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La creación

En el principio(A) creó Dios(B) los cielos y la tierra(C). Y la tierra estaba sin orden y vacía[a](D), y las tinieblas(E) cubrían la superficie[b] del abismo, y el Espíritu de Dios(F) se movía(G) sobre la superficie[c] de las aguas. Entonces dijo Dios: Sea la luz(H). Y hubo luz. Y vio Dios que la luz era buena(I); y separó Dios la luz de las tinieblas(J). Y llamó Dios a la luz día, y a las tinieblas llamó noche(K). Y fue la tarde y fue la mañana(L): un día.

Entonces dijo Dios: Haya expansión[d](M) en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión(N) de las aguas que estaban sobre la expansión(O). Y fue así. Y llamó Dios a la expansión cielos. Y fue la tarde y fue la mañana: el segundo día.

Entonces dijo Dios: Júntense en un lugar las aguas que están debajo de los cielos(P), y que aparezca lo seco(Q). Y fue así. 10 Y llamó Dios a lo seco tierra, y al conjunto de las aguas llamó mares(R). Y vio Dios que era bueno. 11 Y dijo Dios: Produzca la tierra vegetación[e](S): hierbas[f] que den semilla, y árboles frutales que den fruto sobre la tierra según su género[g], con su semilla en él. Y fue así. 12 Y produjo la tierra vegetación[h]: hierbas[i] que dan semilla según su género, y árboles que dan fruto con su semilla en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y fue la mañana: el tercer día.

14 Entonces dijo Dios: Haya lumbreras[j](T) en la expansión(U) de los cielos para separar el día de la noche, y sean para señales(V) y para estaciones(W) y para días y para años; 15 y sean por luminarias en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras[k], la lumbrera[l] mayor para dominio del día y la lumbrera[m] menor para dominio de la noche(X); hizo también las estrellas(Y). 17 Y Dios las puso en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra(Z), 18 y para dominar en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas(AA). Y vio Dios que era bueno. 19 Y fue la tarde y fue la mañana: el cuarto día.

20 Entonces dijo Dios: Llénense[n] las aguas de multitudes de seres vivientes, y vuelen las aves sobre la tierra en la abierta[o] expansión de los cielos. 21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos y todo ser viviente que se mueve, de los cuales están llenas[p] las aguas según su género(AB), y toda ave[q] según su género. Y vio Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo, diciendo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. 23 Y fue la tarde y fue la mañana: el quinto día.

24 Entonces dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes(AC) según su género: ganados, reptiles y bestias de la tierra según su género. Y fue así. 25 E hizo Dios las bestias de la tierra según su género, y el ganado según su género, y todo lo que se arrastra sobre la tierra según su género(AD). Y vio Dios que era bueno.

Creación del hombre y de la mujer

26 Y dijo Dios: Hagamos(AE) al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza(AF); y ejerza[r] dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo, sobre los ganados, sobre toda la tierra, y sobre todo reptil que se arrastra sobre la tierra(AG). 27 Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó(AH); varón y hembra los creó(AI). 28 Y los bendijo Dios y les dijo[s]: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra(AJ) y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve[t] sobre la tierra. 29 Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie[u] de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto[v] que da semilla; esto os servirá de[w] alimento(AK). 30 Y a toda bestia de la tierra, a toda ave de los cielos y a todo lo que se mueve[x] sobre la tierra, y que tiene vida[y], les he dado toda planta verde para alimento(AL). Y fue así. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera(AM). Y fue la tarde y fue la mañana: el sexto día.

Así fueron acabados los cielos y la tierra y todas sus huestes(AN). Y en el séptimo día completó Dios la[z] obra que había hecho(AO), y reposó en el día séptimo de toda la[aa] obra que había hecho(AP). Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la[ab] obra que Él[ac] había creado y hecho[ad].

El huerto del Edén

Estos son los orígenes[ae] de los cielos y de la tierra cuando fueron creados(AQ), el día en que el Señor Dios hizo la tierra y los cielos(AR). Y aún no había ningún arbusto del campo en la tierra, ni había aún brotado ninguna planta[af] del campo(AS), porque el Señor Dios no había enviado lluvia sobre la tierra(AT), ni había hombre para labrar[ag] la tierra. Pero se levantaba de la tierra un vapor[ah] que regaba toda la superficie[ai] del suelo. Entonces el Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra(AU), y sopló en su nariz el aliento de vida; y fue el hombre un ser[aj] viviente(AV). Y plantó el Señor Dios un huerto hacia el oriente, en Edén(AW); y puso allí al hombre que había formado. Y el Señor Dios hizo brotar de la tierra todo árbol agradable a la vista y bueno para comer(AX); asimismo, en medio del huerto, el árbol de la vida y el árbol del conocimiento[ak] del bien y del mal(AY).

10 Y del Edén salía un río(AZ) para regar el huerto, y de allí se dividía y se convertía en otros cuatro ríos[al]. 11 El nombre del primero es Pisón; este es el que rodea toda la tierra de Havila(BA), donde hay oro. 12 El oro de aquella tierra es bueno; allí hay bedelio y ónice. 13 Y el nombre del segundo río es Gihón; este es el que rodea la tierra de Cus. 14 Y el nombre del tercer río es Tigris[am](BB); este es el que corre[an] al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates[ao](BC). 15 Entonces el Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el huerto del Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Y ordenó el Señor Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer(BD), 17 pero del árbol del conocimiento[ap] del bien y del mal no comerás[aq], porque el día que de él comas, ciertamente morirás(BE).

Formación de la mujer

18 Y el Señor Dios dijo: No es bueno que el hombre esté solo; le haré una ayuda idónea[ar](BF). 19 Y el Señor Dios formó de la tierra todo animal del campo y toda ave del cielo(BG), y los trajo al hombre(BH) para ver cómo los llamaría; y como el hombre llamó a cada ser viviente, ese fue su nombre. 20 Y el hombre puso nombre a todo ganado y a las aves del cielo y a toda bestia del campo, mas para Adán[as] no se encontró una ayuda que fuera idónea para él[at](BI). 21 Entonces el Señor Dios hizo caer un sueño profundo(BJ) sobre el hombre, y este se durmió; y Dios tomó una de sus costillas, y cerró la carne en ese lugar. 22 Y de la costilla que el Señor Dios había tomado del hombre(BK), formó[au] una mujer y la trajo al hombre. 23 Y el hombre dijo:

Esta es ahora hueso de mis huesos,
y carne de mi carne(BL);
ella[av] será llamada mujer[aw],
porque del hombre[ax] fue tomada.

