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Caleb recibe Hebrón

Y los hijos de Judá vinieron a Josué en Gilgal; y Caleb, hijo de Jefone cenezeo, le dijo: Tú sabes lo que Jehová dijo a Moisés, varón de Dios, en Cades-barnea, tocante a mí y a ti.(A) Yo era de edad de cuarenta años cuando Moisés siervo de Jehová me envió de Cades-barnea a reconocer la tierra; y yo le traje noticias como lo sentía en mi corazón.(B) Y mis hermanos, los que habían subido conmigo, hicieron desfallecer el corazón del pueblo; pero yo cumplí siguiendo a Jehová mi Dios. Entonces Moisés juró diciendo: Ciertamente la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová mi Dios.(C) 10 Ahora bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová habló estas palabras a Moisés, cuando Israel andaba por el desierto; y ahora, he aquí, hoy soy de edad de ochenta y cinco años. 11 Todavía estoy tan fuerte como el día que Moisés me envió; cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para la guerra, y para salir y para entrar. 12 Dame, pues, ahora este monte, del cual habló Jehová aquel día; porque tú oíste en aquel día que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Quizá Jehová estará conmigo, y los echaré, como Jehová ha dicho.

13 Josué entonces le bendijo, y dio a Caleb hijo de Jefone a Hebrón por heredad. 14 Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb hijo de Jefone cenezeo, hasta hoy, por cuanto había seguido cumplidamente a Jehová Dios de Israel. 15 Mas el nombre de Hebrón fue antes Quiriat-arba;[a] porque Arba fue un hombre grande entre los anaceos. Y la tierra descansó de la guerra.

El territorio de Judá

15 La parte que tocó en suerte a la tribu de los hijos de Judá, conforme a sus familias, llegaba hasta la frontera de Edom, teniendo el desierto de Zin al sur como extremo meridional. Y su límite por el lado del sur fue desde la costa del Mar Salado, desde la bahía que mira hacia el sur; y salía hacia el sur de la subida de Acrabim, pasando hasta Zin; y subiendo por el sur hasta Cades-barnea, pasaba a Hezrón, y subiendo por Adar daba vuelta a Carca. De allí pasaba a Asmón, y salía al arroyo de Egipto, y terminaba en el mar. Este, pues, os será el límite del sur. El límite oriental es el Mar Salado hasta la desembocadura del Jordán. Y el límite del lado del norte, desde la bahía del mar en la desembocadura del Jordán; y sube este límite por Bet-hogla, y pasa al norte de Bet-arabá, y de aquí sube a la piedra de Bohán hijo de Rubén. Luego sube a Debir desde el valle de Acor; y al norte mira sobre Gilgal, que está enfrente de la subida de Adumín, que está al sur del arroyo; y pasa hasta las aguas de En-semes, y sale a la fuente de Rogel. Y sube este límite por el valle del hijo de Hinom al lado sur del jebuseo, que es Jerusalén. Luego sube por la cumbre del monte que está enfrente del valle de Hinom hacia el occidente, el cual está al extremo del valle de Refaim, por el lado del norte. Y rodea este límite desde la cumbre del monte hasta la fuente de las aguas de Neftoa, y sale a las ciudades del monte de Efrón, rodeando luego a Baala, que es Quiriat-jearim. 10 Después gira este límite desde Baala hacia el occidente al monte de Seir; y pasa al lado del monte de Jearim hacia el norte, el cual es Quesalón, y desciende a Bet-semes, y pasa a Timna. 11 Sale luego al lado de Ecrón hacia el norte; y rodea a Sicrón, y pasa por el monte de Baala, y sale a Jabneel y termina en el mar. 12 El límite del occidente es el Mar Grande. Este fue el límite de los hijos de Judá, por todo el contorno, conforme a sus familias.

Caleb conquista Hebrón y Debir

(Jue. 1.10-15)

13 Mas a Caleb hijo de Jefone dio su parte entre los hijos de Judá, conforme al mandamiento de Jehová a Josué; la ciudad de Quiriat-arba padre de Anac, que es Hebrón. 14 Y Caleb echó de allí a los tres hijos de Anac, a Sesai, Ahimán y Talmai, hijos de Anac.(D) 15 De aquí subió contra los que moraban en Debir; y el nombre de Debir era antes Quiriat-sefer. 16 Y dijo Caleb: Al que atacare a Quiriat-sefer, y la tomare, yo le daré a mi hija Acsa por mujer. 17 Y la tomó Otoniel, hijo de Cenaz hermano de Caleb; y él le dio a su hija Acsa por mujer. 18 Y aconteció que cuando la llevaba, él la persuadió que pidiese a su padre tierras para labrar. Ella entonces se bajó del asno. Y Caleb le dijo: ¿Qué tienes? 19 Y ella respondió: Concédeme un don; puesto que me has dado tierra del Neguev, dame también fuentes de aguas. Él entonces le dio las fuentes de arriba, y las de abajo.

Las ciudades de Judá

20 Esta, pues, es la heredad de la tribu de los hijos de Judá por sus familias. 21 Y fueron las ciudades de la tribu de los hijos de Judá en el extremo sur, hacia la frontera de Edom: Cabseel, Edar, Jagur, 22 Cina, Dimona, Adada, 23 Cedes, Hazor, Itnán, 24 Zif, Telem, Bealot, 25 Hazor-hadata, Queriot, Hezrón (que es Hazor), 26 Amam, Sema, Molada, 27 Hazar-gada, Hesmón, Bet-pelet, 28 Hazar-sual, Beerseba, Bizotia, 29 Baala, Iim, Esem, 30 Eltolad, Quesil, Horma, 31 Siclag, Madmana, Sansana, 32 Lebaot, Silhim, Aín y Rimón; por todas veintinueve ciudades con sus aldeas.

33 En las llanuras, Estaol, Zora, Asena, 34 Zanoa, En-ganim, Tapúa, Enam, 35 Jarmut, Adulam, Soco, Azeca, 36 Saaraim, Aditaim, Gedera y Gederotaim; catorce ciudades con sus aldeas.

37 Zenán, Hadasa, Migdal-gad, 38 Dileán, Mizpa, Jocteel, 39 Laquis, Boscat, Eglón, 40 Cabón, Lahmam, Quitlis, 41 Gederot, Bet-dagón, Naama y Maceda; dieciséis ciudades con sus aldeas.

42 Libna, Eter, Asán, 43 Jifta, Asena, Nezib, 44 Keila, Aczib y Maresa; nueve ciudades con sus aldeas.

45 Ecrón con sus villas y sus aldeas. 46 Desde Ecrón hasta el mar, todas las que están cerca de Asdod con sus aldeas.

47 Asdod con sus villas y sus aldeas; Gaza con sus villas y sus aldeas hasta el río de Egipto, y el Mar Grande con sus costas.

48 Y en las montañas, Samir, Jatir, Soco, 49 Dana, Quiriat-sana (que es Debir); 50 Anab, Estemoa, Anim, 51 Gosén, Holón y Gilo; once ciudades con sus aldeas.

52 Arab, Duma, Esán, 53 Janum, Bet-tapúa, Afeca, 54 Humta, Quiriat-arba (la cual es Hebrón) y Sior; nueve ciudades con sus aldeas.

55 Maón, Carmel, Zif, Juta, 56 Jezreel, Jocdeam, Zanoa, 57 Caín, Gabaa y Timna; diez ciudades con sus aldeas.

58 Halhul, Bet-sur, Gedor, 59 Maarat, Bet-anot y Eltecón; seis ciudades con sus aldeas.

60 Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim) y Rabá; dos ciudades con sus aldeas.

61 En el desierto, Bet-arabá, Midín, Secaca, 62 Nibsán, la Ciudad de la Sal y En-gadi; seis ciudades con sus aldeas.

63 Mas a los jebuseos que habitaban en Jerusalén, los hijos de Judá no pudieron arrojarlos; y ha quedado el jebuseo en Jerusalén con los hijos de Judá hasta hoy.(E)

Territorio de Efraín y de Manasés

16 Tocó en suerte a los hijos de José desde el Jordán de Jericó hasta las aguas de Jericó hacia el oriente, hacia el desierto que sube de Jericó por las montañas de Bet-el. Y de Bet-el sale a Luz, y pasa a lo largo del territorio de los arquitas hasta Atarot, y baja hacia el occidente al territorio de los jafletitas, hasta el límite de Bet-horón la de abajo, y hasta Gezer; y sale al mar.

Recibieron, pues, su heredad los hijos de José, Manasés y Efraín.

Y en cuanto al territorio de los hijos de Efraín por sus familias, el límite de su heredad al lado del oriente fue desde Atarot-adar hasta Bet-horón la de arriba. Continúa el límite hasta el mar, y hasta Micmetat al norte, y da vuelta hacia el oriente hasta Taanat-silo, y de aquí pasa a Janoa. De Janoa desciende a Atarot y a Naarat, y toca Jericó y sale al Jordán. Y de Tapúa se vuelve hacia el mar, al arroyo de Caná, y sale al mar. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Efraín por sus familias. Hubo también ciudades que se apartaron para los hijos de Efraín en medio de la heredad de los hijos de Manasés, todas ciudades con sus aldeas. 10 Pero no arrojaron al cananeo que habitaba en Gezer;(F) antes quedó el cananeo en medio de Efraín, hasta hoy, y fue tributario.

17 Se echaron también suertes para la tribu de Manasés, porque fue primogénito de José. Maquir, primogénito de Manasés y padre de Galaad, el cual fue hombre de guerra, tuvo Galaad y Basán. Se echaron también suertes para los otros hijos de Manasés conforme a sus familias: los hijos de Abiezer, los hijos de Helec, los hijos de Asriel, los hijos de Siquem, los hijos de Hefer y los hijos de Semida; estos fueron los hijos varones de Manasés hijo de José, por sus familias.

Pero Zelofehad hijo de Hefer, hijo de Galaad, hijo de Maquir, hijo de Manasés, no tuvo hijos sino hijas, los nombres de las cuales son estos: Maala, Noa, Hogla, Milca y Tirsa. Estas vinieron delante del sacerdote Eleazar y de Josué hijo de Nun, y de los príncipes, y dijeron: Jehová mandó a Moisés que nos diese heredad entre nuestros hermanos.(G) Y él les dio heredad entre los hermanos del padre de ellas, conforme al dicho de Jehová. Y le tocaron a Manasés diez partes además de la tierra de Galaad y de Basán que está al otro lado del Jordán, porque las hijas de Manasés tuvieron heredad entre sus hijos; y la tierra de Galaad fue de los otros hijos de Manasés.

Y fue el territorio de Manasés desde Aser hasta Micmetat, que está enfrente de Siquem; y va al sur, hasta los que habitan en Tapúa. La tierra de Tapúa fue de Manasés; pero Tapúa misma, que está junto al límite de Manasés, es de los hijos de Efraín. Desciende este límite al arroyo de Caná, hacia el sur del arroyo. Estas ciudades de Efraín están entre las ciudades de Manasés; y el límite de Manasés es desde el norte del mismo arroyo, y sus salidas son al mar. 10 Efraín al sur, y Manasés al norte, y el mar es su límite; y se encuentra con Aser al norte, y con Isacar al oriente. 11 Tuvo también Manasés en Isacar y en Aser a Bet-seán y sus aldeas, a Ibleam y sus aldeas, a los moradores de Dor y sus aldeas, a los moradores de Endor y sus aldeas, a los moradores de Taanac y sus aldeas, y a los moradores de Meguido y sus aldeas; tres provincias. 12 Mas los hijos de Manasés no pudieron arrojar a los de aquellas ciudades; y el cananeo persistió en habitar en aquella tierra. 13 Pero cuando los hijos de Israel fueron lo suficientemente fuertes, hicieron tributario al cananeo, mas no lo arrojaron.(H)

14 Y los hijos de José hablaron a Josué, diciendo: ¿Por qué nos has dado por heredad una sola suerte y una sola parte, siendo nosotros un pueblo tan grande, y que Jehová nos ha bendecido hasta ahora? 15 Y Josué les respondió: Si sois pueblo tan grande, subid al bosque, y haceos desmontes allí en la tierra de los ferezeos y de los refaítas, ya que el monte de Efraín es estrecho para vosotros. 16 Y los hijos de José dijeron: No nos bastará a nosotros este monte; y todos los cananeos que habitan la tierra de la llanura, tienen carros herrados; los que están en Bet-seán y en sus aldeas, y los que están en el valle de Jezreel. 17 Entonces Josué respondió a la casa de José, a Efraín y a Manasés, diciendo: Tú eres gran pueblo, y tienes grande poder; no tendrás una sola parte, 18 sino que aquel monte será tuyo; pues aunque es bosque, tú lo desmontarás y lo poseerás hasta sus límites más lejanos; porque tú arrojarás al cananeo, aunque tenga carros herrados, y aunque sea fuerte.

Territorios de las demás tribus

18 Toda la congregación de los hijos de Israel se reunió en Silo, y erigieron allí el tabernáculo de reunión, después que la tierra les fue sometida.

Pero habían quedado de los hijos de Israel siete tribus a las cuales aún no habían repartido su posesión. Y Josué dijo a los hijos de Israel: ¿Hasta cuándo seréis negligentes para venir a poseer la tierra que os ha dado Jehová el Dios de vuestros padres? Señalad tres varones de cada tribu, para que yo los envíe, y que ellos se levanten y recorran la tierra, y la describan conforme a sus heredades, y vuelvan a mí. Y la dividirán en siete partes; y Judá quedará en su territorio al sur, y los de la casa de José en el suyo al norte. Vosotros, pues, delinearéis la tierra en siete partes, y me traeréis la descripción aquí, y yo os echaré suertes aquí delante de Jehová nuestro Dios. Pero los levitas ninguna parte tienen entre vosotros, porque el sacerdocio de Jehová es la heredad de ellos; Gad también y Rubén, y la media tribu de Manasés, ya han recibido su heredad al otro lado del Jordán al oriente, la cual les dio Moisés siervo de Jehová.

Levantándose, pues, aquellos varones, fueron; y mandó Josué a los que iban para delinear la tierra, diciéndoles: Id, recorred la tierra y delineadla, y volved a mí, para que yo os eche suertes aquí delante de Jehová en Silo. Fueron, pues, aquellos varones y recorrieron la tierra, delineándola por ciudades en siete partes en un libro, y volvieron a Josué al campamento en Silo. 10 Y Josué les echó suertes delante de Jehová en Silo; y allí repartió Josué la tierra a los hijos de Israel por sus porciones.

11 Y se sacó la suerte de la tribu de los hijos de Benjamín conforme a sus familias; y el territorio adjudicado a ella quedó entre los hijos de Judá y los hijos de José. 12 Fue el límite de ellos al lado del norte desde el Jordán, y sube hacia el lado de Jericó al norte; sube después al monte hacia el occidente, y viene a salir al desierto de Bet-avén. 13 De allí pasa en dirección de Luz, al lado sur de Luz (que es Bet-el), y desciende de Atarot-adar al monte que está al sur de Bet-horón la de abajo. 14 Y tuerce hacia el oeste por el lado sur del monte que está delante de Bet-horón al sur; y viene a salir a Quiriat-baal (que es Quiriat-jearim), ciudad de los hijos de Judá. Este es el lado del occidente. 15 El lado del sur es desde el extremo de Quiriat-jearim, y sale al occidente, a la fuente de las aguas de Neftoa; 16 y desciende este límite al extremo del monte que está delante del valle del hijo de Hinom, que está al norte en el valle de Refaim; desciende luego al valle de Hinom, al lado sur del jebuseo, y de allí desciende a la fuente de Rogel. 17 Luego se inclina hacia el norte y sale a En-semes, y de allí a Gelilot, que está delante de la subida de Adumín, y desciende a la piedra de Bohán hijo de Rubén, 18 y pasa al lado que está enfrente del Arabá, y desciende al Arabá. 19 Y pasa el límite al lado norte de Bet-hogla, y termina en la bahía norte del Mar Salado, a la extremidad sur del Jordán; este es el límite sur. 20 Y el Jordán era el límite al lado del oriente. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín por sus límites alrededor, conforme a sus familias.

