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25 y enseguida dijo el rey:

—¡Partan al niño vivo en dos, y den la mitad a la una y la otra mitad a la otra!

26 Entonces la mujer de quien era el hijo vivo habló al rey, porque sus entrañas se conmovieron por su hijo, y dijo:

—¡Ay, señor mío! Den a esta el niño vivo; no lo maten.

Pero la otra dijo:

—No será ni para mí ni para ti. Pártanlo.

27 El rey respondió diciendo:

—Den a aquella el hijo vivo. No lo maten; ella es su madre.

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