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Entonces el Señor dijo a Moisés: Mira, yo te hago como Dios(A) para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Tú hablarás todo lo que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará(B) a Faraón, para que deje salir de su tierra a los hijos de Israel. Pero yo endureceré el corazón de Faraón(C) para multiplicar mis señales y mis prodigios en la tierra de Egipto(D). Y Faraón no os escuchará; entonces pondré mi mano sobre Egipto(E) y sacaré de la tierra de Egipto a mis ejércitos(F), a mi pueblo los hijos de Israel, con grandes juicios(G). Y sabrán los egipcios que yo soy el Señor, cuando yo extienda mi mano sobre Egipto(H) y saque de en medio de ellos a los hijos de Israel(I). E hicieron Moisés y Aarón como el Señor les mandó(J); así lo hicieron. Moisés tenía ochenta años(K) y Aarón ochenta y tres[a] cuando hablaron a Faraón.

La vara de Aarón

Y habló el Señor a Moisés y a Aarón, diciendo: Cuando os hable Faraón, y diga[b]: «Haced[c] un milagro(L)», entonces dirás a Aarón: «Toma tu vara(M) y échala delante de Faraón para que se convierta en serpiente». 10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón e hicieron tal como el Señor les había mandado; y Aarón echó su vara delante de Faraón y de[d] sus siervos, y esta se convirtió en serpiente(N). 11 Entonces Faraón llamó también a los sabios y a los hechiceros, y también ellos, los magos[e](O) de Egipto, hicieron lo mismo[f] con sus encantamientos[g](P); 12 pues cada uno echó su vara, las cuales se convirtieron en serpientes. Pero la vara de Aarón devoró las varas de ellos. 13 Pero el corazón de Faraón se endureció[h] y no los escuchó, tal como el Señor había dicho(Q).

Primera plaga: el agua convertida en sangre

14 Entonces el Señor dijo a Moisés: El corazón de Faraón es terco[i]; se niega a dejar ir al pueblo. 15 Preséntate[j] a Faraón por la mañana cuando vaya[k] al agua, y ponte a orillas del Nilo(R) para encontrarte con él; y toma en tu mano la vara que se convirtió en serpiente(S). 16 Y dile: «El Señor, el Dios de los hebreos, me ha enviado a ti(T), diciendo: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva en el desierto(U). Mas he aquí, hasta ahora no has escuchado”. 17 Así dice el Señor: “En esto conocerás que yo soy el Señor(V): he aquí, yo golpearé con la vara que está en mi mano las[l] aguas que están en el Nilo, y se convertirán en sangre(W). 18 Y los peces que hay en el Nilo morirán, y el río se corromperá[m] y los egipcios tendrán asco de[n] beber el agua del Nilo(X)”». 19 Y el Señor dijo a Moisés: Di a Aarón: «Toma tu vara y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto(Y), sobre sus ríos, sobre sus arroyos[o], sobre sus estanques y sobre todos sus depósitos de agua, para que se conviertan en sangre; y habrá sangre por toda la tierra de Egipto, tanto en las vasijas de madera como en las de piedra».

20 Así lo hicieron Moisés y Aarón, tal como el Señor les había ordenado(Z). Y alzó Aarón la[p] vara y golpeó las aguas que había en el Nilo ante los ojos de Faraón y[q] de sus siervos, y todas las aguas que había en el Nilo se convirtieron en sangre(AA). 21 Y los peces que había en el Nilo murieron y el río se corrompió[r], de manera que los egipcios no podían beber agua del Nilo. Y había sangre por toda la tierra de Egipto. 22 Pero los magos[s] de Egipto hicieron lo mismo[t] con sus encantamientos[u](AB); y el corazón de Faraón se endureció[v] y no los escuchó, tal como el Señor había dicho. 23 Entonces se volvió Faraón y entró en su casa, sin hacer caso tampoco de esto[w]. 24 Y todos los egipcios cavaron en los alrededores del Nilo en busca de agua para beber, porque no podían beber de las aguas del Nilo. 25 Y pasaron[x] siete días después que el Señor hirió al Nilo.

Segunda plaga: las ranas

[y]Entonces el Señor dijo a Moisés: Ve a Faraón y dile: «Así dice el Señor: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(AC). Pero si te niegas a dejarlos ir, he aquí, heriré todo tu territorio con ranas. Y el Nilo se llenará[z] de ranas, que subirán y entrarán en tu casa, en tu alcoba y sobre tu cama(AD), y en las casas de tus siervos y en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Y subirán las ranas sobre ti, sobre tu pueblo y sobre todos tus siervos”». [aa]Dijo además el Señor a Moisés: Di a Aarón: «Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, sobre los arroyos[ab] y sobre los estanques(AE), y haz que suban ranas sobre la tierra de Egipto». Y extendió Aarón su mano sobre las aguas de Egipto, y las ranas subieron y cubrieron[ac] la tierra de Egipto(AF). Y los magos[ad] hicieron lo mismo[ae] con sus encantamientos[af](AG), e hicieron subir ranas sobre la tierra de Egipto.

Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón(AH), y dijo: Rogad al Señor para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y yo dejaré ir al pueblo(AI) para que ofrezca sacrificios al Señor(AJ). Y Moisés dijo a Faraón: Dígnate decirme[ag] cuándo he de rogar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas[ah] de ti y de tus casas y queden solamente en el río.

10 Y él respondió: Mañana. Entonces Moisés dijo: Sea conforme a tu palabra para que sepas que no hay nadie como el Señor nuestro Dios(AK). 11 Y las ranas se alejarán de ti, de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo(AL); solo quedarán en el Nilo. 12 Entonces Moisés y Aarón salieron de la presencia de Faraón, y Moisés clamó al Señor(AM) acerca de las ranas que Él había puesto sobre Faraón. 13 Y el Señor hizo conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los patios y de los campos. 14 Y las juntaron en montones, y la tierra se corrompió[ai]. 15 Pero al ver Faraón que había alivio, endureció[aj] su corazón y no los escuchó, tal como el Señor había dicho(AN).

Tercera plaga: los piojos

16 Entonces el Señor dijo a Moisés: Di a Aarón: «Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra para que se convierta en piojos[ak] por toda la tierra de Egipto». 17 Y así lo hicieron; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, y hubo piojos[al] en hombres y animales. Todo el polvo de la tierra se convirtió en piojos[am] por todo el país de Egipto(AO). 18 Y los magos[an] trataron de producir piojos[ao] con sus encantamientos[ap], pero no pudieron(AP); hubo, pues, piojos en hombres y animales. 19 Entonces los magos[aq] dijeron a Faraón: Este es el dedo de Dios(AQ). Pero el corazón de Faraón se endureció[ar] y no los escuchó, tal como el Señor había dicho.

Cuarta plaga: los insectos

20 Y el Señor dijo a Moisés: Levántate muy de mañana y ponte delante de Faraón cuando vaya[as] al agua(AR), y dile: «Así dice el Señor: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(AS). 21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí, enviaré enjambres de insectos sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y dentro de tus casas; y las casas de los egipcios se llenarán de enjambres de insectos, y también el suelo sobre el cual están. 22 Mas en aquel día yo pondré aparte la tierra de Gosén en la que mora[at] mi pueblo(AT), para que no haya allí enjambres de insectos, a fin de que sepas que yo, el Señor, estoy[au] en medio de la tierra(AU); 23 y yo haré distinción[av] entre mi pueblo y tu pueblo. Mañana tendrá lugar esta señal”». 24 Y así lo hizo el Señor. Y entraron grandes[aw] enjambres de insectos en la casa de Faraón y en las casas de sus siervos, y en todo el país de Egipto la tierra fue devastada a causa de los enjambres de insectos(AV).