21 Las ciudades de la tribu de los hijos de Benjamín, por sus familias, fueron Jericó, Bet-hogla, el valle de Casis, 22 Bet-arabá, Zemaraim, Bet-el, 23 Avim, Pará, Ofra, 24 Quefar-haamoni, Ofni y Geba; doce ciudades con sus aldeas; 25 Gabaón, Ramá, Beerot, 26 Mizpa, Cafira, Mozah, 27 Requem, Irpeel, Tarala, 28 Zela, Elef, Jebús (que es Jerusalén), Gabaa y Quiriat; catorce ciudades con sus aldeas. Esta es la heredad de los hijos de Benjamín conforme a sus familias.

19 La segunda suerte tocó a Simeón, para la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias; y su heredad fue en medio de la heredad de los hijos de Judá. Y tuvieron en su heredad a Beerseba, Seba, Molada, Hazar-sual, Bala, Ezem, Eltolad, Betul, Horma, Siclag, Bet-marcabot, Hazar-susa, Bet-lebaot y Saruhén; trece ciudades con sus aldeas; Aín, Rimón, Eter y Asán; cuatro ciudades con sus aldeas; y todas las aldeas que estaban alrededor de estas ciudades hasta Baalat-beer, que es Ramat del Neguev. Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Simeón conforme a sus familias.(I) De la suerte de los hijos de Judá fue sacada la heredad de los hijos de Simeón, por cuanto la parte de los hijos de Judá era excesiva para ellos; así que los hijos de Simeón tuvieron su heredad en medio de la de Judá.

10 La tercera suerte tocó a los hijos de Zabulón conforme a sus familias; y el territorio de su heredad fue hasta Sarid. 11 Y su límite sube hacia el occidente a Marala, y llega hasta Dabeset, y de allí hasta el arroyo que está delante de Jocneam; 12 y gira de Sarid hacia el oriente, hacia donde nace el sol, hasta el límite de Quislot-tabor, sale a Daberat, y sube a Jafía. 13 Pasando de allí hacia el lado oriental a Gat-hefer y a Ita-cazín, sale a Rimón rodeando a Nea. 14 Luego, al norte, el límite gira hacia Hanatón, viniendo a salir al valle de Jefte-el; 15 y abarca Catat, Naalal, Simrón, Idala y Belén; doce ciudades con sus aldeas. 16 Esta es la heredad de los hijos de Zabulón conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

17 La cuarta suerte correspondió a Isacar, a los hijos de Isacar conforme a sus familias. 18 Y fue su territorio Jezreel, Quesulot, Sunem, 19 Hafaraim, Sihón, Anaharat, 20 Rabit, Quisión, Abez, 21 Remet, En-ganim, En-hada y Bet-pases. 22 Y llega este límite hasta Tabor, Sahazima y Bet-semes, y termina en el Jordán; dieciséis ciudades con sus aldeas. 23 Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Isacar conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

24 La quinta suerte correspondió a la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias. 25 Y su territorio abarcó Helcat, Halí, Betén, Acsaf, 26 Alamelec, Amad y Miseal; y llega hasta Carmelo al occidente, y a Sihorlibnat. 27 Después da vuelta hacia el oriente a Bet-dagón y llega a Zabulón, al valle de Jefte-el al norte, a Bet-emec y a Neiel, y sale a Cabul al norte. 28 Y abarca a Hebrón, Rehob, Hamón y Caná, hasta la gran Sidón. 29 De allí este límite tuerce hacia Ramá, y hasta la ciudad fortificada de Tiro, y gira hacia Hosa, y sale al mar desde el territorio de Aczib. 30 Abarca también Uma, Afec y Rehob; veintidós ciudades con sus aldeas. 31 Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Aser conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

32 La sexta suerte correspondió a los hijos de Neftalí conforme a sus familias. 33 Y abarcó su territorio desde Helef, Alón-saananim, Adami-neceb y Jabneel, hasta Lacum, y sale al Jordán. 34 Y giraba el límite hacia el occidente a Aznot-tabor, y de allí pasaba a Hucoc, y llegaba hasta Zabulón al sur, y al occidente confinaba con Aser, y con Judá por el Jordán hacia donde nace el sol. 35 Y las ciudades fortificadas son Sidim, Zer, Hamat, Racat, Cineret, 36 Adama, Ramá, Hazor, 37 Cedes, Edrei, En-hazor, 38 Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat y Bet-semes; diecinueve ciudades con sus aldeas. 39 Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Neftalí conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

40 La séptima suerte correspondió a la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias. 41 Y fue el territorio de su heredad, Zora, Estaol, Ir-semes, 42 Saalabín, Ajalón, Jetla, 43 Elón, Timnat, Ecrón, 44 Elteque, Gibetón, Baalat, 45 Jehúd, Bene-berac, Gat-rimón, 46 Mejarcón y Racón, con el territorio que está delante de Jope. 47 Y les faltó territorio a los hijos de Dan; y subieron los hijos de Dan y combatieron a Lesem, y tomándola la hirieron a filo de espada, y tomaron posesión de ella y habitaron en ella; y llamaron a Lesem, Dan, del nombre de Dan su padre.(J) 48 Esta es la heredad de la tribu de los hijos de Dan conforme a sus familias; estas ciudades con sus aldeas.

49 Y después que acabaron de repartir la tierra en heredad por sus territorios, dieron los hijos de Israel heredad a Josué hijo de Nun en medio de ellos; 50 según la palabra de Jehová, le dieron la ciudad que él pidió, Timnat-sera, en el monte de Efraín; y él reedificó la ciudad y habitó en ella.

51 Estas son las heredades que el sacerdote Eleazar, y Josué hijo de Nun, y los cabezas de los padres, entregaron por suerte en posesión a las tribus de los hijos de Israel en Silo, delante de Jehová, a la entrada del tabernáculo de reunión; y acabaron de repartir la tierra.

Josué señala ciudades de refugio

20 Habló Jehová a Josué, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: Señalaos las ciudades de refugio, de las cuales yo os hablé por medio de Moisés,(K) para que se acoja allí el homicida que matare a alguno por accidente y no a sabiendas; y os servirán de refugio contra el vengador de la sangre. Y el que se acogiere a alguna de aquellas ciudades, se presentará a la puerta de la ciudad, y expondrá sus razones en oídos de los ancianos de aquella ciudad; y ellos le recibirán consigo dentro de la ciudad, y le darán lugar para que habite con ellos. Si el vengador de la sangre le siguiere, no entregarán en su mano al homicida, por cuanto hirió a su prójimo por accidente, y no tuvo con él ninguna enemistad antes. Y quedará en aquella ciudad hasta que comparezca en juicio delante de la congregación, y hasta la muerte del que fuere sumo sacerdote en aquel tiempo; entonces el homicida podrá volver a su ciudad y a su casa y a la ciudad de donde huyó.

Entonces señalaron a Cedes en Galilea, en el monte de Neftalí, Siquem en el monte de Efraín, y Quiriat-arba (que es Hebrón) en el monte de Judá. Y al otro lado del Jordán al oriente de Jericó, señalaron a Beser en el desierto, en la llanura de la tribu de Rubén, Ramot en Galaad de la tribu de Gad, y Golán en Basán de la tribu de Manasés. Estas fueron las ciudades señaladas para todos los hijos de Israel, y para el extranjero que morase entre ellos, para que se acogiese a ellas cualquiera que hiriese a alguno por accidente, a fin de que no muriese por mano del vengador de la sangre, hasta que compareciese delante de la congregación.

Ciudades de los levitas

(1 Cr. 6.54-81)

21 Los jefes de los padres de los levitas vinieron al sacerdote Eleazar, a Josué hijo de Nun y a los cabezas de los padres de las tribus de los hijos de Israel, y les hablaron en Silo en la tierra de Canaán, diciendo: Jehová mandó por medio de Moisés que nos fuesen dadas ciudades donde habitar, con sus ejidos para nuestros ganados.(L) Entonces los hijos de Israel dieron de su propia herencia a los levitas, conforme al mandato de Jehová, estas ciudades con sus ejidos.

Y la suerte cayó sobre las familias de los coatitas; y los hijos de Aarón el sacerdote, que eran de los levitas, obtuvieron por suerte de la tribu de Judá, de la tribu de Simeón y de la tribu de Benjamín, trece ciudades.

Y los otros hijos de Coat obtuvieron por suerte diez ciudades de las familias de la tribu de Efraín, de la tribu de Dan y de la media tribu de Manasés.

Los hijos de Gersón obtuvieron por suerte, de las familias de la tribu de Isacar, de la tribu de Aser, de la tribu de Neftalí y de la media tribu de Manasés en Basán, trece ciudades.

Los hijos de Merari según sus familias obtuvieron de la tribu de Rubén, de la tribu de Gad y de la tribu de Zabulón, doce ciudades.

Dieron, pues, los hijos de Israel a los levitas estas ciudades con sus ejidos, por suertes, como había mandado Jehová por conducto de Moisés.

De la tribu de los hijos de Judá, y de la tribu de los hijos de Simeón, dieron estas ciudades que fueron nombradas, 10 las cuales obtuvieron los hijos de Aarón de las familias de Coat, de los hijos de Leví; porque para ellos fue la suerte en primer lugar. 11 Les dieron Quiriat-arba del padre de Anac, la cual es Hebrón, en el monte de Judá, con sus ejidos en sus contornos. 12 Mas el campo de la ciudad y sus aldeas dieron a Caleb hijo de Jefone, por posesión suya.

13 Y a los hijos del sacerdote Aarón dieron Hebrón con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas; además, Libna con sus ejidos, 14 Jatir con sus ejidos, Estemoa con sus ejidos, 15 Holón con sus ejidos, Debir con sus ejidos, 16 Aín con sus ejidos, Juta con sus ejidos y Bet-semes con sus ejidos; nueve ciudades de estas dos tribus; 17 y de la tribu de Benjamín, Gabaón con sus ejidos, Geba con sus ejidos, 18 Anatot con sus ejidos, Almón con sus ejidos; cuatro ciudades. 19 Todas las ciudades de los sacerdotes hijos de Aarón son trece con sus ejidos.

20 Mas las familias de los hijos de Coat, levitas, los que quedaban de los hijos de Coat, recibieron por suerte ciudades de la tribu de Efraín. 21 Les dieron Siquem con sus ejidos, en el monte de Efraín, como ciudad de refugio para los homicidas; además, Gezer con sus ejidos, 22 Kibsaim con sus ejidos y Bet-horón con sus ejidos; cuatro ciudades. 23 De la tribu de Dan, Elteque con sus ejidos, Gibetón con sus ejidos, 24 Ajalón con sus ejidos y Gat-rimón con sus ejidos; cuatro ciudades. 25 Y de la media tribu de Manasés, Taanac con sus ejidos y Gat-rimón con sus ejidos; dos ciudades. 26 Todas las ciudades para el resto de las familias de los hijos de Coat fueron diez con sus ejidos.

27 A los hijos de Gersón de las familias de los levitas, dieron de la media tribu de Manasés a Golán en Basán con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas, y además, Beestera con sus ejidos; dos ciudades. 28 De la tribu de Isacar, Cisón con sus ejidos, Daberat con sus ejidos, 29 Jarmut con sus ejidos y En-ganim con sus ejidos; cuatro ciudades. 30 De la tribu de Aser, Miseal con sus ejidos, Abdón con sus ejidos, 31 Helcat con sus ejidos y Rehob con sus ejidos; cuatro ciudades. 32 Y de la tribu de Neftalí, Cedes en Galilea con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas, y además, Hamot-dor con sus ejidos y Cartán con sus ejidos; tres ciudades. 33 Todas las ciudades de los gersonitas por sus familias fueron trece ciudades con sus ejidos.

34 Y a las familias de los hijos de Merari, levitas que quedaban, se les dio de la tribu de Zabulón, Jocneam con sus ejidos, Carta con sus ejidos, 35 Dimna con sus ejidos y Naalal con sus ejidos; cuatro ciudades. 36 Y de la tribu de Rubén, Beser con sus ejidos, Jahaza con sus ejidos, 37 Cademot con sus ejidos y Mefaat con sus ejidos; cuatro ciudades. 38 De la tribu de Gad, Ramot de Galaad con sus ejidos como ciudad de refugio para los homicidas; además, Mahanaim con sus ejidos, 39 Hesbón con sus ejidos y Jazer con sus ejidos; cuatro ciudades. 40 Todas las ciudades de los hijos de Merari por sus familias, que restaban de las familias de los levitas, fueron por sus suertes doce ciudades.

41 Y todas las ciudades de los levitas en medio de la posesión de los hijos de Israel, fueron cuarenta y ocho ciudades con sus ejidos. 42 Y estas ciudades estaban apartadas la una de la otra, cada cual con sus ejidos alrededor de ella; así fue con todas estas ciudades.

Israel ocupa la tierra

43 De esta manera dio Jehová a Israel toda la tierra que había jurado dar a sus padres, y la poseyeron y habitaron en ella. 44 Y Jehová les dio reposo alrededor, conforme a todo lo que había jurado a sus padres; y ninguno de todos sus enemigos pudo hacerles frente, porque Jehová entregó en sus manos a todos sus enemigos. 45 No faltó palabra de todas las buenas promesas que Jehová había hecho a la casa de Israel; todo se cumplió.

El altar junto al Jordán

22 Entonces Josué llamó a los rubenitas, a los gaditas, y a la media tribu de Manasés, y les dijo: Vosotros habéis guardado todo lo que Moisés siervo de Jehová os mandó, y habéis obedecido a mi voz en todo lo que os he mandado.(M) No habéis dejado a vuestros hermanos en este largo tiempo hasta el día de hoy, sino que os habéis cuidado de guardar los mandamientos de Jehová vuestro Dios. Ahora, pues, que Jehová vuestro Dios ha dado reposo a vuestros hermanos, como lo había prometido, volved, regresad a vuestras tiendas, a la tierra de vuestras posesiones, que Moisés siervo de Jehová os dio al otro lado del Jordán. Solamente que con diligencia cuidéis de cumplir el mandamiento y la ley que Moisés siervo de Jehová os ordenó: que améis a Jehová vuestro Dios, y andéis en todos sus caminos; que guardéis sus mandamientos, y le sigáis a él, y le sirváis de todo vuestro corazón y de toda vuestra alma. Y bendiciéndolos, Josué los despidió, y se fueron a sus tiendas.

También a la media tribu de Manasés había dado Moisés posesión en Basán; mas a la otra mitad dio Josué heredad entre sus hermanos a este lado del Jordán, al occidente; y también a estos envió Josué a sus tiendas, después de haberlos bendecido. Y les habló diciendo: Volved a vuestras tiendas con grandes riquezas, con mucho ganado, con plata, con oro, y bronce, y muchos vestidos; compartid con vuestros hermanos el botín de vuestros enemigos. Así los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés, se volvieron, separándose de los hijos de Israel, desde Silo, que está en la tierra de Canaán, para ir a la tierra de Galaad, a la tierra de sus posesiones, de la cual se habían posesionado conforme al mandato de Jehová por conducto de Moisés.

