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16 Y el sacerdote de Madián(A) tenía siete hijas, las cuales fueron a sacar agua y llenaron las pilas para dar de beber al rebaño de su padre(B). 17 Entonces vinieron unos[a] pastores y las echaron de allí, pero Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a su rebaño(C). 18 Cuando ellas volvieron a Reuel, su padre(D), él dijo: ¿Por qué habéis vuelto[b] tan pronto hoy? 19 Respondieron ellas: Un egipcio nos ha librado de mano de los pastores; y además, nos sacó agua y dio de beber al rebaño. 20 Y él dijo a sus hijas: ¿Y dónde está? ¿Por qué habéis dejado al hombre? Invitadlo a que coma algo[c]. 21 Moisés accedió a morar con aquel hombre(E), y él dio su hija Séfora(F) a Moisés. 22 Y ella dio a luz un hijo(G), y Moisés le puso por nombre Gersón[d], porque dijo: Peregrino[e] soy en tierra extranjera(H).

Dios oye a Israel

23 Y aconteció que pasado mucho tiempo[f], murió el rey de Egipto. Y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre(I), y clamaron; y su clamor, a causa de su servidumbre, subió a Dios(J). 24 Oyó Dios su gemido, y se acordó Dios de su pacto(K) con Abraham, Isaac y Jacob(L). 25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y Dios los tuvo en cuenta[g](M).

Moisés y la zarza ardiendo

Y Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián(N); y condujo el rebaño hacia el lado occidental[h] del desierto, y llegó a Horeb(O), el monte de Dios(P). Y se le apareció el ángel del Señor(Q) en una llama de fuego, en medio de una[i] zarza(R); y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces dijo Moisés: Me acercaré[j] ahora para ver esta maravilla[k]: por qué la zarza no se quema(S). Cuando el Señor vio que él se acercaba[l] para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza(T), y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Entonces Él dijo: No te acerques aquí; quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa(U). Y añadió: Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob(V). Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tenía temor de mirar a Dios(W).

Misión de Moisés

Y el Señor dijo: Ciertamente he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he escuchado su clamor a causa de sus capataces[m], pues estoy consciente de sus sufrimientos(X). Y he descendido para librarlos de mano de los egipcios(Y), y para sacarlos[n] de aquella tierra a una tierra buena y espaciosa, a una tierra que mana leche y miel(Z), al lugar de los cananeos, de los hititas, de los amorreos, de los ferezeos, de los heveos y de los jebuseos(AA). Y ahora, he aquí, el clamor de los hijos de Israel ha llegado hasta mí(AB), y además he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ahora pues, ven y te enviaré a Faraón, para que saques a mi pueblo, los hijos de Israel, de Egipto(AC). 11 Pero Moisés dijo a Dios: ¿Quién soy yo(AD) para ir a Faraón, y sacar a los hijos de Israel de Egipto? 12 Y Él dijo: Ciertamente yo estaré contigo(AE), y la señal para ti de que soy yo el que te ha enviado será esta: cuando hayas sacado al pueblo de Egipto(AF) adoraréis[o] a Dios en este monte(AG).

El nombre de Dios

13 Entonces dijo Moisés a Dios: He aquí, si voy a los hijos de Israel, y les digo: «El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros», tal vez me digan: «¿Cuál es su nombre?», ¿qué les responderé? 14 Y dijo Dios a Moisés: YO SOY[p] EL QUE SOY[q](AH). Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: «YO SOY[r] me ha enviado a vosotros». 15 Dijo además Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: «El Señor, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros(AI)». Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí[s] de generación en generación(AJ).