25 Entonces llamó Faraón a Moisés y a Aarón, y dijo(AW): Id, ofreced sacrificio a vuestro Dios dentro del país(AX). 26 Pero Moisés respondió: No conviene que lo hagamos así, porque es abominación para[ax] los egipcios lo que sacrificaremos al Señor nuestro Dios(AY). Si sacrificamos lo que es abominación para[ay] los egipcios delante de sus ojos, ¿no nos apedrearán? 27 Andaremos una distancia de tres días de camino en el desierto, y ofreceremos sacrificios al Señor nuestro Dios, tal como Él nos manda[az](AZ). 28 Y Faraón dijo: Os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificio al Señor vuestro Dios en el desierto(BA), solo que no vayáis muy lejos. Orad por mí(BB). 29 Entonces dijo Moisés: He aquí, voy a salir de tu presencia y rogaré al Señor que los enjambres de insectos se alejen mañana de Faraón, de sus siervos y de su pueblo; pero que Faraón no vuelva a obrar con engaño, no dejando ir al pueblo a ofrecer sacrificios al Señor(BC). 30 Y salió Moisés de la presencia de Faraón y oró al Señor(BD). 31 Y el Señor hizo como Moisés le pidió[ba], y quitó los enjambres de insectos de Faraón, de sus siervos y de su pueblo; no quedó ni uno solo. 32 Pero Faraón endureció[bb] su corazón también esta vez y no dejó salir al pueblo(BE).

Quinta plaga: la peste en el ganado

Entonces el Señor dijo a Moisés: Ve a Faraón y dile: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(BF). Porque si te niegas a dejarlos ir(BG) y los sigues deteniendo[bc], he aquí, la mano del Señor vendrá[bd] con gravísima pestilencia(BH) sobre tus ganados que están en el campo: sobre los caballos, sobre los asnos, sobre los camellos, sobre las vacadas y sobre las ovejas. Pero el Señor hará distinción entre los ganados de Israel y los ganados de Egipto(BI), y nada perecerá de todo lo que pertenece a los hijos de Israel(BJ)”». Y el Señor fijó un plazo definido, diciendo: Mañana el Señor hará esto en la tierra. Y el Señor hizo esto al día siguiente, y perecieron todos los ganados de Egipto(BK); pero de los ganados de los hijos de Israel, ni un solo animal murió(BL). Y Faraón envió a ver, y he aquí, ni un solo animal de los ganados de Israel había perecido. Pero el corazón de Faraón se endureció[be] y no dejó ir al pueblo(BM).

Sexta plaga: las úlceras

Entonces el Señor dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de hollín de un horno, y que Moisés lo esparza hacia el cielo en presencia de Faraón; y se convertirá en polvo fino sobre toda la tierra de Egipto, y producirá[bf] furúnculos que resultarán en[bg] úlceras en los hombres y en los animales, por toda la tierra de Egipto(BN). 10 Tomaron, pues, hollín de un horno, y se presentaron[bh] delante de Faraón, y Moisés lo arrojó hacia el cielo, y produjo[bi] furúnculos que resultaron en[bj] úlceras en los hombres y en los animales. 11 Y los magos[bk] no podían estar delante de Moisés a causa de los furúnculos, pues los furúnculos estaban tanto en los magos[bl] como en todos los egipcios(BO). 12 Y el Señor endureció[bm] el corazón de Faraón y no los escuchó, tal como el Señor había dicho a Moisés(BP).

Séptima plaga: el granizo

13 Entonces dijo el Señor a Moisés: Levántate muy de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: «Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: “Deja ir a mi pueblo para que me sirva(BQ). 14 Porque esta vez enviaré todas mis plagas sobre ti[bn], sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que sepas que no hay otro como yo en toda la tierra(BR). 15 Porque si yo hubiera extendido mi mano y te hubiera herido a ti y a tu pueblo con pestilencia, ya habrías sido cortado de la tierra. 16 Pero en verdad, por esta razón te he permitido permanecer[bo]: para mostrarte mi poder(BS) y para proclamar mi nombre por toda la tierra. 17 Y todavía te enalteces contra mi pueblo no dejándolos[bp] ir. 18 He aquí, mañana como a esta hora, enviaré[bq] granizo muy pesado, tal como no ha habido en Egipto desde el día en que fue fundado hasta[br] ahora(BT). 19 Ahora pues, manda poner a salvo tus ganados(BU) y todo lo que tienes en el campo, porque todo hombre o[bs] todo animal que se encuentre en el campo, y no sea traído a la casa, morirá cuando caiga sobre ellos el granizo(BV)”». 20 El que de entre los siervos de Faraón tuvo temor de[bt] la palabra del Señor(BW), hizo poner a salvo a sus siervos y sus ganados en sus[bu] casas, 21 pero el que no hizo caso a[bv] la palabra del Señor, dejó[bw] a sus siervos y sus ganados en el campo.

22 Y el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo para que caiga[bx] granizo(BX) en toda la tierra de Egipto, sobre los hombres, sobre los animales y sobre toda planta del campo por toda la tierra de Egipto. 23 Y extendió Moisés su vara hacia el cielo, y el Señor envió[by] truenos[bz] y granizo, y cayó fuego sobre la tierra. Y el Señor hizo llover granizo(BY) sobre la tierra de Egipto. 24 Y hubo granizo muy intenso, y fuego centelleando continuamente[ca] en medio del granizo, muy pesado, tal como no había habido en toda la tierra de Egipto desde que llegó a ser una nación. 25 Y el granizo hirió todo lo que había en el campo por toda la tierra de Egipto, tanto hombres como animales; el granizo hirió también toda planta del campo, y destrozó todos los árboles del campo(BZ). 26 solo en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo(CA).

27 Entonces Faraón envió llamar a Moisés y Aarón y les dijo(CB): Esta vez he pecado; el Señor es el justo(CC), y yo y mi pueblo somos los impíos. 28 Rogad al Señor(CD), porque ha habido ya suficientes truenos y granizo de parte de Dios; y os dejaré ir y no os quedaréis(CE) más aquí. 29 Y Moisés le dijo: Tan pronto como yo salga de la ciudad, extenderé mis manos[cb](CF) al Señor; los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que la tierra es del Señor(CG). 30 En cuanto a ti y a tus siervos, sé que aún no teméis[cc] al[cd] Señor Dios(CH). 31 (Y el lino y la cebada fueron destruidos[ce], pues la cebada estaba en espiga(CI) y el lino estaba en flor; 32 pero el trigo y el centeno no fueron destruidos[cf], por ser tardíos.) 33 Y salió Moisés de la ciudad, de la presencia de Faraón, y extendió sus manos[cg] al Señor, y los truenos y el granizo cesaron(CJ), y no cayó más[ch] lluvia sobre la tierra. 34 Pero cuando Faraón vio que la lluvia, el granizo y los truenos habían cesado, pecó otra vez, y endureció[ci] su corazón, tanto él como[cj] sus siervos. 35 Y se endureció[ck] el corazón de Faraón y no dejó ir a los hijos de Israel, tal como el Señor había dicho por medio[cl] de Moisés(CK).