10 Y llegando a los límites del Jordán que está en la tierra de Canaán, los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés edificaron allí un altar junto al Jordán, un altar de grande apariencia. 11 Y los hijos de Israel oyeron decir que los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés habían edificado un altar frente a la tierra de Canaán, en los límites del Jordán, del lado de los hijos de Israel. 12 Cuando oyeron esto los hijos de Israel, se juntó toda la congregación de los hijos de Israel en Silo, para subir a pelear contra ellos.

13 Y enviaron los hijos de Israel a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés en tierra de Galaad, a Finees hijo del sacerdote Eleazar, 14 y a diez príncipes con él: un príncipe por cada casa paterna de todas las tribus de Israel, cada uno de los cuales era jefe de la casa de sus padres entre los millares de Israel. 15 Los cuales fueron a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad y a la media tribu de Manasés, en la tierra de Galaad, y les hablaron diciendo: 16 Toda la congregación de Jehová dice así: ¿Qué transgresión es esta con que prevaricáis contra el Dios de Israel para apartaros hoy de seguir a Jehová, edificándoos altar para ser rebeldes contra Jehová?(N) 17 ¿No ha sido bastante la maldad de Peor, de la que no estamos aún limpios hasta este día, por la cual vino la mortandad en la congregación de Jehová,(O) 18 para que vosotros os apartéis hoy de seguir a Jehová? Vosotros os rebeláis hoy contra Jehová, y mañana se airará él contra toda la congregación de Israel. 19 Si os parece que la tierra de vuestra posesión es inmunda, pasaos a la tierra de la posesión de Jehová, en la cual está el tabernáculo de Jehová, y tomad posesión entre nosotros; pero no os rebeléis contra Jehová, ni os rebeléis contra nosotros, edificándoos altar además del altar de Jehová nuestro Dios. 20 ¿No cometió Acán hijo de Zera prevaricación en el anatema, y vino ira sobre toda la congregación de Israel? Y aquel hombre no pereció solo en su iniquidad.(P)

21 Entonces los hijos de Rubén y los hijos de Gad y la media tribu de Manasés respondieron y dijeron a los cabezas de los millares de Israel: 22 Jehová Dios de los dioses, Jehová Dios de los dioses, él sabe, y hace saber a Israel: si fue por rebelión o por prevaricación contra Jehová, no nos salves hoy. 23 Si nos hemos edificado altar para volvernos de en pos de Jehová, o para sacrificar holocausto u ofrenda, o para ofrecer sobre él ofrendas de paz, el mismo Jehová nos lo demande. 24 Lo hicimos más bien por temor de que mañana vuestros hijos digan a nuestros hijos: ¿Qué tenéis vosotros con Jehová Dios de Israel? 25 Jehová ha puesto por lindero el Jordán entre nosotros y vosotros, oh hijos de Rubén e hijos de Gad; no tenéis vosotros parte en Jehová; y así vuestros hijos harían que nuestros hijos dejasen de temer a Jehová. 26 Por esto dijimos: Edifiquemos ahora un altar, no para holocausto ni para sacrificio, 27 sino para que sea un testimonio entre nosotros y vosotros, y entre los que vendrán después de nosotros, de que podemos hacer el servicio de Jehová delante de él con nuestros holocaustos, con nuestros sacrificios y con nuestras ofrendas de paz; y no digan mañana vuestros hijos a los nuestros: Vosotros no tenéis parte en Jehová. 28 Nosotros, pues, dijimos: Si aconteciere que tal digan a nosotros, o a nuestras generaciones en lo por venir, entonces responderemos: Mirad el símil del altar de Jehová, el cual hicieron nuestros padres, no para holocaustos o sacrificios, sino para que fuese testimonio entre nosotros y vosotros. 29 Nunca tal acontezca que nos rebelemos contra Jehová, o que nos apartemos hoy de seguir a Jehová, edificando altar para holocaustos, para ofrenda o para sacrificio, además del altar de Jehová nuestro Dios que está delante de su tabernáculo.

30 Oyendo Finees el sacerdote y los príncipes de la congregación, y los jefes de los millares de Israel que con él estaban, las palabras que hablaron los hijos de Rubén y los hijos de Gad y los hijos de Manasés, les pareció bien todo ello. 31 Y dijo Finees hijo del sacerdote Eleazar a los hijos de Rubén, a los hijos de Gad y a los hijos de Manasés: Hoy hemos entendido que Jehová está entre nosotros, pues que no habéis intentado esta traición contra Jehová. Ahora habéis librado a los hijos de Israel de la mano de Jehová.

32 Y Finees hijo del sacerdote Eleazar, y los príncipes, dejaron a los hijos de Rubén y a los hijos de Gad, y regresaron de la tierra de Galaad a la tierra de Canaán, a los hijos de Israel, a los cuales dieron la respuesta. 33 Y el asunto pareció bien a los hijos de Israel, y bendijeron a Dios los hijos de Israel; y no hablaron más de subir contra ellos en guerra, para destruir la tierra en que habitaban los hijos de Rubén y los hijos de Gad. 34 Y los hijos de Rubén y los hijos de Gad pusieron por nombre al altar Ed;[b] porque testimonio es entre nosotros que Jehová es Dios.

Exhortación de Josué al pueblo

23 Aconteció, muchos días después que Jehová diera reposo a Israel de todos sus enemigos alrededor, que Josué, siendo ya viejo y avanzado en años, llamó a todo Israel, a sus ancianos, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales, y les dijo: Yo ya soy viejo y avanzado en años. Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa; porque Jehová vuestro Dios es quien ha peleado por vosotros. He aquí os he repartido por suerte, en herencia para vuestras tribus, estas naciones, así las destruidas como las que quedan, desde el Jordán hasta el Mar Grande, hacia donde se pone el sol. Y Jehová vuestro Dios las echará de delante de vosotros, y las arrojará de vuestra presencia; y vosotros poseeréis sus tierras, como Jehová vuestro Dios os ha dicho. Esforzaos, pues, mucho en guardar y hacer todo lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés, sin apartaros de ello ni a diestra ni a siniestra; para que no os mezcléis con estas naciones que han quedado con vosotros, ni hagáis mención ni juréis por el nombre de sus dioses, ni los sirváis, ni os inclinéis a ellos. Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis, como habéis hecho hasta hoy. Pues ha arrojado Jehová delante de vosotros grandes y fuertes naciones, y hasta hoy nadie ha podido resistir delante de vuestro rostro. 10 Un varón de vosotros perseguirá a mil;(Q) porque Jehová vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo.(R) 11 Guardad, pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios. 12 Porque si os apartareis, y os uniereis a lo que resta de estas naciones que han quedado con vosotros, y si concertareis con ellas matrimonios, mezclándoos con ellas, y ellas con vosotros, 13 sabed que Jehová vuestro Dios no arrojará más a estas naciones delante de vosotros, sino que os serán por lazo, por tropiezo, por azote para vuestros costados y por espinas para vuestros ojos, hasta que perezcáis de esta buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado.

14 Y he aquí que yo estoy para entrar hoy por el camino de toda la tierra; reconoced, pues, con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma, que no ha faltado una palabra de todas las buenas palabras que Jehová vuestro Dios había dicho de vosotros; todas os han acontecido, no ha faltado ninguna de ellas. 15 Pero así como ha venido sobre vosotros toda palabra buena que Jehová vuestro Dios os había dicho, también traerá Jehová sobre vosotros toda palabra mala, hasta destruiros de sobre la buena tierra que Jehová vuestro Dios os ha dado, 16 si traspasareis el pacto de Jehová vuestro Dios que él os ha mandado, yendo y honrando a dioses ajenos, e inclinándoos a ellos. Entonces la ira de Jehová se encenderá contra vosotros, y pereceréis prontamente de esta buena tierra que él os ha dado.

Discurso de despedida de Josué

24 Reunió Josué a todas las tribus de Israel en Siquem, y llamó a los ancianos de Israel, sus príncipes, sus jueces y sus oficiales; y se presentaron delante de Dios. Y dijo Josué a todo el pueblo: Así dice Jehová, Dios de Israel: Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré,(S) padre de Abraham y de Nacor; y servían a dioses extraños. Y yo tomé a vuestro padre Abraham del otro lado del río,(T) y lo traje por toda la tierra de Canaán, y aumenté su descendencia, y le di a Isaac.(U) A Isaac le di a Jacob y a Esaú.(V) Y a Esaú le di el monte de Seir, para que lo poseyese;(W) pero Jacob y sus hijos descendieron a Egipto.(X) Y yo envié a Moisés y a Aarón, y herí a Egipto, conforme a lo que hice en medio de él,(Y) y después os saqué. Saqué a vuestros padres de Egipto; y cuando llegaron al mar, los egipcios siguieron a vuestros padres hasta el Mar Rojo con carros y caballería. Y cuando ellos clamaron a Jehová, él puso oscuridad entre vosotros y los egipcios, e hizo venir sobre ellos el mar, el cual los cubrió; y vuestros ojos vieron lo que hice en Egipto.(Z) Después estuvisteis muchos días en el desierto. Yo os introduje en la tierra de los amorreos, que habitaban al otro lado del Jordán, los cuales pelearon contra vosotros; mas yo los entregué en vuestras manos, y poseísteis su tierra, y los destruí de delante de vosotros.(AA) Después se levantó Balac hijo de Zipor, rey de los moabitas, y peleó contra Israel; y envió a llamar a Balaam hijo de Beor, para que os maldijese. 10 Mas yo no quise escuchar a Balaam, por lo cual os bendijo repetidamente,(AB) y os libré de sus manos. 11 Pasasteis el Jordán,(AC) y vinisteis a Jericó, y los moradores de Jericó pelearon contra vosotros:(AD) los amorreos, ferezeos, cananeos, heteos, gergeseos, heveos y jebuseos, y yo los entregué en vuestras manos. 12 Y envié delante de vosotros tábanos,(AE) los cuales los arrojaron de delante de vosotros, esto es, a los dos reyes de los amorreos; no con tu espada, ni con tu arco. 13 Y os di la tierra por la cual nada trabajasteis, y las ciudades que no edificasteis, en las cuales moráis; y de las viñas y olivares que no plantasteis, coméis.(AF)

14 Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad y en verdad; y quitad de entre vosotros los dioses a los cuales sirvieron vuestros padres al otro lado del río, y en Egipto; y servid a Jehová. 15 Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová.

16 Entonces el pueblo respondió y dijo: Nunca tal acontezca, que dejemos a Jehová para servir a otros dioses; 17 porque Jehová nuestro Dios es el que nos sacó a nosotros y a nuestros padres de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre; el que ha hecho estas grandes señales, y nos ha guardado por todo el camino por donde hemos andado, y en todos los pueblos por entre los cuales pasamos. 18 Y Jehová arrojó de delante de nosotros a todos los pueblos, y al amorreo que habitaba en la tierra; nosotros, pues, también serviremos a Jehová, porque él es nuestro Dios.

19 Entonces Josué dijo al pueblo: No podréis servir a Jehová, porque él es Dios santo, y Dios celoso; no sufrirá vuestras rebeliones y vuestros pecados. 20 Si dejareis a Jehová y sirviereis a dioses ajenos, él se volverá y os hará mal, y os consumirá, después que os ha hecho bien. 21 El pueblo entonces dijo a Josué: No, sino que a Jehová serviremos. 22 Y Josué respondió al pueblo: Vosotros sois testigos contra vosotros mismos, de que habéis elegido a Jehová para servirle. Y ellos respondieron: Testigos somos. 23 Quitad, pues, ahora los dioses ajenos que están entre vosotros, e inclinad vuestro corazón a Jehová Dios de Israel. 24 Y el pueblo respondió a Josué: A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos. 25 Entonces Josué hizo pacto con el pueblo el mismo día, y les dio estatutos y leyes en Siquem. 26 Y escribió Josué estas palabras en el libro de la ley de Dios; y tomando una gran piedra, la levantó allí debajo de la encina que estaba junto al santuario de Jehová. 27 Y dijo Josué a todo el pueblo: He aquí esta piedra nos servirá de testigo, porque ella ha oído todas las palabras que Jehová nos ha hablado; será, pues, testigo contra vosotros, para que no mintáis contra vuestro Dios. 28 Y envió Josué al pueblo, cada uno a su posesión.

Muerte de Josué

(Jue. 2.6-10)

29 Después de estas cosas murió Josué hijo de Nun, siervo de Jehová, siendo de ciento diez años. 30 Y le sepultaron en su heredad en Timnat-sera,(AG) que está en el monte de Efraín, al norte del monte de Gaas.

31 Y sirvió Israel a Jehová todo el tiempo de Josué, y todo el tiempo de los ancianos que sobrevivieron a Josué y que sabían todas las obras que Jehová había hecho por Israel.

Sepultura de los huesos de José en Siquem

32 Y enterraron en Siquem los huesos de José, que los hijos de Israel habían traído de Egipto,(AH) en la parte del campo que Jacob compró(AI) de los hijos de Hamor padre de Siquem, por cien piezas de dinero;[c] y fue posesión de los hijos de José.

Muerte de Eleazar

33 También murió Eleazar hijo de Aarón, y lo enterraron en el collado de Finees su hijo, que le fue dado en el monte de Efraín.

Footnotes

  1. Josué 14:15 Esto es, la ciudad de Arba.
  2. Josué 22:34 Esto es, Testimonio.
  3. Josué 24:32 Heb. kesitas.

El territorio de Caleb

Los descendientes de Judá fueron a Guilgal para hablar con Josué, y Caleb el quenezita, hijo de Jefuné, le dijo a Josué: «Acuérdate de lo que el Señor le dijo a su siervo Moisés en Cadés-barnea, en cuanto a ti y a mí. Yo tenía cuarenta años cuando Moisés me envió desde Cadés-barnea a explorar la región, y cuando volví le hablé con toda sinceridad. Los que fueron conmigo hicieron que la gente se asustara, pero yo me mantuve fiel a mi Dios y Señor. Entonces Moisés me juró: “La tierra en que has puesto el pie será siempre tuya y de tus descendientes, porque te mantuviste fiel a mi Dios y Señor.” 10 Ya han pasado cuarenta y cinco años desde que el Señor le dijo esto a Moisés, que fue cuando los israelitas andaban todavía por el desierto, y conforme a su promesa me ha conservado con vida. Ahora ya tengo ochenta y cinco años, 11 pero todavía estoy tan fuerte como cuando Moisés me mandó a explorar la tierra, y puedo moverme y pelear igual que entonces. 12 Por eso te pido que me des ahora la región montañosa que el Señor me prometió. Tú sabes desde entonces que los descendientes del gigante Anac viven allí, y que tienen ciudades grandes y bien fortificadas. Pero yo espero que el Señor me acompañe y me ayude a echarlos de allí, como él lo ha dicho.»

13 Entonces Josué bendijo a Caleb, y le dio Hebrón para que fuera de él y de sus descendientes. 14 Así fue como Hebrón llegó a ser de Caleb y de sus descendientes hasta el día de hoy, porque Caleb se mantuvo fiel al Señor, Dios de Israel. 15 El nombre antiguo de Hebrón era Quiriat-arbá, pues Arbá fue un famoso descendiente del gigante Anac.

Después de esto hubo paz en la región.