24 Por tanto el hombre dejará a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne(BM). 25 Y estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, y no se avergonzaban(BN).

Desobediencia y caída del hombre

Y la serpiente era más astuta(BO) que cualquiera de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: «No comeréis de ningún árbol del huerto»? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto, ha dicho Dios: «No comeréis de él, ni lo tocaréis, para que no muráis(BP)». Y la serpiente dijo a la mujer: Ciertamente no moriréis(BQ). Pues Dios sabe que el día que de él comáis, serán abiertos vuestros ojos y seréis como Dios, conociendo el bien y el mal(BR). Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable[ay] a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría[az], tomó de su fruto y comió; y dio también a su marido que estaba con ella, y él comió(BS). Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos(BT); y cosieron hojas de higuera y se hicieron delantales[ba].

Sentencia por el pecado y promesa de redención

Y oyeron al[bb] Señor Dios que se paseaba(BU) en el huerto al fresco[bc] del día; y el hombre y su mujer se escondieron(BV) de la presencia del Señor Dios entre los árboles del huerto. Y el Señor Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás(BW)? 10 Y él respondió: Te oí[bd] en el huerto, y tuve miedo(BX) porque estaba desnudo, y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del cual te mandé que no comieras? 12 Y el hombre respondió: La mujer que tú me diste por compañera[be] me dio del árbol, y yo comí(BY). 13 Entonces el Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué es esto que has hecho? Y la mujer respondió: La serpiente me engañó(BZ), y yo comí. 14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:

Por cuanto has hecho esto,
maldita(CA) serás[bf] más que todos los animales,
y más que todas las bestias del campo;
sobre tu vientre andarás,
y polvo comerás(CB)
todos los días de tu vida.
15 Y pondré enemistad
entre tú y la mujer(CC),
y entre tu simiente y su simiente;
él te herirá en[bg] la cabeza,
y tú lo herirás en el calcañar(CD).

16 A la mujer dijo:

En gran manera multiplicaré
tu dolor en el parto[bh],
con dolor darás a luz los hijos(CE);
y con todo, tu deseo será para tu marido,
y él tendrá dominio sobre ti(CF).

17 Entonces dijo a Adán: Por cuanto has escuchado la voz de tu mujer y has comido del árbol del cual te ordené, diciendo: «No comerás de él»,

maldita(CG) será[bi] la tierra por tu causa;
con trabajo[bj](CH) comerás de ella
todos los días de tu vida.
18 Espinos y abrojos te producirá,
y comerás de las plantas[bk] del campo.
19 Con el sudor de tu rostro
comerás el pan
hasta que vuelvas a la tierra(CI),
porque de ella fuiste tomado;
pues polvo eres(CJ),
y al polvo volverás.

20 Y el hombre le puso por nombre Eva[bl](CK) a su mujer, porque ella era la madre de todos los vivientes. 21 Y el Señor Dios hizo vestiduras de piel para Adán y su mujer, y los vistió.

Castigo por el pecado

22 Entonces el Señor Dios dijo: He aquí, el hombre ha venido a ser como uno de nosotros(CL), conociendo el bien y el mal; cuidado ahora no vaya a extender su mano y tomar también del árbol de la vida(CM), y coma y viva para siempre. 23 Y el Señor Dios lo echó del huerto del Edén, para que labrara la tierra de la cual fue tomado. 24 Expulsó, pues, al hombre(CN); y al oriente del huerto del Edén(CO) puso querubines(CP), y una espada encendida que giraba en todas direcciones, para guardar el camino del árbol de la vida(CQ).

Caín y Abel

Y el hombre conoció a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín[bm], y dijo: He adquirido varón[bn] con la ayuda del Señor. Después[bo] dio a luz a su hermano Abel. Y Abel(CR) fue pastor(CS) de ovejas y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció que al transcurrir el tiempo[bp], Caín trajo al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. También Abel(CT), por su parte, trajo de los primogénitos de sus ovejas y de la grosura de los mismos. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda(CU), pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado(CV). Y Caín se enojó mucho(CW) y su semblante se demudó. Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Por qué estás enojado(CX), y por qué se ha demudado tu semblante? Si haces bien, ¿no serás aceptado?[bq](CY) Y si no haces bien, el pecado(CZ) yace a la puerta y te codicia[br], pero tú debes dominarlo(DA). Y Caín dijo a su hermano Abel: vayamos al campo[bs]. Y aconteció que cuando estaban en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel y lo mató(DB).

La maldición de Caín

Entonces el Señor dijo a Caín: ¿Dónde está tu hermano Abel(DC)? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guardián de mi hermano? 10 Y Él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra(DD). 11 Ahora pues, maldito(DE) eres de la tierra, que ha abierto su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando cultives el suelo, no te dará más su vigor(DF); vagabundo y errante serás en la tierra(DG). 13 Y Caín dijo al Señor: Mi castigo[bt] es demasiado grande para soportarlo. 14 He aquí, me has arrojado(DH) hoy de la faz de la tierra, y de tu presencia[bu] me esconderé, y seré vagabundo y errante en la tierra(DI); y sucederá que cualquiera que me halle me matará(DJ). 15 Entonces el Señor le dijo: No será así[bv]; pues cualquiera que mate a Caín, siete veces sufrirá venganza(DK). Y puso el Señor una señal[bw] sobre Caín, para que cualquiera que lo hallase no lo matara(DL).

Descendientes de Caín

16 Y salió Caín de la presencia del Señor(DM), y se estableció[bx] en la tierra de Nod[by], al oriente del Edén. 17 Y conoció Caín a su mujer, y ella concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad y la llamó[bz] Enoc, como el nombre de su hijo. 18 A Enoc le nació Irad, Irad engendró a Mehujael, Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. 19 Lamec tomó para sí dos mujeres(DN); el nombre de una era Ada, y el nombre de la otra, Zila. 20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y tienen ganado. 21 Su hermano se llamaba Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan la lira[ca] y la flauta. 22 Y Zila a su vez dio a luz a Tubal-caín, forjador de todo utensilio[cb] de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín era Naama. 23 Y Lamec dijo a sus mujeres:

Ada y Zila, oíd mi voz;
mujeres de Lamec,
prestad oído a mis palabras,
pues he dado muerte[cc](DO) a un hombre por haberme herido,
y a un muchacho por haberme pegado.
24 Si siete veces(DP) es vengado Caín,
entonces Lamec lo será setenta veces siete[cd].