Octava plaga: las langostas

10 Entonces el Señor dijo a Moisés: Preséntate[cm] a Faraón, porque yo he endurecido[cn] su corazón y el corazón de sus siervos(CL), para mostrar[co] estas señales mías en medio de ellos[cp], y para que cuentes a[cq] tu hijo y a tu nieto, cómo me he burlado de los egipcios(CM), y cómo he mostrado[cr] mis señales entre ellos, y para que sepáis que yo soy el Señor(CN). Moisés y Aarón fueron a Faraón, y le dijeron: Así dice el Señor, el Dios de los hebreos: «¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de mí(CO)? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva(CP). Porque si te niegas a dejar ir a mi pueblo, he aquí, mañana traeré langostas a tu territorio. Y cubrirán la superficie de la tierra, de modo que nadie podrá verla[cs]. También comerán el resto de lo que ha escapado(CQ), lo que os ha quedado del granizo, y comerán todo árbol que os crece en el campo. Y llenarán tus casas, las casas de todos tus siervos y las casas de todos los egipcios(CR), algo que ni tus padres ni tus abuelos han visto desde el día que vinieron al mundo[ct] hasta hoy». Y Moisés se volvió y salió de la presencia de[cu] Faraón. Y los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo este hombre nos será causa de ruina[cv](CS)? Deja ir a los hombres para que sirvan al Señor su Dios(CT). ¿No te das cuenta de[cw] que Egipto está destruido? Entonces hicieron volver a Moisés y Aarón ante Faraón(CU), y él les dijo: Id, servid al Señor vuestro Dios(CV). ¿Quiénes[cx] son los que han de ir? Y Moisés respondió: Iremos con nuestros jóvenes y nuestros ancianos; con nuestros hijos y nuestras hijas; con nuestras ovejas y nuestras vacadas iremos(CW), porque hemos de celebrar[cy] una fiesta solemne al Señor(CX). 10 Y él les dijo: ¡Así sea el Señor con vosotros si os dejo ir[cz] a vosotros y a vuestros pequeños! Tened cuidado[da] porque tenéis malas intenciones[db]. 11 No será así; id ahora solo los hombres, y servid al Señor, porque eso es lo que habéis pedido. Y los echaron de la presencia de Faraón(CY).

12 Entonces el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano(CZ) sobre la tierra de Egipto, para traer la langosta, a fin de que suba sobre la tierra de Egipto y devore toda planta de la tierra, todo lo que el granizo ha dejado(DA). 13 Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y el Señor hizo soplar un viento del oriente sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana, el viento del oriente trajo las langostas(DB). 14 Y subieron las langostas sobre toda la tierra de Egipto y se asentaron en todo el territorio de Egipto; y eran muy numerosas[dc]. Nunca había habido tantas langostas como entonces, ni las habría después[dd](DC). 15 Porque cubrieron la faz de toda la tierra, y la tierra se oscureció; y se comieron toda planta[de] de la tierra y todo el fruto de los árboles que el granizo había dejado. Así que nada verde quedó en árbol o planta[df](DD) del campo por toda la tierra de Egipto. 16 Entonces Faraón llamó apresuradamente a Moisés y a Aarón(DE), y dijo: He pecado contra el Señor vuestro Dios y contra vosotros(DF). 17 Ahora pues, os ruego que perdonéis mi pecado solo esta vez, y que roguéis al Señor vuestro Dios, para que quite de mí esta muerte(DG). 18 Y Moisés salió de la presencia de Faraón y oró al Señor(DH). 19 Y el Señor cambió el viento a un viento occidental muy fuerte que se llevó las langostas y las arrojó al mar Rojo[dg]; ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto. 20 Pero el Señor endureció[dh] el corazón de Faraón, y este no dejó ir a los hijos de Israel(DI).

Novena plaga: las tinieblas

21 Entonces el Señor dijo a Moisés: Extiende tu mano(DJ) hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tinieblas tales que puedan palparse(DK). 22 Extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas en toda la tierra de Egipto por tres días(DL). 23 No se veían unos a otros, nadie se levantó de su lugar por tres días, pero todos los hijos de Israel tenían luz en sus moradas(DM). 24 Entonces llamó Faraón a Moisés y le dijo: Id, servid al Señor(DN); solo que vuestras ovejas y vuestras vacadas queden aquí. Aun vuestros pequeños pueden ir con vosotros(DO). 25 Pero Moisés dijo: Tú también tienes que darnos[di] sacrificios y holocaustos para que los sacrifiquemos[dj] al Señor nuestro Dios. 26 Por tanto, también nuestros ganados irán con nosotros; ni una pezuña quedará atrás; porque de ellos tomaremos para servir al Señor nuestro Dios(DP). Y nosotros mismos no sabemos con qué hemos de servir al Señor hasta que lleguemos allá. 27 Pero el Señor endureció[dk] el corazón de Faraón, y este no quiso dejarlos ir(DQ). 28 Entonces Faraón dijo a Moisés[dl]: ¡Apártate de mí(DR)! Guárdate de no volver a ver mi rostro, porque el día en que veas mi rostro morirás. 29 Y Moisés respondió: Bien has dicho, no volveré a ver tu rostro(DS).

Anuncio de la décima plaga

11 Y el Señor dijo a Moisés: Una plaga más traeré sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual os dejará ir de aquí. Cuando os deje ir, ciertamente os echará de aquí completamente(DT). Di ahora al[dm] pueblo que cada hombre pida a su vecino y cada mujer a su vecina objetos de plata y objetos de oro(DU). Y el Señor hizo que el pueblo se ganara el favor[dn] de los egipcios(DV). Además el mismo Moisés era muy estimado[do] en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los siervos de Faraón como a los ojos del pueblo(DW). Y Moisés dijo: Así dice el Señor: «Como a medianoche(DX) yo pasaré[dp] por toda[dq] la tierra de Egipto, y morirá todo primogénito en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está detrás del molino[dr]; también todo primogénito del ganado(DY). Y habrá gran clamor en toda la tierra de Egipto(DZ), como nunca antes lo ha habido y como nunca más lo habrá. Pero a ninguno de los hijos de Israel ni siquiera un perro le ladrará[ds], ni a hombre ni a animal, para que entendáis[dt] cómo el Señor hace distinción entre Egipto e Israel(EA)». Y descenderán a mí todos estos tus siervos y se inclinarán ante mí, diciendo: «Sal, tú y todo el pueblo que te sigue[du]»; y después de esto yo saldré(EB). Y Moisés salió ardiendo en ira de la presencia de Faraón(EC).

Entonces el Señor dijo a Moisés: Faraón no os escuchará(ED), para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto(EE). 10 Y Moisés y Aarón hicieron todas estas maravillas en presencia de Faraón(EF); con todo, el Señor endureció[dv] el corazón de Faraón, y este no dejó salir de su tierra a los hijos de Israel(EG).