El territorio de Judá

15 El territorio que les tocó en suerte a los clanes de la tribu de Judá llegaba hasta la frontera de Edom, y por el sur hasta el desierto de Sin. Por ese lado la frontera partía de la punta que está en el extremo sur del Mar Muerto, corría después hacia el sur por la cuesta de Acrabim, pasando por el desierto de Sin y al sur de Cadés-barnea; luego seguía hasta Hesrón, subía hasta Adar y daba la vuelta hacia Carcá, de donde continuaba hasta Asmón, para salir al arroyo de Egipto y terminar en el mar Mediterráneo. Ésta era la frontera por el sur. Por el este, la frontera era el Mar Muerto hasta la desembocadura del Jordán. De allí partía la frontera norte, que subía por Bet-hoglá y pasaba al norte de Bet-arabá, y de allí a la Peña de Bohan Ben-rubén; después subía del valle de Acor a Debir y volvía hacia Guilgal, que está frente a la cuesta de Adumim, al sur del arroyo; después la frontera pasaba por el manantial de En-semes y seguía hasta el de En-roguel; entonces pasaba por el valle de Ben-hinom, al sur de la cuesta de Jebús, es decir, Jerusalén; luego subía por la cumbre del monte que está al oeste del valle de Hinom, y al norte del valle de Refaim, para dar la vuelta desde la cumbre del monte hasta el manantial de Neftóah, y luego hasta las ciudades del monte de Efrón, pasando por Baalá, que también se llama Quiriat-jearim. 10 De Baalá, la frontera se volvía hacia el oeste hasta el monte de Seír, y pasaba por Quesalón, al costado norte del monte Jearim, para después bajar hasta Bet-semes y pasar por Timná 11 y por las cuestas al norte de Ecrón, girar hacia Sicrón, pasar por el monte de Baalá, y salir a Jabneel para terminar en el mar Mediterráneo. 12 Por último, la frontera occidental era el mar Mediterráneo. Éstas eran las fronteras de las posesiones que les tocaron a los de la tribu de Judá, y que se repartieron entre los clanes de la tribu.

Caleb conquista Hebrón y Debir(A)

13 Josué dio a Caleb, el hijo de Jefuné, una parte de los territorios de la tribu de Judá. Conforme a lo ordenado por el Señor, le dio Hebrón, la ciudad principal de los descendientes del gigante Anac. 14 Caleb echó de allí a tres descendientes de Anac, llamados Sesai, Ahimán y Talmai. 15 Después marchó contra los que vivían en Debir, que antes se llamaba Quiriat-séfer, 16 y dijo: «Al que ataque y conquiste esta ciudad, yo le daré por esposa a mi hija Acsa.»

17 El que conquistó la ciudad fue su sobrino Otoniel, el hijo de Quenaz, y Caleb le dio por esposa a su hija Acsa. 18 Cuando iban a salir hacia su casa, Otoniel convenció a Acsa de que le pidiera a su padre tierras de cultivo. Entonces ella se bajó del asno, y Caleb le preguntó:

—¿Qué se te ofrece?

19 —Quiero pedirte un favor —contestó ella—. Ya que me diste tierras en el desierto del Négueb, dame también manantiales.

Y él le dio los manantiales de arriba y los de abajo.

Las ciudades de la tribu de Judá

20 Éstas fueron las posesiones de la tribu de Judá, que se repartieron según el número de sus clanes. 21 Las ciudades que les tocaron en la región sur, hacia la frontera de Edom, fueron: Cabseel, Éder, Jagur, 22 Quiná, Dimoná, Adadá, 23 Quedes, Hasor, Itnán, 24 Zif, Télem, Bealot, 25 Hasor-hadatá, Queriot, Hesrón (que también se llama Hasor), 26 Amam, Semá, Moladá, 27 Hasar-gadá, Hesmón, Bet-pélet, 28 Hasar-sual, Beerseba, con sus aldeas, 29 Baalá, Iim, Ésem, 30 Eltolad, Quesil, Hormá, 31 Siclag, Madmaná, Sansaná, 32 Lebaot, Silhim y En-rimón. En total, veintinueve ciudades con sus aldeas.

33 En la llanura les tocaron las siguientes ciudades: Estaol, Sorá, Asná, 34 Zanóah, En-ganim, Tapúah, Enam, 35 Jarmut, Adulam, Socó, Azecá, 36 Saaraim, Aditaim, Guederá y Guederotaim, o sea catorce ciudades con sus aldeas.

37 Las ciudades de Senán, Hadasá, Migdal-gad, 38 Dileán, Mispá, Jocteel, 39 Laquis, Boscat, Eglón, 40 Cabón, Lahmam, Quitlís, 41 Guederot, Bet-dagón, Naamá y Maquedá, o sea dieciséis ciudades con sus aldeas.

42 Las ciudades de Libná, Éter, Asán, 43 Iftah, Asná, Nesib, 44 Queilá, Aczib y Maresá, o sea nueve ciudades con sus aldeas.

45 La ciudad de Ecrón con sus pueblos y aldeas, 46 y de Ecrón al mar todo el territorio cercano a Asdod, junto con sus aldeas.

47 La ciudad de Asdod con sus pueblos y aldeas, y la ciudad de Gaza con sus pueblos y aldeas, hasta el arroyo de Egipto y los límites del mar Mediterráneo.

48 En la región montañosa les tocaron a los de Judá las siguientes ciudades: Samir, Jatir, Socó, 49 Daná, Quiriat-saná (llamada también Debir), 50 Anab, Estemoa, Anim, 51 Gosen, Holón y Guiló, o sea once ciudades con sus aldeas.

52 Las ciudades de Arab, Dumá, Esán, 53 Janum, Bet-tapúah, Afecá, 54 Humtá, Quiriat-arbá (llamada también Hebrón), y Sior, o sea nueve ciudades con sus aldeas.

55 Las ciudades de Maón, Carmel, Zif, Jutá, 56 Jezreel, Jocdeam, Zanóah, 57 Caín, Guibeá y Timná, o sea diez ciudades con sus aldeas.

58 Las ciudades de Halhul, Bet-sur, Guedor, 59 Maarat, Bet-anot y Eltecón, o sea seis ciudades con sus aldeas.

60 Las ciudades de Quiriat-baal, llamada también Quiriat-jearim, y Rabá, con sus aldeas.

61 En el desierto les tocaron las ciudades de Bet-arabá, Midín, Secacá, 62 Nibsán, Ciudad de la Sal, y En-gadi, o sea seis ciudades con sus aldeas.

63 Los descendientes de Judá no pudieron echar de Jerusalén a los jebuseos que allí vivían, de modo que hasta la fecha los jebuseos viven en Jerusalén junto con los descendientes de Judá.

Territorios de Efraín y Manasés, descendientes de José

16 El territorio que les tocó en suerte a los descendientes de José empezaba, por el este, en el río Jordán, a la altura de los manantiales de Jericó, y de allí se extendía por el desierto, a lo largo de las montañas que van de Jericó a Betel. De Betel, es decir, Luz, pasaba por el territorio de los arquitas hasta Atarot; luego se extendía hacia el oeste por el territorio de los jafletitas, hasta la frontera con Bet-horón de Abajo, y hasta Guézer. De allí salía al mar Mediterráneo. Las posesiones que recibieron las tribus de Manasés y Efraín, descendientes de José, fueron las siguientes:

Territorios de la tribu de Efraín

Los límites del territorio de los clanes de la tribu de Efraín se extendían, al este, de Atarot-adar hasta Bet-horón de Arriba. De allí se extendían hasta el mar Mediterráneo. El extremo norte de sus territorios era Micmetat, y de allí la frontera se extendía hacia el este, hasta Taanat-siló, para luego pasar por Janóah y bajar a Atarot y Naará, hasta tocar Jericó y salir al río Jordán. Desde Tapúah, la frontera se extiende hacia el oeste hasta el arroyo de Caná y el mar Mediterráneo. Éste es el territorio que le tocó a la tribu de Efraín, y que se repartió entre sus clanes. Hubo además algunas ciudades y aldeas dentro del territorio de la tribu de Manasés, que les tocaron a los de Efraín. 10 Pero los de la tribu de Efraín no echaron de Guézer a los cananeos que allí vivían, sino que los dejaron vivir entre ellos, aunque los obligaron a pagarles tributo. Y hasta la fecha los cananeos viven allí.

Territorios de la tribu de Manasés

17 Éste es el territorio que le tocó a la tribu de Manasés, el hijo mayor de José. A Maquir, hombre de guerra, que era el hijo mayor de Manasés y padre de Galaad, le tocó el territorio de Galaad y de Basán, al este del Jordán. También se sortearon las tierras que les tocarían, según el número de sus clanes, a los demás hijos de Manasés: a Abiézer, Hélec, Asriel, Siquem, Héfer y Semidá, que eran hijos de Manasés y nietos de José.

Pero Selofhad, que era hijo de Héfer y nieto de Galaad, el hijo de Maquir y nieto de Manasés, no había tenido ningún hijo, sino sólo cinco hijas, que eran Mahlá, Noá, Hoglá, Milcá y Tirsá. Éstas fueron a ver al sacerdote Eleazar y a Josué y a los jefes del pueblo, y les dijeron: «El Señor le mandó a Moisés que nos diera tierras, lo mismo que a nuestros parientes.» Entonces Josué les dio tierras como a los parientes de su padre, tal como el Señor le había ordenado.

De esta manera la tribu de Manasés recibió diez partes, además de los territorios de Galaad y Basán, que están al este del Jordán, porque a las hijas de Manasés se les dieron tierras como a los varones. La región de Galaad fue para los otros descendientes de Manasés. El territorio de la tribu de Manasés se extendía de Aser a Micmetat, que está frente a Siquem, y continuaba hacia el sur, hasta la fuente de Tapúah. Aunque la región de Tapúah era de la tribu de Manasés, la ciudad misma de Tapúah, que estaba junto a la frontera de Manasés, pertenecía a la tribu de Efraín. Después la frontera bajaba hacia el sur hasta el arroyo de Caná, de modo que estas ciudades de Efraín estaban entre las ciudades de Manasés, aun cuando la frontera norte del arroyo pertenecía a Manasés, junto con la salida al mar. 10 Efraín quedaba al sur del arroyo, y Manasés al norte, teniendo como límite el mar Mediterráneo, con los territorios de la tribu de Aser al norte y los de Isacar al este. 11 También le tocaron a Manasés las siguientes ciudades en los territorios de Isacar y de Aser, cada una con sus aldeas cercanas: Bet-seán, Ibleam, Dor, Endor, Taanac y Meguido, y las tres colinas. 12 Pero los de la tribu de Manasés no pudieron tomar posesión de estas ciudades, porque los cananeos opusieron resistencia y se quedaron allí. 13 Después, cuando los israelitas se hicieron más fuertes, obligaron a los cananeos a pagarles tributo, pero no los echaron de allí.

Los descendientes de José toman los bosques

14 Los descendientes de José le dijeron a Josué:

—¿Por qué nos has dado en suerte una sola porción del terreno, si nosotros somos muchos y el Señor nos ha bendecido?

15 Josué les contestó:

—Ya que ustedes son tantos que no caben en los montes de Efraín, vayan al bosque y desmonten tierras en la región de los ferezeos y de los refaítas.

16 Y ellos dijeron:

—Es verdad que estos montes no nos alcanzan. Pero los cananeos que viven en el llano tienen carros de hierro, lo mismo los que viven en Bet-seán y en sus aldeas que los que viven en el valle de Jezreel.

17 Entonces Josué respondió así a los descendientes de José, es decir, a las tribus de Efraín y Manasés:

—Ustedes son muchos y tienen mucho poder, de modo que no les tocará solamente una parte del territorio, 18 sino que ese monte cubierto de bosques también será suyo, y ustedes aprovecharán sus bosques. En cuanto a los cananeos, ustedes los echarán de allí, aunque ellos sean fuertes y tengan carros de hierro.

Los territorios de las otras tribus

18 Toda la comunidad israelita se reunió en Siló, para establecer allí la tienda del encuentro con Dios. Ya para entonces la tierra había sido conquistada, aunque todavía quedaban siete tribus israelitas a las que no se les había dado su parte.

Entonces Josué les dijo a los israelitas: «¿Qué esperan para tomar posesión de la tierra que les ha dado el Señor, el Dios de sus antepasados? Escojan tres hombres de cada tribu, para que yo los mande a recorrer toda la región y a que me traigan un informe del modo en que puede repartirse. Estos hombres deberán dividir la región en siete partes, dejando a Judá sus territorios al sur, y a los descendientes de José sus territorios al norte. Después que hayan dividido la región en siete partes, me traerán la descripción y yo echaré las suertes en presencia del Señor nuestro Dios. A los levitas no les tocará ninguna parte, pues lo que les toca a ellos es el sacerdocio del Señor. En cuanto a las tribus de Gad y de Rubén y la media tribu de Manasés, ya tienen sus posesiones en la región este del río Jordán, la cual les dio Moisés, el siervo del Señor.»

Los que iban a preparar la descripción de la región se dispusieron a salir, y Josué les ordenó: «Vayan por toda la región y divídanla, y vuelvan en cuanto terminen, para que yo la sortee aquí en Siló, delante del Señor.»

Aquellos hombres fueron y recorrieron toda la región, dividieron las ciudades en siete grupos y lo pusieron todo por escrito. Después volvieron al campamento de Siló, donde estaba Josué. 10 Entonces Josué repartió el territorio entre los israelitas allí en Siló, sorteándolo delante del Señor.

El territorio de la tribu de Benjamín

11 Una vez hecho el sorteo, a los clanes de la tribu de Benjamín les tocaron tierras entre los territorios de Judá y los de José. 12 La frontera de este territorio empezaba, por el norte, en el río Jordán, y se extendía hacia el lado norte de Jericó, continuaba por la región montañosa hacia el oeste, y venía a salir al desierto de Bet-avén. 13 De allí seguía hacia Luz (es decir, Betel) por el lado sur, y bajaba hasta Atarot-adar en el monte que está al sur de Bet-horón de Abajo; 14 luego la frontera se volvía hacia el mar Mediterráneo por el costado sur del monte que está frente a Bet-horón, hasta Quiriat-baal, llamada también Quiriat-jearim, que pertenece a la tribu de Judá. Ésa era la frontera oeste.

15 La frontera sur salía del extremo de Quiriat-jearim, en dirección oeste hasta el manantial de Neftóah, 16 y bajaba hasta el extremo del monte que está frente al valle de Ben-hinom, al norte del valle de Refaim. Después bajaba al valle de Hinom, pasaba al sur de la cuesta de Jebús, y seguía hasta el manantial de En-roguel. 17 Luego se volvía hacia el norte y salía a En-semes, de donde seguía hasta Guelilot, que está frente a la cuesta de Adumim, y bajaba hasta la Peña de Bohan Ben-rubén; 18 pasaba luego por el lado norte de la cuesta, frente al valle del Jordán, y bajando hasta el Jordán 19 pasaba al norte de Bet-hoglá, para terminar en la bahía norte del Mar Muerto, donde desemboca el río Jordán. Ésta era la frontera sur.

20 El río Jordán era la frontera del este. Éstas eran las fronteras del territorio que se repartió entre los clanes de la tribu de Benjamín.

21 Las ciudades que les tocaron a los clanes de la tribu de Benjamín fueron, por una parte: Jericó, Bet-hoglá, Émec-quesís, 22 Bet-arabá, Semaraim, Betel, 23 Avim, Pará, Ofrá, 24 Quefar-haamoní, Ofní y Gueba, o sea doce ciudades con sus aldeas. 25 Además Gabaón, Ramá, Beerot, 26 Mispá, Quefirá, Mosá, 27 Réquem, Irpeel, Taralá, 28 Selá, Élef, Jebús (es decir, Jerusalén), Guibeá y Quiriat, o sea catorce ciudades con sus aldeas. Éste es el territorio que les tocó a los clanes de la tribu de Benjamín.