Instrucciones de Dios a Moisés

16 Ve y reúne a los ancianos de Israel(AK), y diles: «El Señor, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me ha aparecido(AL), diciendo: “Ciertamente os he visitado y he visto lo que se os ha hecho en Egipto(AM). 17 Y he dicho: Os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del hitita, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo(AN), a una tierra que mana leche y miel(AO)”». 18 Y ellos escucharán tu voz(AP); y tú irás con los ancianos de Israel al rey de Egipto(AQ), y le diréis: «El Señor, el Dios de los hebreos, nos ha salido al encuentro. Ahora pues, permite que vayamos tres días de camino al desierto para ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios(AR)». 19 Pero yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir(AS), si no es por la fuerza[t](AT). 20 Pero yo extenderé mi mano y heriré a Egipto(AU) con todos los prodigios que haré en medio de él(AV), y después de esto, os dejará ir(AW). 21 Y daré a este pueblo gracia ante los ojos de los egipcios; y sucederá que cuando os vayáis, no os iréis con las manos vacías(AX), 22 sino que cada mujer pedirá a su vecina y a la que vive en su casa objetos de plata, objetos de oro y vestidos(AY); y los pondréis sobre vuestros hijos y sobre vuestras hijas. Así despojaréis a los egipcios(AZ).

Notas al pie

  1. Éxodo 2:17 Lit., los
  2. Éxodo 2:18 Lit., venido
  3. Éxodo 2:20 Lit., pan
  4. Éxodo 2:22 Heb., ger sham; i.e., un peregrino allí
  5. Éxodo 2:22 Heb., ger
  6. Éxodo 2:23 Lit., en aquellos muchos días
  7. Éxodo 2:25 Lit., conoció
  8. Éxodo 3:1 O, al fondo
  9. Éxodo 3:2 Lit., la
  10. Éxodo 3:3 Lit., desviaré
  11. Éxodo 3:3 Lit., gran visión
  12. Éxodo 3:4 Lit., se desviaba
  13. Éxodo 3:7 O, sobrestantes de obra
  14. Éxodo 3:8 Lit., subirlos
  15. Éxodo 3:12 O, serviréis
  16. Éxodo 3:14 Expresión relacionada con el nombre de Dios; heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y que se deriva del verbo heb. HAYAH: ser
  17. Éxodo 3:14 Expresión relacionada con el nombre de Dios; heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y que se deriva del verbo heb. HAYAH: ser
  18. Éxodo 3:14 Expresión relacionada con el nombre de Dios; heb., YHWH, generalmente traducido Señor, y que se deriva del verbo heb. HAYAH: ser
  19. Éxodo 3:15 Lit., y este es mi recuerdo
  20. Éxodo 3:19 Lit., por mano fuerte

16 Y estando sentado junto al pozo, siete hijas que tenía el sacerdote de Madián vinieron a sacar agua para llenar las pilas y dar de beber a las ovejas de su padre. 17 Mas los pastores vinieron y las echaron de allí; entonces Moisés se levantó y las defendió, y dio de beber a sus ovejas. 18 Y volviendo ellas a Reuel su padre, él les dijo: ¿Por qué habéis venido hoy tan pronto? 19 Ellas respondieron: Un varón egipcio nos defendió de mano de los pastores, y también nos sacó el agua, y dio de beber a las ovejas. 20 Y dijo a sus hijas: ¿Dónde está? ¿Por qué habéis dejado a ese hombre? Llamadle para que coma. 21 Y Moisés convino en morar con aquel varón; y él dio su hija Séfora por mujer a Moisés. 22 Y ella le dio a luz un hijo; y él le puso por nombre Gersón, porque dijo: Forastero[a] soy en tierra ajena.

23 Aconteció que después de muchos días murió el rey de Egipto, y los hijos de Israel gemían a causa de la servidumbre, y clamaron; y subió a Dios el clamor de ellos con motivo de su servidumbre. 24 Y oyó Dios el gemido de ellos, y se acordó(A) de su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Y miró Dios a los hijos de Israel, y los reconoció Dios.

Llamamiento de Moisés

Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una llama de fuego en medio de una zarza;(B) y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues, de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. 10 Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. 11 Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy yo para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? 12 Y él respondió: Ve, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.

