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y las puso en las argollas de los costados del cofre, para transportarlo.

Luego hizo una cubierta de oro puro, que llamó propiciatorio. Tenía un metro con diez centímetros de largo, y setenta centímetros de ancho. Hizo dos querubines de oro martillado y los colocó a los dos extremos del propiciatorio.

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