El territorio de la tribu de Simeón

19 El segundo territorio sorteado les tocó a los clanes de la tribu de Simeón. Este territorio quedaba dentro del de la tribu de Judá, y comprendía las ciudades de Beerseba, Sebá, Moladá, Hasar-sual, Balá, Ésem, Eltolad, Betul, Hormá, Siclag, Bet-marcabot, Hasar-susá, Bet-lebaot y Saruhén, en total trece ciudades con sus aldeas. Además les tocaron las ciudades de En-rimón, Éter y Asán, con sus aldeas, más las aldeas que había hasta Baalat-beer, que es la ciudad de Ramat, en el Négueb. Éstas son las tierras que les tocaron a los clanes de Simeón. La parte de la tribu de Simeón quedaba dentro del territorio de Judá, porque esta tribu tenía demasiada tierra, y se les dio a los de Simeón parte de la tierra que le había tocado a Judá.

El territorio de la tribu de Zabulón

10 El tercer territorio que se sorteó les tocó a los clanes de la tribu de Zabulón. Su frontera se extendía hasta Sarid, 11 seguía hacia el occidente hasta Maralá y luego hasta Dabéset, para terminar en el arroyo que está frente a Jocneam. 12 De Sarid, esta frontera iba hacia el oriente hasta Quislot-tabor, y de allí pasaba a Daberat y subía hasta Jafía. 13 De allí, la frontera iba por el este hacia Gat-héfer, pasaba por Itá-casín y llegaba hasta Rimón, dando la vuelta por Neá. 14 Por el norte, la frontera daba la vuelta hasta Hanatón y salía al valle de Jefté-el. 15 Había en este territorio doce ciudades con sus aldeas vecinas, entre ellas: Catat, Nahalal, Simrón, Idalá y Belén. 16 Éste es el territorio que les tocó a los clanes de la tribu de Zabulón, con sus ciudades y aldeas.

El territorio de la tribu de Isacar

17 El cuarto territorio que se sorteó les tocó a los clanes de la tribu de Isacar. 18 Su territorio incluía las ciudades de Jezreel, Quesulot, Sunem, 19 Hafaraim, Sihón, Anaharat, 20 Rabit, Quisión, Ebes, 21 Rémet, En-ganim, En-hadá y Bet-pasés. 22 La frontera llegaba a Tabor, Sahasimá y Bet-semes, y terminaba en el río Jordán; en total, dieciséis ciudades con sus aldeas. 23 Éste es el territorio que les tocó a los clanes de la tribu de Isacar, con sus ciudades y aldeas.

El territorio de la tribu de Aser

24 El quinto territorio que se sorteó les tocó a los clanes de la tribu de Aser, 25 e incluía las ciudades de Helcat, Halí, Beten, Acsaf, 26 Alamélec, Amad y Misal, de modo que llegaba por el oeste hasta el monte Carmelo y Sihor-libnat. 27 La frontera oriental corría hacia el norte hasta Bet-dagón, tocando el territorio de la tribu de Zabulón, el valle de Jefté-el, Bet-émec, Neiel, y siguiendo más allá de Cabul, 28 de modo que abarcaba Abdón, Rehob, Hamón y Caná, hasta llegar a la gran ciudad de Sidón. 29 Después la frontera daba la vuelta hacia Ramá, y hasta la ciudad fortificada de Tiro, para luego seguir hacia Hosá y salir al mar Mediterráneo. Con Mahaleb, Aczib, 30 Umá, Afec y Rehob, sumaban veintidós ciudades con sus aldeas vecinas. 31 Éste es el territorio que les tocó a los clanes de la tribu de Aser.

El territorio de la tribu de Neftalí

32 El sexto territorio que se sorteó les tocó a los clanes de la tribu de Neftalí. 33 Su territorio iba desde Hélef, Elón-saananim, Adamí-néqueb y Jabneel, hasta Lacum, llegando al Jordán. 34 Por el oeste, la frontera iba por Aznot-tabor, y luego por Hucoc, de modo que por el lado sur colindaba con el territorio de la tribu de Zabulón, y por el oeste con el territorio de la tribu de Aser. Por el este, el territorio de la tribu de Neftalí llegaba hasta el río Jordán. 35 Las ciudades fortificadas que les tocaron fueron: Sidim, Ser, Hamat, Racat, Quinéret, 36 Adamá, Ramá, Hasor, 37 Quedes, Edrei, En-hasor, 38 Irón, Migdal-el, Horem, Bet-anat y Bet-semes. En total eran diecinueve ciudades con sus aldeas vecinas. 39 Éste fue el territorio, con sus ciudades y aldeas, que les tocó a los clanes de la tribu de Neftalí.

El territorio de la tribu de Dan

40 El séptimo territorio que se sorteó les tocó a los clanes de la tribu de Dan. 41 En este territorio estaban Sora, Estaol, Ir-semes, 42 Saalbim, Aialón, Jetlá, 43 Elón, Timnat, Ecrón, 44 Eltequé, Guibetón, Baalat, 45 Jehúd, Bené-berac, Gat-rimón, 46 Mejarcón y Racón, con el territorio que queda frente a Jope. 47 Pero como este territorio no les alcanzaba, fueron los de la tribu de Dan a atacar la ciudad de Lésem, y tomaron posesión de ella después de matar a todos los que vivían allí. Y así se quedaron a vivir en esa ciudad, y le cambiaron el nombre, llamándola Dan en honor de su antepasado. 48 Éste es el territorio que, con sus ciudades y aldeas, les tocó a los clanes de la tribu de Dan.

El territorio de Josué

49 Después que los israelitas terminaron de repartir los territorios que le tocaban a cada tribu, le dieron su parte a Josué dentro de los territorios de los demás. 50 Tal como el Señor lo había ordenado, le dieron la ciudad de Timnat-sérah, en la región montañosa de Efraín, que fue la que Josué pidió. Y Josué reconstruyó la ciudad y vivió en ella.

51 Todos estos fueron los territorios que el sacerdote Eleazar, Josué y los jefes del pueblo sortearon entre las tribus israelitas, en presencia del Señor, a la entrada de la tienda del encuentro, en Siló. Y así el reparto de la tierra quedó completo.

Los israelitas señalan ciudades de refugio(B)

20 El Señor le habló a Josué y le dijo: «Habla con los israelitas y diles que escojan ciudades de refugio, tal como lo ordené por medio de Moisés. Si uno mata a otro accidentalmente, sin intención, puede huir a una de esas ciudades para protegerse de la venganza del pariente más cercano del muerto. El que busque refugio en uno de esos lugares llegará a la puerta de la ciudad y hará su declaración ante los ancianos de la ciudad. Entonces ellos le permitirán entrar y le darán un lugar para vivir. Si el pariente más cercano del muerto lo persigue, los ancianos de la ciudad no entregarán al refugiado, pues mató a su prójimo sin intención y no por tenerle odio. Pero el refugiado tendrá que quedarse en la ciudad hasta que se presente ante todo el pueblo para ser juzgado, y hasta que muera el sumo sacerdote que en aquel tiempo esté en funciones. Después podrá volver el refugiado al lugar de donde huyó, es decir, a su propia casa y ciudad.»

Entonces los israelitas escogieron como ciudades de refugio a Quedes en Galilea, en las montañas de Neftalí, a Siquem en los montes de Efraín, y a Quiriat-arbá, llamada también Hebrón, en los montes de Judá. Del otro lado del Jordán, en la meseta del desierto al este de Jericó, escogieron a Béser, de la tribu de Rubén; en la región de Galaad escogieron a Ramot, de la tribu de Gad; y en la región de Basán escogieron a Golán, de la tribu de Manasés. Éstas fueron las ciudades de refugio que escogieron para todos los israelitas y para los extranjeros que vivieran entre ellos. Allí podía refugiarse cualquiera que matara a otro por accidente, para que de este modo el pariente más cercano del muerto no pudiera vengarse y matarlo antes que el pueblo lo juzgara.

Las ciudades de los levitas(C)

21 Los jefes de familias levitas fueron a Siló, en la región de Canaán, para hablar con el sacerdote Eleazar, con Josué y con los jefes de familia de las tribus israelitas. Allí les dijeron: «Por medio de Moisés, el Señor ordenó que se nos dieran ciudades donde vivir, junto con campos de pastoreo para nuestros ganados.» Entonces los israelitas dieron a los levitas algunas de sus propias ciudades y campos de pastoreo, conforme a lo dicho por el Señor.

Primero se hizo el sorteo para los clanes levitas que descendían de Quehat. A los quehatitas descendientes del sacerdote Aarón les tocaron trece ciudades, que eran de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín. A los otros quehatitas les tocaron diez ciudades, que eran de las tribus de Efraín y de Dan y de la media tribu de Manasés. Después de esto, a los clanes levitas que descendían de Guersón les tocaron en suerte trece ciudades, que eran de las tribus de Isacar, de Aser, de Neftalí y de la media tribu de Manasés que está en Basán. Y a los clanes levitas que descendían de Merarí les tocaron doce ciudades, que eran de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.

Los israelitas repartieron entre los levitas, por sorteo, ciudades y campos de pastoreo, tal como el Señor lo había ordenado por medio de Moisés. Estas ciudades, que van a ser mencionadas, las dieron los de la tribu de Judá y los de la tribu de Simeón, 10 y les tocaron a los levitas pertenecientes a los clanes de Quehat, que descendían de Aarón, porque a ellos les tocó la suerte en primer lugar. 11 En la región montañosa de Judá les dieron Hebrón, la ciudad principal de los descendientes del gigante Anac, con sus campos de pastoreo. 12 Pero los terrenos y las aldeas de esta ciudad se le dieron en propiedad a Caleb, el hijo de Jefuné.

13 Además de Hebrón, que era ciudad de refugio para quienes habían matado a alguien, se les dieron a los descendientes del sacerdote Aarón las siguientes ciudades: Libná, 14 Jatir, Estemoa, 15 Holón, Debir, 16 Ain, Jutá y Bet-semes. Estas nueve ciudades contaban con sus propios campos de pastoreo. 17 Y de la tribu de Benjamín les dieron Gabaón, Gueba, 18 Anatot y Almón, o sea cuatro ciudades con sus propios campos de pastoreo, 19 de modo que las ciudades de los sacerdotes descendientes de Aarón fueron trece en total, cada una con sus propios campos de pastoreo.

20 A los otros clanes levitas descendientes de Quehat se les repartieron ciudades de la tribu de Efraín. 21 En los montes de Efraín les dieron Siquem, como ciudad de refugio para quien matara a alguien, y además Guézer, 22 Quibsaim y Bet-horón, o sea cuatro ciudades con sus propios campos de pastoreo. 23 De la tribu de Dan recibieron Eltequé, Guibetón, 24 Aialón y Gat-rimón, o sea cuatro ciudades con sus campos de pastoreo; 25 y de la media tribu de Manasés recibieron dos ciudades, Taanac y Gat-rimón, con sus campos de pastoreo; 26 así que las ciudades de estos clanes quehatitas fueron diez en total, con sus propios campos de pastoreo.

27 A los levitas descendientes de Guersón les dieron dos ciudades, que eran de la media tribu de Manasés, con sus propios campos de pastoreo: Golán, que estaba en Basán, para que sirviera como ciudad de refugio, y Beesterá. 28 De la tribu de Isacar les dieron Quisión, Daberat, 29 Jarmut y En-ganim, o sea cuatro ciudades con sus propios campos de pastoreo. 30 De la tribu de Aser les dieron Misael, Abdón, 31 Helcat y Rehob, o sea cuatro ciudades con sus propios campos de pastoreo. 32 De la tribu de Neftalí les dieron tres ciudades con sus propios campos de pastoreo: Quedes, que estaba en Galilea, para que sirviera como ciudad de refugio, Hamot-dor y Cartán; 33 de modo que las ciudades de los clanes guersonitas fueron trece en total, cada una con sus propios campos de pastoreo.

34 A los clanes levitas que aún quedaban, o sea a los descendientes de Merarí, les dieron de la tribu de Zabulón: Jocneam, Cartá, 35 Dimná y Nahalal, o sea cuatro ciudades con sus propios campos de pastoreo. 36 De la tribu de Rubén les dieron Béser, Jahas, 37 Cademot y Mefáat, o sea cuatro ciudades con sus propios campos de pastoreo. 38 De la tribu de Gad les dieron Ramot de Galaad, para que sirviera como ciudad de refugio, Mahanaim, 39 Hesbón y Jazer, o sea cuatro ciudades con sus propios campos de pastoreo, 40 de modo que las ciudades que les tocaron a los clanes levitas que aún quedaban, es decir, a los descendientes de Merarí, fueron doce en total.

41 Las ciudades levitas dentro del territorio israelita fueron cuarenta y ocho en total, cada una con sus propios campos de pastoreo, 42 los cuales rodeaban a cada ciudad. El caso era el mismo en cada una de estas ciudades.

El Señor es fiel

43 Así fue como el Señor les dio a los israelitas todo el territorio que les había prometido bajo juramento a sus antepasados, y ellos se establecieron y vivieron allí. 44 El Señor cumplió su promesa, y les dio paz en todo el territorio. Sus enemigos no pudieron hacerles frente, porque el Señor les dio la victoria sobre ellos. 45 Ni una sola palabra quedó sin cumplirse de todas las buenas promesas que el Señor había hecho a los israelitas.

El regreso de Rubén, Gad y la media tribu de Manasés

22 Entonces Josué llamó a las tribus de Rubén y de Gad y a la media tribu de Manasés, y les dijo: «Ustedes han cumplido todo lo que les ordenó Moisés, el siervo del Señor, y han obedecido todas mis órdenes. Hasta el día de hoy, y durante todo este tiempo, no han abandonado a sus hermanos, y han cumplido fielmente los mandamientos del Señor y Dios de ustedes. Ahora que él ha cumplido su promesa y que los hermanos de ustedes tienen paz, vuelvan a sus tiendas de campaña y a las tierras que Moisés, el siervo del Señor, les dio al este del río Jordán. Lo único que les pido es que cumplan fielmente el mandamiento y la ley que les dio Moisés, el siervo del Señor, es decir, que amen al Señor y Dios de ustedes, que anden siempre en sus caminos y obedezcan sus mandatos, y que le sigan y le sirvan con todo el corazón y con toda el alma.»

Después de esto, Josué los bendijo y los despidió, y ellos se fueron a sus tiendas.

A una mitad de la tribu de Manasés, Moisés le había dado tierras en la región de Basán. A la otra mitad de la tribu de Manasés, Josué le dio tierras entre los israelitas al oeste del Jordán, y a los primeros los bendijo y los mandó de regreso. Y les dijo: «Ustedes vuelven ahora a sus tierras con grandes riquezas y muchos animales, con oro, plata, bronce y hierro, y con mucha ropa. Compartan con sus hermanos esto que le han quitado al enemigo.»

Así fue como las tribus de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés se separaron del resto de los israelitas en Siló, en la región de Canaán, para regresar a sus posesiones en la región de Galaad, donde tenían tierras según el Señor lo había ordenado por medio de Moisés.

El altar junto al Jordán

10 Cuando las tribus de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés llegaron al río Jordán, todavía en territorio cananeo, levantaron junto al río un gran altar. 11 A los otros israelitas les llegó la noticia de que las tribus de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés habían construido un altar en la frontera de Canaán, junto al Jordán, en territorio israelita; 12 y en cuanto los israelitas lo supieron, se reunieron en Siló para ir a pelear contra ellos. 13 Mandaron antes a Finees, hijo del sacerdote Eleazar, para que fuera a Galaad, donde estaban las tribus de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés. 14 Con él iban diez principales jefes israelitas, cada uno de los cuales representaba a su clan y a su tribu. 15 Todos ellos fueron a Galaad, donde estaban las tribus de Rubén y de Gad y la media tribu de Manasés, y les dijeron:

16 —Nosotros hablamos en el nombre del pueblo del Señor. ¿Qué traición es ésta que ustedes han cometido contra el Dios de Israel? ¿Por qué le han abandonado y se han construido un altar en rebeldía contra el Señor? 17 ¿Acaso no ha sido bastante el pecado de Peor, con el que todavía estamos manchados y por el que murieron tantos del pueblo del Señor? 18 ¿No les basta con eso, para que ahora ustedes también se aparten del Señor? Si ustedes se rebelan hoy contra el Señor, mañana él se enojará con todo el pueblo israelita. 19 Si les parece que este territorio que les ha tocado es impuro, vengan a la tierra del Señor, donde está el santuario del Señor. Tomen un territorio entre nosotros. Pero no se rebelen contra el Señor ni contra nosotros construyendo otro altar además del altar del Señor nuestro Dios. 20 Acuérdense que Acán, el hijo de Zérah, pecó al tomar de lo que estaba consagrado a la destrucción, y que por su culpa el Señor se enojó con toda la comunidad de Israel. ¡Y Acán no fue el único que murió a causa de su pecado!