Institución de la Pascua

12 Y el Señor habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros(EH). Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: «(EI)El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero[dw], según sus casas paternas; un cordero[dx] para cada[dy] casa. Mas si la casa es muy pequeña para un cordero[dz], entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número[ea] de personas; conforme a lo que cada persona coma[eb], dividiréis[ec] el cordero[ed]. El cordero[ee] será un macho sin defecto, de un año(EJ); lo apartaréis de entre las ovejas o de entre las cabras. Y lo guardaréis[ef] hasta el día catorce del mismo mes(EK); entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer[eg](EL). Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de[eh] las casas donde lo coman(EM). Y comerán la carne esa misma noche(EN), asada al fuego(EO), y la comerán con pan sin levadura(EP) y con[ei] hierbas amargas(EQ). No comeréis nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego(ER), tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas(ES). 10 Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana(ET) lo quemaréis en el fuego. 11 Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del Señor(EU). 12 Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal(EV); y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto(EW). Yo, el Señor(EX). 13 Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros[ej](EY) cuando yo hiera la tierra de Egipto. 14 Y este día os será memorable(EZ) y lo celebraréis como fiesta al Señor(FA); lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua(FB).

15 »Siete días comeréis panes sin levadura(FC); además, desde el primer día quitaréis[ek] toda levadura de vuestras casas; porque cualquiera que coma algo leudado desde el primer día hasta el séptimo, esa persona[el] será cortada de Israel(FD). 16 Y en el primer día tendréis una santa convocación, y otra santa convocación en el séptimo día; ningún trabajo se hará en ellos(FE), excepto lo que cada uno deba comer[em]. solo esto podréis hacer. 17 Guardaréis también la fiesta de los panes sin levadura, porque en ese mismo día saqué yo vuestros ejércitos de la tierra de Egipto(FF); por tanto guardaréis este día por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua(FG). 18 En el mes primero(FH) comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde, hasta el día veintiuno del mes por la tarde. 19 Por siete días no habrá[en] levadura en vuestras casas(FI); porque cualquiera que coma algo leudado, esa persona[eo] será cortada de la congregación de Israel(FJ), ya sea extranjero o nativo del país. 20 No comeréis nada leudado; en todo lugar donde habitéis[ep] comeréis panes sin levadura».

21 Entonces Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad del rebaño corderos[eq] para vosotros según vuestras familias(FK), y sacrificad la pascua(FL). 22 Y tomaréis un manojo de hisopo, y lo mojaréis en la sangre que está en la vasija, y untaréis[er] con la sangre que está en la vasija el dintel y los dos postes de la puerta(FM); y ninguno de vosotros saldrá de la puerta de su casa hasta la mañana. 23 Pues el Señor pasará para herir a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes de la puerta, el Señor pasará de largo(FN) aquella puerta, y no permitirá que el ángel destructor entre en vuestras casas para heriros(FO). 24 Y guardaréis esta ceremonia[es] como ordenanza para vosotros y para vuestros hijos para siempre(FP). 25 Y[et] cuando entréis a la tierra que el Señor os dará, como ha prometido[eu], guardaréis este rito[ev]. 26 Y sucederá que cuando vuestros hijos os pregunten: «¿Qué significa este rito[ew] para vosotros(FQ)?», 27 vosotros diréis: «Es un sacrificio de la Pascua al Señor, el cual[ex] pasó de largo las casas de los hijos de Israel en Egipto cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas(FR)». Y el pueblo se postró y adoró(FS). 28 Los hijos de Israel fueron y lo hicieron así; tal como el Señor había mandado a Moisés y a Aarón, así lo hicieron.

Muerte de los primogénitos

29 Y sucedió que a la medianoche, el Señor hirió a todo primogénito(FT) en la tierra de Egipto(FU), desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono, hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito del ganado(FV). 30 Y se levantó Faraón en la noche, él con todos sus siervos y todos los egipcios; y hubo gran clamor en Egipto(FW), porque no había hogar donde no hubiera alguien muerto. 31 Entonces llamó a Moisés y a Aarón aún de noche, y dijo(FX): Levantaos y salid de entre mi pueblo, vosotros y los hijos de Israel; e id, adorad[ey] al Señor(FY), como habéis dicho. 32 Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacadas(FZ), como habéis dicho, e idos, y bendecidme también a mí. 33 Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa en echarlos de la tierra(GA), porque decían: Todos seremos muertos. 34 Tomó, pues, el pueblo la masa, antes que fuera leudada(GB), en sus artesas de amasar envueltas en paños, y se las llevaron sobre sus hombros. 35 (GC)Los hijos de Israel hicieron según las instrucciones[ez] de Moisés, pues pidieron a los egipcios objetos de plata, objetos de oro y ropa. 36 Y el Señor hizo que el pueblo se ganara el favor[fa] de los egipcios, que les concedieron lo que pedían. Así despojaron a los egipcios(GD).

