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El pacto hecho en Moab

29 [a]Estas son las palabras del pacto que el Señor mandó a Moisés que hiciera con los hijos de Israel en la tierra de Moab(A), además del pacto que Él había hecho con ellos en Horeb(B).

[b]Y convocó Moisés a todo Israel y les dijo: Habéis visto todo lo que el Señor hizo delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón, a todos sus siervos y a toda su tierra, las grandes pruebas que vieron vuestros[c] ojos, aquellas grandes señales y maravillas(C). Pero hasta el día de hoy el Señor no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír(D). Yo os he conducido durante cuarenta años en el desierto; no se han gastado los vestidos sobre vosotros y no se ha gastado la sandalia en vuestro[d] pie(E). No habéis comido pan ni habéis bebido vino ni sidra(F), para que sepáis que yo soy el Señor vuestro Dios. Cuando llegasteis[e] a este lugar, Sehón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron a nuestro encuentro para pelear, pero los derrotamos[f](G); y tomamos su tierra y la dimos en herencia a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés(H). Guardad, pues, las palabras de este pacto y ponedlas en práctica(I), para que prosperéis en todo lo que hagáis(J).

10 Hoy estáis todos vosotros en presencia del Señor vuestro Dios: vuestros jefes[g], vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los hombres de Israel, 11 vuestros pequeños, vuestras mujeres, y el forastero que está dentro de tus campamentos, desde tu leñador hasta el que saca tu agua(K), 12 para que entres en el pacto con el Señor tu Dios, y en su juramento que el Señor tu Dios hace hoy contigo, 13 a fin de establecerte hoy como su pueblo y que Él sea tu Dios, tal como te lo ha dicho y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob(L).

14 Y no hago solo con vosotros este pacto(M) y este juramento, 15 sino también con los que están hoy aquí con nosotros en la presencia del Señor nuestro Dios, y con los que no están hoy aquí con nosotros(N) 16 (pues vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto y cómo pasamos en medio de las naciones por las cuales habéis pasado, 17 además, habéis visto sus abominaciones y los ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro(O), que tenían con ellos); 18 no sea que haya entre vosotros hombre o mujer, familia o tribu, cuyo corazón se aleje hoy del Señor nuestro Dios para ir y servir a los dioses de aquellas naciones(P); no sea que haya entre vosotros una raíz que produzca fruto venenoso(Q) y ajenjo. 19 Y sucederá que cuando él oiga las palabras de esta maldición, se envanecerá[h], diciendo: «Tendré paz aunque ande en la terquedad de mi corazón, a fin de destruir la tierra regada junto con la seca». 20 El Señor jamás querrá perdonarlo, sino que la ira del Señor y su celo arderán[i](R) contra ese hombre, y toda maldición que está escrita en este libro caerá sobre él, y el Señor borrará su nombre de debajo del cielo(S). 21 Entonces el Señor lo señalará para adversidad[j] de entre todas las tribus de Israel, según todas las maldiciones del pacto que están escritas en este libro de la ley(T).

22 Y la generación venidera, vuestros hijos que se levanten después de vosotros y el extranjero que venga de tierra lejana, cuando vean las plagas de la tierra y las enfermedades con las que el Señor la ha afligido[k](U), dirán: 23 «Toda su tierra es azufre, sal y calcinación(V), sin sembrar, nada germina[l] y el pasto no crece en ella, como en la destrucción de Sodoma y Gomorra, de Adma y de Zeboim que el Señor destruyó en su ira y en su furor(W)». 24 Y dirán todas las naciones: «¿Por qué ha hecho así el Señor a esta tierra? ¿Por qué esta gran explosión[m] de ira(X)?». 25 Y los hombres dirán: «Porque abandonaron el pacto que el Señor, el Dios de sus padres, hizo con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto(Y). 26 Y ellos fueron y sirvieron a otros dioses y los adoraron, dioses que no habían conocido y los cuales Él no les había dado[n]. 27 Por eso, ardió la ira del Señor contra aquella tierra, para traer sobre ella toda maldición que está escrita en este libro(Z); 28 y el Señor los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con gran enojo, y los arrojó a otra tierra(AA), hasta hoy».

29 Las cosas secretas pertenecen al Señor nuestro Dios(AB), mas las cosas reveladas nos pertenecen a nosotros y a nuestros hijos para siempre, a fin de que guardemos todas las palabras de esta ley(AC).

Promesa de restauración

30 Y sucederá que cuando todas estas cosas hayan venido sobre ti, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti(AD), y tú las recuerdes[o] en todas las naciones adonde el Señor tu Dios te haya desterrado(AE), y vuelvas al Señor tu Dios, tú y tus hijos, y le obedezcas[p](AF) con todo tu corazón y con toda tu alma(AG) conforme a todo lo que yo te ordeno hoy, entonces el Señor tu Dios te hará volver de tu cautividad[q](AH), y tendrá compasión de ti y te recogerá de nuevo de entre todos los pueblos adonde el Señor tu Dios te haya dispersado(AI). Si tus desterrados están en los confines de la tierra[r], de allí el Señor tu Dios te recogerá y de allí te hará volver[s](AJ). Y el Señor tu Dios te llevará a la tierra que tus padres poseyeron, y tú la poseerás(AK); y Él te prosperará y te multiplicará más que a tus padres(AL). Además, el Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el corazón de tus descendientes[t], para que ames al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma(AM), a fin de que vivas. El Señor tu Dios pondrá todas estas maldiciones sobre los enemigos y sobre los aborrecedores(AN) que te persiguieron. Y tú volverás a escuchar la voz del Señor, y guardarás todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. Entonces el Señor tu Dios te hará prosperar abundantemente[u] en toda la obra de tu mano, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu ganado y en el producto[v] de tu tierra(AO), pues el Señor de nuevo se deleitará en ti para bien, tal como se deleitó en tus padres(AP), 10 si obedeces a[w] la voz del Señor tu Dios, guardando sus mandamientos y sus estatutos que están escritos en este libro de la ley(AQ), y si te vuelves al[x] Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma(AR).

11 Este mandamiento que yo te ordeno hoy no es muy difícil para ti, ni está fuera de tu alcance[y]. 12 No está en el cielo, para que digas[z]: «¿Quién subirá por nosotros al cielo para traérnoslo y hacérnoslo oír a fin de que lo guardemos(AS)?». 13 Ni está más allá del mar, para que digas[aa]: «¿Quién cruzará el mar por nosotros para traérnoslo y para hacérnoslo oír, a fin de que lo guardemos?». 14 Pues la palabra está muy cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, para que la guardes.

15 Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien[ab], la muerte y el mal[ac](AT); 16 pues te ordeno hoy amar al Señor tu Dios(AU), andar en sus caminos y guardar sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y te multipliques, a fin de que el Señor tu Dios te bendiga en la tierra que vas a entrar para poseerla(AV). 17 Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, sino que te dejas arrastrar y te postras ante otros dioses y los sirves, 18 yo os declaro hoy que ciertamente pereceréis(AW). No prolongaréis vuestros días en la tierra adonde tú vas, cruzando el Jordán para entrar en ella y[ad] poseerla. 19 Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros(AX) de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición(AY). Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia[ae], 20 amando al Señor tu Dios(AZ), escuchando su voz y allegándote a Él(BA); porque eso[af] es tu vida y la largura de tus días, para que habites(BB) en la tierra que el Señor juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob(BC).

Josué sucesor de Moisés

31 Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel, y les dijo: Hoy tengo ciento veinte años(BD); ya no puedo ir ni venir(BE), y el Señor me ha dicho: «No pasarás este Jordán(BF)». El Señor tu Dios pasará delante de ti; Él destruirá estas naciones delante de ti y las desalojarás. Josué es el que pasará delante de ti, tal como el Señor ha dicho(BG). Y el Señor hará con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra cuando Él los destruyó. Y los entregará el Señor delante de vosotros(BH) y haréis con ellos conforme a los mandamientos que os he ordenado. Sed firmes y valientes(BI), no temáis ni os aterroricéis ante ellos(BJ), porque el Señor tu Dios es el que va contigo(BK); no te dejará ni te desamparará(BL). Entonces llamó Moisés a Josué y le dijo en presencia de todo Israel: Sé firme y valiente, porque tú entrarás con este pueblo en la tierra que el Señor ha jurado a sus padres que les daría, y se la darás en heredad(BM). El Señor irá delante de ti; Él estará contigo(BN), no te dejará ni te desamparará(BO); no temas ni te acobardes.

Ultimas disposiciones de Moisés

Y escribió Moisés esta ley y la dio a los sacerdotes, hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto del Señor(BP), y a todos los ancianos de Israel. 10 Entonces Moisés les ordenó, diciendo: Al fin de cada siete años, durante el tiempo del año de la remisión de deudas(BQ), en la fiesta de los tabernáculos[ag](BR), 11 cuando todo Israel venga a presentarse delante del Señor tu Dios(BS) en el lugar que Él escoja(BT), leerás esta ley delante de todo Israel, a oídos de ellos(BU). 12 Congrega al pueblo, hombres, mujeres y niños, y al[ah] forastero que está en tu ciudad[ai], para que escuchen, aprendan a temer al Señor tu Dios(BV), y cuiden de observar todas las palabras de esta ley. 13 Y sus hijos, que no la conocen, la oirán y aprenderán a temer al Señor vuestro Dios, mientras viváis en la tierra adonde vosotros[aj] vais, cruzando al otro lado del Jordán para poseerla.

14 Entonces dijo el Señor a Moisés: He aquí, el tiempo de tu muerte está[ak] cerca(BW); llama a Josué y presentaos en la tienda de reunión(BX) para que yo le dé mis órdenes. Fueron, pues, Moisés y Josué y se presentaron en la tienda de reunión. 15 Y se apareció el Señor en la tienda en una columna de nube, y la columna de nube se puso a la entrada de la tienda(BY). 16 Y el Señor dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres(BZ); y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses extranjeros de la tierra(CA) en la cual va a entrar, y me dejará y quebrantará mi pacto que hice con él(CB). 17 Y se encenderá mi ira contra él en aquel día(CC); los abandonaré(CD) y esconderé mi rostro de ellos(CE). Será consumido, y muchos males y tribulaciones vendrán sobre él, por lo que dirá en aquel día: «¿No será porque mi Dios no está en medio de mí que me han alcanzado estos males(CF)?». 18 Pero ciertamente esconderé mi rostro en aquel día por todo el mal que habrá hecho, pues se volverá a otros dioses. 19 Ahora pues, escribid este cántico para vosotros, y tú, enséñaselo a los hijos de Israel; ponlo en su boca, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel(CG). 20 Porque cuando yo los introduzca en la tierra que mana leche y miel, la cual juré a sus padres, y ellos coman y se sacien(CH) y prosperen[al], se volverán a otros dioses(CI) y los servirán, y me despreciarán y quebrantarán mi pacto. 21 Sucederá entonces que cuando muchos males y tribulaciones vengan sobre ellos, este cántico declarará contra[am] ellos como testigo (pues no lo olvidarán los labios de sus descendientes[an](CJ)); porque yo conozco el plan que ahora están urdiendo[ao] antes de que los traiga a la tierra que juré darles(CK). 22 Y escribió Moisés este cántico aquel mismo día, y lo enseñó a los hijos de Israel(CL).

23 Entonces Él nombró a Josué, hijo de Nun, y le dijo(CM): Sé fuerte y valiente, pues tú llevarás a los hijos de Israel a la tierra que les he jurado(CN), y yo estaré contigo(CO).

La ley se coloca junto al arca

24 Y sucedió que cuando Moisés terminó de escribir las palabras de esta ley en un libro, hasta su conclusión, 25 Moisés ordenó a los levitas que llevaban el arca del pacto del Señor(CP), diciendo: 26 Tomad este libro de la ley y colocadlo junto al arca del pacto del Señor vuestro Dios, para que permanezca[ap] allí como testigo contra vosotros. 27 Porque conozco vuestra rebelión(CQ) y vuestra obstinación[aq](CR); he aquí, estando yo hoy todavía vivo con vosotros, habéis sido rebeldes contra el Señor; ¿cuánto más lo seréis después de mi muerte? 28 Reunid ante mí a todos los ancianos de vuestras tribus y a vuestros oficiales, para que hable estas palabras a sus oídos, y ponga a los cielos y a la tierra como testigos en su contra(CS). 29 Porque yo sé que después de mi muerte os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado(CT); y el mal vendrá sobre vosotros en los postreros días, pues haréis lo que es malo a la vista del Señor, provocándole a ira con la obra de vuestras manos.