Nacimiento de Set

25 Y conoció Adán otra vez a su mujer(DQ); y ella dio a luz un hijo y le puso por nombre Set[ce], porque, dijo ella: Dios me ha dado[cf] otro hijo[cg] en lugar de Abel, pues Caín lo mató(DR). 26 A Set le nació también un hijo y le puso por nombre Enós(DS). Por ese tiempo comenzaron los hombres a invocar[ch] el nombre del Señor(DT).

Notas al pie

  1. Génesis 1:2 O, era caos y vacuidad
  2. Génesis 1:2 Lit., faz
  3. Génesis 1:2 Lit., faz
  4. Génesis 1:6 O, firmamento, y así en el resto del cap.
  5. Génesis 1:11 O, hierbas
  6. Génesis 1:11 O, plantas
  7. Génesis 1:11 O, especie y así en el resto del cap.
  8. Génesis 1:12 O, hierbas
  9. Génesis 1:12 O, plantas
  10. Génesis 1:14 O, luminares
  11. Génesis 1:16 O, los grandes luminares
  12. Génesis 1:16 O, el luminar
  13. Génesis 1:16 O, el luminar
  14. Génesis 1:20 O, Pululen
  15. Génesis 1:20 O, en la faz de la
  16. Génesis 1:21 O, pululan
  17. Génesis 1:21 Lit., ave alada
  18. Génesis 1:26 Lit., ejerzan
  19. Génesis 1:28 Lit., dijo Dios
  20. Génesis 1:28 O, arrastra
  21. Génesis 1:29 Lit., sobre la faz
  22. Génesis 1:29 Lit., en el cual está el fruto del árbol
  23. Génesis 1:29 O, será
  24. Génesis 1:30 O, arrastra
  25. Génesis 1:30 Lit., en que hay un alma viviente
  26. Génesis 2:2 Lit., su
  27. Génesis 2:2 Lit., su
  28. Génesis 2:3 Lit., su
  29. Génesis 2:3 Lit., Dios
  30. Génesis 2:3 Lit., para hacer
  31. Génesis 2:4 Lit., Estas son las generaciones
  32. Génesis 2:5 O, hierba
  33. Génesis 2:5 Lit., servir
  34. Génesis 2:6 O posiblemente, manantial
  35. Génesis 2:6 Lit., faz
  36. Génesis 2:7 Lit., alma
  37. Génesis 2:9 O, de la ciencia
  38. Génesis 2:10 Lit., cabezas
  39. Génesis 2:14 Heb., Hidekel
  40. Génesis 2:14 Lit., va
  41. Génesis 2:14 Heb., Perat
  42. Génesis 2:17 O, de la ciencia
  43. Génesis 2:17 Lit., no comerás de él
  44. Génesis 2:18 Lit., que le corresponda
  45. Génesis 2:20 O, el hombre
  46. Génesis 2:20 Lit., que le correspondiera
  47. Génesis 2:22 Lit., hizo
  48. Génesis 2:23 Lit., esta
  49. Génesis 2:23 Heb., ishshah
  50. Génesis 2:23 Heb., ish
  51. Génesis 3:6 O, un deleite
  52. Génesis 3:6 O, hacer a uno sabio
  53. Génesis 3:7 O, fajas
  54. Génesis 3:8 Lit., la voz del
  55. Génesis 3:8 Lit., aire
  56. Génesis 3:10 Lit., Oí tu voz
  57. Génesis 3:12 O, para que estuviera conmigo
  58. Génesis 3:14 O, eres
  59. Génesis 3:15 O, te aplastará
  60. Génesis 3:16 Lit., y tu embarazo
  61. Génesis 3:17 O, es
  62. Génesis 3:17 O, dolor
  63. Génesis 3:18 Lit., la planta
  64. Génesis 3:20 I.e., viviente, o, vida
  65. Génesis 4:1 I.e., adquirido
  66. Génesis 4:1 U, hombre
  67. Génesis 4:2 Lit., Y otra vez
  68. Génesis 4:3 Lit., al final de días
  69. Génesis 4:7 Lit., ¿no será levantado tu semblante?
  70. Génesis 4:7 Lit., su deseo es por ti
  71. Génesis 4:8 Así en algunas versiones antiguas; el heb. omite: vayamos al campo
  72. Génesis 4:13 O, culpa
  73. Génesis 4:14 O, rostro
  74. Génesis 4:15 Así en algunas versiones antiguas; en el T.M., por tanto
  75. Génesis 4:15 O, marca
  76. Génesis 4:16 Lit., habitó
  77. Génesis 4:16 I.e., errante
  78. Génesis 4:17 Lit., y llamó el nombre de la ciudad
  79. Génesis 4:21 O, el arpa
  80. Génesis 4:22 O, instrumento cortante
  81. Génesis 4:23 O, mato
  82. Génesis 4:24 O, setenta y siete veces
  83. Génesis 4:25 Heb., Sheth; i.e., compensación
  84. Génesis 4:25 Heb., shath; i.e., compensado
  85. Génesis 4:25 Lit., otra simiente
  86. Génesis 4:26 O, a llamar por

La creación

En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.

Y dijo Dios: Sea la luz;(A) y fue la luz. Y vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas. Y llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la mañana un día.

Luego dijo Dios: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas de las aguas. E hizo Dios la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Dios a la expansión Cielos.(B) Y fue la tarde y la mañana el día segundo.

Dijo también Dios: Júntense las aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. 10 Y llamó Dios a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Dios que era bueno. 11 Después dijo Dios: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. 12 Produjo, pues, la tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya semilla está en él, según su género. Y vio Dios que era bueno. 13 Y fue la tarde y la mañana el día tercero.

14 Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, 15 y sean por lumbreras en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. 16 E hizo Dios las dos grandes lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que señorease en la noche; hizo también las estrellas. 17 Y las puso Dios en la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra, 18 y para señorear en el día y en la noche, y para separar la luz de las tinieblas. Y vio Dios que era bueno. 19 Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. 20 Dijo Dios: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta expansión de los cielos. 21 Y creó Dios los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio Dios que era bueno. 22 Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. 23 Y fue la tarde y la mañana el día quinto.

