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Todos andábamos perdidos, como ovejas;
    cada uno seguía su propio camino,
pero el Señor hizo recaer sobre él
    la iniquidad de todos nosotros.
Maltratado y humillado,
    ni siquiera abrió su boca;
como cordero fue llevado al matadero;
    como oveja enmudeció ante su trasquilador;
    y ni siquiera abrió su boca.
Después de prenderlo y juzgarlo, le dieron muerte;
    nadie se preocupó de su descendencia.
Fue arrancado de la tierra de los vivientes,
    y golpeado por la transgresión de mi pueblo.

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