30 Entonces habló Moisés a oídos de toda la asamblea de Israel las palabras de este cántico hasta terminarlas.

Cántico de Moisés

32 Prestad atención, oh cielos, y dejadme hablar;
y escuche la tierra(CU) las palabras de mi boca.
Caiga como la lluvia mi enseñanza(CV),
y destile como el rocío(CW) mi discurso,
como llovizna sobre el verde prado
y como aguacero sobre la hierba.
Porque yo proclamo el nombre del Señor(CX);
atribuid grandeza a nuestro Dios(CY).
¡La Roca! Su obra es perfecta(CZ),
porque todos sus caminos son justos[ar](DA);
Dios de fidelidad(DB) y sin injusticia,
justo y recto es Él.
En forma corrompida se han[as] portado con Él.
No son sus hijos(DC), debido a los defectos de ellos;
son una generación perversa y torcida(DD).
¿Así pagáis al Señor,
oh pueblo insensato e ignorante(DE)?
¿No es Él tu padre que te compró(DF)?
Él te hizo(DG) y te estableció.
Acuérdate de los días de antaño;
considera los años de todas las generaciones.
Pregunta a tu padre, y él te lo hará saber;
a tus ancianos, y ellos te lo dirán(DH).
Cuando el Altísimo dio a las naciones su herencia,
cuando separó los hijos del hombre[at](DI),
fijó los límites de los pueblos
según el número de los hijos de Israel(DJ).
Pues la porción del Señor es su pueblo;
Jacob es la parte de su heredad(DK).
10 Lo encontró en tierra desierta,
en la horrenda[au] soledad de un desierto(DL);
lo rodeó, cuidó de él,
lo guardó como a la niña de sus ojos(DM).
11 Como un águila que despierta su nidada,
que revolotea sobre sus polluelos(DN),
extendió sus alas y los tomó(DO),
los llevó sobre su plumaje.
12 El Señor solo(DP) lo guió,
y con él no hubo dios extranjero(DQ).
13 Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra,
y comió el producto del campo(DR);
le hizo gustar[av] miel de la peña(DS),
y aceite del[aw] pedernal(DT),
14 cuajada de vacas y leche de ovejas,
con grosura de corderos,
y carneros de raza de Basán y machos cabríos,
con lo mejor del trigo(DU);
y de la sangre de uvas bebiste vino(DV).

15 Pero Jesurún[ax] engordó y dio coces
(has engordado, estás cebado y rollizo(DW));
entonces abandonó a Dios(DX) que lo hizo(DY),
y menospreció a la Roca de su salvación(DZ).
16 Le provocaron a celos con dioses extraños(EA),
con abominaciones le provocaron a ira(EB).
17 Ofrecieron sacrificios a demonios(EC), no a Dios,
a dioses que no habían conocido(ED),
dioses nuevos(EE) que vinieron recientemente,
a los que vuestros padres no temieron.
18 Despreciaste a la Roca(EF) que te engendró,
y olvidaste al Dios que te dio a luz(EG).

19 Y el Señor vio esto, y se llenó de ira[ay](EH)
a causa de la provocación de sus hijos y de sus hijas(EI).
20 Entonces Él dijo: «Esconderé de ellos mi rostro,
veré cuál será su fin(EJ);
porque son una generación perversa(EK),
hijos en los cuales no hay fidelidad(EL).
21 Ellos me han provocado a celo con lo que no es Dios;
me han irritado(EM) con sus ídolos[az](EN).
Yo, pues, los provocaré a celos con los que no son un pueblo;
los irritaré con una nación insensata(EO),
22 porque fuego se ha encendido en mi ira,
que quema hasta las profundidades del Seol[ba](EP),
consume la tierra con su fruto(EQ),
e incendia los fundamentos de los montes.

23 »Amontonaré calamidades(ER) sobre ellos,
emplearé en ellos mis saetas(ES).
24 Serán debilitados por el hambre, y consumidos por la plaga[bb](ET)
y destrucción amarga(EU);
dientes de fieras enviaré sobre ellos(EV),
con veneno de serpientes que se arrastran en el polvo(EW).
25 Afuera traerá duelo la espada(EX),
y dentro el terror,
tanto al joven como a la virgen,
al niño de pecho como al hombre encanecido(EY).
26 Yo hubiera dicho: “Los haré pedazos(EZ),
borraré la memoria de ellos de entre los hombres(FA)”,
27 si no hubiera temido la provocación del enemigo(FB),
no sea que entendieran mal sus adversarios,
no sea que dijeran: “Nuestra mano ha triunfado[bc],
y no es el Señor el que ha hecho todo esto”».

28 Porque son una nación privada[bd] de consejo,
y no hay en ellos inteligencia(FC).
29 Ojalá que fueran sabios, que comprendieran esto(FD),
que discernieran su futuro[be](FE).
30 ¿Cómo es que uno puede perseguir a mil,
y dos hacer huir a diez mil(FF),
si su Roca no los hubiera vendido(FG),
y el Señor no los hubiera entregado?
31 En verdad, su roca no es como nuestra Roca;
aun nuestros mismos enemigos así lo juzgan[bf](FH).
32 Porque la vid de ellos es de la vid de Sodoma
y de los campos de Gomorra;
sus uvas son uvas venenosas,
sus racimos, amargos(FI).
33 Su vino es veneno de serpientes,
y ponzoña mortal[bg] de cobras.

34 «¿No tengo yo esto guardado conmigo,
sellado en mis tesoros(FJ)?
35 Mía es la venganza y la retribución(FK);
a su tiempo el pie de ellos resbalará(FL),
porque el día de su calamidad está cerca(FM),
ya se apresura lo que les está preparado».
36 Porque el Señor vindicará a su pueblo(FN)
y tendrá compasión de sus siervos(FO),
cuando vea que su fuerza[bh] se ha ido,
y que nadie queda, ni siervo ni libre.
37 Dirá Él entonces: «¿Dónde están sus dioses(FP),
la roca en que buscaban refugio,
38 los que comían la grosura de sus sacrificios,
y bebían el vino de su libación(FQ)?
¡Que se levanten y os ayuden!
¡Que sean ellos vuestro refugio(FR)!
39 Ved ahora que yo, yo soy el Señor[bi](FS),
y fuera de mí no hay dios(FT).
Yo hago morir y hago vivir(FU).
Yo hiero y yo sano(FV),
y no hay quien pueda librar(FW) de mi mano.
40 Ciertamente, alzo a los cielos mi mano(FX),
y digo: Como que vivo yo para siempre,
41 cuando afile mi espada flameante[bj]
y mi mano empuñe la justicia(FY),
me vengaré de mis adversarios
y daré el pago a los que me aborrecen(FZ).
42 Embriagaré mis saetas(GA) con sangre,
y mi espada se hartará de carne,
de sangre de muertos y cautivos(GB),
de los jefes[bk] de larga cabellera del enemigo».
43 Regocijaos, naciones, con su pueblo(GC),
porque Él vengará la sangre de sus siervos(GD);
traerá venganza sobre sus adversarios(GE),
y hará expiación por su tierra y su pueblo(GF).

Se ordena a Moisés subir al monte Nebo

44 Entonces llegó Moisés y habló todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él, con Josué[bl], hijo de Nun(GG). 45 Cuando terminó Moisés de hablar todas estas palabras a todo Israel, 46 les dijo: Fijad en vuestro corazón todas las palabras con que os advierto[bm] hoy(GH), las cuales ordenaréis a vuestros hijos que las obedezcan cuidadosamente[bn], todas las palabras de esta ley(GI). 47 Porque no es palabra inútil para vosotros; ciertamente es vuestra vida(GJ). Por esta palabra prolongaréis vuestros días en la tierra adonde vosotros vais, cruzando el Jordán a fin de poseerla(GK).

48 (GL)En aquel mismo día, habló el Señor a Moisés, diciendo: 49 Sube a estos montes(GM) de Abarim, al monte Nebo, que está en la tierra de Moab frente[bo] a Jericó, y mira hacia la tierra de Canaán, la cual doy a los hijos de Israel en posesión. 50 Morirás en el monte al cual subes, y serás reunido a tu pueblo(GN), así como murió tu hermano Aarón sobre el monte Hor, y fue reunido a su pueblo; 51 porque me fuisteis infieles en medio de los hijos de Israel(GO) en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin(GP), porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel. 52 Por tanto, solo de lejos verás la tierra(GQ), pero allí no entrarás, a la tierra que doy a los hijos de Israel(GR).

Moisés bendice a las doce tribus

33 Esta es la bendición con la que Moisés, hombre de Dios(GS), bendijo a los hijos de Israel antes de morir. Dijo:

El Señor vino del Sinaí(GT)
y les esclareció[bp] desde Seir(GU);
resplandeció desde el monte Parán(GV),
y vino de en medio de diez millares de santos[bq](GW);
a su diestra había fulgor centellante[br] para ellos(GX).
En verdad, Él ama al pueblo[bs](GY);
todos tus[bt] santos(GZ) están en tu mano,
y siguen en tus pasos[bu];
todos reciben de tus palabras(HA).
Una ley nos prescribió Moisés(HB),
una herencia(HC) para la asamblea de Jacob.
Él era rey en Jesurún[bv],
cuando se reunieron los jefes[bw] del pueblo,
juntamente con las tribus de Israel(HD).

Viva Rubén(HE), y no muera,
y no sean pocos sus hombres.

En cuanto a Judá, esto dijo:

Escucha, oh Señor, la voz de Judá(HF),
y tráelo a su pueblo.
Con sus manos luchó por ellos[bx];
sé tú su ayuda contra sus adversarios.

Y de Leví dijo:

Tu Tumim y tu Urim(HG) sean para tu varón santo[by](HH),
a quien pusiste a prueba en Masah,
con quien luchaste en las aguas de Meriba(HI);
el que dijo de su padre y de su madre:
«No los conozco[bz]»;
y no reconoció a sus hermanos,
ni consideró a sus propios hijos(HJ),
porque obedecieron tu palabra,
y guardaron tu pacto(HK).
10 Ellos enseñarán tus ordenanzas a Jacob
y tu ley a Israel(HL).
Pondrán incienso delante de ti[ca](HM),
y holocaustos perfectos sobre tu altar(HN).
11 Bendice, oh Señor, sus esfuerzos,
y acepta la obra de sus manos;
quebranta los lomos de los que se levantan contra él
y de los que lo odian, para que no se levanten más.

12 De Benjamín, dijo:

Habite el amado del Señor en seguridad(HO) junto a aquel
que le protege[cb] todo el día(HP),
y entre cuyos hombros mora(HQ).

13 Y de José, dijo:

Bendita del Señor sea su tierra,
con lo mejor de los cielos, con el rocío(HR)
y con las profundidades que están[cc] debajo;
14 con lo mejor de los frutos del sol
y con los mejores productos de los meses;
15 con lo mejor de los montes antiguos
y con lo escogido de los collados eternos(HS);
16 con lo mejor de la tierra y cuanto contiene
y el favor del que habitaba en la zarza.
Descienda la bendición sobre la cabeza de José,
y sobre la coronilla del consagrado[cd] entre sus hermanos(HT).
17 Su majestad es como la del primogénito del toro,
y sus cuernos son los cuernos del búfalo(HU);
con ellos empujará a los pueblos(HV),
todos juntos, hasta los confines de la tierra.
Tales son los diez millares de Efraín,
y tales los millares de Manasés.

18 Y de Zabulón(HW), dijo:

Alégrate, Zabulón, en tus salidas[ce]
e Isacar, en tus tiendas.
19 Llamarán a los pueblos al monte(HX);
allí ofrecerán sacrificios de justicia(HY),
pues disfrutarán[cf] de la abundancia de los mares(HZ),
y de los tesoros escondidos en la arena.

20 Y de Gad(IA), dijo:

Bendito el que ensancha a Gad;
se echa como león[cg](IB),
y desgarra el brazo y también la coronilla.
21 Entonces reservó[ch] para sí la primera parte(IC),
pues allí la porción de gobernante le estaba reservada[ci](ID).
Y él vino con los jefes del pueblo(IE);
ejecutó la justicia del Señor,
y sus ordenanzas con Israel(IF).

22 Y de Dan(IG), dijo:

Dan es cachorro de león(IH)
que salta desde Basán.

23 Y de Neftalí(II), dijo:

Neftalí, colmado de favores,
y lleno de la bendición del Señor,
toma posesión del mar y del sur.

24 Y de Aser(IJ), dijo:

Más bendito que[cj] hijos es Aser;
sea favorecido por sus hermanos,
y moje su pie en aceite(IK).
25 De hierro y de bronce serán tus cerrojos(IL),
y tan largo como tus días(IM) será tu reposo[ck].

26 Nadie hay como el Dios de Jesurún[cl](IN),
que cabalga los cielos(IO) para venir en tu ayuda,
y las nubes, en su majestad.
27 El eterno Dios es tu refugio[cm](IP),
y debajo están los brazos eternos(IQ).
El echó al enemigo delante de ti(IR),
y dijo: «¡Destruye(IS)!».
28 Por eso Israel habita confiado[cn](IT),
la fuente de Jacob habita separada(IU)
en una tierra de grano y mosto(IV);
sus cielos también destilan rocío(IW).
29 Dichoso(IX) tú, Israel.
¿Quién como tú, pueblo salvado por el Señor(IY)?
Él es escudo de tu ayuda(IZ),
y espada de tu gloria(JA).
Tus enemigos simularán someterse ante ti(JB),
y tú hollarás sus lugares altos(JC).