Footnotes

  1. Éxodo 7:7 Lit., 83 años
  2. Éxodo 7:9 Lit., diciendo
  3. Éxodo 7:9 Lit., Dad vosotros mismos
  4. Éxodo 7:10 Lit., y delante de
  5. Éxodo 7:11 O, sacerdotes adivinos
  6. Éxodo 7:11 Lit., así
  7. Éxodo 7:11 O, ciencias ocultas
  8. Éxodo 7:13 Lit., se hizo fuerte
  9. Éxodo 7:14 Lit., pesado
  10. Éxodo 7:15 Lit., Ve
  11. Éxodo 7:15 Lit., he aquí, él sale
  12. Éxodo 7:17 Lit., sobre las
  13. Éxodo 7:18 I.e., dará mal olor
  14. Éxodo 7:18 O, dificultad en
  15. Éxodo 7:19 O, canales
  16. Éxodo 7:20 Lit., con la
  17. Éxodo 7:20 Lit., y en presencia
  18. Éxodo 7:21 I.e., daba mal olor
  19. Éxodo 7:22 O, sacerdotes adivinos
  20. Éxodo 7:22 Lit., así
  21. Éxodo 7:22 O, ciencias ocultas
  22. Éxodo 7:22 Lit., se hizo fuerte
  23. Éxodo 7:23 Lit., y no puso su corazón ni aun en esto
  24. Éxodo 7:25 Lit., se cumplieron
  25. Éxodo 8:1 En el texto heb., cap. 7:26
  26. Éxodo 8:3 O, bullirá
  27. Éxodo 8:5 En el texto heb., cap. 8:1
  28. Éxodo 8:5 O, canales
  29. Éxodo 8:6 Lit., la rana subió y cubrió
  30. Éxodo 8:7 O, sacerdotes adivinos
  31. Éxodo 8:7 Lit., así
  32. Éxodo 8:7 O, ciencias ocultas
  33. Éxodo 8:9 Lit., Gloríate sobre mí
  34. Éxodo 8:9 Lit., cortadas
  35. Éxodo 8:14 I.e., daba mal olor
  36. Éxodo 8:15 Lit., hizo pesado
  37. Éxodo 8:16 O, jejenes
  38. Éxodo 8:17 O, jejenes
  39. Éxodo 8:17 O, jejenes
  40. Éxodo 8:18 O, sacerdotes adivinos
  41. Éxodo 8:18 O, jejenes
  42. Éxodo 8:18 O, ciencias ocultas
  43. Éxodo 8:19 O, sacerdotes adivinos
  44. Éxodo 8:19 Lit., se hizo fuerte
  45. Éxodo 8:20 Lit., he aquí, él sale
  46. Éxodo 8:22 Lit., está en pie
  47. Éxodo 8:22 O, que yo soy el Señor
  48. Éxodo 8:23 Así en algunas versiones antiguas; en heb., redención
  49. Éxodo 8:24 Lit., pesados
  50. Éxodo 8:26 Lit., de
  51. Éxodo 8:26 Lit., de
  52. Éxodo 8:27 Lit., nos dice
  53. Éxodo 8:31 Lit., conforme a la palabra de Moisés
  54. Éxodo 8:32 Lit., hizo pesado
  55. Éxodo 9:2 Lit., y todavía los detienes
  56. Éxodo 9:3 Lit., será
  57. Éxodo 9:7 Lit., se hizo pesado
  58. Éxodo 9:9 Lit., se convertirá en
  59. Éxodo 9:9 Lit., brotando
  60. Éxodo 9:10 Lit., se pusieron de pie
  61. Éxodo 9:10 Lit., se convirtió en
  62. Éxodo 9:10 Lit., brotando
  63. Éxodo 9:11 O, sacerdotes adivinos
  64. Éxodo 9:11 O, sacerdotes adivinos
  65. Éxodo 9:12 Lit., hizo fuerte
  66. Éxodo 9:14 Lit., a tu corazón
  67. Éxodo 9:16 Lit., estar de pie
  68. Éxodo 9:17 Lit., como para no dejarlos
  69. Éxodo 9:18 Lit., haré llover
  70. Éxodo 9:18 Lit., y hasta
  71. Éxodo 9:19 Lit., y
  72. Éxodo 9:20 O, reverenció
  73. Éxodo 9:20 Lit., las
  74. Éxodo 9:21 Lit., no puso su corazón en
  75. Éxodo 9:21 Lit., entonces dejó
  76. Éxodo 9:22 Lit., haya
  77. Éxodo 9:23 Lit., dio
  78. Éxodo 9:23 Lit., ruidos, y así en el resto del cap.
  79. Éxodo 9:24 Lit., fuego asiéndose a sí mismo
  80. Éxodo 9:29 Lit., palmas
  81. Éxodo 9:30 O, reverenciáis
  82. Éxodo 9:30 Lit., delante del
  83. Éxodo 9:31 Lit., heridos
  84. Éxodo 9:32 Lit., heridos
  85. Éxodo 9:33 Lit., palmas
  86. Éxodo 9:33 Lit., no fue derramada
  87. Éxodo 9:34 Lit., e hizo pesado
  88. Éxodo 9:34 Lit., él y
  89. Éxodo 9:35 Lit., se hizo fuerte
  90. Éxodo 9:35 Lit., mano
  91. Éxodo 10:1 Lit., Ve
  92. Éxodo 10:1 Lit., hecho pesado
  93. Éxodo 10:1 Lit., poner
  94. Éxodo 10:1 Lit., él
  95. Éxodo 10:2 Lit., en los oídos de
  96. Éxodo 10:2 Lit., puesto
  97. Éxodo 10:5 Lit., ver la tierra
  98. Éxodo 10:6 Lit., fueron sobre la tierra
  99. Éxodo 10:6 Lit., de junto a
  100. Éxodo 10:7 Lit., una trampa
  101. Éxodo 10:7 Lit., sabes
  102. Éxodo 10:8 Lit., ¿Quién y quién
  103. Éxodo 10:9 Lit., tener
  104. Éxodo 10:10 Lit., cuando os envíe
  105. Éxodo 10:10 O, Mirad
  106. Éxodo 10:10 Lit., el mal está delante de vuestros rostros
  107. Éxodo 10:14 Lit., pesadas
  108. Éxodo 10:14 Lit., langostas como ellas delante de ellas, ni las habría así después de ellas
  109. Éxodo 10:15 O, hierba
  110. Éxodo 10:15 O, hierba
  111. Éxodo 10:19 Lit., mar de Cañas
  112. Éxodo 10:20 Lit., hizo fuerte
  113. Éxodo 10:25 Lit., dar en nuestra mano
  114. Éxodo 10:25 Lit., hagamos
  115. Éxodo 10:27 Lit., hizo fuerte
  116. Éxodo 10:28 Lit., le dijo
  117. Éxodo 11:2 Lit., al oído del
  118. Éxodo 11:3 Lit., dio gracia al pueblo a los ojos
  119. Éxodo 11:3 Lit., muy grande
  120. Éxodo 11:4 Lit., saldré
  121. Éxodo 11:4 Lit., en medio de
  122. Éxodo 11:5 Lit., de las piedras de molino
  123. Éxodo 11:7 Lit., aguzará su lengua
  124. Éxodo 11:7 Lit., sepáis
  125. Éxodo 11:8 Lit., está a tus pies
  126. Éxodo 11:10 Lit., hizo fuerte
  127. Éxodo 12:3 O, cabrito
  128. Éxodo 12:3 O, cabrito
  129. Éxodo 12:3 Lit., la
  130. Éxodo 12:4 O, cabrito
  131. Éxodo 12:4 O, la cantidad
  132. Éxodo 12:4 Lit., al comer de cada hombre
  133. Éxodo 12:4 Lit., calcularéis
  134. Éxodo 12:4 O, cabrito
  135. Éxodo 12:5 O, cabrito
  136. Éxodo 12:6 Lit., os será para ser guardado
  137. Éxodo 12:6 Lit., entre las dos tardes
  138. Éxodo 12:7 Lit., sobre
  139. Éxodo 12:8 Lit., además de
  140. Éxodo 12:13 Lit., para destrucción
  141. Éxodo 12:15 Lit., haréis cesar
  142. Éxodo 12:15 Lit., alma
  143. Éxodo 12:16 Lit., lo que ha de comerse concerniente a cada persona
  144. Éxodo 12:19 Lit., no se hallará
  145. Éxodo 12:19 Lit., alma
  146. Éxodo 12:20 Lit., en todas vuestras moradas
  147. Éxodo 12:21 Lit., ovejas
  148. Éxodo 12:22 Lit., haréis tocar
  149. Éxodo 12:24 O, este acontecimiento
  150. Éxodo 12:25 Lit., Y sucederá que
  151. Éxodo 12:25 Lit., hablado
  152. Éxodo 12:25 Lit., servicio
  153. Éxodo 12:26 Lit., ¿Qué es este servicio
  154. Éxodo 12:27 Lit., porque Él
  155. Éxodo 12:31 O, servid
  156. Éxodo 12:35 Lit., la palabra
  157. Éxodo 12:36 Lit., había dado gracia al pueblo a los ojos

Jehová dijo a Moisés: Mira, yo te he constituido dios para Faraón, y tu hermano Aarón será tu profeta. Tú dirás todas las cosas que yo te mande, y Aarón tu hermano hablará a Faraón, para que deje ir de su tierra a los hijos de Israel. Y yo endureceré el corazón de Faraón, y multiplicaré en la tierra de Egipto mis señales y mis maravillas.(A) Y Faraón no os oirá; mas yo pondré mi mano sobre Egipto, y sacaré a mis ejércitos, mi pueblo, los hijos de Israel, de la tierra de Egipto, con grandes juicios. Y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos. E hizo Moisés y Aarón como Jehová les mandó; así lo hicieron. Era Moisés de edad de ochenta años, y Aarón de edad de ochenta y tres, cuando hablaron a Faraón.

