Add parallel Print Page Options

Convirtió mi lengua en espada afilada,
me escondió bajo el amparo de su mano,
me convirtió en una flecha aguda
y me guardó en su aljaba.
Me dijo: «Israel, tú eres mi siervo,
en ti me mostraré glorioso.»
Y yo que había pensado: «He pasado trabajos en vano,
he gastado mis fuerzas sin objeto, para nada.»
En realidad mi causa está en manos del Señor,
mi recompensa está en poder de mi Dios.

Read full chapter