Notas al pie

  1. Deuteronomio 29:1 En el texto heb., cap. 28:69
  2. Deuteronomio 29:2 En el texto heb., cap. 29:1
  3. Deuteronomio 29:3 Lit., tus
  4. Deuteronomio 29:5 Lit., tu
  5. Deuteronomio 29:7 O, vinisteis
  6. Deuteronomio 29:7 Lit., herimos
  7. Deuteronomio 29:10 Lit., vuestras cabezas
  8. Deuteronomio 29:19 Lit., se bendecirá a sí mismo en su corazón
  9. Deuteronomio 29:20 Lit., humearán
  10. Deuteronomio 29:21 Lit., mal
  11. Deuteronomio 29:22 Lit., ha hecho enfermar
  12. Deuteronomio 29:23 Lit., ni hace que germine
  13. Deuteronomio 29:24 Lit., este gran ardor
  14. Deuteronomio 29:26 Lit., repartido
  15. Deuteronomio 30:1 Lit., las hagas volver a tu corazón
  16. Deuteronomio 30:2 Lit., y escuches su voz
  17. Deuteronomio 30:3 O, restaurará tu bienestar
  18. Deuteronomio 30:4 Lit., del cielo
  19. Deuteronomio 30:4 Lit., tomará
  20. Deuteronomio 30:6 Lit., tu simiente
  21. Deuteronomio 30:9 Lit., te hará tener exceso para bien
  22. Deuteronomio 30:9 Lit., fruto
  23. Deuteronomio 30:10 Lit., porque escucharás
  24. Deuteronomio 30:10 Lit., escuchas la voz del
  25. Deuteronomio 30:11 Lit., ni está lejos
  26. Deuteronomio 30:12 Lit., para decir
  27. Deuteronomio 30:13 Lit., para decir
  28. Deuteronomio 30:15 O, la prosperidad
  29. Deuteronomio 30:15 O, la adversidad
  30. Deuteronomio 30:18 Lit., a
  31. Deuteronomio 30:19 Lit., simiente
  32. Deuteronomio 30:20 Algunas versiones dicen: El
  33. Deuteronomio 31:10 O, de las enramadas, o, de las tiendas
  34. Deuteronomio 31:12 Lit., tu
  35. Deuteronomio 31:12 Lit., tus puertas
  36. Deuteronomio 31:13 Lit., donde
  37. Deuteronomio 31:14 Lit., tus días para morir están
  38. Deuteronomio 31:20 Lit., engorden
  39. Deuteronomio 31:21 Lit., ante
  40. Deuteronomio 31:21 Lit., la boca de su simiente
  41. Deuteronomio 31:21 Lit., haciendo
  42. Deuteronomio 31:26 Lit., esté
  43. Deuteronomio 31:27 Lit., vuestra dura cerviz
  44. Deuteronomio 32:4 O, juicio
  45. Deuteronomio 32:5 Lit., se ha
  46. Deuteronomio 32:8 O, de Adán
  47. Deuteronomio 32:10 O, rugiente
  48. Deuteronomio 32:13 Lit., chupar
  49. Deuteronomio 32:13 Lit., de la roca de
  50. Deuteronomio 32:15 I.e., Israel
  51. Deuteronomio 32:19 Lit., y los despreció
  52. Deuteronomio 32:21 Lit., vanidades
  53. Deuteronomio 32:22 I.e., región de los muertos
  54. Deuteronomio 32:24 Lit., el calor abrasador
  55. Deuteronomio 32:27 Lit., está alta
  56. Deuteronomio 32:28 Lit., pereciendo
  57. Deuteronomio 32:29 O, postrer fin
  58. Deuteronomio 32:31 Lit., son jueces
  59. Deuteronomio 32:33 Lit., cruel
  60. Deuteronomio 32:36 Lit., mano
  61. Deuteronomio 32:39 Lit., El
  62. Deuteronomio 32:41 O, relampagueante
  63. Deuteronomio 32:42 Lit., la cabeza
  64. Deuteronomio 32:44 Lit., Oseas
  65. Deuteronomio 32:46 Lit., testifico
  66. Deuteronomio 32:46 Lit., obedezcan para hacer
  67. Deuteronomio 32:49 Lit., que está frente
  68. Deuteronomio 33:2 Lit., se levantó para ellos
  69. Deuteronomio 33:2 Lit., miríadas de santidad
  70. Deuteronomio 33:2 O, una ley de fuego
  71. Deuteronomio 33:3 Lit., a los pueblos
  72. Deuteronomio 33:3 Lit., sus
  73. Deuteronomio 33:3 O, se postraron a tus pies
  74. Deuteronomio 33:5 I.e., Israel
  75. Deuteronomio 33:5 Lit., las cabezas
  76. Deuteronomio 33:7 Lit., él
  77. Deuteronomio 33:8 Lit., para él
  78. Deuteronomio 33:9 Lit., veo
  79. Deuteronomio 33:10 Lit., en tus narices
  80. Deuteronomio 33:12 O, le cubre
  81. Deuteronomio 33:13 Lit., reposan
  82. Deuteronomio 33:16 O, distinguido
  83. Deuteronomio 33:18 O, tus empresas
  84. Deuteronomio 33:19 Lit., chuparán
  85. Deuteronomio 33:20 O, leona
  86. Deuteronomio 33:21 Lit., vio
  87. Deuteronomio 33:21 O, cubierta
  88. Deuteronomio 33:24 O, Bendito entre los
  89. Deuteronomio 33:25 O, fuerza
  90. Deuteronomio 33:26 I.e., Israel
  91. Deuteronomio 33:27 O, una morada
  92. Deuteronomio 33:28 O, en seguridad

Pacto de Jehová con Israel en Moab

29 Estas son las palabras del pacto que Jehová mandó a Moisés que celebrase con los hijos de Israel en la tierra de Moab, además del pacto que concertó con ellos en Horeb.

Moisés, pues, llamó a todo Israel, y les dijo: Vosotros habéis visto todo lo que Jehová ha hecho delante de vuestros ojos en la tierra de Egipto a Faraón y a todos sus siervos, y a toda su tierra, las grandes pruebas que vieron vuestros ojos, las señales y las grandes maravillas. Pero hasta hoy Jehová no os ha dado corazón para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. Y yo os he traído cuarenta años en el desierto; vuestros vestidos no se han envejecido sobre vosotros, ni vuestro calzado se ha envejecido sobre vuestro pie. No habéis comido pan, ni bebisteis vino ni sidra; para que supierais que yo soy Jehová vuestro Dios. Y llegasteis a este lugar, y salieron Sehón rey de Hesbón(A) y Og rey de Basán(B) delante de nosotros para pelear, y los derrotamos; y tomamos su tierra, y la dimos por heredad a Rubén y a Gad y a la media tribu de Manasés.(C) Guardaréis, pues, las palabras de este pacto, y las pondréis por obra, para que prosperéis en todo lo que hiciereis.

10 Vosotros todos estáis hoy en presencia de Jehová vuestro Dios; los cabezas de vuestras tribus, vuestros ancianos y vuestros oficiales, todos los varones de Israel; 11 vuestros niños, vuestras mujeres, y tus extranjeros que habitan en medio de tu campamento, desde el que corta tu leña hasta el que saca tu agua; 12 para que entres en el pacto de Jehová tu Dios, y en su juramento, que Jehová tu Dios concierta hoy contigo, 13 para confirmarte hoy como su pueblo, y para que él te sea a ti por Dios, de la manera que él te ha dicho, y como lo juró a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. 14 Y no solamente con vosotros hago yo este pacto y este juramento, 15 sino con los que están aquí presentes hoy con nosotros delante de Jehová nuestro Dios, y con los que no están aquí hoy con nosotros.

16 Porque vosotros sabéis cómo habitamos en la tierra de Egipto, y cómo hemos pasado por en medio de las naciones por las cuales habéis pasado; 17 y habéis visto sus abominaciones y sus ídolos de madera y piedra, de plata y oro, que tienen consigo. 18 No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo,(D) 19 y suceda que al oír las palabras de esta maldición, él se bendiga en su corazón, diciendo: Tendré paz, aunque ande en la dureza de mi corazón, a fin de que con la embriaguez quite la sed. 20 No querrá Jehová perdonarlo, sino que entonces humeará la ira de Jehová y su celo sobre el tal hombre, y se asentará sobre él toda maldición escrita en este libro, y Jehová borrará su nombre de debajo del cielo; 21 y lo apartará Jehová de todas las tribus de Israel para mal, conforme a todas las maldiciones del pacto escrito en este libro de la ley. 22 Y dirán las generaciones venideras, vuestros hijos que se levanten después de vosotros, y el extranjero que vendrá de lejanas tierras, cuando vieren las plagas de aquella tierra, y sus enfermedades de que Jehová la habrá hecho enfermar 23 (azufre y sal, abrasada toda su tierra; no será sembrada, ni producirá, ni crecerá en ella hierba alguna, como sucedió en la destrucción de Sodoma y de Gomorra,(E) de Adma y de Zeboim, las cuales Jehová destruyó en su furor y en su ira); 24 más aún, todas las naciones dirán: ¿Por qué hizo esto Jehová a esta tierra? ¿Qué significa el ardor de esta gran ira? 25 Y responderán: Por cuanto dejaron el pacto de Jehová el Dios de sus padres, que él concertó con ellos cuando los sacó de la tierra de Egipto, 26 y fueron y sirvieron a dioses ajenos, y se inclinaron a ellos, dioses que no conocían, y que ninguna cosa les habían dado. 27 Por tanto, se encendió la ira de Jehová contra esta tierra, para traer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro; 28 y Jehová los desarraigó de su tierra con ira, con furor y con grande indignación, y los arrojó a otra tierra, como hoy se ve.

29 Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.

Condiciones para la restauración y la bendición

30 Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios, y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma, entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios. Aun cuando tus desterrados estuvieren en las partes más lejanas que hay debajo del cielo, de allí te recogerá Jehová tu Dios, y de allá te tomará; y te hará volver Jehová tu Dios a la tierra que heredaron tus padres, y será tuya; y te hará bien, y te multiplicará más que a tus padres. Y circuncidará Jehová tu Dios tu corazón, y el corazón de tu descendencia, para que ames a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma, a fin de que vivas. Y pondrá Jehová tu Dios todas estas maldiciones sobre tus enemigos, y sobre tus aborrecedores que te persiguieron. Y tú volverás, y oirás la voz de Jehová, y pondrás por obra todos sus mandamientos que yo te ordeno hoy. Y te hará Jehová tu Dios abundar en toda obra de tus manos, en el fruto de tu vientre, en el fruto de tu bestia, y en el fruto de tu tierra, para bien; porque Jehová volverá a gozarse sobre ti para bien, de la manera que se gozó sobre tus padres, 10 cuando obedecieres a la voz de Jehová tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus estatutos escritos en este libro de la ley; cuando te convirtieres a Jehová tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.

11 Porque este mandamiento que yo te ordeno hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos. 12 No está en el cielo, para que digas: ¿Quién subirá por nosotros al cielo, y nos lo traerá y nos lo hará oír para que lo cumplamos? 13 Ni está al otro lado del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros el mar, para que nos lo traiga y nos lo haga oír, a fin de que lo cumplamos? 14 Porque muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.(F)

15 Mira, yo he puesto delante de ti hoy la vida y el bien, la muerte y el mal; 16 porque yo te mando hoy que ames a Jehová tu Dios, que andes en sus caminos, y guardes sus mandamientos, sus estatutos y sus decretos, para que vivas y seas multiplicado, y Jehová tu Dios te bendiga en la tierra a la cual entras para tomar posesión de ella. 17 Mas si tu corazón se apartare y no oyeres, y te dejares extraviar, y te inclinares a dioses ajenos y les sirvieres, 18 yo os protesto hoy que de cierto pereceréis; no prolongaréis vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para entrar en posesión de ella. 19 A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia; 20 amando a Jehová tu Dios, atendiendo a su voz, y siguiéndole a él; porque él es vida para ti, y prolongación de tus días; a fin de que habites sobre la tierra que juró Jehová a tus padres, Abraham,(G) Isaac(H) y Jacob,(I) que les había de dar.

Josué es instalado como sucesor de Moisés

31 Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel, y les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán.(J) Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho. Y hará Jehová con ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los amorreos, y con su tierra, a quienes destruyó.(K) Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.

Y llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel: Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará;(L) no temas ni te intimides.

Y escribió Moisés esta ley, y la dio a los sacerdotes hijos de Leví, que llevaban el arca del pacto de Jehová, y a todos los ancianos de Israel. 10 Y les mandó Moisés, diciendo: Al fin de cada siete años,(M) en el año de la remisión, en la fiesta de los tabernáculos,(N) 11 cuando viniere todo Israel a presentarse delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere, leerás esta ley delante de todo Israel a oídos de ellos. 12 Harás congregar al pueblo, varones y mujeres y niños, y tus extranjeros que estuvieren en tus ciudades, para que oigan y aprendan, y teman a Jehová vuestro Dios, y cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley; 13 y los hijos de ellos que no supieron, oigan, y aprendan a temer a Jehová vuestro Dios todos los días que viviereis sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.