La vara de Aarón

Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciendo: Si Faraón os respondiere diciendo: Mostrad milagro; dirás a Aarón: Toma tu vara, y échala delante de Faraón, para que se haga culebra. 10 Vinieron, pues, Moisés y Aarón a Faraón, e hicieron como Jehová lo había mandado. Y echó Aarón su vara delante de Faraón y de sus siervos, y se hizo culebra. 11 Entonces llamó también Faraón sabios y hechiceros, e hicieron también lo mismo los hechiceros de Egipto con sus encantamientos; 12 pues echó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos. 13 Y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

La plaga de sangre

14 Entonces Jehová dijo a Moisés: El corazón de Faraón está endurecido, y no quiere dejar ir al pueblo. 15 Ve por la mañana a Faraón, he aquí que él sale al río; y tú ponte a la ribera delante de él, y toma en tu mano la vara que se volvió culebra, 16 y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí que hasta ahora no has querido oír. 17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre.(B) 18 Y los peces que hay en el río morirán, y hederá el río, y los egipcios tendrán asco de beber el agua del río. 19 Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Toma tu vara, y extiende tu mano sobre las aguas de Egipto, sobre sus ríos, sobre sus arroyos y sobre sus estanques, y sobre todos sus depósitos de aguas, para que se conviertan en sangre, y haya sangre por toda la región de Egipto, así en los vasos de madera como en los de piedra.

20 Y Moisés y Aarón hicieron como Jehová lo mandó; y alzando la vara golpeó las aguas que había en el río, en presencia de Faraón y de sus siervos; y todas las aguas que había en el río se convirtieron en sangre. 21 Asimismo los peces que había en el río murieron; y el río se corrompió, tanto que los egipcios no podían beber de él. Y hubo sangre por toda la tierra de Egipto. 22 Y los hechiceros de Egipto hicieron lo mismo con sus encantamientos; y el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó; como Jehová lo había dicho. 23 Y Faraón se volvió y fue a su casa, y no dio atención tampoco a esto. 24 Y en todo Egipto hicieron pozos alrededor del río para beber, porque no podían beber de las aguas del río. 25 Y se cumplieron siete días después que Jehová hirió el río.

La plaga de ranas

Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y si no lo quisieres dejar ir, he aquí yo castigaré con ranas todos tus territorios. Y el río criará ranas, las cuales subirán y entrarán en tu casa, en la cámara donde duermes, y sobre tu cama, y en las casas de tus siervos, en tu pueblo, en tus hornos y en tus artesas. Y las ranas subirán sobre ti, sobre tu pueblo, y sobre todos tus siervos. Y Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu mano con tu vara sobre los ríos, arroyos y estanques, para que haga subir ranas sobre la tierra de Egipto. Entonces Aarón extendió su mano sobre las aguas de Egipto, y subieron ranas que cubrieron la tierra de Egipto. Y los hechiceros hicieron lo mismo con sus encantamientos, e hicieron venir ranas sobre la tierra de Egipto.

Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Orad a Jehová para que quite las ranas de mí y de mi pueblo, y dejaré ir a tu pueblo para que ofrezca sacrificios a Jehová. Y dijo Moisés a Faraón: Dígnate indicarme cuándo debo orar por ti, por tus siervos y por tu pueblo, para que las ranas sean quitadas de ti y de tus casas, y que solamente queden en el río. 10 Y él dijo: Mañana. Y Moisés respondió: Se hará conforme a tu palabra, para que conozcas que no hay como Jehová nuestro Dios. 11 Y las ranas se irán de ti, y de tus casas, de tus siervos y de tu pueblo, y solamente quedarán en el río. 12 Entonces salieron Moisés y Aarón de la presencia de Faraón. Y clamó Moisés a Jehová tocante a las ranas que había mandado a Faraón. 13 E hizo Jehová conforme a la palabra de Moisés, y murieron las ranas de las casas, de los cortijos y de los campos. 14 Y las juntaron en montones, y apestaba la tierra. 15 Pero viendo Faraón que le habían dado reposo, endureció su corazón y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

La plaga de piojos

16 Entonces Jehová dijo a Moisés: Di a Aarón: Extiende tu vara y golpea el polvo de la tierra, para que se vuelva piojos por todo el país de Egipto. 17 Y ellos lo hicieron así; y Aarón extendió su mano con su vara, y golpeó el polvo de la tierra, el cual se volvió piojos, así en los hombres como en las bestias; todo el polvo de la tierra se volvió piojos en todo el país de Egipto. 18 Y los hechiceros hicieron así también, para sacar piojos con sus encantamientos; pero no pudieron. Y hubo piojos tanto en los hombres como en las bestias. 19 Entonces los hechiceros dijeron a Faraón: Dedo de Dios es este. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no los escuchó, como Jehová lo había dicho.

La plaga de moscas

20 Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana y ponte delante de Faraón, he aquí él sale al río; y dile: Jehová ha dicho así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 21 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. 22 Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra. 23 Y yo pondré redención entre mi pueblo y el tuyo. Mañana será esta señal. 24 Y Jehová lo hizo así, y vino toda clase de moscas molestísimas sobre la casa de Faraón, sobre las casas de sus siervos, y sobre todo el país de Egipto; y la tierra fue corrompida a causa de ellas.

25 Entonces Faraón llamó a Moisés y a Aarón, y les dijo: Andad, ofreced sacrificio a vuestro Dios en la tierra. 26 Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían? 27 Camino de tres días iremos por el desierto, y ofreceremos sacrificios a Jehová nuestro Dios, como él nos dirá. 28 Dijo Faraón: Yo os dejaré ir para que ofrezcáis sacrificios a Jehová vuestro Dios en el desierto, con tal que no vayáis más lejos; orad por mí. 29 Y respondió Moisés: He aquí, al salir yo de tu presencia, rogaré a Jehová que las diversas clases de moscas se vayan de Faraón, y de sus siervos, y de su pueblo mañana; con tal que Faraón no falte más, no dejando ir al pueblo a dar sacrificio a Jehová. 30 Entonces Moisés salió de la presencia de Faraón, y oró a Jehová. 31 Y Jehová hizo conforme a la palabra de Moisés, y quitó todas aquellas moscas de Faraón, de sus siervos y de su pueblo, sin que quedara una. 32 Mas Faraón endureció aun esta vez su corazón, y no dejó ir al pueblo.

La plaga en el ganado

Entonces Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Porque si no lo quieres dejar ir, y lo detienes aún, he aquí la mano de Jehová estará sobre tus ganados que están en el campo, caballos, asnos, camellos, vacas y ovejas, con plaga gravísima. Y Jehová hará separación entre los ganados de Israel y los de Egipto, de modo que nada muera de todo lo de los hijos de Israel. Y Jehová fijó plazo, diciendo: Mañana hará Jehová esta cosa en la tierra. Al día siguiente Jehová hizo aquello, y murió todo el ganado de Egipto; mas del ganado de los hijos de Israel no murió uno. Entonces Faraón envió, y he aquí que del ganado de los hijos de Israel no había muerto uno. Mas el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir al pueblo.