21 Entonces los de Rubén y Gad y los de la media tribu de Manasés contestaron a los jefes israelitas:

22 —El Señor y Dios de todos los dioses sabe que no hicimos este altar por rebeldía o para apartarnos de él. Él lo sabe y se lo hace saber a todos ustedes; si fue por estas razones, ¡no nos perdones la vida! 23 Si construimos este altar para apartarnos del Señor, o para presentar holocaustos, ofrendas de cereales o sacrificios de reconciliación, que el mismo Señor nos pida cuentas. 24 La verdad es que lo hicimos porque no queremos que algún día los hijos de ustedes les digan a los nuestros: “¿Qué tienen ustedes que ver con el Señor y Dios de Israel? 25 El Señor ha puesto el Jordán para separarnos de ustedes, los de las tribus de Rubén y de Gad. Ustedes no tienen nada que ver con el Señor.” Así los hijos de ustedes harían que nuestros hijos dejaran de sentir reverencia por el Señor. 26 Por eso pensamos en construir un altar, no para ofrecer holocaustos al Señor ni presentar otros sacrificios, 27 sino para que sea un testimonio entre ustedes y nosotros, y entre nuestros descendientes, de que nosotros podemos servir al Señor y presentarnos ante él con nuestros holocaustos y con nuestros sacrificios por el pecado y de reconciliación. Así los descendientes de ustedes no podrán decirles a los nuestros: “Ustedes no tienen nada que ver con el Señor.” 28 Pensamos que si alguien nos dice eso a nosotros o a nuestros descendientes, nosotros podremos responder: “¡Miren! Nuestros antepasados construyeron este altar del Señor, no para ofrecer holocaustos ni sacrificios, sino para que sirva de testimonio entre ustedes y nosotros.” 29 Dios nos libre de rebelarnos contra él o de abandonarle, construyendo otro altar para ofrecer holocaustos u ofrendas de cereales, o para otros sacrificios, aparte del altar del Señor nuestro Dios que está delante de su santuario.

30 Cuando el sacerdote Finees, los jefes de la comunidad y los jefes de clanes que iban con él oyeron lo que decían los de Rubén y de Gad y los de la media tribu de Manasés, les pareció bien. 31 Entonces Finees, el hijo del sacerdote Eleazar, les dijo:

—Ahora estamos seguros de que el Señor está con nosotros, pues ustedes no trataron de rebelarse contra él, y así nos han salvado del castigo del Señor.

32 Después de esto, Finees y los que iban con él se despidieron de ellos, y regresaron de la región de Galaad a la de Canaán, donde estaban los israelitas. Cuando les contaron a los que estaban en Canaán lo que habían contestado los de las otras tribus, 33 la respuesta les pareció bien, y alabaron a Dios. Desde entonces no hablaron más de atacar a las tribus de Rubén y de Gad, ni de destruir sus tierras. 34 Los descendientes de Rubén y de Gad le pusieron al altar el nombre de «Testimonio», diciendo: «Este altar será un testimonio entre nosotros de que el Señor es Dios.»

Josué habla al pueblo

23 Mucho tiempo después de que el Señor les diera a los israelitas paz con sus enemigos, y cuando ya Josué estaba viejo, mandó llamar Josué a todos los israelitas, con sus ancianos, jefes, jueces y oficiales, y les dijo:

«Yo ya estoy viejo, y los años me pesan. Ustedes han visto todo lo que el Señor les hizo a todos estos pueblos que se les oponían, pues él es quien ha peleado por ustedes. Yo repartí por sorteo todas estas tierras entre las tribus. No repartí sólo los territorios ya conquistados, sino también los que quedan por conquistar, desde el río Jordán al este hasta el mar Mediterráneo al oeste. El Señor va a echar de esas tierras a los que viven en ellas, y ustedes las tomarán, tal como el Señor su Dios lo ha prometido.

»Esfuércense en cumplir todo lo que dice el libro de la ley de Moisés; cúmplanlo al pie de la letra. No se mezclen con la otra gente que todavía vive aquí entre ustedes. No adoren a sus dioses, ni los obedezcan; ni siquiera mencionen el nombre de esos dioses, ni juren por ellos. Sigan siempre al Señor su Dios, como lo han hecho hasta ahora. El Señor ha arrojado de delante de ustedes a pueblos grandes y fuertes, y hasta el día de hoy nadie ha podido resistir ante ustedes. 10 Uno solo de ustedes puede hacer huir a mil, porque el Señor su Dios pelea a su favor, como él mismo lo prometió. 11 Tengan, pues, cuidado de ustedes mismos, y amen al Señor su Dios. 12-13 Porque quiero que sepan esto: que si se apartan de Dios y se mezclan con esta gente que ha quedado entre ustedes, y hacen matrimonios unos con otros, el Señor su Dios no echará a estos pueblos de la presencia de ustedes, sino que los usará como red y como trampa para que ustedes caigan, y como látigo sobre sus espaldas y como espinas en sus ojos, hasta que no quede ni uno solo de ustedes en esta tierra tan buena que el Señor su Dios les ha dado.

14 »Yo ya me voy a morir, pero antes quiero que ustedes reconozcan de todo corazón y con toda el alma que se han cumplido todas las cosas buenas que el Señor les prometió. Ni una sola de sus promesas quedó sin cumplirse. 15 Pero, así como se cumplió todo lo bueno que el Señor les prometió, así también él traerá sobre ustedes todo tipo de calamidades, hasta que no quede ni uno solo de ustedes en esta tierra buena que él les dio, 16 si no cumplen la alianza que el Señor hizo con ustedes. Si van y adoran a otros dioses, y se inclinan delante de ellos, el Señor se enojará con ustedes, y muy pronto serán borrados de esta tierra tan buena que él les ha dado.»

La despedida de Josué

24 Josué reunió en Siquem a todas las tribus de Israel. Llamó a los ancianos, jefes, jueces y oficiales y, en presencia del Señor, dijo a todo el pueblo:

—Esto dice el Señor y Dios de Israel: “Antiguamente, Térah y sus hijos Abraham y Nahor, antepasados de ustedes, vivían a orillas del río Éufrates y adoraban a otros dioses. De las orillas del Éufrates tomé a Abraham, y lo hice andar por toda la región de Canaán. Lo hice crecer en número, dándole primero a su hijo Isaac, y a Isaac le di dos hijos, Jacob y Esaú. A Esaú le di la región montañosa de Seír, pero Jacob y sus hijos se fueron a Egipto. Entonces yo envié a Moisés y Aarón, y herí de muerte a los egipcios, hasta que los saqué a ustedes de allí. Cuando los antepasados de ustedes salieron de Egipto, los egipcios los persiguieron con carros de guerra y caballos, hasta el Mar Rojo. Ellos me llamaron, y yo puse una gran oscuridad entre ellos y los egipcios, e hice que el mar cayera sobre los egipcios y los cubriera. Ustedes fueron testigos de lo que hice en Egipto.

»”Después pasaron ustedes mucho tiempo en el desierto, hasta que los traje a la tierra de los amorreos, en el lado oriental del Jordán. Ellos pelearon contra ustedes, pero yo los hice caer en manos de ustedes, y ustedes los derrotaron y se adueñaron de la región. Después Balac, hijo de Sipor, rey de los moabitas, vino a pelear contra ustedes. Balac mandó a buscar a Balaam, el hijo de Beor, para que los maldijera a ustedes. 10 Pero yo no dejé que Balaam los maldijera, y tuvo que bendecirlos. Así los salvé a ustedes. 11 Entonces ustedes cruzaron el río Jordán y llegaron hasta Jericó. Los que vivían en Jericó (amorreos, ferezeos, cananeos, hititas, gergeseos, heveos y jebuseos) pelearon contra ustedes, pero yo hice que ustedes los derrotaran. 12 A los dos reyes amorreos no los derrotaron ustedes con espadas ni con arcos, sino que yo envié mi pánico delante de ustedes, de modo que ellos huyeron antes que ustedes llegaran. 13 Yo les di a ustedes tierras que no habían trabajado y ciudades que no habían construido. Ahora viven en ellas, y comen uvas y aceitunas que no plantaron.”

Y añadió Josué:

14 —Por todo esto, respeten al Señor y sírvanle con sinceridad y lealtad. Apártense de los dioses que sus antepasados adoraron a orillas del río Éufrates y en Egipto, y sirvan al Señor. 15 Pero si no quieren servir al Señor, elijan hoy a quién van a servir: si a los dioses a los que sus antepasados servían a orillas del Éufrates, o a los dioses de los amorreos que viven en esta tierra. Por mi parte, mi familia y yo serviremos al Señor.

16 Entonces el pueblo dijo:

—¡No permita el Señor que lo abandonemos por servir a otros dioses! 17 El Señor fue quien nos sacó a nosotros y a nuestros antepasados de Egipto, donde éramos esclavos. Él fue quien hizo tantas maravillas delante de nuestros ojos, y quien nos protegió y nos defendió durante el camino, cuando pasamos entre tantos pueblos. 18 Él echó de delante de nosotros a todos los pueblos que estaban en nuestro camino, y a los amorreos que vivían aquí. Por todo esto, nosotros también serviremos al Señor, pues él es nuestro Dios.

19 Pero Josué les dijo:

—Ustedes no van a poder servir al Señor, porque él es un Dios santo y celoso, que no va a tolerar las rebeliones y pecados de ustedes. 20 Si ustedes lo abandonan y sirven a otros dioses, el Señor responderá haciéndoles mal, y los destruirá a pesar de haberles hecho tanto bien.

21 El pueblo le contestó:

—Eso no va a pasar. Nosotros serviremos al Señor.

22 Entonces Josué dijo:

—Ustedes son sus propios testigos de que han escogido servir al Señor.

—Lo somos —respondieron ellos.

23 Les dijo Josué:

—Quiten entonces todos los otros dioses que hay entre ustedes, y vuélvanse de todo corazón al Señor y Dios de Israel.

24 Y el pueblo respondió:

—Nosotros serviremos al Señor nuestro Dios, y haremos lo que él nos diga.

25 Aquel mismo día, allí en Siquem, Josué hizo un pacto con el pueblo, y les dio leyes y decretos, 26 los cuales escribió en el libro de la ley de Dios. Después tomó una gran piedra y la puso debajo de la encina que estaba en el santuario del Señor, 27 y le dijo a todo el pueblo:

—Esta piedra va a servirnos de testimonio, pues ella es testigo de todo lo que el Señor nos ha dicho. Será un testimonio contra ustedes, para que no sean falsos con su Dios.

28 Después Josué mandó a cada uno a su territorio.

Muerte de Josué(D)

29 Poco después murió Josué hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años. 30 Lo enterraron en su propiedad, en Timnat-sérah, que está en los montes de Efraín, al norte del monte de Gaas. 31 Los israelitas sirvieron al Señor mientras vivió Josué, y aun después, mientras vivieron los ancianos que sabían todo lo que el Señor había hecho por los israelitas.

Los israelitas entierran los restos de José

32 Los restos de José, que los israelitas habían traído desde Egipto, fueron enterrados en Siquem, en el terreno que Jacob había comprado por cien monedas de plata a los hijos de Hamor, el padre de Siquem, y que luego pasó a ser propiedad de los descendientes de José.

Muerte de Eleazar

33 Cuando murió Eleazar, hijo de Aarón, lo enterraron en la colina de su hijo Finees, la cual le fue dada en los montes de Efraín.

Caleb recibe Hebrón

Los descendientes de Judá se acercaron a Josué en Guilgal. El quenizita Caleb, hijo de Jefone, pidió a Josué: «Acuérdate de lo que el Señor dijo a Moisés, hombre de Dios, respecto a ti y a mí en Cades Barnea. Yo tenía cuarenta años cuando Moisés, siervo del Señor, me envió desde Cades Barnea para explorar el país y con toda franqueza le informé de lo que vi. Mis compañeros de viaje, por el contrario, desanimaron a la gente y le infundieron temor. Pero yo me mantuve fiel al Señor mi Dios. Ese mismo día Moisés me hizo este juramento: “La tierra que toquen tus pies será herencia tuya y de tus descendientes para siempre, porque fuiste fiel al Señor mi Dios”.[a]

10 »Ya han pasado cuarenta y cinco años desde que el Señor hizo la promesa por medio de Moisés, mientras Israel peregrinaba por el desierto; aquí estoy este día con mis ochenta y cinco años: ¡el Señor me ha mantenido con vida! 11 Y todavía mantengo la misma fortaleza que tenía el día en que Moisés me envió. Para la batalla tengo las mismas energías que tenía entonces. 12 Dame, pues, la región montañosa que el Señor me prometió en esa ocasión. Desde ese día, tú bien sabes que los anaquitas habitan allí y que sus ciudades son enormes y fortificadas. Sin embargo, con la ayuda del Señor los expulsaré de ese territorio, tal como él ha prometido».

13 Entonces Josué bendijo a Caleb, hijo de Jefone, y le dio por herencia el territorio de Hebrón. 14 A partir de ese día Hebrón ha pertenecido al quenizita Caleb, hijo de Jefone, porque fue fiel al Señor, Dios de Israel. 15 Hebrón se llamaba originalmente Quiriat Arbá, porque Arbá fue un importante antepasado de los anaquitas.

Después de todo esto el país se vio libre de guerras.

Los territorios de Judá(A)

15 El territorio asignado a los clanes de la tribu de Judá abarcaba las tierras comprendidas hasta la frontera de Edom, incluyendo el desierto de Zin en el sur.

La frontera sur, que partía de la bahía ubicada al extremo sur del mar Muerto, salía hacia el sur de la cuesta de los Escorpiones, cruzaba hacia el desierto de Zin y continuaba hacia Cades Barnea, al sur. De allí seguía por Jezrón, subía hacia Adar, daba la vuelta hacia Carcá, continuaba por Asmón y salía hacia el torrente de Egipto, para terminar en el Mediterráneo. Esta es la frontera sur de Judá.[b]

La frontera oriental la formaba el mar Muerto hasta la desembocadura del río Jordán.

La frontera norte se iniciaba en la bahía de la desembocadura del Jordán y subía por Bet Joglá, continuando al norte de Bet Arabá, hasta la peña de Bohán, hijo de Rubén. Subía luego hacia Debir desde el valle de Acor y giraba hacia el norte en dirección a Guilgal, al frente de la cuesta de Adumín, al sur del valle. Seguía bordeando las aguas de Ensemes y llegaba a Enroguel. Continuaba hacia el valle de Ben Hinón al sur de la cuesta de la ciudad jebusea, es decir, Jerusalén. Ascendía a la cumbre de la loma al oeste del valle de Hinón, al norte del valle de Refayin. De aquella cumbre la frontera se dirigía hacia el manantial de Neftóaj, seguía por las ciudades del monte Efrón y descendía hacia Balá, también llamada Quiriat Yearín. 10 De allí giraba al oeste de Balá y se dirigía hacia el monte Seír, bordeaba por el norte las laderas del monte Yearín, llamado también Quesalón, y descendía hacia Bet Semes, pasando por Timná. 11 Después seguía por la parte norte de las cuestas de Ecrón, giraba hacia Sicrón, rodeaba el monte Balá y llegaba hasta Jabnel. La línea fronteriza terminaba en el mar Mediterráneo.