14 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí se ha acercado el día de tu muerte; llama a Josué, y esperad en el tabernáculo de reunión para que yo le dé el cargo. Fueron, pues, Moisés y Josué, y esperaron en el tabernáculo de reunión. 15 Y se apareció Jehová en el tabernáculo, en la columna de nube; y la columna de nube se puso sobre la puerta del tabernáculo.

16 Y Jehová dijo a Moisés: He aquí, tú vas a dormir con tus padres, y este pueblo se levantará y fornicará tras los dioses ajenos de la tierra adonde va para estar en medio de ella; y me dejará, e invalidará mi pacto que he concertado con él; 17 y se encenderá mi furor contra él en aquel día; y los abandonaré, y esconderé de ellos mi rostro, y serán consumidos; y vendrán sobre ellos muchos males y angustias, y dirán en aquel día: ¿No me han venido estos males porque no está mi Dios en medio de mí? 18 Pero ciertamente yo esconderé mi rostro en aquel día, por todo el mal que ellos habrán hecho, por haberse vuelto a dioses ajenos. 19 Ahora pues, escribíos este cántico, y enséñalo a los hijos de Israel; ponlo en boca de ellos, para que este cántico me sea por testigo contra los hijos de Israel. 20 Porque yo les introduciré en la tierra que juré a sus padres, la cual fluye leche y miel; y comerán y se saciarán, y engordarán; y se volverán a dioses ajenos y les servirán, y me enojarán, e invalidarán mi pacto. 21 Y cuando les vinieren muchos males y angustias, entonces este cántico responderá en su cara como testigo, pues será recordado por la boca de sus descendientes; porque yo conozco lo que se proponen de antemano, antes que los introduzca en la tierra que juré darles. 22 Y Moisés escribió este cántico aquel día, y lo enseñó a los hijos de Israel.

23 Y dio orden a Josué(O) hijo de Nun, y dijo: Esfuérzate y anímate,(P) pues tú introducirás a los hijos de Israel en la tierra que les juré, y yo estaré contigo.

Orden de guardar la ley junto al arca

24 Y cuando acabó Moisés de escribir las palabras de esta ley en un libro hasta concluirse, 25 dio órdenes Moisés a los levitas que llevaban el arca del pacto de Jehová, diciendo: 26 Tomad este libro de la ley, y ponedlo al lado del arca del pacto de Jehová vuestro Dios, y esté allí por testigo contra ti. 27 Porque yo conozco tu rebelión, y tu dura cerviz; he aquí que aun viviendo yo con vosotros hoy, sois rebeldes a Jehová; ¿cuánto más después que yo haya muerto? 28 Congregad a mí todos los ancianos de vuestras tribus, y a vuestros oficiales, y hablaré en sus oídos estas palabras, y llamaré por testigos contra ellos a los cielos y a la tierra. 29 Porque yo sé que después de mi muerte, ciertamente os corromperéis y os apartaréis del camino que os he mandado; y que os ha de venir mal en los postreros días, por haber hecho mal ante los ojos de Jehová, enojándole con la obra de vuestras manos.

Cántico de Moisés

30 Entonces habló Moisés a oídos de toda la congregación de Israel las palabras de este cántico hasta acabarlo.

32 Escuchad, cielos, y hablaré;

Y oiga la tierra los dichos de mi boca.

Goteará como la lluvia mi enseñanza;

Destilará como el rocío mi razonamiento;

Como la llovizna sobre la grama,

Y como las gotas sobre la hierba;

Porque el nombre de Jehová proclamaré.

Engrandeced a nuestro Dios.

Él es la Roca, cuya obra es perfecta,

Porque todos sus caminos son rectitud;

Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él;

Es justo y recto.

La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha,

Generación torcida y perversa.

¿Así pagáis a Jehová,

Pueblo loco e ignorante?

¿No es él tu padre que te creó?

Él te hizo y te estableció.

Acuérdate de los tiempos antiguos,

Considera los años de muchas generaciones;

Pregunta a tu padre, y él te declarará;

A tus ancianos, y ellos te dirán.

Cuando el Altísimo hizo heredar a las naciones,

Cuando hizo dividir a los hijos de los hombres,

Estableció los límites de los pueblos

Según el número de los hijos de Israel.

Porque la porción de Jehová es su pueblo;

Jacob la heredad que le tocó.

10 Le halló en tierra de desierto,

Y en yermo de horrible soledad;

Lo trajo alrededor, lo instruyó,

Lo guardó como a la niña de su ojo.

11 Como el águila que excita su nidada,

Revolotea sobre sus pollos,

Extiende sus alas, los toma,

Los lleva sobre sus plumas,

12 Jehová solo le guio,

Y con él no hubo dios extraño.

13 Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra,

Y comió los frutos del campo,

E hizo que chupase miel de la peña,

Y aceite del duro pedernal;

14 Mantequilla de vacas y leche de ovejas,

Con grosura de corderos,

Y carneros de Basán; también machos cabríos,

Con lo mejor del trigo;

Y de la sangre de la uva bebiste vino.

15 Pero engordó Jesurún, y tiró coces

(Engordaste, te cubriste de grasa);

Entonces abandonó al Dios que lo hizo,

Y menospreció la Roca de su salvación.

16 Le despertaron a celos con los dioses ajenos;

Lo provocaron a ira con abominaciones.

17 Sacrificaron a los demonios, y no a Dios;(Q)

A dioses que no habían conocido,

A nuevos dioses venidos de cerca,

Que no habían temido vuestros padres.

18 De la Roca que te creó te olvidaste;

Te has olvidado de Dios tu creador.

19 Y lo vio Jehová, y se encendió en ira

Por el menosprecio de sus hijos y de sus hijas.

20 Y dijo: Esconderé de ellos mi rostro,

Veré cuál será su fin;

Porque son una generación perversa,

Hijos infieles.

21 Ellos me movieron a celos(R) con lo que no es Dios;

Me provocaron a ira con sus ídolos;

Yo también los moveré a celos con un pueblo que no es pueblo,

Los provocaré a ira con una nación insensata.(S)

22 Porque fuego se ha encendido en mi ira,

Y arderá hasta las profundidades del Seol;

Devorará la tierra y sus frutos,

Y abrasará los fundamentos de los montes.

23 Yo amontonaré males sobre ellos;

Emplearé en ellos mis saetas.

24 Consumidos serán de hambre, y devorados de fiebre ardiente

Y de peste amarga;

Diente de fieras enviaré también sobre ellos,

Con veneno de serpientes de la tierra.

25 Por fuera desolará la espada,

Y dentro de las cámaras el espanto;

Así al joven como a la doncella,

Al niño de pecho como al hombre cano.

26 Yo había dicho que los esparciría lejos,

Que haría cesar de entre los hombres la memoria de ellos,

27 De no haber temido la provocación del enemigo,

No sea que se envanezcan sus adversarios,

No sea que digan: Nuestra mano poderosa

Ha hecho todo esto, y no Jehová.

28 Porque son nación privada de consejos,

Y no hay en ellos entendimiento.

29 ¡Ojalá fueran sabios, que comprendieran esto,

Y se dieran cuenta del fin que les espera!

30 ¿Cómo podría perseguir uno a mil,

Y dos hacer huir a diez mil,

Si su Roca no los hubiese vendido,

Y Jehová no los hubiera entregado?

31 Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca,

Y aun nuestros enemigos son de ello jueces.

32 Porque de la vid de Sodoma es la vid de ellos,

Y de los campos de Gomorra;

Las uvas de ellos son uvas ponzoñosas,

Racimos muy amargos tienen.

33 Veneno de serpientes es su vino,

Y ponzoña cruel de áspides.

34 ¿No tengo yo esto guardado conmigo,

Sellado en mis tesoros?

35 Mía es la venganza(T) y la retribución;

A su tiempo su pie resbalará,

Porque el día de su aflicción está cercano,

Y lo que les está preparado se apresura.

36 Porque Jehová juzgará a su pueblo,

Y por amor de sus siervos se arrepentirá,

Cuando viere que la fuerza pereció,

Y que no queda ni siervo ni libre.

37 Y dirá: ¿Dónde están sus dioses,

La roca en que se refugiaban;

38 Que comían la grosura de sus sacrificios,

Y bebían el vino de sus libaciones?

Levántense, que os ayuden

Y os defiendan.

39 Ved ahora que yo, yo soy,

Y no hay dioses conmigo;

Yo hago morir, y yo hago vivir;

Yo hiero, y yo sano;

Y no hay quien pueda librar de mi mano.

40 Porque yo alzaré a los cielos mi mano,

Y diré: Vivo yo para siempre,

41 Si afilare mi reluciente espada,

Y echare mano del juicio,

Yo tomaré venganza de mis enemigos,

Y daré la retribución a los que me aborrecen.

42 Embriagaré de sangre mis saetas,

Y mi espada devorará carne;

En la sangre de los muertos y de los cautivos,

En las cabezas de larga cabellera del enemigo.

43 Alabad, naciones, a su pueblo,(U)

Porque él vengará la sangre de sus siervos,(V)

Y tomará venganza de sus enemigos,

Y hará expiación por la tierra de su pueblo.

44 Vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de Nun. 45 Y acabó Moisés de recitar todas estas palabras a todo Israel; 46 y les dijo: Aplicad vuestro corazón a todas las palabras que yo os testifico hoy, para que las mandéis a vuestros hijos, a fin de que cuiden de cumplir todas las palabras de esta ley. 47 Porque no os es cosa vana; es vuestra vida, y por medio de esta ley haréis prolongar vuestros días sobre la tierra adonde vais, pasando el Jordán, para tomar posesión de ella.

Se le permite a Moisés contemplar la tierra de Canaán

48 Y habló Jehová a Moisés aquel mismo día, diciendo: 49 Sube a este monte de Abarim, al monte Nebo, situado en la tierra de Moab que está frente a Jericó, y mira la tierra de Canaán, que yo doy por heredad a los hijos de Israel; 50 y muere en el monte al cual subes, y sé unido a tu pueblo, así como murió Aarón tu hermano en el monte Hor, y fue unido a su pueblo; 51 por cuanto pecasteis contra mí en medio de los hijos de Israel en las aguas de Meriba de Cades, en el desierto de Zin; porque no me santificasteis en medio de los hijos de Israel. 52 Verás, por tanto, delante de ti la tierra; mas no entrarás allá, a la tierra que doy a los hijos de Israel.(W)

Moisés bendice a las doce tribus de Israel

33 Esta es la bendición con la cual bendijo Moisés varón de Dios a los hijos de Israel, antes que muriese. Dijo:

Jehová vino de Sinaí,

Y de Seir les esclareció;

Resplandeció desde el monte de Parán,

Y vino de entre diez millares de santos,

Con la ley de fuego a su mano derecha.

Aun amó a su pueblo;

Todos los consagrados a él estaban en su mano;

Por tanto, ellos siguieron en tus pasos,

Recibiendo dirección de ti,

Cuando Moisés nos ordenó una ley,

Como heredad a la congregación de Jacob.

Y fue rey en Jesurún,

Cuando se congregaron los jefes del pueblo

Con las tribus de Israel.

Viva Rubén, y no muera;

Y no sean pocos sus varones.

Y esta bendición profirió para Judá. Dijo así:

Oye, oh Jehová, la voz de Judá,

Y llévalo a su pueblo;

Sus manos le basten,

Y tú seas su ayuda contra sus enemigos.

A Leví dijo:

Tu Tumim y tu Urim(X) sean para tu varón piadoso,

A quien probaste en Masah,(Y)

Con quien contendiste en las aguas de Meriba,(Z)

Quien dijo de su padre y de su madre: Nunca los he visto;

Y no reconoció a sus hermanos,

Ni a sus hijos conoció;

Pues ellos guardaron tus palabras,

Y cumplieron tu pacto.

10 Ellos enseñarán tus juicios a Jacob,

Y tu ley a Israel;

Pondrán el incienso delante de ti,

Y el holocausto sobre tu altar.

11 Bendice, oh Jehová, lo que hicieren,

Y recibe con agrado la obra de sus manos;

Hiere los lomos de sus enemigos,

Y de los que lo aborrecieren, para que nunca se levanten.

12 A Benjamín dijo:

El amado de Jehová habitará confiado cerca de él;

Lo cubrirá siempre,

Y entre sus hombros morará.

13 A José dijo:

Bendita de Jehová sea tu tierra,

Con lo mejor de los cielos, con el rocío,

Y con el abismo que está abajo.

14 Con los más escogidos frutos del sol,

Con el rico producto de la luna,

15 Con el fruto más fino de los montes antiguos,

Con la abundancia de los collados eternos,

16 Y con las mejores dádivas de la tierra y su plenitud;

Y la gracia del que habitó en la zarza

Venga sobre la cabeza de José,

Y sobre la frente de aquel que es príncipe entre sus hermanos.