24 Luego dijo Dios: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. 25 E hizo Dios animales de la tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra según su especie. Y vio Dios que era bueno.

26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen,(C) conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. 27 Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.(D) 28 Y los bendijo Dios,(E) y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.

29 Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. 30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. 31 Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Dios en el día séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo.(F) Y bendijo Dios al día séptimo, y lo santificó,(G) porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.

El hombre en el huerto de Edén

Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová Dios hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra. Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.(H)

Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida(I) en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. 10 Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. 11 El nombre del uno era Pisón; este es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; 12 y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. 13 El nombre del segundo río es Gihón; este es el que rodea toda la tierra de Cus. 14 Y el nombre del tercer río es Hidekel; este es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Éufrates.

15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. 16 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; 17 mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. 19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. 20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él. 21 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras este dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. 22 Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23 Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; esta será llamada Varona,[a] porque del varón[b] fue tomada. 24 Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.(J) 25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

Desobediencia del hombre

Pero la serpiente(K) era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. 11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que yo te mandé no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó,(L) y comí. 14 Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. 15 Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. 16 A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido,[c] y él se enseñoreará de ti. 17 Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. 18 Espinos y cardos te producirá,(M) y comerás plantas del campo. 19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. 20 Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva,[d] por cuanto ella era madre de todos los vivientes. 21 Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.

22 Y dijo Jehová Dios: He aquí el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su mano, y tome también del árbol de la vida,(N) y coma, y viva para siempre. 23 Y lo sacó Jehová del huerto de Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. 24 Echó, pues, fuera al hombre, y puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Caín y Abel

Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido[e] varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;(O) pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.[f]

Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató.(P) Y Jehová dijo a Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano? 10 Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra. 11 Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la sangre de tu hermano. 12 Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y extranjero serás en la tierra. 13 Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado. 14 He aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. 15 Y le respondió Jehová: Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara.

16 Salió, pues, Caín de delante de Jehová, y habitó en tierra de Nod,[g] al oriente de Edén. 17 Y conoció Caín a su mujer, la cual concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de su hijo, Enoc. 18 Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a Metusael, y Metusael engendró a Lamec. 19 Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila. 20 Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que habitan en tiendas y crían ganados. 21 Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de todos los que tocan arpa y flauta. 22 Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama.

23 Y dijo Lamec a sus mujeres:

Ada y Zila, oíd mi voz;

Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho:

Que un varón mataré por mi herida,

Y un joven por mi golpe.

24 Si siete veces será vengado Caín,

Lamec en verdad setenta veces siete lo será.

25 Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set:[h] Porque Dios (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. 26 Y a Set también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar el nombre de Jehová.

Notas al pie

  1. Génesis 2:23 Heb. Ishshah.
  2. Génesis 2:23 Heb. Ish.
  3. Génesis 3:16 O, tu voluntad será sujeta a tu marido.
  4. Génesis 3:20 El nombre en hebreo se asemeja a la palabra que se usa para viviente.
  5. Génesis 4:1 Heb. qanah,   adquirir.
  6. Génesis 4:7 O, a ti será sujeto.
  7. Génesis 4:16 Esto es, Errante.
  8. Génesis 4:25 Esto es, Sustitución.

La Creación

En el comienzo de todo, Dios creó el cielo y la tierra. La tierra no tenía entonces ninguna forma; todo era un mar profundo cubierto de oscuridad, y el espíritu de Dios se movía sobre el agua.

Entonces Dios dijo: «¡Que haya luz!»

Y hubo luz. Al ver Dios que la luz era buena, la separó de la oscuridad y la llamó «día», y a la oscuridad la llamó «noche». De este modo se completó el primer día.

Después Dios dijo: «Que haya una bóveda que separe las aguas, para que estas queden separadas.»

Y así fue. Dios hizo una bóveda que separó las aguas: una parte de ellas quedó debajo de la bóveda, y otra parte quedó arriba. A la bóveda la llamó «cielo». De este modo se completó el segundo día.

Entonces Dios dijo: «Que el agua que está debajo del cielo se junte en un solo lugar, para que aparezca lo seco.»

Y así fue. 10 A la parte seca Dios la llamó «tierra», y al agua que se había juntado la llamó «mar».

Al ver Dios que todo estaba bien, 11 dijo: «Que produzca la tierra toda clase de plantas: hierbas que den semilla y árboles que den fruto.»

Y así fue. 12 La tierra produjo toda clase de plantas: hierbas que dan semilla y árboles que dan fruto. Y Dios vio que todo estaba bien. 13 De este modo se completó el tercer día.

14-15 Entonces Dios dijo: «Que haya luces en la bóveda celeste, que alumbren la tierra y separen el día de la noche, y que sirvan también para señalar los días, los años y las fechas especiales.»

Y así fue. 16 Dios hizo las dos luces: la grande para alumbrar de día y la pequeña para alumbrar de noche. También hizo las estrellas. 17 Dios puso las luces en la bóveda celeste para alumbrar la tierra 18 de día y de noche, y para separar la luz de la oscuridad, y vio que todo estaba bien. 19 De este modo se completó el cuarto día.

20 Luego Dios dijo: «Que produzca el agua toda clase de animales, y que haya también aves que vuelen sobre la tierra.»

Y así fue. 21 Dios creó los grandes monstruos del mar, y todos los animales que el agua produce y que viven en ella, y todas las aves.

Al ver Dios que así estaba bien, 22 bendijo con estas palabras a los animales que había hecho: «Que tengan muchas crías y llenen los mares, y que haya muchas aves en el mundo.»

23 De este modo se completó el quinto día.

24 Entonces Dios dijo: «Que produzca la tierra toda clase de animales: domésticos y salvajes, y los que se arrastran por el suelo.»

Y así fue. 25 Dios hizo estos animales y vio que todo estaba bien.

26 Entonces dijo: «Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo.»

27 Cuando Dios creó al hombre,
lo creó a su imagen;
varón y mujer los creó,
28 y les dio su bendición:
«Tengan muchos, muchos hijos;
llenen el mundo y gobiérnenlo;
dominen a los peces y a las aves,
y a todos los animales que se arrastran.»

29 Después les dijo: «Miren, a ustedes les doy todas las plantas de la tierra que producen semilla, y todos los árboles que dan fruto. Todo eso les servirá de alimento. 30 Pero a los animales salvajes, a los que se arrastran por el suelo y a las aves, les doy la hierba como alimento.»

