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Si al rey le parece bien, que se decrete por escrito que se los destruya, y yo pesaré en manos de los administradores de las obras públicas trescientos treinta mil kilos de plata, que serán traídos a los tesoros del rey.

10 Entonces el rey se quitó el anillo de su mano y se lo dio a Amán hijo de Hamedata, el agageo, enemigo de los judíos. 11 Y el rey dijo a Amán:

—La plata sea para ti y también el pueblo, para que hagas con él lo que te parezca bien.

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