
y creyeron en ella,
llegaron a ser hijos de Dios.

13 Son hijos de Dios
por voluntad divina,
no por voluntad humana.

14 Aquel que es la Palabra
habitó entre nosotros
y fue como uno de nosotros.

Vimos el poder que le pertenece
como Hijo único de Dios,
pues nos ha mostrado
todo el amor y toda la verdad.

15 Juan habló de aquel que era la Palabra, y anunció: «Ya les había dicho que él estaba por llegar. Él es más importante que yo, porque existe desde antes de que yo existiera.»

16-18 Dios nos dio a conocer sus leyes por medio de Moisés, pero por medio de Jesucristo nos hizo conocer el amor y la verdad. Nadie ha visto a Dios jamás; pero el Hijo único, que está más cerca del Padre, y que es Dios mismo, nos ha enseñado cómo es él. Gracias a lo que el Hijo de Dios es, hemos recibido muchas bendiciones.

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El Verbo hecho carne

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.(A) Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.

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