Así fue, 31 y Dios vio que todo lo que había hecho estaba muy bien. De este modo se completó el sexto día.

El cielo y la tierra, y todo lo que hay en ellos, quedaron terminados. El séptimo día terminó Dios lo que había hecho, y descansó. Entonces bendijo el séptimo día y lo declaró día sagrado, porque en ese día descansó de todo su trabajo de creación. Ésta es la historia de la creación del cielo y de la tierra.

El hombre en el jardín de Edén

Cuando Dios el Señor hizo el cielo y la tierra, aún no había plantas ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra, ni había nadie que la trabajara. Sin embargo, de la tierra salía agua que regaba todo el terreno. Entonces Dios el Señor formó al hombre de la tierra misma, y sopló en su nariz y le dio vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente.

Después Dios el Señor plantó un jardín en la región de Edén, en el oriente, y puso allí al hombre que había formado. Hizo crecer también toda clase de árboles hermosos que daban fruto bueno para comer. En medio del jardín puso también el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 En Edén nacía un río que regaba el jardín, y que de allí se dividía en cuatro. 11 El primero se llamaba Pisón, que es el que da vuelta por toda la región de Havilá, donde hay oro. 12 El oro de esa región es fino, y también hay resina fina y piedra de ónice. 13 El segundo río se llamaba Guihón, y es el que da vuelta por toda la región de Cus. 14 El tercero era el río Tigris, que es el que pasa al oriente de Asiria. Y el cuarto era el río Éufrates.

15 Cuando Dios el Señor puso al hombre en el jardín de Edén para que lo cultivara y lo cuidara, 16 le dio esta orden: «Puedes comer del fruto de todos los árboles del jardín, 17 menos del árbol del bien y del mal. No comas del fruto de ese árbol, porque si lo comes, ciertamente morirás.»

18 Luego, Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Le voy a hacer alguien que sea una ayuda adecuada para él.» 19-20 Y Dios el Señor formó de la tierra todos los animales y todas las aves, y se los llevó al hombre para que les pusiera nombre. El hombre les puso nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves y a todos los animales salvajes, y ese nombre se les quedó. Sin embargo, ninguno de ellos resultó ser la ayuda adecuada para él. 21 Entonces Dios el Señor hizo caer al hombre en un sueño profundo y, mientras dormía, le sacó una de las costillas y le cerró otra vez la carne. 22 De esa costilla Dios el Señor hizo una mujer, y se la presentó al hombre, 23 el cual, al verla, dijo:

«¡Ésta sí que es de mi propia carne y de mis propios huesos! Se va a llamar “mujer”, porque Dios la sacó del hombre.»

24 Por eso el hombre deja a su padre y a su madre para unirse a su esposa, y los dos llegan a ser como una sola persona.

25 Tanto el hombre como su mujer estaban desnudos, pero ninguno de los dos sentía vergüenza de estar así.

Adán y Eva desobedecen a Dios

La serpiente era más astuta que todos los animales salvajes que Dios el Señor había creado, y le preguntó a la mujer:

—¿Así que Dios les ha dicho que no coman del fruto de ningún árbol del jardín?

Y la mujer le contestó:

—Podemos comer del fruto de cualquier árbol, menos del árbol que está en medio del jardín. Dios nos ha dicho que no debemos comer ni tocar el fruto de ese árbol, porque si lo hacemos, moriremos.

Pero la serpiente le dijo a la mujer:

—No es cierto. No morirán. Dios sabe muy bien que cuando ustedes coman del fruto de ese árbol podrán saber lo que es bueno y lo que es malo, y que entonces serán como Dios.

La mujer vio que el fruto del árbol era hermoso, y le dieron ganas de comerlo y de llegar a tener entendimiento. Así que cortó uno de los frutos y se lo comió. Luego le dio a su esposo, y él también comió. En ese momento se les abrieron los ojos, y los dos se dieron cuenta de que estaban desnudos. Entonces cosieron hojas de higuera y se cubrieron con ellas.

El hombre y su mujer escucharon que Dios el Señor andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de él entre los árboles del jardín. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le preguntó:

—¿Dónde estás?

10 El hombre contestó:

—Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí.

11 Entonces Dios le preguntó:

—¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? ¿Acaso has comido del fruto del árbol del que te dije que no comieras?

12 El hombre contestó:

—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí.

13 Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer:

—¿Por qué lo hiciste?

Y ella respondió:

—La serpiente me engañó, y por eso comí del fruto.

14 Entonces Dios el Señor dijo a la serpiente:

—Por esto que has hecho, maldita serás entre todos los demás animales. De hoy en adelante caminarás arrastrándote y comerás tierra. 15 Haré que tú y la mujer sean enemigas, lo mismo que tu descendencia y su descendencia. Su descendencia te aplastará la cabeza, y tú le morderás el talón.

16 A la mujer le dijo:

—Aumentaré tus dolores cuando tengas hijos, y con dolor los darás a luz. Pero tu deseo te llevará a tu marido, y él tendrá autoridad sobre ti.

17 Al hombre le dijo:

—Como le hiciste caso a tu mujer y comiste del fruto del árbol del que te dije que no comieras, ahora la tierra va a estar bajo maldición por tu culpa; con duro trabajo la harás producir tu alimento durante toda tu vida. 18 La tierra te dará espinos y cardos, y tendrás que comer plantas silvestres. 19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente, hasta que vuelvas a la misma tierra de la cual fuiste formado, pues tierra eres y en tierra te convertirás.

20 El hombre llamó Eva a su mujer, pues ella fue la madre de todos los que viven. 21 Dios el Señor hizo ropa de pieles de animales para que el hombre y su mujer se vistieran, 22 y dijo: «Ahora el hombre se ha vuelto como uno de nosotros, pues sabe lo que es bueno y lo que es malo. No vaya a tomar también del fruto del árbol de la vida, y lo coma y viva para siempre.»

23 Por eso Dios el Señor sacó al hombre del jardín de Edén, y lo puso a trabajar la tierra de la cual había sido formado. 24 Después de haber sacado al hombre, puso al oriente del jardín unos seres alados y una espada ardiendo que daba vueltas hacia todos lados, para evitar que nadie llegara al árbol de la vida.

Caín y Abel

El hombre se unió con su esposa Eva. Ella quedó embarazada y dio a luz a su hijo Caín, y dijo: «Ya tengo un hijo varón. El Señor me lo ha dado.» Después dio a luz a Abel, hermano de Caín. Abel se dedicó a criar ovejas, y Caín se dedicó a cultivar la tierra.