17 Como el primogénito de su toro es su gloria,

Y sus astas como astas de búfalo;

Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra;

Ellos son los diez millares de Efraín,

Y ellos son los millares de Manasés.

18 A Zabulón dijo:

Alégrate, Zabulón, cuando salieres;

Y tú, Isacar, en tus tiendas.

19 Llamarán a los pueblos a su monte;

Allí sacrificarán sacrificios de justicia,

Por lo cual chuparán la abundancia de los mares,

Y los tesoros escondidos de la arena.

20 A Gad dijo:

Bendito el que hizo ensanchar a Gad;

Como león reposa,

Y arrebata brazo y testa.

21 Escoge lo mejor de la tierra para sí,

Porque allí le fue reservada la porción del legislador.

Y vino en la delantera del pueblo;

Con Israel ejecutó los mandatos y los justos decretos de Jehová.

22 A Dan dijo:

Dan es cachorro de león

Que salta desde Basán.

23 A Neftalí dijo:

Neftalí, saciado de favores,

Y lleno de la bendición de Jehová,

Posee el occidente y el sur.

24 A Aser dijo:

Bendito sobre los hijos sea Aser;

Sea el amado de sus hermanos,

Y moje en aceite su pie.

25 Hierro y bronce serán tus cerrojos,

Y como tus días serán tus fuerzas.

26 No hay como el Dios de Jesurún,

Quien cabalga sobre los cielos para tu ayuda,

Y sobre las nubes con su grandeza.

27 El eterno Dios es tu refugio,

Y acá abajo los brazos eternos;

Él echó de delante de ti al enemigo,

Y dijo: Destruye.

28 E Israel habitará confiado, la fuente de Jacob habitará sola

En tierra de grano y de vino;

También sus cielos destilarán rocío.

29 Bienaventurado tú, oh Israel.

¿Quién como tú,

Pueblo salvo por Jehová,

Escudo de tu socorro,

Y espada de tu triunfo?

Así que tus enemigos serán humillados,

Y tú hollarás sobre sus alturas.

Alianza del Señor con Israel en Moab

29 (28.69) Éstos son los términos de la alianza que el Señor ordenó a Moisés hacer con los israelitas en el país de Moab, además de la alianza que ya había hecho con ellos en el monte Horeb. (1) Moisés reunió a todos los israelitas y les dijo:

«Ustedes han visto todo lo que el Señor hizo en Egipto al faraón, a sus funcionarios y a todo su país, (2) y son testigos de esas grandes pruebas, señales y maravillas. (3) Pero hasta ahora el Señor no les ha dado entendimiento ni les ha permitido comprender el significado de todo ello. (4) Durante cuarenta años yo los he guiado por el desierto, y en ese tiempo no se les ha gastado la ropa ni el calzado. (5) No han comido pan ni bebido vino, ni han tomado ninguna bebida fuerte, para que sepan que el Señor es el Dios de ustedes.

(6) »Cuando llegamos a esta región, salieron a atacarnos Sihón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, pero los derrotamos (7) y nos apoderamos de su país, y se lo dimos en propiedad a las tribus de Rubén y Gad y a la media tribu de Manasés. (8) Por lo tanto, cumplan los términos de esta alianza y pónganlos en práctica, para que les vaya bien en todo lo que hagan.

10 (9) »Hoy están reunidos todos ustedes delante del Señor su Dios: los jefes de sus tribus, los ancianos, los oficiales, todos los hombres de Israel, 11 (10) los niños, las mujeres y los extranjeros que viven entre ustedes, desde el leñador hasta el aguador, 12 (11) para comprometerse bajo juramento en la alianza que el Señor su Dios hace hoy con ustedes. 13 (12) Hoy queda establecido que ustedes son su pueblo y que él es su Dios, como ya se lo había prometido a Abraham, Isaac y Jacob, los antepasados de ustedes. 14 (13) Pero no sólo con ustedes hace el Señor esta alianza y este juramento, 15 (14) sino también con los que no están hoy aquí con nosotros delante de él. 16 (15) Ustedes saben muy bien cómo hemos vivido en Egipto y de qué manera hemos tenido que pasar por las naciones que hemos encontrado en nuestro camino, 17 (16) donde hemos visto los falsos dioses y los despreciables ídolos de madera, piedra, plata y oro, que esa gente adora. 18 (17) Que no haya entre ustedes ni hombre ni mujer, ni familia ni tribu, que abandone hoy al Señor nuestro Dios por adorar a los dioses de esas naciones. Que ninguno de ustedes sea como una planta de raíz amarga y venenosa.

19 (18) »Si después de haber escuchado los términos de este juramento, alguno de ustedes se cree demasiado bueno y piensa: “Todo me ha de salir bien, aunque haga yo lo que me dé la gana”, él será la causa de la ruina de todos. 20 (19) El Señor no va a estar dispuesto a perdonarlo, sino que descargará su ira y su indignación sobre ese hombre, y caerán sobre él todas las maldiciones anunciadas en este libro, y el Señor borrará de la tierra su descendencia. 21 (20) El Señor apartará de todas las tribus de Israel a ese hombre, y lo hará caer en desgracia, conforme a todas las maldiciones de la alianza que está escrita en este libro de la ley. 22 (21) La generación futura, los descendientes de ustedes que han de venir después, así como los extranjeros que lleguen de países lejanos, verán las plagas y las enfermedades que el Señor enviará sobre esta tierra; 23 (22) verán que todo el país no es más que azufre, sal y tierra quemada. No se podrá sembrar en esa tierra, ni nada podrá producir; ni siquiera una hierba podrá crecer en ella, tal como sucedió en la destrucción de las ciudades de Sodoma, Gomorra, Admá y Seboím, las cuales destruyó el Señor en su ira y furor.

24 (23) »Entonces todo el mundo preguntará: “¿Por qué hizo esto el Señor con este país? ¿Por qué se encendió tanto su furor?” 25 (24) Y la respuesta será: “Porque abandonaron la alianza que el Señor, el Dios de sus antepasados, hizo con ellos cuando los sacó de Egipto, 26 (25) y se fueron a rendir culto e inclinarse ante otros dioses que no conocían ni nunca les dieron nada. 27 (26) Por eso se enojó el Señor contra esta tierra, e hizo caer sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro; 28 (27) y los arrojó de su país con ira, furor y gran indignación, echándolos a otros países, como está sucediendo ahora.”

29 (28) »Hay cosas que no sabemos: ésas pertenecen al Señor nuestro Dios; pero hay cosas que nos han sido reveladas a nosotros y a nuestros hijos para que las cumplamos siempre: todos los mandamientos de esta ley.

Condiciones para la restauración y la bendición

30 »Cuando les sobrevenga a ustedes todo lo que les he anunciado, la bendición y la maldición que les he dado a elegir, y reflexionen sobre ellas en las naciones donde el Señor su Dios los arroje, si se vuelven al Señor y lo obedecen de todo corazón y con toda su alma, ustedes y los hijos de ustedes, como yo se lo ordeno ahora, entonces el Señor su Dios cambiará la suerte de ustedes y les tendrá compasión. Los reunirá otra vez de entre los países donde antes los arrojó, y aunque los desterrados de ustedes estén esparcidos por los lugares más lejanos del mundo, de allá los hará venir el Señor su Dios, y hasta allá irá a buscarlos. El Señor los hará volver de nuevo al país que los antepasados de ustedes ocuparon, y ustedes volverán a ocuparlo; los hará prosperar y les dará más hijos que a sus antepasados. Pondrá la marca de la alianza en el corazón de ustedes y en el de sus descendientes, para que lo amen con todo su corazón y con toda su alma, a fin de que tengan vida. El Señor su Dios hará caer todas estas maldiciones sobre los enemigos de ustedes y sobre los que los persiguieron con odio, y ustedes se volverán al Señor y lo obedecerán, y pondrán en práctica todos los mandamientos que yo les ordeno hoy. Entonces el Señor les hará prosperar en todo lo que hagan, y en hijos, en crías de ganado y en cosechas; sí, el Señor su Dios volverá a complacerse en hacerles bien, como antes se complacía en hacerlo a los antepasados de ustedes, 10 si es que obedecen al Señor su Dios y cumplen sus mandamientos y leyes escritos en este libro de la ley, y se vuelven a él con todo su corazón y con toda su alma.

11 »Este mandamiento que hoy les doy no es demasiado difícil para ustedes, ni está fuera de su alcance. 12 No está en el cielo, para que se diga: “¿Quién puede subir al cielo por nosotros, para que nos lo traiga y nos lo dé a conocer, y lo pongamos en práctica?” 13 Tampoco está del otro lado del mar, para que se diga: “¿Quién cruzará el mar por nosotros, para que nos lo traiga y nos lo dé a conocer, y lo pongamos en práctica?” 14 Al contrario, el mandamiento está muy cerca de ustedes; está en sus labios y en su pensamiento, para que puedan cumplirlo.

15 »Miren, hoy les doy a elegir entre la vida y el bien, por un lado, y la muerte y el mal, por el otro. 16 Si obedecen lo que hoy les ordeno, y aman al Señor su Dios, y siguen sus caminos, y cumplen sus mandamientos, leyes y decretos, vivirán y tendrán muchos hijos, y el Señor su Dios los bendecirá en el país que van a ocupar. 17 Pero si no hacen caso de todo esto, sino que se dejan arrastrar por otros dioses para rendirles culto y arrodillarse ante ellos, 18 en este mismo momento les advierto que morirán sin falta, y que no estarán mucho tiempo en el país que van a conquistar después de haber cruzado el Jordán. 19 En este día pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ustedes, de que les he dado a elegir entre la vida y la muerte, y entre la bendición y la maldición. Escojan, pues, la vida, para que vivan ustedes y sus descendientes; 20 amen al Señor su Dios, obedézcanlo y séanle fieles, porque de ello depende la vida de ustedes y el que vivan muchos años en el país que el Señor juró dar a Abraham, Isaac y Jacob, antepasados de ustedes.»

Josué, sucesor de Moisés(A)

31 Moisés habló de nuevo a todo Israel, y dijo lo siguiente:

«Yo tengo ciento veinte años, y ya no tengo fuerzas para andar de un lado para otro. Además, el Señor me ha dicho que no cruzaré el Jordán. Pero el Señor su Dios marchará delante de ustedes, y al paso de ustedes destruirá estas naciones, para que ocupen su territorio. Josué irá al frente de ustedes, como jefe, tal como lo ha dicho el Señor. El Señor hará con estas naciones lo mismo que hizo con Sihón y con Og, reyes de los amorreos, y con sus países, a los cuales destruyó. Y cuando el Señor haga que estas naciones caigan en poder de ustedes, deben hacer con ellas todo lo que les he ordenado. Tengan valor y firmeza; no tengan miedo ni se asusten cuando se enfrenten con ellas, porque el Señor su Dios está con ustedes y no los dejará ni los abandonará.»

Después llamó Moisés a Josué, y le dijo en presencia de todo Israel:

«Ten valor y firmeza, porque tú tienes que llevar esta gente al país que el Señor juró a los antepasados de ustedes que les daría, y tú serás quien los haga tomar posesión. El Señor mismo irá delante de ti, y estará contigo; no te abandonará ni te desamparará; por lo tanto, no tengas miedo ni te acobardes.»

Lectura de la ley en el año del perdón de deudas

Moisés puso esta ley por escrito, y la entregó a los sacerdotes levitas encargados de llevar el arca de la alianza del Señor, y a todos los ancianos de Israel, 10 dándoles también esta orden:

«Cada siete años, al llegar el año del perdón de las deudas, durante la fiesta de las Enramadas, 11 cuando todos los israelitas se reúnan delante del Señor su Dios en el lugar que él haya escogido, se leerá esta ley en presencia de todos ellos. 12 Todo el pueblo deberá reunirse, tanto los hombres como las mujeres, y los niños y los extranjeros que vivan en sus ciudades, para que escuchen la lectura de la ley y aprendan a respetar al Señor su Dios, y pongan en práctica todo lo que se dice en ella. 13 Así los hijos de ustedes, que nada saben de ella, podrán también oírla y aprenderán a respetar al Señor su Dios durante toda su vida en el país que ustedes van a ocupar después de cruzar el Jordán.»

Últimas instrucciones del Señor a Moisés

14 Luego el Señor dijo a Moisés:

«Mira, ya se va acercando la hora de tu muerte; así que llama a Josué, y preséntense los dos en la tienda del encuentro, para que yo le dé mis órdenes.»

Moisés y Josué fueron a la tienda del encuentro, 15 y allí se les apareció el Señor en una columna de nube, la cual se colocó sobre la entrada de la tienda. 16 Entonces el Señor dijo a Moisés:

«Ya pronto vas a morir, y este pueblo se va a corromper con los dioses del país extranjero que va a ocupar; entonces me abandonará y romperá la alianza que he hecho con él. 17 Pero mi furor se encenderá contra ellos, y los abandonaré; no me preocuparé de ellos para nada, y serán tantos los males y aflicciones que les vendrán, que finalmente dirán: “¿No será que estamos sufriendo estos males porque nuestro Dios ya no está con nosotros?” 18 Pero cuando llegue ese momento, yo me apartaré de ellos aún más, por todo el mal que habrán hecho y por haber adorado a otros dioses.