13 Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres(C) me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? 14 Y respondió Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY.(D) Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me envió a vosotros. 15 Además dijo Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: Jehová,[b] el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre; con él se me recordará por todos los siglos. 16 Ve, y reúne a los ancianos de Israel, y diles: Jehová, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me apareció diciendo: En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto; 17 y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel. 18 Y oirán tu voz; e irás tú, y los ancianos de Israel, al rey de Egipto, y le diréis: Jehová el Dios de los hebreos nos ha encontrado; por tanto, nosotros iremos ahora camino de tres días por el desierto, para que ofrezcamos sacrificios a Jehová nuestro Dios. 19 Mas yo sé que el rey de Egipto no os dejará ir sino por mano fuerte. 20 Pero yo extenderé mi mano, y heriré a Egipto con todas mis maravillas que haré en él, y entonces os dejará ir. 21 Y yo daré a este pueblo gracia en los ojos de los egipcios, para que cuando salgáis, no vayáis con las manos vacías; 22 sino que pedirá cada mujer a su vecina y a su huéspeda alhajas de plata, alhajas de oro, y vestidos, los cuales pondréis sobre vuestros hijos y vuestras hijas; y despojaréis a Egipto.(E)

Notas al pie

  1. Éxodo 2:22 Heb. ger.
  2. Éxodo 3:15 El nombre Jehová representa el nombre divino YHWH que aquí se relaciona con el verbo hayah,   ser.

16 Reuel, sacerdote de Madián, tenía siete hijas. Aquel día, ellas habían ido al pozo a sacar agua para llenar los bebederos y dar de beber a las ovejas de su padre, 17 pero unos pastores vinieron y las echaron de allí. Entonces Moisés se levantó a defenderlas, y dio de beber a las ovejas. 18 Cuando ellas volvieron a donde estaba su padre, él les preguntó:

—¿Cómo es que hoy regresaron tan pronto?

19 Y ellas contestaron:

—Un egipcio nos defendió de los pastores, luego sacó el agua por nosotras, y les dio de beber a las ovejas.

20 Entonces Reuel les dijo:

—¿Y dónde está ese hombre? ¿Por qué lo dejaron solo? ¡Vayan a llamarlo para que venga a comer!

21 Y así Moisés aceptó quedarse a vivir en la casa de Reuel. Después Reuel le dio a su hija Séfora como esposa, 22 y ella tuvo un hijo al que Moisés llamó Guersón, porque dijo: «Soy un extranjero en tierra extraña.»

23 Con el correr del tiempo, el rey de Egipto murió. Los israelitas, sin embargo, seguían quejándose y lamentando su esclavitud. Entonces Dios escuchó sus lamentos 24 y atendió sus quejas, acordándose de la alianza que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Los vio Dios, y se dio cuenta de su condición.

Dios llama a Moisés

Moisés cuidaba las ovejas de su suegro Jetró, que era sacerdote de Madián, y un día las llevó a través del desierto y llegó hasta el monte de Dios, que se llama Horeb. Allí el ángel del Señor se le apareció en una llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés se fijó bien y se dio cuenta de que la zarza ardía con el fuego, pero no se consumía. Entonces pensó: «¡Qué cosa tan extraña! Voy a ver por qué no se consume la zarza.»

Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:

—¡Moisés! ¡Moisés!

—Aquí estoy —contestó Moisés.

Entonces Dios le dijo:

—No te acerques. Y descálzate, porque el lugar donde estás es sagrado.

Y añadió:

—Yo soy el Dios de tus antepasados. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.

Moisés se cubrió la cara, pues tuvo miedo de mirar a Dios, pero el Señor siguió diciendo:

—Claramente he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto. Los he oído quejarse por culpa de sus capataces, y sé muy bien lo que sufren. Por eso he bajado, para salvarlos del poder de los egipcios; voy a sacarlos de ese país y a llevarlos a una tierra grande y buena, donde la leche y la miel corren como el agua. Es el país donde viven los cananeos, los hititas, los amorreos, los ferezeos, los heveos y los jebuseos. Mira, he escuchado las quejas de los israelitas, y he visto también que los egipcios los maltratan mucho. 10 Por lo tanto, ponte en camino, que te voy a enviar ante el faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas.