Pasó el tiempo, y un día Caín llevó al Señor una ofrenda del producto de su cosecha. También Abel llevó al Señor las primeras y mejores crías de sus ovejas. El Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda, por lo que Caín se enojó muchísimo y puso muy mala cara. Entonces el Señor le dijo: «¿Por qué te enojas y pones tan mala cara? Si hicieras lo bueno, podrías levantar la cara; pero como no lo haces, el pecado está esperando el momento de dominarte. Sin embargo, tú puedes dominarlo a él.»

Un día, Caín invitó a su hermano Abel a dar un paseo, y cuando los dos estaban ya en el campo, Caín atacó a su hermano Abel y lo mató. Entonces el Señor le preguntó a Caín:

—¿Dónde está tu hermano Abel?

Y Caín contestó:

—No lo sé. ¿Acaso es mi obligación cuidar de él?

10 El Señor le dijo:

—¿Por qué has hecho esto? La sangre de tu hermano, que has derramado en la tierra, me pide a gritos que yo haga justicia. 11 Por eso, quedarás maldito y expulsado de la tierra que se ha bebido la sangre de tu hermano, a quien tú mataste. 12 Aunque trabajes la tierra, no volverá a darte sus frutos. Andarás vagando por el mundo, sin poder descansar jamás.

13 Entonces Caín respondió al Señor:

—Yo no puedo soportar un castigo tan grande. 14 Hoy me has echado fuera de esta tierra, y tendré que vagar por el mundo lejos de tu presencia, sin poder descansar jamás. Y así, cualquiera que me encuentre me matará.

15 Pero el Señor le contestó:

—Pues si alguien te mata, será castigado siete veces.

Entonces el Señor le puso una señal a Caín, para que el que lo encontrara no lo matara. 16 Caín se fue del lugar donde había estado hablando con el Señor, y se quedó a vivir en la región de Nod, que está al oriente de Edén.

Los descendientes de Caín

17 Caín se unió con su mujer, y ella quedó embarazada y dio a luz a Henoc. Luego Caín fundó una ciudad, a la que le puso por nombre Henoc, como a su hijo. 18 Henoc fue el padre de Irad, Irad fue el padre de Mehujael, Mehujael fue el padre de Metusael, y Metusael fue el padre de Lámec. 19 Lámec tuvo dos esposas: una de ellas se llamaba Adá, y la otra se llamaba Silá. 20 Adá dio a luz a Jabal, de quien descienden los que viven en tiendas de campaña y crían ganado. 21 Jabal tuvo un hermano llamado Jubal, de quien descienden todos los que tocan el arpa y la flauta. 22 Por su parte, Silá dio a luz a Tubal-caín, que fue herrero y hacía objetos de bronce y de hierro. Tubal-caín tuvo una hermana que se llamaba Naamá.

23 Un día, Lámec les dijo a sus esposas Adá y Silá:

«Escuchen bien lo que les digo:
he matado a un hombre por herirme,
a un muchacho por golpearme.
24 Si a Caín lo vengarán siete veces,
a mí tendrán que vengarme
setenta y siete veces.»

El tercer hijo de Adán y Eva

25 Adán volvió a unirse con su esposa, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, pues dijo: «Dios me ha dado otro hijo en lugar de Abel, al que Caín mató.»

26 También Set tuvo un hijo, al que llamó Enós. Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor.

La creación

En el principio Dios creó los cielos y la tierra. La tierra no tenía forma y estaba vacía, las tinieblas cubrían el abismo y el Espíritu[a] de Dios se movía sobre la superficie de las aguas.

Y dijo Dios: «¡Que haya luz!». Y la luz llegó a existir. Dios consideró que la luz era buena y la separó de las tinieblas. A la luz la llamó «día» y a las tinieblas, «noche». Vino la noche y llegó la mañana: ese fue el primer día.

Y dijo Dios: «¡Que haya una expansión en medio de las aguas y que las separe!». Y así sucedió. Dios hizo la expansión que separó las aguas que están debajo de las aguas que están arriba. A esta expansión Dios la llamó «cielo». Vino la noche y llegó la mañana: ese fue el segundo día.

Y dijo Dios: «¡Que las aguas debajo del cielo se reúnan en un solo lugar y que aparezca lo seco!». Y así sucedió. 10 A lo seco Dios lo llamó «tierra» y al conjunto de aguas lo llamó «mares». Y Dios consideró que esto era bueno.

11 Luego dijo Dios: «¡Que haya vegetación sobre la tierra; que esta produzca hierbas que den semilla y árboles que den fruto con semilla, todos según su especie!». Y así sucedió. 12 Comenzó a brotar la vegetación: hierbas que dan semilla y árboles que dan fruto con semilla, todos según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno. 13 Vino la noche y llegó la mañana: ese fue el tercer día.

14 Y dijo Dios: «¡Que haya luces en la expansión del cielo que separen el día de la noche; que sirvan como señales de las estaciones, de los días y de los años, 15 y que brillen en la expansión del cielo para iluminar la tierra!». Y sucedió así. 16 Dios hizo los dos grandes astros: el astro mayor para gobernar el día y el menor para gobernar la noche. También hizo las estrellas. 17 Dios colocó en la expansión del cielo los astros para alumbrar la tierra. 18 Los hizo para gobernar el día y la noche y para separar la luz de las tinieblas. Y Dios consideró que esto era bueno. 19 Vino la noche y llegó la mañana: ese fue el cuarto día.

20 Y dijo Dios: «¡Que las aguas se llenen de seres vivientes y que vuelen las aves sobre la tierra a lo largo de la expansión del cielo!». 21 Y creó Dios los grandes animales marinos, todos los seres vivientes que se mueven y llenan las aguas; también creó todas las aves, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno 22 y los bendijo con estas palabras: «¡Sean fructíferos y multiplíquense; llenen las aguas de los mares! ¡Que las aves se multipliquen sobre la tierra!». 23 Vino la noche y llegó la mañana: ese fue el quinto día.

24 Y dijo Dios: «¡Que produzca la tierra seres vivientes: animales domésticos, animales salvajes y reptiles, según su especie!». Y sucedió así. 25 Dios hizo los animales domésticos, los animales salvajes y todos los animales que se arrastran por el suelo, según su especie. Y Dios consideró que esto era bueno.