19 »Ahora pues, escriban este cántico y enséñenselo a los israelitas, para que lo canten y me sirva de testimonio contra ellos. 20 Porque cuando yo los haya hecho entrar en la tierra que bajo juramento prometí a sus antepasados, tierra donde la leche y la miel corren como el agua, y cuando hayan comido hasta estar satisfechos y engordar, entonces se irán tras otros dioses y los adorarán, y a mí me despreciarán y romperán mi alianza. 21 Pero cuando les vengan muchos males y aflicciones, entonces este cántico será un testimonio contra ellos, pues sus descendientes lo recordarán y lo cantarán; porque ya desde antes de hacerlos entrar en el país que les he prometido, sé muy bien hacia dónde se inclinan sus pensamientos.»

22 Aquel mismo día escribió Moisés el cántico, e hizo que los israelitas lo aprendieran.

23 A Josué, hijo de Nun, el Señor le dio la siguiente orden:

«Ten valor y firmeza, porque tú eres quien hará entrar a los israelitas en el país que les he prometido, y yo estaré a tu lado.»

24 Cuando Moisés terminó de escribir estas leyes en un libro, 25 dijo a los levitas encargados de llevar el arca de la alianza del Señor:

26 «Tomen este libro de la ley y pónganlo al lado del arca de la alianza del Señor su Dios, para que esté allí como testimonio contra ustedes. 27 Porque yo sé que ustedes son un pueblo rebelde y testarudo; y si hoy, que todavía vivo entre ustedes, se han rebelado contra el Señor, ¿qué será después de mi muerte? 28 Traigan aquí a todos los ancianos y jefes de sus tribus, para que yo les hable de estas cosas y ponga al cielo y a la tierra como testigos contra ellos. 29 Porque yo sé que después de mi muerte se van a corromper y van a dejar el camino que les he ordenado seguir; y sé también que en el futuro les sobrevendrá la desgracia, por hacer lo malo a los ojos del Señor y provocar con ello su enojo.»

Cántico de Moisés

30 Entonces Moisés pronunció este cántico, de principio a fin, ante todos los israelitas reunidos:

32 «Escucha, cielo, que voy a hablar;
atiende, tierra, a mis palabras.

»Mi enseñanza caerá como la lluvia,
mi discurso será como el rocío,
como llovizna sobre la hierba,
como gotas de agua sobre el pasto.

»Proclamaré el nombre del Señor:
¡reconozcan la grandeza del Dios nuestro!
Él es nuestro protector;
sus obras son perfectas,
sus acciones son justas.
Es el Dios de la verdad,
en él no hay injusticia;
¡él es justo y verdadero!

»Gente malvada y perversa,
que ha ofendido a Dios,
que son indignos de ser sus hijos:
¿Así es como le pagan al Señor?
Pueblo necio y sin sabiduría,
¿no es él tu padre, tu creador?
¡Él te creó y te dio el ser!

»Vuelve atrás la mirada,
piensa en los tiempos pasados;
pide a tu padre que te lo diga,
y a los ancianos que te lo cuenten:
Hubo una vez en que el Altísimo
hizo reparto de hombres y naciones,
y fijó las fronteras de los pueblos.
Pero tomó en cuenta a los israelitas,
pues la herencia del Señor, la gente suya,
es el pueblo de Jacob.
10 Los encontró por el desierto,
por tierras secas y azotadas por el viento;
los envolvió en sus brazos, los instruyó
y los cuidó como a la niña de sus ojos.
11 Como águila que revolotea sobre el nido
y anima a sus polluelos a volar,
así el Señor extendió sus alas
y, tomándolos, los llevó a cuestas.

12 »El Señor los guió, y nadie más;
¡ningún dios extraño tuvo que ayudarlo!
13 Los llevó en marcha triunfal
por las regiones altas del país,
los alimentó con los frutos del campo,
de la roca les dio a beber miel
y del duro pedernal les dio aceite;
14 de sus ganados tuvieron leche y cuajada,
y comieron lo mejor de los corderos,
carneros de Basán y machos cabríos;
comieron el mejor grano de trigo
y bebieron el vino, la sangre de las uvas.

15 »Pero engordó Jesurún, y dio coces
(tanto engordó que brillaba de gordo),
y abandonó a Dios, su creador;
despreció a su protector y salvador.
16 Provocaron los celos y la ira de Dios
al adorar ídolos repugnantes;
17 ofrecieron sacrificios a demonios,
a dioses falsos que nunca antes conocieron;
dioses nuevos, recién llegados,
a los que jamás sus padres dieron culto.

18 »Olvidaste, Israel, a tu padre y protector;
olvidaste al Dios que te dio la vida.
19 Y Dios se enojó al ver esto,
y rechazó a sus hijos y a sus hijas;
20 y dijo: “Voy a volverles la espalda,
¡y a ver en qué van a parar!
Realmente son gente malvada,
hijos en los que no se puede confiar.
21 Me provocan a celos con un dios que no es dios,
me irritan con sus dioses ilusorios;
¡pues yo los provocaré a celos con un pueblo que no es pueblo,
los haré enojar con un pueblo que no quiere entender!
22 Mi furor se ha encendido como un fuego,
y arderá hasta las regiones más profundas;
consumirá la tierra y sus frutos,
pondrá fuego a las bases de los montes.
23 Sobre ellos lanzaré todos los males,
contra ellos lanzaré todas mis flechas;
24 morirán de hambre y de fiebre;
una amarga peste los destruirá;
mandaré contra ellos fieras salvajes
y serpientes venenosas.
25 En las calles caerán sus hijos a filo de espada,
y en las casas reinará el espanto;
morirán muchachos y muchachas,
ancianos y niños de pecho.

26 »”Yo había pensado dispersarlos
y borrar de la tierra su memoria,
27 pero no quise soportar las burlas del enemigo;
no quise que se jactaran mis adversarios
y que dijeran: No fue el Señor quien hizo esto;
lo hicimos nosotros con nuestro poder.”

28 »Israel es un pueblo que ha perdido el juicio;
¡no tiene entendimiento!
29 Si fueran sabios, lo entenderían;
comprenderían en qué van a parar.
30 ¿Cómo es que uno solo hizo huir a mil?
¿Y cómo es que dos pusieron en fuga a diez mil?
¡Tan sólo porque el Señor, su protector,
decidió entregarlos al enemigo!

31 »Bien saben nuestros enemigos
que su protector no puede compararse al nuestro.
32 Ellos son cual viñedos corruptos,
descendientes de Sodoma y de Gomorra,
que producen uvas amargas y venenosas;
33 su vino es veneno de víboras,
¡veneno mortal de serpientes!

34 »“Todo esto me lo estoy reservando;
lo estoy guardando como un tesoro,
35 para el día en que me vengue y les dé su merecido,
para cuando llegue el momento de su caída.
Ya está cerca el día de su destrucción,
¡ya se les acerca la hora!”

36 »El Señor saldrá en defensa de su pueblo
cuando vea que le faltan las fuerzas;
el Señor se compadecerá de sus siervos
cuando vea que ya no quedan ni débiles ni fuertes.
37 Entonces les dirá: “¿Dónde están sus dioses,
esos protectores en los que confiaban,
38 esos que comían la grasa de sus sacrificios
y bebían el vino que les ofrecían?
¡Que se levanten a ayudarlos!
¡Que vengan a protegerlos!
39 Yo soy el único Dios;
no hay otros dioses fuera de mí.
Yo doy la vida, y la quito;
yo causo la herida, y la curo.
¡No hay quien se libre de mi poder!
40 Levanto mi mano al cielo,
y juro por mi eternidad
41 que cuando afile mi brillante espada
y comience a impartir justicia,
me vengaré de mis enemigos.
¡Daré su merecido a los que me odian!
42 Empaparé en sangre mis flechas,
y mi espada acabará con ellos;
¡sangre de heridos y de prisioneros!,
¡de los jefes enemigos, de largas melenas!”

43 »¡Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios!
¡Él vengará la muerte de sus siervos,
tomará venganza de sus enemigos
y perdonará a su país y a su pueblo!»

Últimas instrucciones de Moisés

44-45 Moisés se presentó ante todo el pueblo de Israel y, junto con Josué, hijo de Nun, pronunció este cántico de principio a fin. 46 Después dijo a los israelitas:

«Piensen bien en todo lo que hoy les he dicho, y ordenen a sus hijos que pongan en práctica todos los términos de esta ley. 47 Porque no es algo que ustedes puedan tomar a la ligera; esta ley es vida para ustedes, y por ella vivirán más tiempo en la tierra que está al otro lado del río Jordán, de la cual van a tomar posesión.»

Dios permite a Moisés ver la tierra prometida

48 Aquel mismo día el Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

49 «Ve a las montañas de Abarim y sube al monte Nebo, que está en territorio moabita, frente a Jericó, y mira desde allí la tierra de Canaán, la cual voy a dar en propiedad a los israelitas. 50 Allí, en ese monte al que vas a subir, morirás e irás a reunirte con los tuyos, tal como tu hermano Aarón, que murió en el monte Hor y fue a reunirse con los suyos. 51 Ustedes dos me fueron infieles delante de los israelitas, cuando estaban en las aguas de Meribá-cadés, en el desierto de Sin, pues no me honraron delante de ellos. 52 Por lo tanto, vas a contemplar desde lejos la tierra que voy a dar a los israelitas, pero no entrarás en ella.»

Moisés bendice a las tribus de Israel

33 Poco antes de morir, Moisés, hombre de Dios, bendijo a los israelitas de la siguiente manera:

«El Señor viene del Sinaí;
desde Seír nos ha alumbrado.
Resplandeció desde los montes de Parán
y avanza desde Meribá-cadés;
en su derecha nos trae el fuego de la ley.
El Señor ama a su pueblo,
protege a los que se consagran a él;
ellos se rinden a sus pies
y reciben órdenes suyas.
Moisés nos dio la ley
como herencia de la comunidad de Jacob,
y hubo rey en Jesurún
al reunirse los jefes del pueblo,
al juntarse las tribus de Israel.»

Acerca de Rubén dijo:
«¡Viva Rubén! ¡Que no muera,
aunque sean pocos sus hombres!»

Acerca de Judá dijo:
«Señor, escucha la voz de Judá;
haz que se reúna con su pueblo.
Defiéndelo con tu poder;
ayúdalo contra sus enemigos.»

Acerca de Leví dijo:
«Tuyos son, Señor, el Tumim y el Urim;
tuyos y del hombre que te es fiel,
del que pusiste a prueba en Masá,
con quien reñiste en las aguas de Meribá,
el que dijo a sus padres: “Jamás los he visto”,
y a sus hermanos: “Los desconozco”,
y a sus hijos: “No sé quiénes son.”
Ellos cumplen tus palabras,
se han entregado a tu alianza por completo.
10 Instruyen a Jacob, a Israel,
en tus leyes y decretos;
colocan en tu altar, en tu presencia,
incienso y ofrendas de animales.
11 Bendice, Señor, sus esfuerzos,
y recibe con agrado su trabajo.
Rómpeles la espalda a sus enemigos,
y que no vuelvan a levantarse los que lo odian.»

12 Acerca de Benjamín dijo:
«El amado del Señor vive tranquilo;
el Altísimo lo protegerá siempre.
¡Vivirá bajo su protección!»

13 Acerca de José dijo:
«Que el Señor bendiga su tierra
con lo mejor del rocío de los cielos
y del agua que está en lo profundo de la tierra,
14 con las mejores cosechas del año
y los mejores frutos de los meses,
15 con lo principal de los montes antiguos,
con lo mejor de las alturas eternas,
16 con lo mejor de los frutos que llenan la tierra
y con la buena voluntad del que habita en la zarza.
Venga todo esto sobre José,
que fue escogido entre sus hermanos.
17 Es hermoso como el primer hijo de un toro,
poderoso como un búfalo,
y corneará a todos los pueblos
hasta los extremos de la tierra.
Tales son las multitudes de Efraín;
tales son los millares de Manasés.»

18 Acerca de Zabulón e Isacar dijo:
«Alégrate, Zabulón, por tus salidas,
y tú, Isacar, por tus tiendas de campaña.
19 Llamarán a las naciones al monte,
y allí ofrecerán los sacrificios requeridos;
disfrutarán de la riqueza de los mares
y de los tesoros ocultos de las playas.»

20 Acerca de Gad dijo:
«¡Bendito el que le da grandes territorios!
Gad se tiende al acecho, como leona,
y desgarra brazos y cabeza.
21 Gad se quedó con la mejor parte,
con una tierra digna de capitanes.
Entró al frente del pueblo,
cumplió con lo que el Señor exigía
y actuó con justicia en Israel.»

22 Acerca de Dan dijo:
«Dan es un cachorro de león
que salta desde Basán.»

23 Acerca de Neftalí dijo:
«Neftalí es bien visto por el Señor,
cuenta con múltiples bendiciones suyas,
¡es dueño del lago hasta su extremo sur!»