11 Entonces Moisés le dijo a Dios:

—¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?

12 Y Dios le contestó:

—Yo estaré contigo, y ésta es la señal de que yo mismo te envío: cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me adorarán en este monte.

13 Pero Moisés le respondió:

—El problema es que si yo voy y les digo a los israelitas: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes”, ellos me van a preguntar: “¿Cómo se llama?” Y entonces, ¿qué les voy a decir?

14 Y Dios le contestó:

—YO SOY EL QUE SOY. Y dirás a los israelitas: “YO SOY me ha enviado a ustedes.”

15 Además, Dios le dijo a Moisés:

—Di también a los israelitas: “El Señor, el Dios de los antepasados de ustedes, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes.” Éste es mi nombre eterno; éste es mi nombre por todos los siglos. 16 Anda, reúne a los ancianos de Israel y diles: “El Señor, el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo que ha puesto su atención en ustedes, y que ha visto el trato que les dan en Egipto. 17 También me dijo que los va a librar de los sufrimientos en Egipto, y que los va a llevar al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos; a una tierra donde la leche y la miel corren como el agua.” 18 Los ancianos te harán caso; entonces tú irás con ellos a ver al rey de Egipto, y le dirás: “El Señor, el Dios de los hebreos, ha salido a nuestro encuentro. Por lo tanto, déjanos ir al desierto, a una distancia de tres días de camino, a ofrecer sacrificios al Señor nuestro Dios.” 19 Sin embargo, yo sé muy bien que el rey de Egipto no los dejará salir, si no es por la fuerza. 20 Por lo tanto, yo mostraré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las cosas asombrosas que haré en su país; después de eso el faraón los dejará salir. 21 Además, yo haré que los israelitas se ganen la buena voluntad de los egipcios, de modo que cuando salgan no se vayan con las manos vacías. 22 Cada mujer pedirá a su vecina, o a cualquier otra mujer que viva con ella, que le dé objetos de plata y de oro, y vestidos, con los que ustedes vestirán a sus hijos e hijas, despojando así a los egipcios de todo lo que tengan.

16 El sacerdote de Madián tenía siete hijas, las cuales solían ir a sacar agua para llenar los abrevaderos y dar de beber a las ovejas de su padre. 17 Pero los pastores llegaron y las echaron de allí. Moisés intervino en favor de ellas: las puso a salvo de los pastores y dio de beber a sus ovejas.

18 Cuando las muchachas volvieron a la casa de Reuel,[a] su padre, este les preguntó:

—¿Por qué volvieron hoy tan temprano?

19 —Porque un egipcio nos libró de los pastores —respondieron—. ¡Hasta nos sacó el agua del pozo y dio de beber al rebaño!

20 —¿Y dónde está ese hombre? —contestó—. ¿Por qué lo dejaron solo? ¡Invítenlo a comer!

21 Moisés convino en quedarse a vivir en casa de aquel hombre, quien le dio por esposa a su hija Séfora. 22 Ella tuvo un hijo, al cual Moisés llamó Guersón,[b] pues razonó: «Soy un extranjero en tierra extraña».

23 Mucho tiempo después murió el rey de Egipto. Los israelitas, sin embargo, seguían lamentando su condición de esclavos y clamaban pidiendo ayuda. Sus gritos desesperados llegaron a oídos de Dios, 24 quien al oír sus quejidos se acordó del pacto que había hecho con Abraham, Isaac y Jacob. 25 Fue así como Dios se fijó en los israelitas y los tomó en cuenta.

Moisés y la zarza ardiente

Un día, Moisés estaba cuidando el rebaño de Jetro, su suegro, que era sacerdote de Madián, y llevó las ovejas hasta el otro extremo del desierto hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios. Estando allí, el ángel del Señor se le apareció entre las llamas de una zarza ardiente. Moisés notó que la zarza estaba envuelta en llamas, pero que no se consumía, así que pensó: «¡Qué increíble! Voy a ver por qué no se consume la zarza».

Cuando el Señor vio que Moisés se acercaba a mirar, lo llamó desde la zarza:

—¡Moisés, Moisés!