26 Luego dijo Dios: «Hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los peces del mar y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales salvajes[b] y sobre todos los animales que se arrastran por el suelo».

27 Y Dios creó al ser humano a su imagen;
    lo creó a imagen de Dios;
    hombre y mujer los creó.

28 Y Dios los bendijo con estas palabras: «¡Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, y a todos los animales que se arrastran por el suelo!».

29 También dijo: «Yo les doy de la tierra todas las plantas que producen semilla y todos los árboles que dan fruto con semilla; todo esto les servirá de alimento. 30 Y doy la hierba verde como alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo y a todos los seres vivientes que se arrastran por la tierra». Y así sucedió.

31 Dios miró todo lo que había hecho y consideró que era muy bueno. Vino la noche y llegó la mañana: ese fue el sexto día.

Así quedaron terminados los cielos y la tierra y todo lo que hay en ellos.[c]

Al llegar el séptimo día, Dios descansó porque había terminado toda la obra que había emprendido. Dios bendijo el séptimo día y lo santificó porque en ese día descansó de toda su obra creadora.

Adán y Eva

Esta es la historia[d] de la creación de los cielos y la tierra. Dios el Señor[e] hizo la tierra y los cielos.

No había ningún arbusto del campo sobre la tierra ni había brotado la hierba, porque Dios el Señor todavía no había hecho llover sobre la tierra ni existía el hombre para que la cultivara. No obstante, de la tierra salía un manantial que regaba toda la superficie del suelo. Y Dios el Señor formó al ser humano[f] del polvo del suelo; entonces sopló en su nariz aliento de vida y el hombre se convirtió en un ser viviente.

Dios el Señor plantó un jardín al oriente del Edén y allí puso al hombre que había formado. Dios el Señor hizo que creciera toda clase de árboles atractivos a la vista y buenos para comer. En medio del jardín hizo crecer el árbol de la vida y también el árbol del conocimiento del bien y del mal.

10 Del Edén nacía un río que regaba el jardín y desde allí se dividía en cuatro ríos menores. 11 El primero se llamaba Pisón y recorría toda la región de Javilá, donde había oro. 12 El oro de esa región era fino; también había allí resina muy buena y piedra de ónice. 13 El segundo se llamaba Guijón, que recorría toda la región de Cus.[g] 14 El tercero se llamaba Tigris, que corría al este de Asiria. El cuarto era el Éufrates.

15 Dios el Señor tomó al hombre y lo puso en el jardín del Edén para que lo cultivara y lo cuidara. 16 Dios el Señor le ordenó al hombre: «Puedes comer de todos los árboles del jardín, 17 pero del árbol del conocimiento del bien y del mal no deberás comer. El día que de él comas, sin duda morirás».

18 Luego Dios el Señor dijo: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada».

19 Entonces Dios el Señor formó de la tierra toda ave del cielo y todo animal del campo. Se los llevó al hombre para ver qué nombre les pondría. El hombre puso nombre a todos los seres vivos y con ese nombre se les conoce. 20 Así el hombre fue poniéndoles nombre a todos los animales domésticos, a todas las aves del cielo y a todos los animales del campo.

Sin embargo, no se encontró entre ellos la ayuda adecuada para el hombre. 21 Entonces Dios el Señor hizo que el hombre cayera en un sueño profundo y, mientras este dormía, le sacó una costilla y cerró la herida. 22 De la costilla que le había quitado al hombre, Dios el Señor hizo una mujer y se la presentó al hombre, 23 el cual exclamó:

«Esta sí es hueso de mis huesos
    y carne de mi carne.
Se llamará “mujer”[h]
    porque del hombre fue sacada».

24 Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer, y los dos llegarán a ser uno solo.[i]

25 En ese tiempo el hombre y la mujer estaban desnudos, pero no se avergonzaban.

La caída del ser humano

La serpiente era más astuta que todos los animales del campo que Dios el Señor había hecho, así que preguntó a la mujer:

—¿Conque Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?

—Podemos comer del fruto de todos los árboles —respondió la mujer—. Pero en cuanto al fruto del árbol que está en medio del jardín, Dios nos ha dicho: “No coman de ese árbol ni lo toquen; de lo contrario, morirán”.

Pero la serpiente dijo a la mujer:

—¡No es cierto, no van a morir! Dios sabe muy bien que cuando coman de ese árbol se les abrirán los ojos y llegarán a ser como Dios, conocedores del bien y del mal.

La mujer vio que el fruto del árbol era bueno para comer, y que era atractivo a la vista y era deseable para adquirir sabiduría; así que tomó de su fruto y comió. Luego dio a su esposo, que estaba con ella, y él también comió. En ese momento los ojos de ambos fueron abiertos y tomaron conciencia de su desnudez. Por eso, para cubrirse entretejieron hojas de higuera.

Cuando el día comenzó a refrescar, el hombre y la mujer oyeron que Dios el Señor andaba recorriendo el jardín; entonces corrieron a esconderse entre los árboles para que Dios no los viera. Pero Dios el Señor llamó al hombre y dijo:

—¿Dónde estás?

10 El hombre contestó:

—Escuché que andabas por el jardín y tuve miedo porque estoy desnudo. Por eso me escondí.

11 —¿Y quién te ha dicho que estás desnudo? —preguntó Dios—. ¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer?

12 Él respondió:

—La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto y yo lo comí.

13 Entonces Dios el Señor preguntó a la mujer:

—¿Qué es lo que has hecho?

—La serpiente me engañó, y comí —contestó ella.

14 Dios el Señor dijo entonces a la serpiente:

«Por causa de lo que has hecho,
    ¡maldita serás entre todos los animales,
    tanto domésticos como salvajes!
Te arrastrarás sobre tu vientre
    y comerás polvo todos los días de tu vida.
15 Pondré enemistad entre tú y la mujer,
    y entre tu simiente y la de ella;
su simiente te aplastará la cabeza,
    pero tú le herirás el talón».

16 A la mujer dijo:

«Multiplicaré tu sufrimiento en el parto
    y darás a luz a tus hijos con dolor.
Desearás a tu marido,
    y él te dominará».

17 Al hombre dijo:

«Por cuanto hiciste caso a tu esposa
    y comiste del árbol del que te prohibí comer,
    ¡maldito será el suelo por tu culpa!
Con sufrimiento comerás de él
    todos los días de tu vida.
18 La tierra te producirá cardos y espinas,
    y comerás hierbas silvestres.
19 Te ganarás el pan con el sudor de tu frente,
    hasta que vuelvas a la misma tierra
    de la cual fuiste sacado.
Porque polvo eres
    y al polvo volverás».