12 La frontera occidental la formaba la costa del mar Mediterráneo.

Estas son las fronteras de los territorios asignados a la tribu de Judá y sus clanes.

Caleb conquista Hebrón y Debir

13 De acuerdo con lo ordenado por el Señor, Josué dio a Caleb, hijo de Jefone, una porción del territorio asignado a Judá. Esa porción es Quiriat Arbá, es decir, Hebrón. Arbá fue un ancestro de los anaquitas. 14 Caleb expulsó de Hebrón a tres descendientes de Anac: Sesay, Ajimán y Talmay. 15 De allí subió para atacar a los habitantes de Debir, ciudad que antes se llamaba Quiriat Séfer. 16 Y Caleb dijo: «A quien derrote a Quiriat Séfer y la conquiste, yo le daré por esposa a mi hija Acsa». 17 Entonces Otoniel, hijo de Quenaz y hermano de Caleb, la conquistó; así que Caleb le dio por esposa a su hija Acsa.

18 Cuando ella llegó, convenció a Otoniel[c] de que pidiera un terreno a su padre. Al bajar Acsa del asno, Caleb preguntó:

—¿Qué te pasa?

19 —Concédeme un gran favor —respondió ella—. Ya que me has dado tierras en el Néguev, dame también manantiales.

Fue así como Caleb dio a su hija manantiales en las zonas altas y en las bajas.

Ciudades de Judá

20 Esta es la lista de los territorios que recibieron como herencia los clanes de la tribu de Judá:

21 Las ciudades sureñas de la tribu, ubicadas en el Néguev, cerca de la frontera con Edom:

Cabsel, Éder, Jagur, 22 Quiná, Dimoná, Adadá, 23 Cedes, Jazor, Itnán, 24 Zif, Telén, Bealot, 25 Jazor Jadatá, Queriot, Jezrón (conocida también como Jazor), 26 Amán, Semá, Moladá, 27 Jazar Gadá, Hesmón, Bet Pelet, 28 Jazar Súal, Berseba y sus aldeas,[d] 29 Balá, Iyín, Esen, 30 Eltolad, Quesil, Jormá, 31 Siclag, Madmana, Sansaná, 32 Lebaot, Siljín, Ayin y Rimón, es decir, un total de veintinueve ciudades más las aldeas que las rodeaban.

33 En la llanura:

Estaol, Zora, Asena, 34 Zanoa, Enganín, Tapúaj, Enam, 35 Jarmut, Adulán, Soco, Azeca, 36 Sajarayin, Aditayin, Guederá, es decir, Guederotayin;[e] fueron catorce ciudades con sus aldeas.

37 Zenán, Jadasá, Migdal Gad, 38 Dileán, Mizpa, Joctel, 39 Laquis, Boscat, Eglón, 40 Cabón, Lajmás, Quitlís, 41 Guederot, Bet Dagón, Noamá y Maquedá, es decir, dieciséis ciudades con sus aldeas.

42 Libná, Éter, Asán, 43 Jifta, Asena, Nezib, 44 Queilá, Aczib y Maresá, es decir, nueve ciudades con sus aldeas.

45 Ecrón, con sus pueblos y aldeas; 46 de allí al mar, todo el territorio colindante con Asdod, junto con sus aldeas; 47 Asdod, con sus pueblos y aldeas, y Gaza, con sus pueblos y aldeas, hasta el torrente de Egipto y la costa del mar Mediterráneo.

48 En la región montañosa:

Samir, Jatir, Soco, 49 Daná, Quiriat Saná (conocida como Debir), 50 Anab, Estemoa, Anín, 51 Gosén, Holón y Guiló, es decir, once ciudades con sus aldeas.

52 Arab, Dumá, Esán, 53 Yanún, Bet Tapúaj, Afecá, 54 Humtá, Quiriat Arbá (llamada también Hebrón) y Sior, es decir, nueve ciudades con sus aldeas.

55 Maón, Carmel, Zif, Yutá, 56 Jezrel, Jocdeán, Zanoa, 57 Caín, Guibeá y Timná, es decir, diez ciudades con sus aldeas.

58 Jaljul, Betsur, Guedor, 59 Marat, Bet Anot y Eltecón, es decir, seis ciudades con sus aldeas.

60 Quiriat Baal (o Quiriat Yearín) y Rabá, con sus aldeas.

61 En el desierto:

Bet Arabá, Midín, Secacá, 62 Nibsán, la Ciudad de la sal y Engadi, es decir, seis ciudades con sus aldeas.

63 Los descendientes de Judá no pudieron expulsar de la ciudad de Jerusalén a los jebuseos, así que hasta el día de hoy estos viven allí junto con los descendientes de Judá.

Los territorios de Efraín y Manasés

16 El territorio asignado a los descendientes de José comenzaba en el río Jordán,[f] al este de los manantiales de Jericó; y de allí ascendía hacia la región montañosa de Betel, a través del desierto. De Betel, es decir, Luz,[g] continuaba hacia el territorio de los arquitas hasta Atarot, descendía hacia el oeste al territorio de los jafletitas hasta la región de Bet Jorón de Abajo y Guézer, y terminaba en el mar Mediterráneo.

Así fue como las tribus de Manasés y Efraín, descendientes de José, recibieron como herencia sus territorios.

El territorio de Efraín

Este es el territorio que recibieron la tribu de Efraín y sus respectivos clanes:

En el lado oriental sus límites se extendían desde Atarot Adar hasta Bet Jorón de Arriba y llegaban hasta el mar Mediterráneo. En Micmetat, que está al norte, hacían una curva hacia el oriente rumbo a Tanat Siló y de allí llegaban a Janoa. Descendían de Janoa hacia Atarot y Nará, pasando por Jericó hasta llegar al río Jordán. De Tapúaj la frontera seguía hacia el occidente rumbo al arroyo de Caná y terminaba en el mar Mediterráneo. Este es el territorio que recibió como herencia la tribu de Efraín por sus clanes.

El territorio también incluía las ciudades y sus respectivas aldeas que se encontraban en el territorio asignado a la tribu de Manasés.

10 Los efraimitas no expulsaron a los cananeos que vivían en Guézer; les permitieron vivir entre ellos, como sucede hasta el día de hoy, pero los sometieron a la esclavitud.

El territorio de Manasés

17 También a la tribu de Manasés se le asignó su propio territorio, porque él era el primogénito de José. A Maquir, primogénito de Manasés y antepasado de los galaaditas, se le concedió Galaad y Basán por ser hombre de guerra. Los demás clanes de la tribu de Manasés también recibieron sus territorios: Abiezer, Jélec, Asriel, Siquén, Héfer y Semidá. Estos eran descendientes de Manasés, hijo de José.

Sucedió que Zelofejad, hijo de Héfer, hijo de Galaad, hijo de Maquir e hijo de Manasés, solo tuvo hijas, cuyos nombres eran Majlá, Noa, Joglá, Milca y Tirsá. Ellas se presentaron ante el sacerdote Eleazar, ante Josué, hijo de Nun, y ante los jefes de Israel y dijeron: «El Señor ordenó a Moisés que nos diera tierras en los territorios asignados como herencia a nuestro clan». Entonces Josué hizo tal como el Señor había ordenado. La tribu de Manasés recibió diez porciones de tierra, además de los territorios de Galaad y Basán, que están al lado oriental del Jordán. Esto se debió a que las hijas de Manasés recibieron tierras como herencia, además de las repartidas a los descendientes varones. Galaad fue asignada a los otros descendientes de Manasés.

El territorio de Manasés abarcaba desde Aser hasta Micmetat, ubicada al este de Siquén. De allí la frontera seguía hacia el sur, hasta las tierras pertenecientes a los habitantes de En Tapúaj. A Manasés le pertenecían también las tierras de Tapúaj, pero la ciudad de Tapúaj, ubicada en los límites de Manasés, era de los descendientes de Efraín. La frontera continuaba hacia el sur, por el lado norte del arroyo de Caná, hasta llegar al mar Mediterráneo. En esa zona, varias ciudades de la tribu de Efraín se mezclaban con ciudades pertenecientes a Manasés. 10 Los territorios del sur pertenecían a Efraín y los del norte, a Manasés. El territorio de Manasés llegaba hasta el mar Mediterráneo y bordeaba, por el norte, con la tribu de Aser, y por el este, con la de Isacar.

11 Dentro de las fronteras de Isacar y Aser, la tribu de Manasés tenía las siguientes ciudades con sus poblaciones: Betseán, Ibleam, Dor, Endor, Tanac y Meguido. La tercera ciudad de la lista era Nafot.

12 Los miembros de la tribu de Manasés no pudieron habitar estas ciudades, porque los cananeos estaban decididos a vivir en ellas. 13 Cuando los israelitas se hicieron fuertes, redujeron a los cananeos a trabajos forzados, pero no los expulsaron totalmente de esas tierras.

14 Las tribus de José reprocharon a Josué:

—¿Por qué nos has dado solo una parte del territorio? Nosotros somos numerosos y el Señor nos ha bendecido ricamente.

15 Entonces Josué respondió:

—Ya que son tan numerosos y encuentran que la región montañosa de Efraín es demasiado pequeña para ustedes, vayan a la zona de los bosques que están en territorio ferezeo y refaíta y limpien el terreno para que habiten allá.

16 Los descendientes de José replicaron:

—La región montañosa nos queda muy pequeña y los cananeos que viven en el llano poseen carros de hierro, tanto los de Betseán y sus poblaciones como los del valle de Jezrel.

17 Pero Josué animó a las tribus de Efraín y Manasés, descendientes de José:

—Ustedes son numerosos y tienen mucho poder. No se quedarán con un solo territorio, 18 sino que poseerán la región de los bosques. Limpien esa región y ocúpenla hasta sus límites más lejanos. Y a pesar de que los cananeos tengan carros de hierro y sean muy fuertes, ustedes los podrán expulsar.

Los territorios de las otras tribus

18 Cuando el país quedó bajo el control de los israelitas, toda la asamblea israelita se reunió en Siló, donde habían establecido la Tienda de reunión. Para entonces, todavía quedaban siete tribus que no habían recibido como herencia sus respectivos territorios.

Así que Josué los desafió: «¿Hasta cuándo van a esperar para tomar posesión del territorio que les otorgó el Señor, Dios de sus antepasados? Nombren a tres hombres de cada tribu para que yo los envíe a reconocer la región y hagan una descripción escrita de cada territorio. A su regreso, dividan el resto del país en siete partes. Judá mantendrá sus territorios en el sur y los descendientes de José, en el norte. Cuando hayan terminado la descripción de las siete regiones, tráiganmela y yo las asignaré echando suertes en presencia del Señor nuestro Dios. Los levitas, como ya saben, no recibirán ninguna porción de tierra, porque su herencia es su servicio sacerdotal ante el Señor. Además, Gad, Rubén y la media tribu de Manasés ya han recibido sus respectivos territorios en el lado oriental del Jordán. Moisés, siervo del Señor, se los entregó como herencia».

Cuando los hombres estaban listos para salir a hacer el reconocimiento del país, Josué ordenó: «Exploren todo el país y tráiganme una descripción escrita de todos sus territorios. Cuando regresen aquí a Siló, yo haré el sorteo de tierras en presencia del Señor». Los hombres hicieron tal como Josué ordenó; luego regresaron a Siló con la descripción de todo el país, ciudad por ciudad, y su división en siete partes.

10 Josué hizo allí el sorteo en presencia del Señor y repartió los territorios entre los israelitas, según sus divisiones tribales.

El territorio de Benjamín

11 A la tribu de Benjamín se le asignó su territorio según sus clanes. Ese territorio quedó ubicado entre las tribus de Judá y José.

12 La frontera norte se iniciaba en el río Jordán, pasaba por las laderas al norte de Jericó y avanzaba en dirección occidental hacia la región montañosa, hasta llegar al desierto de Bet Avén. 13 Continuaba hacia la ladera sureña de Luz, también llamada Betel, y descendía desde Atarot Adar hasta el cerro que está al sur de Bet Jorón de Abajo.

14 De allí la frontera continuaba hacia el sur, por el lado occidental, hasta llegar a Quiriat Baal, llamada también Quiriat Yearín, una población perteneciente a Judá. Esta era la frontera occidental.

15 La frontera sur partía desde Quiriat Yearín, en el lado occidental, y continuaba hasta el manantial de Neftóaj. 16 Descendía a las laderas del monte ubicado frente al valle de Ben Hinón, al norte del valle de Refayin. Seguía en descenso por el valle de Hinón, al sur de la cuesta de la ciudad de Jebús, hasta llegar a Enroguel. 17 De allí giraba hacia el norte, rumbo a Ensemes, seguía por Guelilot, al frente de la cuesta de Adumín, y descendía a la peña de Bohán, hijo de Rubén. 18 La frontera continuaba hacia la cuesta norte de Bet Arabá [h] y descendía hasta el Arabá. 19 De allí se dirigía a la cuesta norte de Bet Joglá y salía en la bahía norte del mar Muerto, donde desemboca el río Jordán. Esta era la frontera sur.

20 El río Jordán marcaba los límites del lado oriental.

Estas eran las fronteras de las tierras asignadas como herencia a todos los clanes de la tribu de Benjamín.

21 Los clanes de la tribu de Benjamín poseyeron las siguientes ciudades:

Jericó, Bet Joglá, Émec Casís, 22 Bet Arabá, Zemarayin, Betel, 23 Avín, Pará, Ofra, 24 Quefar Amoní, Ofni y Gueba, es decir, doce ciudades con sus poblaciones;

25 y Gabaón, Ramá, Berot, 26 Mizpa, Cafira, Mozá, 27 Requen, Irpel, Taralá, 28 Zela, Élef, Jebús, llamada también Jerusalén, Guibeá y Quiriat, es decir, catorce ciudades con sus poblaciones.

Esta fue la herencia que recibieron los clanes de la tribu de Benjamín.

El territorio de Simeón(B)

19 Simeón fue la segunda tribu que recibió sus territorios, según sus clanes. Su herencia estaba ubicada dentro del territorio de Judá. Le pertenecían las siguientes ciudades:

Berseba (o Sabá), Moladá, Jazar Súal, Balá, Esen, Eltolad, Betul, Jormá, Siclag, Bet Marcabot, Jazar Susá, Bet Lebaot y Sarujén, es decir, trece ciudades con sus poblaciones;

y Ayin, Rimón, Éter y Asán, es decir, cuatro ciudades con sus poblaciones. A estas ciudades se agregaban los pueblos que se contaban hasta los bordes de Balatber, ciudad de Ramat del Néguev.

Estos fueron los territorios asignados a los clanes de la tribu de Simeón. Como la tribu de Judá tenía más territorio de lo que sus clanes necesitaban, la tribu de Simeón recibió su porción del territorio asignado a Judá.

El territorio de Zabulón

10 Zabulón fue la tercera tribu que recibió su territorio, según sus clanes.

La frontera del territorio se extendía hasta Sarid. 11 Por el occidente, se dirigía hacia Maralá y llegaba a Dabéset, hasta tocar el arroyo frente a Jocneán. 12 De allí, giraba al este de Sarid, hacia la salida del sol, hasta el territorio de Quislot Tabor, luego continuaba hasta alcanzar Daberat y subía hasta Jafía. 13 La frontera cruzaba por el oriente hacia Gat Jefer e Itacasín, hasta llegar a Rimón y girar hacia Negá. 14 De allí la frontera giraba hacia el norte hasta llegar a Janatón y terminaba en el valle de Jeftel.