24 Acerca de Aser dijo:
«Sea bendito Aser entre los hijos de Jacob,
y bien querido por sus hermanos.
Que empape sus pies en aceite;
25 que tengan sus puertas cerrojos de hierro y bronce,
y que dure su fuerza tanto como su vida.

26 »Nada es comparable al Dios de Jesurún,
que cabalga con majestad sobre las nubes del cielo
para venir en tu ayuda.
27 El Dios eterno es tu refugio,
su eterno poder es tu apoyo;
hizo huir de tu presencia al enemigo
y a ti te ordenó destruirlo.
28 Israel vivirá confiado,
sus descendientes vivirán en paz.
En sus tierras habrá trigales y viñedos,
y nunca les faltará lluvia del cielo.
29 Dichoso tú, Israel,
¿quién se te puede comparar?
El Señor mismo te ha salvado;
él te protege y te ayuda,
¡él es tu espada victoriosa!
Tus enemigos se rendirán ante ti,
y tú aplastarás su orgullo.»

La renovación del pacto

29 Estos son los términos del pacto que, por orden del Señor, hizo Moisés en Moab con los israelitas, además del pacto que ya había hecho con ellos en Horeb.

Moisés convocó a todos los israelitas y dijo:

Ustedes vieron todo lo que el Señor hizo en Egipto con el faraón, sus funcionarios y con todo su país. Con sus propios ojos vieron aquellas grandes pruebas, señales y maravillas. Pero hasta este día el Señor no les ha dado mente para entender, ni ojos para ver, ni oídos para oír. Durante los cuarenta años que los guie a través del desierto, no se les desgastó la ropa ni el calzado. No comieron pan ni bebieron vino ni ninguna bebida fermentada. Esto lo hice para que supieran que yo soy el Señor su Dios.

Cuando llegaron a este lugar, Sijón, rey de Hesbón, y Og, rey de Basán, salieron a pelear contra nosotros, pero los derrotamos. Tomamos su territorio y se lo dimos como herencia a los rubenitas, a los gaditas y a la media tribu de Manasés.

Ahora, cumplan fielmente las condiciones de este pacto para que prosperen en todo lo que hagan. 10 Hoy están ante la presencia del Señor su Dios todos ustedes, sus líderes, sus jefes, sus oficiales y todos los hombres de Israel, 11 junto con sus hijos y sus esposas, así como los extranjeros que viven en sus campamentos, desde los que cortan la leña hasta los que acarrean el agua. 12 Están aquí para hacer un pacto con el Señor su Dios, quien hoy lo establece con ustedes y lo sella con su juramento. 13 De esta manera confirma hoy que ustedes son su pueblo, y que él es su Dios, según lo prometió y juró a sus antepasados Abraham, Isaac y Jacob. 14 Este pacto y juramento no lo hago solamente con ustedes, 15 los que hoy están aquí presentes delante del Señor, sino también con los que todavía no se encuentran entre nosotros.

16 Ustedes saben cómo fue nuestra vida en Egipto y cómo avanzamos en medio de las naciones que encontramos en nuestro camino hasta aquí. 17 Ustedes vieron entre ellos sus detestables imágenes e ídolos de madera y de piedra, de plata y de oro. 18 Asegúrense de que ningún hombre ni mujer ni clan ni tribu entre ustedes aparte hoy su corazón del Señor nuestro Dios para ir a adorar a los dioses de esas naciones. Tengan cuidado de que ninguno de ustedes sea como una raíz venenosa y amarga.

19 Si alguno de ustedes, al oír las palabras de este juramento, se cree bueno y piensa: «Todo me saldrá bien, aunque persista yo en hacer lo que me plazca», provocará la ruina tanto en la tierra regada como en la seca. 20 El Señor no querrá perdonarlo, sino que su ira y su celo arderán contra ese hombre. Todas las maldiciones escritas en este libro caerán sobre él, y el Señor hará que desaparezca hasta el último de sus descendientes. 21 El Señor lo apartará de todas las tribus de Israel, para su desgracia, conforme a todas las maldiciones del pacto escritas en este libro de la Ley.

22 Sus hijos, las generaciones futuras y los extranjeros que vengan de países lejanos, verán las calamidades y enfermedades con que el Señor habrá azotado esta tierra. 23 Toda ella será un desperdicio ardiente de sal y de azufre, donde nada podrá plantarse, nada germinará y ni siquiera la hierba crecerá. Será como cuando el Señor destruyó con el furor de su ira las ciudades de Sodoma y Gomorra, Admá y Zeboyín. 24 Todas las naciones preguntarán: «¿Por qué trató así el Señor a esta tierra? ¿Por qué derramó con tanto ardor su furia sobre ella?».

25 Y la respuesta será: «Porque este pueblo abandonó el pacto del Dios de sus antepasados, pacto que el Señor hizo con ellos cuando los sacó de Egipto. 26 Se fueron y adoraron a otros dioses; se postraron ante dioses que no conocían y que no tenían por qué adorar. 27 Por eso se encendió la ira del Señor contra esta tierra y derramó sobre ella todas las maldiciones escritas en este libro. 28 Y como ahora podemos ver, con mucha furia y enojo el Señor los arrancó de raíz de su tierra y los arrojó a otro país».

29 Lo secreto pertenece al Señor nuestro Dios, pero lo revelado nos pertenece a nosotros y a nuestros hijos para siempre, para que obedezcamos todas las palabras de esta ley.

Bendición a causa del arrepentimiento

30 Cuando recibas todas estas bendiciones o sufras estas maldiciones de las que te he hablado, y las recuerdes en cualquier nación por donde el Señor tu Dios te haya dispersado; y cuando tú y tus hijos se vuelvan al Señor tu Dios y le obedezcan con todo el corazón y con toda el alma, tal como hoy te lo ordeno, entonces el Señor tu Dios restaurará tu fortuna[a] y se compadecerá de ti. ¡Volverá a reunirte de todas las naciones por donde te haya dispersado! Aunque te encuentres desterrado en el lugar más distante de la tierra, desde allá el Señor tu Dios te traerá de vuelta y volverá a reunirte. Te hará volver a la tierra que perteneció a tus antepasados y tomarás posesión de ella. Te hará prosperar y tendrás más descendientes que los que tuvieron tus antepasados. El Señor tu Dios circuncidará tu corazón y el de tus descendientes, para que lo ames con todo tu corazón y con toda tu alma y así tengas vida. Además, el Señor tu Dios hará que todas estas maldiciones caigan sobre tus enemigos, los cuales te odian y persiguen. Y tú volverás a obedecer al Señor y a cumplir todos sus mandamientos, tal como hoy te lo ordeno. Entonces el Señor tu Dios te bendecirá con mucha prosperidad en todo el trabajo de tus manos y en el fruto de tu vientre, en las crías de tu ganado y en las cosechas de tus campos. El Señor se complacerá de nuevo en tu bienestar, así como se deleitó en la prosperidad de tus antepasados; 10 siempre y cuando obedezcas al Señor tu Dios y cumplas sus mandamientos y estatutos, escritos en este libro de la Ley, y te vuelvas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma.

Elección entre la vida y la muerte

11 Este mandamiento que hoy te ordeno obedecer no es superior a tus fuerzas ni está fuera de tu alcance. 12 No está arriba en el cielo, para que preguntes: «¿Quién subirá al cielo por nosotros, para que nos lo traiga, y así podamos escucharlo y obedecerlo?». 13 Tampoco está más allá del mar, para que preguntes: «¿Quién cruzará por nosotros hasta el otro lado del mar, para que nos lo traiga, y así podamos escucharlo y obedecerlo?». 14 ¡No! La palabra está muy cerca de ti, la tienes en la boca y en el corazón, para que la obedezcas.

15 Mira, hoy te doy a elegir vida y prosperidad o muerte y destrucción. 16 Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos y que cumplas sus mandamientos, estatutos y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra a la cual vas a entrar para tomar posesión de ella.

17 Pero, si tu corazón se rebela y no obedeces, sino que te desvías para adorar y servir a otros dioses, 18 te advierto hoy que sin duda serás destruido. No vivirás mucho tiempo en la tierra que vas a poseer luego de cruzar el Jordán.

19 Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. 20 Ama al Señor tu Dios, obedécelo y aférrate a él, porque de él depende tu vida, y por él vivirás mucho tiempo en la tierra que juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob.

Josué, sucesor de Moisés

31 De nuevo habló Moisés a todo el pueblo de Israel y dijo: «Ya tengo ciento veinte años y no puedo seguir siendo su líder. Además, el Señor me ha dicho que no voy a cruzar el Jordán, pues ha ordenado que sea Josué quien lo cruce al frente de ustedes. El Señor su Dios marchará al frente de ustedes para destruir a todas las naciones que encuentren a su paso y ustedes se apoderarán de su territorio. El Señor las arrasará como arrasó a Sijón y a Og, los reyes de los amorreos, junto con sus países. Cuando el Señor los entregue en sus manos, ustedes los tratarán según mis órdenes. Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará».

Llamó entonces Moisés a Josué y en presencia de todo Israel le dijo: «Sé fuerte y valiente, porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que el Señor juró dar a sus antepasados. Tú harás que ellos tomen posesión de su herencia. El Señor mismo marchará al frente de ti y estará contigo; nunca te dejará ni te abandonará. No temas ni te desanimes».

La lectura de la ley

Moisés escribió esta ley y se la entregó a los sacerdotes levitas que transportaban el arca del pacto del Señor, y a todos los jefes de Israel. 10 Luego ordenó: «Cada siete años, en el año del perdón de deudas, durante la fiesta de las Enramadas, 11 cuando tú, Israel, te presentes ante el Señor tu Dios en el lugar que él habrá de elegir, leerás en voz alta esta ley en presencia de todo Israel. 12 Reunirás a todos los hombres, mujeres y niños de tu pueblo, y a los extranjeros que vivan en tus ciudades, para que escuchen y aprendan a temer al Señor tu Dios, y obedezcan fielmente todas las palabras de esta ley. 13 Y los descendientes de ellos, para quienes esta ley será desconocida, la oirán y aprenderán a temer al Señor tu Dios mientras vivan en la tierra que vas a poseer al otro lado del Jordán».

Predicción de la rebeldía de Israel

14 El Señor dijo a Moisés: «Ya se acerca el día de tu muerte. Llama a Josué y preséntate con él en la Tienda de reunión para que reciba mis órdenes». Fue así como Moisés y Josué se presentaron allí.

15 Entonces el Señor apareció a la entrada de la Tienda de reunión, en una columna de nube. 16 El Señor dijo a Moisés: «Tú irás a descansar con tus antepasados y muy pronto esta gente me será infiel con los dioses extraños del territorio al que van a entrar. Me abandonarán y quebrantarán el pacto que hice con ellos. 17 Cuando esto haya sucedido, se encenderá mi ira contra ellos y los abandonaré, ocultaré mi rostro y serán presa fácil. Entonces les sobrevendrán muchos desastres y adversidades, y se preguntarán: “¿No es verdad que todos estos desastres nos han sobrevenido porque nuestro Dios ya no está con nosotros?”. 18 Y ese día, sin duda alguna, ocultaré mi rostro, por haber cometido la maldad de irse tras otros dioses.

19 »Escriban, pues, este cántico y enséñenselo al pueblo para que lo cante y sirva también de testimonio contra ellos. 20 Cuando yo conduzca a los israelitas a la tierra que juré dar a sus antepasados, tierra donde abundan la leche y la miel, comerán hasta saciarse y engordarán; se irán tras otros dioses y los adorarán, despreciándome y quebrantando mi pacto. 21 Y cuando les sobrevengan muchos desastres y adversidades, este cántico servirá de testimonio contra ellos porque sus descendientes lo recordarán y lo cantarán. Yo conozco los pensamientos de mi pueblo, aun antes de introducirlo en la tierra que juré darle». 22 Entonces Moisés escribió ese cántico aquel día y se lo enseñó a los israelitas.

23 Y el Señor dio a Josué, hijo de Nun, esta orden: «Sé fuerte y valiente, porque tú conducirás a los israelitas al territorio que juré darles y yo mismo estaré contigo».

24 Moisés terminó de escribir en un libro todas las palabras de esta ley. 25 Luego dio esta orden a los levitas que transportaban el arca del pacto del Señor: 26 «Tomen este libro de la Ley y pónganlo junto al arca del pacto del Señor su Dios. Allí permanecerá como testigo contra ustedes los israelitas, 27 pues sé cuán tercos y rebeldes son. Si fueron rebeldes contra el Señor mientras viví con ustedes, ¡cuánto más lo serán después de mi muerte! 28 Reúnan ante mí a todos los jefes y los oficiales de sus tribus, para que yo pueda comunicarles estas palabras y las escuchen claramente. Pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ellos, 29 porque sé que después de mi muerte se pervertirán y se apartarán del camino que les he mandado. En el futuro les sobrevendrán calamidades, porque harán lo que ofende al Señor y con sus detestables actos provocarán su ira».