La plaga de úlceras

Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Tomad puñados de ceniza de un horno, y la esparcirá Moisés hacia el cielo delante de Faraón; y vendrá a ser polvo sobre toda la tierra de Egipto, y producirá sarpullido con úlceras en los hombres y en las bestias, por todo el país de Egipto. 10 Y tomaron ceniza del horno, y se pusieron delante de Faraón, y la esparció Moisés hacia el cielo; y hubo sarpullido que produjo úlceras(C) tanto en los hombres como en las bestias. 11 Y los hechiceros no podían estar delante de Moisés a causa del sarpullido, porque hubo sarpullido en los hechiceros y en todos los egipcios. 12 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no los oyó, como Jehová lo había dicho a Moisés.

La plaga de granizo

13 Entonces Jehová dijo a Moisés: Levántate de mañana, y ponte delante de Faraón, y dile: Jehová, el Dios de los hebreos, dice así: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. 14 Porque yo enviaré esta vez todas mis plagas a tu corazón, sobre tus siervos y sobre tu pueblo, para que entiendas que no hay otro como yo en toda la tierra. 15 Porque ahora yo extenderé mi mano para herirte a ti y a tu pueblo de plaga, y serás quitado de la tierra. 16 Y a la verdad yo te he puesto para mostrar en ti mi poder, y para que mi nombre sea anunciado en toda la tierra.(D) 17 ¿Todavía te ensoberbeces contra mi pueblo, para no dejarlos ir? 18 He aquí que mañana a estas horas yo haré llover granizo muy pesado, cual nunca hubo en Egipto, desde el día que se fundó hasta ahora. 19 Envía, pues, a recoger tu ganado, y todo lo que tienes en el campo; porque todo hombre o animal que se halle en el campo, y no sea recogido a casa, el granizo caerá sobre él, y morirá. 20 De los siervos de Faraón, el que tuvo temor de la palabra de Jehová hizo huir sus criados y su ganado a casa; 21 mas el que no puso en su corazón la palabra de Jehová, dejó sus criados y sus ganados en el campo.

22 Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que venga granizo en toda la tierra de Egipto sobre los hombres, y sobre las bestias, y sobre toda la hierba del campo en el país de Egipto. 23 Y Moisés extendió su vara hacia el cielo, y Jehová hizo tronar y granizar, y el fuego se descargó sobre la tierra; y Jehová hizo llover granizo sobre la tierra de Egipto. 24 Hubo, pues, granizo, y fuego(E) mezclado con el granizo, tan grande, cual nunca hubo en toda la tierra de Egipto desde que fue habitada. 25 Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país. 26 Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.

27 Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo impíos. 28 Orad a Jehová para que cesen los truenos de Dios y el granizo, y yo os dejaré ir, y no os detendréis más. 29 Y le respondió Moisés: Tan pronto salga yo de la ciudad, extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo; para que sepas que de Jehová es la tierra. 30 Pero yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la presencia de Jehová Dios. 31 El lino, pues, y la cebada fueron destrozados, porque la cebada estaba ya espigada, y el lino en caña. 32 Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, porque eran tardíos. 33 Y salido Moisés de la presencia de Faraón, fuera de la ciudad, extendió sus manos a Jehová, y cesaron los truenos y el granizo, y la lluvia no cayó más sobre la tierra. 34 Y viendo Faraón que la lluvia había cesado, y el granizo y los truenos, se obstinó en pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos. 35 Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel, como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.

La plaga de langostas

10 Jehová dijo a Moisés: Entra a la presencia de Faraón; porque yo he endurecido su corazón, y el corazón de sus siervos, para mostrar entre ellos estas mis señales, y para que cuentes a tus hijos y a tus nietos las cosas que yo hice en Egipto, y mis señales que hice entre ellos; para que sepáis que yo soy Jehová. Entonces vinieron Moisés y Aarón a Faraón, y le dijeron: Jehová el Dios de los hebreos ha dicho así: ¿Hasta cuándo no querrás humillarte delante de mí? Deja ir a mi pueblo, para que me sirva. Y si aún rehúsas dejarlo ir, he aquí que mañana yo traeré sobre tu territorio la langosta, la cual cubrirá la faz de la tierra, de modo que no pueda verse la tierra; y ella comerá lo que escapó, lo que os quedó del granizo; comerá asimismo todo árbol que os fructifica en el campo. Y llenará tus casas, y las casas de todos tus siervos, y las casas de todos los egipcios, cual nunca vieron tus padres ni tus abuelos, desde que ellos fueron sobre la tierra hasta hoy. Y se volvió y salió de delante de Faraón. Entonces los siervos de Faraón le dijeron: ¿Hasta cuándo será este hombre un lazo para nosotros? Deja ir a estos hombres, para que sirvan a Jehová su Dios. ¿Acaso no sabes todavía que Egipto está ya destruido? Y Moisés y Aarón volvieron a ser llamados ante Faraón, el cual les dijo: Andad, servid a Jehová vuestro Dios. ¿Quiénes son los que han de ir? Moisés respondió: Hemos de ir con nuestros niños y con nuestros viejos, con nuestros hijos y con nuestras hijas; con nuestras ovejas y con nuestras vacas hemos de ir; porque es nuestra fiesta solemne para Jehová. 10 Y él les dijo: ¡Así sea Jehová con vosotros! ¿Cómo os voy a dejar ir a vosotros y a vuestros niños? ¡Mirad cómo el mal está delante de vuestro rostro! 11 No será así; id ahora vosotros los varones, y servid a Jehová, pues esto es lo que vosotros pedisteis. Y los echaron de la presencia de Faraón.

12 Entonces Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre el país de Egipto, y consuma todo lo que el granizo dejó. 13 Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y Jehová trajo un viento oriental sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y al venir la mañana el viento oriental trajo la langosta. 14 Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto, y se asentó en todo el país de Egipto en tan gran cantidad como no la hubo antes ni la habrá después; 15 y cubrió la faz de todo el país, y oscureció la tierra;(F) y consumió toda la hierba de la tierra, y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; no quedó cosa verde en árboles ni en hierba del campo, en toda la tierra de Egipto.

16 Entonces Faraón se apresuró a llamar a Moisés y a Aarón, y dijo: He pecado contra Jehová vuestro Dios, y contra vosotros. 17 Mas os ruego ahora que perdonéis mi pecado solamente esta vez, y que oréis a Jehová vuestro Dios que quite de mí al menos esta plaga mortal. 18 Y salió Moisés de delante de Faraón, y oró a Jehová. 19 Entonces Jehová trajo un fortísimo viento occidental, y quitó la langosta y la arrojó en el Mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el país de Egipto. 20 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y este no dejó ir a los hijos de Israel.