—Aquí estoy —respondió.

—No te acerques más —le dijo Dios—. Quítate las sandalias, porque estás pisando tierra santa. Yo soy el Dios de tu padre. Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Al oír esto, Moisés se cubrió el rostro, pues tuvo miedo de mirar a Dios.

Pero el Señor siguió diciendo:

—Ciertamente he visto la opresión que sufre mi pueblo en Egipto. Los he escuchado quejarse de sus capataces y conozco bien sus penurias. Así que he descendido para librarlos del poder de los egipcios y sacarlos de ese país, para llevarlos a una tierra buena y espaciosa, tierra donde abundan la leche y la miel. Me refiero al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. Han llegado a mis oídos los gritos desesperados de los israelitas y he visto también cómo los oprimen los egipcios. 10 Así que disponte a partir. Voy a enviarte al faraón para que saques de Egipto a los israelitas, que son mi pueblo.

11 Pero Moisés dijo a Dios:

—¿Y quién soy yo para presentarme ante el faraón y sacar de Egipto a los israelitas?

12 —Yo estaré contigo —respondió Dios—. Y te voy a dar una señal de que soy yo quien te envía: Cuando hayas sacado de Egipto a mi pueblo, todos ustedes me adorarán[c] en esta montaña.

13 Pero Moisés insistió:

—Supongamos que me presento ante los israelitas y les digo: “El Dios de sus antepasados me ha enviado a ustedes”. Si me preguntan: “¿Y cómo se llama?”. ¿Qué les respondo?

14 Yo soy el que soy[d] —respondió Dios a Moisés—. Y esto es lo que tienes que decirles a los israelitas: “Yo soy me ha enviado a ustedes”.

15 Además, Dios dijo a Moisés:

—Di esto a los israelitas: “El Señor,[e] el Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, me ha enviado a ustedes.

»”Este es mi nombre eterno;
    este es mi nombre
por todas las generaciones”.

16 »Y tú, anda, reúne a los jefes de Israel y diles: “El Señor, Dios de sus antepasados, el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, se me apareció y me dijo: ‘Yo he estado pendiente de ustedes. He visto cómo los han maltratado en Egipto. 17 Por eso me propongo sacarlos de su opresión en Egipto y llevarlos al país de los cananeos, hititas, amorreos, ferezeos, heveos y jebuseos. ¡Es una tierra donde abundan la leche y la miel!’ ”.

18 »Los jefes de Israel te harán caso. Entonces ellos y tú se presentarán ante el rey de Egipto y dirán: “El Señor, Dios de los hebreos, ha venido a nuestro encuentro. Déjanos hacer un viaje de tres días al desierto, para ofrecerle sacrificios al Señor nuestro Dios”. 19 Yo sé bien que el rey de Egipto no va a dejarlos ir, a no ser por la fuerza. 20 Entonces manifestaré mi poder y heriré de muerte a los egipcios con todas las maravillas que realizaré entre ellos. Después de eso el faraón los dejará ir.

21 »Pero yo haré que este pueblo se gane la simpatía de los egipcios, de modo que cuando ustedes salgan de Egipto no se vayan con las manos vacías. 22 Toda mujer israelita pedirá a su vecina y a cualquier otra mujer que viva en su casa, objetos de oro, de plata y ropa para vestir a sus hijos y a sus hijas. Así despojarán ustedes a los egipcios».

Notas al pie

  1. 2:18 También llamado Jetro. Véase 3:1.
  2. 2:22 En hebreo, Guersón suena como la frase que significa extranjero allí.
  3. 3:12 me adorarán. Lit. me servirán. Aquí y en el resto de este libro, el texto hebreo usa el mismo verbo servir para indicar el servicio al faraón como esclavos, y el servir a Dios rindiéndole culto y adoración.
  4. 3:14 Yo … soy. Alt. Yo seré el que seré.
  5. 3:15 La palabra hebrea que se traduce como Señor suena como la forma verbal que en el v. 14 se ha traducido como Yo soy.