15 Ese territorio incluía doce ciudades y sus poblaciones, entre ellas Catat, Nalal, Simrón, Idalá y Belén.

16 Este es el territorio asignado como herencia a los clanes de la tribu de Zabulón, incluyendo sus ciudades y pueblos.

El territorio de Isacar

17 Isacar fue la cuarta tribu que recibió su territorio, según sus clanes. 18 Las ciudades que se encontraban dentro de ese territorio eran:

Jezrel, Quesulot, Sunem, 19 Jafarayin, Sihón, Anajarat, 20 Rabit, Quisión, Abez, 21 Rémet, Enganín, Enadá y Bet Pasés.

22 La frontera llegaba a Tabor, Sajazimá y Bet Semes, y terminaba en el río Jordán.

En total, dieciséis ciudades con sus poblaciones.

23 Esas poblaciones componían la herencia de los clanes de la tribu de Isacar.

El territorio de Aser

24 Aser fue la quinta tribu que recibió su territorio, según sus clanes. 25 En él se incluían las ciudades de

Jelcat, Jalí, Betén, Acsaf, 26 Alamélec, Amad y Miseal. La frontera tocaba, por el oeste, el monte Carmelo y Sijor Libnat. 27 De allí giraba al este en dirección a Bet Dagón y llegaba a Zabulón, en el valle de Jeftel. Luego se dirigía al norte rumbo a Bet Émec y Neyel, bordeando, a la izquierda, Cabul. 28 La frontera seguía hacia Abdón,[i] Rejob, Hamón y Caná hasta tocar la gran ciudad de Sidón. 29 Luego hacía un giro hacia Ramá y de allí hasta la ciudad fortificada de Tiro. Después giraba hacia Josá y salía al mar Mediterráneo, desde el territorio de Aczib, 30 Uma, Afec y Rejob.

Eran veintidós ciudades y sus pueblos.

31 Este es el territorio asignado como herencia a los clanes de la tribu de Aser, incluyendo sus ciudades y pueblos.

El territorio de Neftalí

32 Neftalí fue la sexta tribu que recibió su territorio, según sus clanes.

33 Su territorio abarcaba desde Jélef y el gran árbol de Sananín hacia Adaminéqueb y Jabnel, y continuaba hacia Lacún, hasta el río Jordán. 34 La frontera seguía por el occidente, pasando por Aznot Tabor y proseguía en Hucoc. Bordeaba el territorio de la tribu de Zabulón por el sur, la de Aser por el occidente y[j] el río Jordán por el oriente.

35 Las ciudades fortificadas eran: Sidín, Ser, Jamat, Racat, Quinéret, 36 Adamá, Ramá, Jazor, 37 Cedes, Edrey, Enjazor, 38 Irón, Migdal El, Jorén, Bet Anat y Bet Semes.

En total sumaban diecinueve ciudades con sus poblaciones.

39 Este es el territorio asignado como herencia a los clanes de la tribu de Neftalí, incluyendo sus ciudades y pueblos.

El territorio de Dan

40 Dan fue la séptima tribu que recibió territorio, según sus clanes. 41 Se incluían en el territorio

Zora, Estaol, Ir Semes, 42 Sagalbín, Ayalón, Jetlá, 43 Elón, Timná, Ecrón, 44 Eltequé, Guibetón, Balat, 45 Jehúd, Bené Berac, Gat Rimón, 46 Mejarcón y Racón, con la región que estaba frente a Jope.

47 Como a la tribu de Dan no les alcanzó el territorio que se les asignó, fueron a conquistar la ciudad de Lesén. Después de que la tomaron, pasaron a filo de espada a todos sus habitantes. Luego los danitas la habitaron y le dieron por nombre Dan, en honor de su antepasado.

48 Así quedó establecido el territorio de los clanes de la tribu de Dan, junto con sus ciudades y pueblos.

El territorio de Josué

49 Cuando se terminó de asignarle a cada tribu el territorio que le correspondía, el pueblo de Israel entregó a Josué, hijo de Nun, el territorio que le pertenecía a él como herencia. 50 Así cumplieron con lo que el Señor había ordenado. Josué recibió la ciudad de Timnat Sera, que estaba enclavada en la región montañosa de Efraín. Él la había solicitado, así que la reconstruyó y se estableció en ella.

51 De este modo, el sacerdote Eleazar, Josué y los jefes de las tribus de Israel terminaron de dividir los territorios. El sorteo lo realizaron en Siló, en presencia del Señor, a la entrada de la Tienda de reunión.

Ciudades de refugio

20 El Señor dijo a Josué: «Pide a los israelitas que designen algunas ciudades de refugio, tal como te lo ordené por medio de Moisés. Así cualquier persona que mate a otra accidentalmente o sin premeditación podrá huir a esas ciudades para refugiarse del vengador del delito de sangre.

»Cuando tal persona huya a una de esas ciudades, se ubicará a la entrada y allí presentará su caso ante los jefes de la ciudad. Acto seguido, los ancianos lo aceptarán en esa ciudad y le asignarán un lugar para vivir con ellos. Si el vengador del delito de sangre persigue a la persona hasta esa ciudad, los ancianos no deberán entregárselo, pues ya habrán aceptado al que mató sin premeditación ni rencor alguno. El acusado permanecerá en aquella ciudad hasta haber comparecido ante la asamblea del pueblo y hasta que el sumo sacerdote en funciones haya fallecido. Solo después de esto el acusado podrá regresar a su hogar y al pueblo del cual huyó tiempo atrás».

En respuesta a la orden de Josué, los israelitas designaron Cedes en Galilea, en la región montañosa de Neftalí; Siquén, en la región montañosa de Efraín, y Quiriat Arbá, conocida como Hebrón, en la región montañosa de Judá. Al este del río Jordán,[k] escogieron las tres ciudades siguientes: Béser, en el desierto que está en la meseta perteneciente al territorio de la tribu de Rubén; Ramot de Galaad, en el territorio de la tribu de Gad, y Golán de Basán, en el territorio de la tribu de Manasés. Todo israelita o extranjero residente que hubiera matado accidentalmente a alguien podría huir hacia una de esas ciudades para no morir por mano del vengador del delito de sangre, antes de ser juzgado por la asamblea.

Las poblaciones de los levitas(C)

21 Los jefes de familia de los levitas se acercaron al sacerdote Eleazar, a Josué, hijo de Nun, y a los representantes de los clanes israelitas que estaban en Siló, en la tierra de Canaán. Y les dijeron: «El Señor ordenó por medio de Moisés que ustedes nos asignaran pueblos donde vivir y campos de pastoreo para nuestro ganado».

Entonces, conforme a lo que había ordenado el Señor, los israelitas entregaron, de su propiedad, las siguientes poblaciones y campos de pastoreo a los levitas:

Los primeros en recibir sus poblaciones, por sorteo, fueron los levitas descendientes de Coat. A estos descendientes del sacerdote Aarón se les entregaron trece poblaciones en los territorios de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín.

Al resto de los descendientes de Coat se les entregaron diez poblaciones en los territorios de las tribus de Efraín, Dan y la media tribu de Manasés.

A los descendientes de Guersón se les entregaron, por sorteo, trece poblaciones en los territorios de las tribus de Isacar, Aser, Neftalí y la media tribu de Manasés en Basán.

Los descendientes de Merari recibieron doce poblaciones en los territorios de las tribus de Rubén, Gad y Zabulón.

De este modo, los israelitas asignaron todas estas poblaciones con sus campos de pastoreo a los levitas, según el mandato del Señor por medio de Moisés.

Lo mismo se hizo con los territorios de las tribus de Judá y Simeón. 10 Las poblaciones que se asignaron las recibieron los descendientes de Aarón del clan de Coat, porque ellos fueron los primeros que resultaron favorecidos en el sorteo.

11 A ellos se les asignó Quiriat Arbá, es decir, Hebrón, junto con sus campos de pastoreo, en la región montañosa de Judá. Arbá era antepasado de los anaquitas. 12 Pero los campos y las aldeas alrededor de la ciudad los habían asignado a Caleb, hijo de Jefone, como posesión suya. 13 Además de Hebrón (ciudad de refugio para los acusados de homicidio), a los descendientes del sacerdote Aarón se les asignaron las siguientes poblaciones con sus campos de pastoreo: Libná, 14 Jatir, Estemoa, 15 Holón, Debir, 16 Ayin, Yutá y Bet Semes, nueve poblaciones de esas dos tribus.

17 Del territorio de la tribu de Benjamín se asignaron las siguientes poblaciones con sus campos de pastoreo:

Gabaón, Gueba, 18 Anatot y Almón, es decir, cuatro poblaciones.

19 En total fueron trece poblaciones con sus campos de pastoreo las que se asignaron a los sacerdotes descendientes de Aarón.

20 Al resto de los levitas descendientes de Coat se les asignaron poblaciones en el territorio de la tribu de Efraín.

21 En la región montañosa de Efraín se les asignó

la ciudad de Siquén, que fue una de las ciudades de refugio para los acusados de homicidio. También se les asignaron Guézer, 22 Quibsayin y Bet Jorón, es decir, cuatro poblaciones con sus campos de pastoreo.

23 De la tribu de Dan se les asignaron

Eltequé, Guibetón, 24 Ayalón y Gat Rimón, es decir, cuatro poblaciones con sus campos de pastoreo.

25 De la media tribu de Manasés se les asignaron

Tanac y Gat Rimón, es decir, dos poblaciones con sus campos de pastoreo.

26 En total fueron diez poblaciones con sus campos de pastoreo las que se asignaron al resto de los descendientes de los clanes de Coat.

27 A los levitas descendientes de Guersón se les asignaron

dos poblaciones con sus campos de pastoreo en el territorio de la media tribu de Manasés:

Golán en Basán (ciudad de refugio para los acusados de homicidio) y Besterá.

28 De la tribu de Isacar se les asignaron

Quisión, Daberat, 29 Jarmut y Enganín, es decir, cuatro poblaciones con sus campos de pastoreo.

30 De la tribu de Aser se asignaron

Miseal, Abdón, 31 Jelcat y Rejob, es decir, cuatro poblaciones con sus campos de pastoreo.

32 De la tribu de Neftalí se les asignaron tres poblaciones con sus campos de pastoreo:

Cedes (ciudad de refugio para los acusados de homicidio en la región de Galilea), y las poblaciones de Jamot Dor y Cartán.

33 En total fueron trece poblaciones con sus campos de pastoreo las que se asignaron a los levitas descendientes de los clanes de Guersón.

34 A los clanes meraritas, que eran los restantes levitas, se les asignaron

cuatro poblaciones de la tribu de Zabulón, con sus campos de pastoreo:

Jocneán, Cartá, 35 Dimná y Nalal.

36 De la tribu de Rubén se les asignaron cuatro poblaciones con sus campos de pastoreo:

Béser, Yahaza, 37 Cademot y Mefat.

38 De la tribu de Gad se les asignaron cuatro poblaciones con sus campos de pastoreo:

Ramot de Galaad (ciudad de refugio para los acusados de homicidio), Majanayin, 39 Hesbón y Jazer.

40 Fue así como los clanes levitas descendientes de Merari, los últimos a quienes se les asignaron poblaciones, recibieron un total de doce.

41 Los levitas recibieron en total cuarenta y ocho poblaciones con sus respectivos campos de pastoreo en territorio israelita. 42 Cada una de esas poblaciones estaba rodeada de campos de pastoreo.

43 Así fue como el Señor les entregó a los israelitas todo el territorio que había prometido dar a sus antepasados; y el pueblo de Israel se estableció allí. 44 El Señor les dio paz en todo el territorio, cumpliendo así la promesa hecha años atrás a sus antepasados. Ninguno de sus enemigos pudo hacer frente a los israelitas, pues el Señor entregó en sus manos a cada uno de los que se les oponían. 45 Y ni una sola de las buenas promesas del Señor a favor de Israel dejó de cumplirse, sino que cada una se cumplió al pie de la letra.

Retorno de las tribus orientales

22 Luego Josué convocó a las tribus de Rubén y Gad, también a la media tribu de Manasés y dijo: «Ustedes han cumplido todas las órdenes que dio Moisés, siervo del Señor. Además, han obedecido en todo lo que he ordenado. Durante todo el tiempo que ha pasado, hasta este mismo día, ustedes no han abandonado a sus hermanos israelitas. Más bien, han cumplido todos los mandamientos del Señor. Y ahora que el Señor su Dios ha cumplido lo que prometió y les ha dado paz a sus hermanos, regresen ustedes a sus hogares y a sus tierras que Moisés, siervo del Señor, les entregó al lado oriental del río Jordán. Y esfuércense por cumplir fielmente el mandamiento y la ley que ordenó Moisés, siervo del Señor: Amen al Señor su Dios, condúzcanse de acuerdo con su voluntad, obedezcan sus mandamientos, manténganse unidos firmemente a él y sírvanle de todo corazón y con todo su ser».

Dicho esto, Josué les dio su bendición y los envió a sus hogares. A la mitad de la tribu de Manasés, Moisés ya le había entregado el territorio de Basán; a la otra mitad, Josué le entregó el territorio que está en el lado occidental del río Jordán, donde se estableció la mayoría de los israelitas. A los primeros, Josué los envió a sus hogares, junto con las tribus de Rubén y Gad, y los bendijo así: «Regresen a sus hogares repletos de bienes: oro, plata, bronce, hierro, gran cantidad de ropa y mucho ganado. Compartan con sus hermanos lo que han arrebatado al enemigo».

Entonces los de la tribu de Rubén, de Gad y la media tribu de Manasés salieron de Siló en Canaán, donde estaban congregados todos los israelitas, y regresaron a Galaad, el territorio que habían adquirido conforme a la orden que el Señor había dado por medio de Moisés.

10 Cuando llegaron a Guelilot, a orillas del río Jordán, todavía en territorio cananeo, los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés construyeron un enorme altar. 11 Los demás israelitas se enteraron de que habían construido un altar frente a la tierra de Canaán a orillas del Jordán, en pleno territorio israelita. 12 Entonces toda la asamblea se reunió en Siló con la intención de combatir contra las dos tribus y media.

13 Por tanto, los israelitas enviaron a Finés, hijo del sacerdote Eleazar, a la región de Galaad para hablar con los de la tribu de Rubén, de Gad y la media tribu de Manasés. 14 Con él iban diez representantes de cada una de las tribus de Israel, jefes de clanes y tribus.

15 Al llegar a Galaad, dijeron a los de las dos tribus y media:

16 —Toda la asamblea del Señor quisiera saber por qué se han rebelado contra el Dios de Israel como lo han hecho. ¿Por qué han dado la espalda al Señor y se han rebelado contra él, construyéndose un altar?

Footnotes

  1. 14:9 Dt 1:36.
  2. 15:4 Judá. Lit. ustedes.
  3. 15:18 convenció a Otoniel (mss. de LXX); lo convenció (TM).
  4. 15:28 y sus aldeas (LXX); Biziotía (TM).
  5. 15:36 O Guederá y Guederotayin.
  6. 16:1 en el río Jordán. Lit. en el Jordán de Jericó (uno de los antiguos nombres asignados al río Jordán).
  7. 16:2 De Betel, es decir, Luz (véase v. 1 de LXX); De Betel hacia Luz (TM).
  8. 18:18 de Bet Arabá (LXX); al frente del Arabá (TM).
  9. 19:28 Abdón (mss. hebreos; véase 21:30); Hebrón (TM).
  10. 19:34 y (LXX); y la de Judá (TM).
  11. 20:8 del río Jordán. Lit. del Jordán de Jericó (uno de los antiguos nombres asignados al río Jordán).