La plaga de tinieblas

21 Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas(G) sobre la tierra de Egipto, tanto que cualquiera las palpe. 22 Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas sobre toda la tierra de Egipto, por tres días. 23 Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones. 24 Entonces Faraón hizo llamar a Moisés, y dijo: Id, servid a Jehová; solamente queden vuestras ovejas y vuestras vacas; vayan también vuestros niños con vosotros. 25 Y Moisés respondió: Tú también nos darás sacrificios y holocaustos que sacrifiquemos para Jehová nuestro Dios. 26 Nuestros ganados irán también con nosotros; no quedará ni una pezuña; porque de ellos hemos de tomar para servir a Jehová nuestro Dios, y no sabemos con qué hemos de servir a Jehová hasta que lleguemos allá. 27 Pero Jehová endureció el corazón de Faraón, y no quiso dejarlos ir. 28 Y le dijo Faraón: Retírate de mí; guárdate que no veas más mi rostro, porque en cualquier día que vieres mi rostro, morirás. 29 Y Moisés respondió: Bien has dicho; no veré más tu rostro.

Anunciada la muerte de los primogénitos

11 Jehová dijo a Moisés: Una plaga traeré aún sobre Faraón y sobre Egipto, después de la cual él os dejará ir de aquí; y seguramente os echará de aquí del todo. Habla ahora al pueblo, y que cada uno pida a su vecino, y cada una a su vecina, alhajas de plata y de oro. Y Jehová dio gracia al pueblo en los ojos de los egipcios. También Moisés era tenido por gran varón en la tierra de Egipto, a los ojos de los siervos de Faraón, y a los ojos del pueblo. Dijo, pues, Moisés: Jehová ha dicho así: A la medianoche yo saldré por en medio de Egipto, y morirá todo primogénito en tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sienta en su trono, hasta el primogénito de la sierva que está tras el molino, y todo primogénito de las bestias. Y habrá gran clamor por toda la tierra de Egipto, cual nunca hubo, ni jamás habrá. Pero contra todos los hijos de Israel, desde el hombre hasta la bestia, ni un perro moverá su lengua, para que sepáis que Jehová hace diferencia entre los egipcios y los israelitas. Y descenderán a mí todos estos tus siervos, e inclinados delante de mí dirán: Vete, tú y todo el pueblo que está debajo de ti; y después de esto yo saldré. Y salió muy enojado de la presencia de Faraón. Y Jehová dijo a Moisés: Faraón no os oirá, para que mis maravillas se multipliquen en la tierra de Egipto.

10 Y Moisés y Aarón hicieron todos estos prodigios delante de Faraón; pues Jehová había endurecido el corazón de Faraón, y no envió a los hijos de Israel fuera de su país.

La Pascua

12 Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo: Este mes os será principio de los meses; para vosotros será este el primero en los meses del año. Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. Mas si la familia fuere tan pequeña que no baste para comer el cordero, entonces él y su vecino inmediato a su casa tomarán uno según el número de las personas; conforme al comer de cada hombre, haréis la cuenta sobre el cordero. El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. Y tomarán de la sangre, y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas en que lo han de comer. Y aquella noche comerán la carne asada al fuego, y panes sin levadura; con hierbas amargas lo comerán. Ninguna cosa comeréis de él cruda, ni cocida en agua, sino asada al fuego; su cabeza con sus pies y sus entrañas. 10 Ninguna cosa dejaréis de él hasta la mañana; y lo que quedare hasta la mañana, lo quemaréis en el fuego. 11 Y lo comeréis así: ceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente; es la Pascua(H) de Jehová. 12 Pues yo pasaré aquella noche por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, así de los hombres como de las bestias; y ejecutaré mis juicios en todos los dioses de Egipto. Yo Jehová. 13 Y la sangre os será por señal en las casas donde vosotros estéis; y veré la sangre y pasaré de vosotros, y no habrá en vosotros plaga de mortandad cuando hiera la tierra de Egipto.

14 Y este día os será en memoria, y lo celebraréis como fiesta solemne para Jehová durante vuestras generaciones; por estatuto perpetuo lo celebraréis. 15 Siete días comeréis panes sin levadura; y así el primer día haréis que no haya levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado desde el primer día hasta el séptimo, será cortado de Israel. 16 El primer día habrá santa convocación, y asimismo en el séptimo día tendréis una santa convocación; ninguna obra se hará en ellos, excepto solamente que preparéis lo que cada cual haya de comer. 17 Y guardaréis la fiesta de los panes sin levadura,(I) porque en este mismo día saqué vuestras huestes de la tierra de Egipto; por tanto, guardaréis este mandamiento en vuestras generaciones por costumbre perpetua. 18 En el mes primero comeréis los panes sin levadura, desde el día catorce del mes por la tarde hasta el veintiuno del mes por la tarde. 19 Por siete días no se hallará levadura en vuestras casas; porque cualquiera que comiere leudado, así extranjero como natural del país, será cortado de la congregación de Israel. 20 Ninguna cosa leudada comeréis; en todas vuestras habitaciones comeréis panes sin levadura.

21 Y Moisés convocó a todos los ancianos de Israel, y les dijo: Sacad y tomaos corderos por vuestras familias, y sacrificad la pascua. 22 Y tomad un manojo de hisopo, y mojadlo en la sangre que estará en un lebrillo, y untad el dintel y los dos postes con la sangre que estará en el lebrillo; y ninguno de vosotros salga de las puertas de su casa hasta la mañana. 23 Porque Jehová pasará hiriendo a los egipcios; y cuando vea la sangre en el dintel y en los dos postes, pasará Jehová aquella puerta, y no dejará entrar al heridor en vuestras casas para herir.(J) 24 Guardaréis esto por estatuto para vosotros y para vuestros hijos para siempre. 25 Y cuando entréis en la tierra que Jehová os dará, como prometió, guardaréis este rito. 26 Y cuando os dijeren vuestros hijos: ¿Qué es este rito vuestro?, 27 vosotros responderéis: Es la víctima de la pascua de Jehová, el cual pasó por encima de las casas de los hijos de Israel en Egipto, cuando hirió a los egipcios, y libró nuestras casas. Entonces el pueblo se inclinó y adoró. 28 Y los hijos de Israel fueron e hicieron puntualmente así, como Jehová había mandado a Moisés y a Aarón.

Muerte de los primogénitos

29 Y aconteció que a la medianoche Jehová hirió a todo primogénito(K) en la tierra de Egipto, desde el primogénito de Faraón que se sentaba sobre su trono hasta el primogénito del cautivo que estaba en la cárcel, y todo primogénito de los animales. 30 Y se levantó aquella noche Faraón, él y todos sus siervos, y todos los egipcios; y hubo un gran clamor en Egipto, porque no había casa donde no hubiese un muerto. 31 E hizo llamar a Moisés y a Aarón de noche, y les dijo: Salid de en medio de mi pueblo vosotros y los hijos de Israel, e id, servid a Jehová, como habéis dicho. 32 Tomad también vuestras ovejas y vuestras vacas, como habéis dicho, e idos; y bendecidme también a mí.

33 Y los egipcios apremiaban al pueblo, dándose prisa a echarlos de la tierra; porque decían: Todos somos muertos. 34 Y llevó el pueblo su masa antes que se leudase, sus masas envueltas en sus sábanas sobre sus hombros. 35 E hicieron los hijos de Israel conforme al mandamiento de Moisés, pidiendo de los egipcios alhajas de plata, y de oro, y vestidos. 36 Y Jehová dio gracia al pueblo delante de los egipcios, y les dieron cuanto pedían; así despojaron a los egipcios.(L)