20 El hombre llamó Eva[j] a su mujer porque ella sería la madre de todo ser viviente.

21 Dios el Señor hizo ropa de pieles para el hombre y su mujer, y los vistió. 22 Y Dios el Señor dijo: «El ser humano ha llegado a ser como uno de nosotros, pues tiene conocimiento del bien y del mal. No vaya a ser que extienda su mano y también tome del fruto del árbol de la vida, lo coma y viva para siempre». 23 Entonces Dios el Señor expulsó al ser humano del jardín del Edén para que trabajara la tierra de la cual había sido hecho. 24 Luego de expulsarlo, puso al oriente del jardín del Edén a los querubines y una espada ardiente que se movía por todos lados para custodiar el camino que lleva al árbol de la vida.

Caín y Abel

El hombre tuvo relaciones sexuales con Eva, su mujer, y ella quedó embarazada y dio a luz a Caín.[k] Y dijo: «¡Con la ayuda del Señor, he tenido un varón!». Después dio a luz a Abel, hermano de Caín.

Abel se dedicó a pastorear ovejas, mientras que Caín se dedicó a trabajar la tierra. Tiempo después, Caín presentó al Señor una ofrenda del fruto de la tierra. Abel también presentó al Señor lo mejor de su rebaño, es decir, los primogénitos con su grasa. Y el Señor miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero no miró así a Caín ni a su ofrenda. Por eso Caín se enfureció y andaba cabizbajo.

Entonces el Señor le dijo: «¿Por qué estás tan enojado? ¿Por qué andas cabizbajo? Si hicieras lo bueno, podrías andar con la frente en alto. Pero si haces lo malo, el pecado está a la puerta para dominarte. No obstante, tú puedes dominarlo».

Caín habló con su hermano Abel.[l] Y cuando estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo asesinó.

El Señor preguntó a Caín:

—¿Dónde está tu hermano Abel?

—No lo sé —respondió—. ¿Acaso soy yo el que debe cuidar a mi hermano?

10 —¡Qué has hecho! —exclamó el Señor—. Desde la tierra, la sangre de tu hermano me reclama justicia. 11 Por eso, ahora quedarás bajo la maldición de la tierra, la cual ha abierto sus fauces para recibir la sangre de tu hermano, que tú has derramado. 12 Cuando cultives la tierra, no te dará sus frutos y en el mundo serás un fugitivo errante.

13 —Este castigo es más de lo que puedo soportar —dijo Caín al Señor—. 14 Hoy me condenas al destierro y nunca más podré estar en tu presencia. Andaré por el mundo errante como un fugitivo y cualquiera que me encuentre me matará.

15 —No, al contrario[m] —respondió el Señor—, el que mate a Caín será castigado siete veces.

Entonces el Señor puso una marca a Caín para que no lo matara cualquiera que lo encontrara. 16 Así Caín se alejó de la presencia del Señor y se fue a vivir a la región llamada Nod,[n] al este del Edén.

17 Caín tuvo relaciones sexuales con su mujer, la cual quedó embarazada y dio a luz a Enoc. Caín construyó una ciudad y le puso el nombre de su hijo Enoc. 18 Enoc tuvo un hijo llamado Irad, que fue el padre de Mejuyael. Este a su vez fue el padre de Metusael, y Metusael fue el padre de Lamec.

19 Lamec tuvo dos mujeres. Una de ellas se llamaba Ada y la otra, Zila. 20 Ada dio a luz a Jabal, quien a su vez fue el antepasado de los que viven en tiendas de campaña y crían ganado. 21 Jabal tuvo un hermano llamado Jubal, quien fue el antepasado de los que tocan el arpa y la flauta. 22 Por su parte, Zila dio a luz a Tubal Caín, que fue herrero y forjador de toda clase de herramientas de bronce y de hierro. Tubal Caín tuvo una hermana que se llamaba Naamá.

23 Lamec dijo a sus mujeres Ada y Zila:

«¡Escuchen bien, mujeres de Lamec!
    ¡Escuchen mis palabras!
Maté a un hombre por haberme agredido
    y a un muchacho por golpearme.
24 Si Caín será vengado siete veces,
    setenta y siete veces será vengado Lamec».

25 Adán volvió a tener relaciones sexuales con su mujer y ella tuvo un hijo al que llamó Set,[o] porque dijo: «Dios me ha concedido otro descendiente en lugar de Abel, al que mató Caín». 26 También Set tuvo un hijo, a quien llamó Enós.

Desde entonces se comenzó a invocar el nombre del Señor.

Notas al pie

  1. 1:2 Espíritu. Alt. viento o soplo.
  2. 1:26 los animales salvajes (Siríaca); toda la tierra (TM).
  3. 2:1 todo lo que hay en ellos. Lit. todo su ejército.
  4. 2:4 Esta es la historia. Lit. Estas son las generaciones; véanse 6:9; 10:1; 11:10,27; 25:12,19; 36:1,9; 37:2; véase también 5:1.
  5. 2:4 Esta es … Dios el Señor. Alt. Esta es la historia de la creación de los cielos y la tierra, cuando Dios el Señor.
  6. 2:7 El término hebreo que significa hombre (adam) está relacionado con el que significa tierra (adamá). Además, el mismo término adam corresponde al nombre propio Adán (véase 4:25).
  7. 2:13 Cus. Posiblemente la región sudeste de Mesopotamia.
  8. 2:23 En hebreo, la palabra que significa mujer (’ishah) suena como la palabra que significa hombre (’ish).
  9. 2:24 llegarán a ser uno solo. Trad. llegarán a ser una sola carne.
  10. 3:20 En hebreo, Eva significa vida.
  11. 4:1 En hebreo, Caín suena como el verbo que significa llegar a tener, adquirir.
  12. 4:8 El Pentateuco Samaritano, la LXX, la Vulgata y la Siríaca dicen Caín dijo a su hermano Abel: «Salgamos al campo».
  13. 4:15 No, al contrario (LXX, Vulgata y Siríaca); Por tanto (TM).
  14. 4:16 En hebreo, Nod significa errante (véanse vv. 12 y 14).
  15. 4:25 En hebreo, Set significa concedido.