El cántico de Moisés

30 Y este fue el cántico que recitó Moisés de principio a fin, en presencia de toda la asamblea de Israel:

32 Escuchen, cielos, y hablaré;
    oye, tierra, las palabras de mi boca.
Que caiga mi enseñanza como lluvia
    y desciendan mis palabras como rocío,
como aguacero sobre el pasto nuevo,
    como lluvia abundante sobre plantas tiernas.

Proclamaré el nombre del Señor.
    ¡Alaben la grandeza de nuestro Dios!
Él es la Roca, sus obras son perfectas,
    y todos sus caminos son justos.
Dios es fiel; no practica la injusticia.
    Él es recto y justo.

Actuaron contra él de manera corrupta;
    para vergüenza de ellos, ya no son sus hijos; ¡son una generación torcida y perversa!
¿Y así pagas al Señor,
    pueblo tonto y sin sabiduría?
¿Acaso no es tu Padre, tu Creador,
    el que te hizo y te formó?

Recuerda los días de antaño;
    considera las generaciones pasadas.
Pídele a tu padre que te lo diga,
    y a los jefes que te lo expliquen.
Cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones,
    cuando dividió a toda la humanidad,
estableció límites a los pueblos
    según el número de los hijos de Israel.
Porque la porción del Señor es su pueblo;
    Jacob es su herencia asignada.

10 Lo halló en una tierra desolada,
    en la rugiente soledad del yermo.
Lo protegió y lo cuidó;
    lo guardó como a la niña de sus ojos;
11 como un águila que agita el nido
    y revolotea sobre sus polluelos,
que despliega su plumaje
    y los lleva sobre sus alas.
12 Solo el Señor lo guiaba;
    ningún dios extraño iba con él.

13 Lo hizo cabalgar sobre las alturas de la tierra
    y lo alimentó con el fruto de los campos.
Lo nutrió con miel de la peña,
    y con aceite que hizo brotar de la más dura roca;
14 con mantequilla y leche de las vacas y ovejas,
    y con cebados corderos y cabritos;
con toros selectos de Basán
    y las mejores espigas del trigo.
Bebió la sangre espumosa de la uva.

15 Jesurún[b] engordó y pateó;
    se hartó de comida, y se puso corpulento y rollizo.
Abandonó al Dios que le dio vida
    y rechazó a la Roca de su salvación.
16 Lo provocó a celos con dioses extraños
    y lo hizo enojar con sus ídolos detestables.
17 Ofreció sacrificios a los demonios, que no son Dios;
    dioses que no había conocido,
    dioses recién aparecidos,
    dioses que jamás sus antepasados adoraron.
18 ¡Despreciaste a la Roca que te engendró!
    ¡Olvidaste al Dios que te dio vida!

19 Al ver esto, el Señor los rechazó
    porque sus hijos y sus hijas lo irritaron.
20 «Les voy a dar la espalda» —dijo—,
    «a ver en qué terminan;
son una generación perversa,
    ¡son unos hijos infieles!
21 Me provocaron celos con lo que no es Dios como yo
    y me enojaron con sus ídolos inútiles.
Pues yo haré que ustedes sientan envidia de los que no son pueblo;
    voy a irritarlos con una nación insensata.
22 Se ha encendido el fuego de mi ira,
    que quema hasta lo profundo de los dominios de la muerte.[c]
Devorará la tierra y sus cosechas,
    y consumirá la raíz de las montañas.

23 »Amontonaré calamidades sobre ellos
    y contra ellos lanzaré mis flechas.
24 Enviaré a que los consuman el hambre,
    la pestilencia nauseabunda y la plaga mortal.
Lanzaré contra ellos los colmillos de las fieras
    y el veneno de las víboras que se arrastran por el polvo.
25 En la calle, la espada los dejará sin hijos,
    y en sus casas reinará el terror.
Perecerán los jóvenes y las doncellas,
    los que aún maman y los que ya se peinan canas.
26 Me dije: “Voy a dispersarlos;
    borraré de la tierra su memoria”.
27 Pero temí las provocaciones del enemigo;
    temí que el adversario no entendiera
y llegara a pensar: “Hemos triunfado;
    nada de esto lo ha hecho el Señor”».

28 Como nación, han perdido el juicio;
    carecen de discernimiento.
29 ¡Si tan solo fueran sabios, entendieran esto
    y comprendieran cuál será su fin!
30 ¿Cómo podría un hombre perseguir a mil
    si su Roca no los hubiera vendido?
¿Cómo podrían dos hacer huir a diez mil
    si el Señor no los hubiera entregado?
31 Su roca no es como nuestra Roca.
    ¡Aun nuestros enemigos lo reconocen!
32 Su viña es un retoño de Sodoma,
    de los campos de Gomorra.
Sus uvas están llenas de veneno;
    sus racimos, preñados de amargura.
33 Su vino es veneno de víboras,
    ponzoña mortal de serpientes.

34 «¿No he tenido esto en reserva
    y lo he sellado en mis archivos?
35 Mía es la venganza; yo pagaré.
    A su debido tiempo, su pie resbalará.
Se apresura su desastre,
    y el día del juicio se avecina».

36 El Señor defenderá a su pueblo
    cuando lo vea sin fuerzas;
tendrá compasión de sus siervos
    cuando ya no queden ni esclavos ni libres.
37 Y les dirá: «¿Dónde están ahora sus dioses,
    la roca en la cual se refugiaron?
38 ¿Dónde están los dioses que comieron la gordura de sus sacrificios
    y bebieron el vino de sus ofrendas líquidas?
¡Que se levanten a ayudarles!
    ¡Que les den abrigo!

39 »¡Vean ahora que yo soy único!
    No hay otro dios fuera de mí.
Yo doy la muerte y devuelvo la vida,
    causo heridas y doy sanidad.
    Nadie puede librarse de mi mano.
40 Alzo la mano al cielo y solemnemente juro:
    Tan cierto como que vivo para siempre,
41 cuando afile mi espada reluciente
    y en el día del juicio la tome en mis manos,
me vengaré de mis adversarios;
    ¡les daré su merecido a los que me odian!
42 Mis flechas se embriagarán de sangre
    y mi espada se hartará de carne:
sangre de heridos y de cautivos,
    cabezas de líderes enemigos».

43 Alégrense, naciones, con el pueblo de Dios;[d]
    él vengará la sangre de sus siervos.
¡Sí! Dios se vengará de sus enemigos,
    y perdonará a su tierra y a su pueblo.

44 Acompañado de Josué,[e] hijo de Nun, Moisés fue y recitó ante el pueblo todas las palabras de este cántico. 45 Cuando terminó, dijo a todos los israelitas: 46 «Guarden en su corazón todo lo que les he declarado solemnemente este día, y digan a sus hijos que obedezcan fielmente todas las palabras de esta ley. 47 Porque no son palabras vanas para ustedes, sino que de ellas depende su vida; por ellas vivirán mucho tiempo en la tierra que van a poseer al otro lado del Jordán».

Anuncio de la muerte de Moisés

48 Ese mismo día el Señor dijo a Moisés: 49 «Sube a las montañas de Abarín y contempla desde allí el monte Nebo, en el territorio de Moab, frente a Jericó, y el territorio de Canaán, el cual voy a dar en posesión a los israelitas. 50 En el monte al que vas a subir morirás y te reunirás con los tuyos, así como tu hermano Aarón murió y se reunió con sus antepasados en el monte Hor. 51 Esto será así porque, a la vista de todos los israelitas, ustedes dos me fueron infieles en las aguas de Meribá Cades; en el desierto de Zin no honraron mi santidad. 52 Por eso no entrarás en el territorio que voy a darle al pueblo de Israel; solamente podrás verlo de lejos».

Moisés bendice a las tribus

33 Antes de su muerte, Moisés, hombre de Dios, bendijo a los israelitas. Les dijo:

«Vino el Señor desde el Sinaí,
    vino sobre su pueblo, como aurora, desde Seír;
    resplandeció desde el monte Parán.
Llegó con millares de santos
    desde el sur, desde las laderas de sus montañas.
Él es quien ama a su pueblo;
    todos los santos están en su mano.
A sus pies ellos se postran
    y de él reciben instrucción.
Es la ley que nos dio Moisés,
    la herencia de la asamblea de Jacob.
Él era rey sobre Jesurún[f]
    cuando los líderes del pueblo se reunieron,
    junto con las tribus de Israel.

»Que Rubén viva y que no muera;
    ¡sean innumerables sus hombres!».

Y esto dijo acerca de Judá:

«Oye, Señor, el clamor de Judá;
    hazlo volver a su pueblo.
Judá defiende su causa con sus propias fuerzas.
    ¡Ayúdalo contra sus enemigos!».

Acerca de Leví dijo:

«El urim y el tumim pertenecen
    a tu fiel servidor.
Lo pusiste a prueba en Masá;
    en las aguas de Meribá contendiste con él.
Dijo de su padre y de su madre:
    “No los tomo en cuenta”.
No reconoció a sus hermanos
    y hasta desconoció a sus hijos,
pero tuvo en cuenta tu palabra
    y obedeció tu pacto.
10 Enseñó tus ordenanzas a Jacob
    y tu ley a Israel.
Presentó ante ti, sobre tu altar,
    el incienso y las ofrendas del todo quemadas.
11 Bendice, Señor, sus logros
    y acepta la obra de sus manos.
Destruye el poder de sus adversarios;
    ¡que nunca más se levanten sus enemigos!».

12 Acerca de Benjamín dijo:

«Que el amado del Señor repose seguro en él,
    porque lo protege todo el día
    y descansa tranquilo entre sus hombros».

13 Acerca de José dijo:

«El Señor bendiga su tierra
    con el rocío precioso del cielo
    y con las aguas que brotan de la tierra;
14 con los mejores frutos del sol
    y los mejores productos de la luna;
15 con lo más selecto de las antiguas montañas
    y la fertilidad de las colinas eternas;
16 con lo mejor de lo que llena la tierra
    y el favor del que mora en la zarza ardiente.
Repose todo esto sobre la cabeza de José,
    sobre la frente del elegido entre sus hermanos.
17 José es majestuoso como primogénito de toro;
    ¡poderoso como un toro salvaje!
Con sus cuernos atacará a las naciones,
    hasta arrinconarlas en los confines del mundo.
¡Tales son las decenas de millares de Efraín,
    los millares de Manasés!».

18 Acerca de Zabulón dijo:

«Tú, Zabulón, eres feliz emprendiendo viajes,
    y tú, Isacar, quedándote en tu campamento.
19 Invitarán a los pueblos a subir a la montaña,
    para ofrecer allí sacrificios de justicia.
Disfrutarán de la abundancia del mar
    y de los tesoros escondidos en la arena».

20 Acerca de Gad dijo:

«¡Bendito el que ensanche los dominios de Gad!
    Ahí habita Gad como león,
    desgarrando brazos y cabezas.
21 Escogió la mejor tierra para sí;
    se guardó la porción del líder.
Cuando los jefes del pueblo se reunieron,
    cumplió la justa voluntad del Señor,
    las leyes que había dado a Israel».

22 Acerca de Dan dijo:

«Dan es un cachorro de león,
    que salta desde Basán».

23 Acerca de Neftalí dijo:

«Neftalí rebosa del favor del Señor
    y está lleno de sus bendiciones;
    sus dominios se extienden desde el lago hasta el sur».

24 Acerca de Aser dijo:

«Aser es el más bendito de los hijos;
    que sea el favorito de sus hermanos
    y se empape en aceite los pies.
25 Tus cerrojos serán de hierro y bronce;
    ¡que dure tu fuerza tanto como tus días!

26 »No hay nadie como el Dios de Jesurún,
    que para ayudarte cabalga en los cielos,
    entre las nubes, con toda su majestad.
27 El Dios eterno es tu refugio;
    por siempre te sostiene entre sus brazos.
Expulsará de tu presencia a tus enemigos
    y te ordenará que los destruyas.
28 ¡Vive seguro, Israel!
    ¡Habita sin enemigos, fuente de Jacob!
Tu tierra está llena de trigo y de vino nuevo;
    tus cielos destilan rocío.
29 ¡Dichoso eres Israel!
    ¿Quién como tú,
    pueblo rescatado por el Señor?
Él es tu escudo y tu ayuda;
    él es tu espada victoriosa.
Tus enemigos se doblegarán ante ti;
    sus espaldas te servirán de tapete».[g]

Notas al pie

  1. 30:3 restaurará tu fortuna. Alt. te hará volver del destierro.
  2. 32:15 En hebreo, Jesurún significa el justo, es decir, Israel.
  3. 32:22 dominios de la muerte. Lit. Seol.
  4. 32:43 Alégrense, … de Dios. Alt. Hagan regocijar al pueblo de Dios, naciones.
  5. 32:44 Lit. Oseas, que es una variante del nombre Josué.
  6. 33:5 En hebreo, Jesurún significa el justo, es decir, Israel; también en v. 26.
  7. 33:29 sus … tapete. Alt. hollarás sus altares paganos.